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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

¡HOLAAA! <3

He llegado a los 72 reviews y 19 favoritos con este fanfic, ¡me hacen muy feliz todos y cada uno de ustedes que leen y le dan amor al fanfic! :'D

Este capítulo va dedicado a mi unnie zuki, que me sacó del bloqueo emocional que no me dejaba terminar ;w; ¡Gracias por tu apoyo!

Ahora sí, ¡a leer! *------*

Creo que amarán este capítulo lkdsjfhvlkjahsajdavgj

CAPÍTULO 17


Lay cuidaba una de las tres maletas que Luhan había preparado para su mudanza, la cual sería completa, así que llevaba hasta sus cobertores favoritos. Kris lo vio mientras esperaban a los otros dos en la sala.


—¿Qué tienes, Yixing? —preguntó el rubio.


—Luhan ge se va —resopló el menor mientras se cruzaba de brazos—. No quiero que se vaya.


—No digas eso; no es como si se regresara a China para siempre —un escalofrío recorrió la espalda del unicornio y lo hizo abrir los ojos desmesuradamente, cosa que el mayor de ambos notó—. No lo va a hacer, tranquilízate. Sólo se pasa al edificio de en frente.


—No importa, no quiero que se vaya.


—Tiene que hacerlo, Lay, entiende —la voz de Xiumin entró en la conversación en tanto caminaba hacia sus compañeros de cuarto—. Hay un chico allí que lo está esperando.


—¿Y ese milagro? ¿Se cumplió mi deseo de Año Nuevo de que Luhan se enamorara? —dijo sarcásticamente Kris.


—Sí, se ha enamorado por completo y por eso ahora está por mudarse —respondió Minseok haciendo retroceder sus lágrimas sin derramar—. Es mi mejor amigo y confío en sus decisiones, así que espero que tú también lo hagas, Lay.


—Gege, eres muy fuerte —dijo el interpelado con una mueca de admiración y nostalgia mezcladas.


—Tal vez sea verdad, XingXing —el mayor se acercó a su joven amigo y le revolvió el cabello con una mano; luego tomó un intenso respiro—. Ahora me tengo que adelantar a despedir a unos amigos, ustedes ayuden a Luhan cuando termine de guardar sus cosas en su mochila.


El coreano salió después de hacer un ligero gesto con la mano y recoger sus llaves de un bol. La pareja secreta se quedó en silencio, aunque Lay seguía sin creer que uno de sus mejores amigos y cómplices se iría, aunque el cambio no fuera muy grande; Yifan pudo darse cuenta de esos sentimientos arremolinándose dentro de la cabeza del menor, por lo que dio un par de pasos hasta quedar a las espaldas de su novio y abrazarlo cuidadosamente, además de besar la coronilla de su cabeza. Cuando el aire tan cálido de las respiraciones de Kris abrumó a Lay, éste se dio la vuelta y correspondió el abrazo del rubio, intentando no llorar; se abrazaron fuertemente hasta que un muy animado Luhan anunció su entrada a la sala con gritos desde el pasillo.


—¡Listo, chicos, ya terminé de empacar! —dijo en su lengua natal. La pareja se separó de inmediato sin ser aún vista por el ciervo; una vez que el dibujante experto saltó a la habitación, ellos agarraron una maleta cada uno—. No, esperen un momento.


—¿Qué? ¿Sucede algo? —interrogó el más alto, aún en chino.


—Ven aquí, Zhang Yixing —el mayor le extendió sus brazos al más joven, cuya respuesta no se hizo de mucho esperar; sólo entonces el chico pudo llorar en el hombro de Luhan—. No estés triste, vendré a visitarlos al menos una vez por semana; todavía tengo pendientes muchas cosas contigo, ¿sabes? Tienes que aprender a dibujar mejor que yo, sé que algún día me superarás.


—No digas eso, gege —sollozó Lay, inmutado por lo que le dijo su mayor; se quedaron en silencio mientras Luhan trataba de consolar a su amigo—. Te extrañaré mucho.


