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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

Heme aquí después de 1000 años ;;______;;

Lamento mi desaparición en estas dos semanas pero la escuela consumió mis ideas, mi tiempo y mi fuerza de voluntad, así que casi nopude escribir a pesar de tener ya la idea en mente :'c

Además se metieron como trescientos virus a mi PC y me dio problemas ;_____;

Pero bueno, no aplazo más este capítulo que es bastante importante para el resto de la historia xD

Espero lo disfruten~ <3

CAPÍTULO 23


—Hace mucho frío como para estar lamentándote aquí afuera, ¿no crees?


—Estoy muy confundido, hyung.


—¿Luhan?


—En parte… Es una larga historia; será mejor que te sientes.


En la mitad de su horario de descanso del trabajo, Sehun llamó a Xiumin, pidiéndole un pequeño rato para que ambos pudiesen sentarse a hablar; el mayor aceptó gustoso y en menos de veinte minutos ya se había encontrado con el joven traductor en una banca de un parque cercano a su editorial. Los dos chicos estaban juntos, pero el más joven estaba claramente acongojado y atormentado por sus propios pensamientos, algo que Minseok notó con la postura casi completamente encorvada del otro.


—¿Y bien? —dijo el mayor rompiendo un silencio formado en el ambiente—. Cuéntame qué pasó.


—Supongo que ya conoces mi historia, Minseok hyung —Sehun vio cómo su acompañante le negó con la cabeza—. Estoy seguro que lo habrás escuchado de Luhan hyung: algo de mí entrando en depresión por mi ex novia o algo que se le parezca.


—Oh, esa historia; el chico de los días ordinarios que no deseaba cambiar ni un poco porque así era feliz, aunque eso se le volvió en su contra —el castaño recordó a la par que vagaba con sus ojos por el suelo lleno de hojas secas, mientras Sehun respingaba al saber del título que no sabía que había recibido—. Jongin me la contó cuando nos conocimos.


—Ese maldito… —farfulló molesto el menor—. Bueno, es eso: el Sehun que no quería salir, que no quería hablar con nadie… ya no está.


—Claro que ya no está, tan sólo tienes que mirarte.


—El problema no es ése.


—¿Entonces cuál es? —confundido, Xiumin arqueó una ceja.


—Me enamoré de la persona que me cambió —respondió Sehun sin vacilaciones.


La confirmación de sus peores miedos le cayó como una bomba a su corazón al baozi, pero tampoco era como si no se lo esperase; respiró profundamente para soltar al mismo tiempo una risa burlona.


—¿Te enamoraste de Lulu? —el rubio asintió con la cabeza gacha y siempre dirigiendo la mirada al piso—. ¿Y eso es un problema porque…?


—Soy muy inseguro desde lo que pasó con Soojung y… no quiero que Luhan me rompa el corazón, no él —la tristeza podía percibirse saliendo de los labios de Sehun ante los amargos recuerdos y las grandes posibilidades que había analizado—. No quiero ir y decirle todo lo que yo siento para que termine rechazándome, porque sé que se siente atraído por mí hasta cierto punto, pero no sé cuál es ese punto.


—Ay, los niños de hoy —suspiró Minseok, recargándose por completo en la banca—. ¿De verdad no lo has visto?


—¿Ver qué?


—Que Luhan también está enamorado de ti.


—¿Lo está?


—Luhan es un idiota en el amor, simplemente tiene miedo porque te quiere más de lo que él puede reconocer —lo interrumpió abruptamente—. Eres su primer amor en 26 años que lleva viviendo.


—¿Tanto así? Pero--


—Lo sé porque… —volvió a irrumpir en el discurso del más joven; esta vez, estaba seguro de que lo convencería de aceptar los sentimientos de su amigo— yo lo veía de la misma forma en la que él te mira.


De golpe, los ojos de Sehun se abrieron de par en par.


—Hyung, ¿estás enamorado de Luhan? —el mayor asintió tranquilamente para su sorpresa—. ¿Y él lo sabe?


—No lo creo, me ha dicho demasiadas cosas que me han dejado en claro que no me visualiza como algo más que su mejor amigo —prosiguió Minseok, jugando con sus manos dentro de su abrigo; luego, volteó a ver al menor—. Pero tanto como no sabe mis sentimientos por él, no sabe de sus propios sentimientos por ti. No pierdas la oportunidad que te di, Sehun, te lo ruego.


—¿Eso quiere decir que lo has dejado vivir y estar conmigo estos meses muy a pesar de lo que sientes, hyung? —reaccionó el menor.


La desesperación de Xiumin hizo que soltara un pequeño grito al cielo y cabeceara, rogando por la comprensión de Sehun; así que buscó por toda su cabeza la mejor manera de hacerlo entender su punto de una vez por todas. Frotó su rostro con sus manos y volvió a respirar profusamente.


—«Amar» no significa siempre que tengas que estar con esa persona demostrándose afecto con besos o abrazos, como lo hacen las parejas —hizo una pausa para respirar—: hay veces en las que «amar» quiere decir dejar ser libre a la otra persona para que pueda amar a quien sea que la haga feliz.


Ahora Sehun no sabía qué hacer primero, si reír por haber sido tan ciego todo ese tiempo o llorar por lo que le acababa de contar Minseok sobre sí mismo. El chico sin expresiones, tal y como había dicho, se había ido. Irguió su espalda y se sentó correctamente en símbolo de su humor mejorado.


—Es difícil amar a alguien, ¿no es así? —recalcó el menor, recibiendo una sonrisa del otro—. Tengo miedo que algo malo vaya a pasar.


—Luhan te ama. Tú amas a Luhan. No te aflijas más y ve con él —resopló el mayor, esperando a que fuese el último empuje para su joven acompañante—. Quédate con él, no importa qué tantas cosas diga; ámalo apropiadamente, hazlo conocer más cosas que su trabajo o sus pasatiempos infantiles así como él te hizo salir de nuevo.


El rubio no pudo evitar sonreír ante los recuerdos que tenía junto al ciervo; entonces se dio cuenta de toda la razón que tenía Xiumin. Sehun se levantó de su asiento y miró con ternura al mayor.


—Gracias, Minseok hyung —el interpelado le devolvió la mirada y se paró para darle un abrazo tranquilizador—. Y también lo siento.