—Y yo a ti, XingXing —ambos se separaron, dejando al ciervo ir con el otro chico—. Sé que odias las despedidas, Yifan.


—También te extrañaré, Luhan —se extendieron la mano y se abrazaron como los buenos amigos lo hacen, pero el más alto aprovechó para murmurarle algo al oído—. Aún tengo que confesarles algo a ti y a Minseok.


—Espero que no sea tu secreto para dibujar, porque entonces seré mejor que tú —gracias a esas palabras, se rieron—. Te prometo que volveré para saber qué es eso; pero por ahora, vámonos.


El mayor de los tres agarró una de sus maletas, indicándoles a los otros dos que hicieran lo mismo; cuando Yixing se secó por completo las lágrimas, Kris le sacudió el cabello antes de tomar la parte del equipaje que le tocaba, consolándolo como sólo él podía hacerlo; la puerta del departamento fue cerrada en un sepulcral silencio, similar al que acompañaba a los viejos amigos en lo que les duró el recorrido en el ascensor. Ni bien salieron de su edificio, vieron cómo un auto estaba estacionado justo por la mitad del complejo.


—¿No es ese Xiumin gege? —apuntó Lay, hablando por primera vez en varios minutos.


En efecto, esa persona que estaba despidiéndose de otros dos chicos era sin duda alguna Xiumin; Luhan sólo tuvo que enfocar un poco más su vista para saber de quiénes se trataban el resto de sus acompañantes.


—Por favor, esperen aquí —sin escuchar lo que dijeran sus acompañantes, el ciervo solamente dejó la maleta que llevaba a medio camino y se dirigió a donde estaban sus demás amigos—. Jongin, Chanyeol…


—¡Oh, Luhan hyung! —dijo el más alto.


—¿Viniste a despedirte de nosotros? —preguntó el moreno, entrando a la plática.


—Claro que sí —les dio un abrazo a ambos, olvidando que Minseok se encontraba allí también—. ¿Y Sehun?


—Nos llevamos despidiendo muchas veces de él desde anoche: cenamos juntos, jugamos juntos e incluso dormimos en la sala —le comentó Chanyeol entre risas—. El pobre amaneció con dolor de cuello y Jongin se cayó en la mañana porque se le durmieron los tobillos por cruzar las piernas.


—¡Oye! A ti te encontramos dormido en la taza del baño y ni tú sabes por qué estabas allí dentro —reclamó el menor, provocando que su hyung se pusiera todo rojo de la cara y que sus vecinos soltaran un par de risotadas; al calmarse los ánimos, el moreno vio tranquilamente a Luhan—. Sehun está allá arriba, no lo hagas esperar más, por favor.


Los cuerpos de los dos mayores se estremecieron ante lo que dijo Jongin, cada uno por sus propias razones; Luhan pudo sentir cómo se le encendían los colores de la cara.


—Mucha suerte con Kyungsoo y Baekhyun, sé que pueden llegar a ser tremendos —rieron unos segundos—; también lamento las molestias que pudiese haberles causado antes.


—Al contrario, hyung, te agradecemos todo lo que has hecho —una sonrisa sincera se estacionó en los labios de Jongin.


—Has cambiado tanto a nuestro Oh Sehun para bien que no sabemos cuál sería una recompensa apropiada —concluyó Chanyeol—. En verdad estamos agradecidos contigo, Luhan hyung; si no hubieras aparecido, no sé qué sería de nosotros en este preciso momento. Gracias.


Los brazos del más alto rodearon a Luhan de inmediato, apretándolo como si fuera un peluche de felpa; seguido de un segundo abrazo dado por un conmovido Jongin. Minutos después, los dos chicos estaban partiendo felizmente hacia los hogares de sus parejas, quienes por seguro les tenían una sorpresa por su mudanza. Luhan, al asimilar ese hecho, se regresó por su maleta con sus otros dos amigos y les pidió que lo siguieran ayudando; ahora Minseok los acompañaba al nuevo departamento del cervatillo. Esperaron un poco por el elevador en un mutismo que se negaba a irse de aquella atmósfera; hasta que finalmente, el cubículo los dejó en el quinto piso.


—Desde aquí puedo ir solo —les informó Luhan mientras tomaba sus pertenencias—. Nos vemos pronto.


—No, Lu--… —la clausura de las puertas del ascensor fue interrumpido por un alterado Xiumin, que ya no sabía qué excusa poner para su comportamiento—. Luhan… te extrañaré mucho.


—También te extrañaré mucho, Baozi —el comprensivo chico caminó un par de pasos para abrazar a su mejor amigo sin dejarlo salir del cubículo—. Cuídense mucho, ¿sí? Les juro que los veré tan seguido como pueda.


Todos asintieron. Ya que Xiumin se separó del cuerpo del ciervo, se cerraron las compuertas del ascensor con los chicos haciendo un gesto de despedida con la mano; Luhan tomó su equipaje y caminó hasta el final del pasillo del último piso del edificio, justo como lo había hecho dos meses atrás mientras llevaba un peluche de Pororo en sus manos. Replicando ese primer día, también tocó la puerta con total seguridad, esperando a que quien viviera allí le abriera; no obstante hubo un cambio en la persona que lo recibió: el joven Oh Sehun no estaba mal vestido con pijamas de una semana sin lavar, no tenía un semblante indiferente y tampoco era totalmente tímido. El dibujante hasta podría atreverse a clasificarlo como “irresistible a la vista”.


—¿Vas a pasar o qué? —la mano derecha de Sehun se dirigió a su cuello para sobarlo.


—Ah… sí, claro —despertando de la fantasía en la que estaba metido, el mayor tomó de nuevo una a una sus maletas y las metió en el departamento—. ¿Dónde dormiré, Sehun?


—Le pregunté a Jongin si podía dejarte durmiendo en el pórtico o en el sofá, pero me hizo prometerle que usarías una habitación como la gente decente —explicó con facilidad el menor, cabeceando un poco para destensar sus músculos del cuello—. Sígueme.


Luhan dejó sus pertenencias al lado de la entrada, yendo rápidamente al pasillo por el cual se había marchado Sehun, alcanzándolo y tropezando a su vez con él; el rubio gruñó un poco por el impacto que recibió, pero no pudo reclamarle nada cuando vio de tan cerca los ojos brillantes del mayor. Ambos continuaron hasta llegar a una puerta que estaba casi al terminar el corredor, Sehun la abrió, dejando ver un amplio cuarto que deslumbró por completo a su nuevo usuario.


—¿Esta es mi habitación?


—Era la de Jongin, por eso es la más grande —dijo el rubio mientras se cruzaba de brazos en el marco de la entrada—. Tus otras opciones son el sofá o el suelo, tú decide, hyung.


—Que grosero eres, Sehun —los labios de Luhan hicieron un puchero.


Sehun se rio al ver la ternura que el mayor podía contener a pesar de sus 26 años, haciéndolo parecer como un estudiante de 16 años y quizás menos; sus pensamientos fueron tomando otros rumbos, imaginándoselo usando el uniforme de la escuela a la que él mismo asistió.


—Bueno, ya que sabes cuál es tu cuarto, no tengo nada más que hacer aquí —afirmó el menor—. Iré a prepararme para mañana.


—¿Qué? ¿Prepararte para qué? —inquirió curioso Luhan.


—En la semana en la que seguías sin mudarte aquí, hice arreglos para no verte tan seguido —mencionó divertido el rubio, viendo cómo la expresión del mayor iba cambiando por una decepcionada—: le dije a mi jefe que si podía empezar a trabajar en las oficinas, así que mañana me iré temprano.


Luhan ahora cambió de la tristeza a la sorpresa en un santiamén.


—¿E-es en serio? —una sonrisa no pudo evitar aparecer en la cara del mayor, en especial cuando el otro también sonrió y le asintió—. ¡Eso es asombroso, Sehun! ¡Yo también me levantaré temprano a hacerte el desayuno y prepararte la ropa!


—¿Qué? ¡Claro que no lo harás! —Sehun mostró entonces su ceño fruncido—. ¿Qué eres: mi esposa?


Esa última frase hizo que los dos se sobresaltaran, pensando en que las actividades que había dicho Luhan podrían adecuarse a una pareja de recién casados; el rubio podía visualizar sin dificultades a sus ex compañeros de cuarto haciendo ese tipo de cosas con sus respectivas parejas: Jongin desayunando algo que Kyungsoo hubiese preparado, Chanyeol siendo despedido en la entrada de su hogar con un beso de Baekhyun. ¿Podía él también hacer lo mismo con Xi Luhan?


—V-voy por mis maletas… —la voz le tembló al mayor, evidentemente sonrojado—; empezaré a desempacar.


—S-sí, deberías hacerlo —el rubio carraspeó un poco—. Yo… yo iré a trabajar un rato.


Los dos chicos salieron de la pieza hechos un manojo de nervios y con el calor atascado en sus rostros, permaneciendo un rato así, intentando distraerse con sus labores individuales. Sehun pudo normalizarse en una hora más o menos, pero Luhan seguía sin regularizar sus pensamientos porque cada uno de ellos terminaba con Sehun invadiendo su mente. ¿Qué era ese sentimiento que nacía en él? No parecía la sensación que tenía al bajar de un juego mecánico, aunque era lo único con lo que podía compararlo. Así de fuerte le latía el corazón. Así de sofocado se sentía. Luhan se rindió y pensó que sería mejor sólo tomar una buena ducha y despejar su cabeza; sin embargo, cuando la puerta del baño no abrió y comprobó que no había nadie dentro, tuvo que llamar al dueño del departamento.


—¡Sehun, Sehun! —el chico llegó a regañadientes a donde estaba pasando el forcejeo entre Luhan y el pomo de la puerta—. No abre.


El más joven apartó el cuerpo del ciervo, como si despreciara su falta de fuerza, pero luego se dio cuenta de que la puerta en realidad estaba atascada y no parecía ceder ni un milímetro; pronto el mayor lo estaba regañando por usar demasiada fuerza, causando que la pequeña pugna pasara de ser entre Sehun y la puerta a un revoltijo de manos entre el rubio, su compañero de cuarto y la puerta del baño.


—¡Es suficiente! —el menor salió de sus cabales y tuvo intenciones de derribar la pieza de madera.


—¡Sehun, la vas a romper! —en ese preciso segundo, las manos de Luhan giraron la perilla y pudieron abrir el baño—. Oye, ya--


El horror se apoderó de Luhan al ver cómo Sehun quería patear la puerta con todas sus fuerzas, siendo éste sorprendido a su vez con que no había ya razón para ponerse agresivo; sin embargo, era muy tarde para arrepentirse de eso y sus reflejos le fallaron y le impidieron mantenerse parado, por lo que cayó. Todo eso era lo malo.


Lo peor pasó cuando Luhan intentó sostenerlo, pero eventualmente se desmoronó sobre el cuerpo de Sehun.


Y el peor de todos los escenarios se cumplió cuando los dos se dieron cuenta que por el impacto que acababan de sufrir, terminaron juntando sus labios en un beso.

Notas finales:

Quizás le sobre drama a la mudanza de Luhan, pero sé que amaron ese último beso *w* Ya les hacía falta, ¿no creen? xDD

En caso que no lo sepan, con este capítulo hemos llegado a la mitad del fanfic, lo que me pone algo nerviosa porque se vienen varias cosas que o amarán u odiarán por completo e.e

Pero bueno, no les doy más spoiler x333

¡Nos leemos la próxima semana! ♥ 


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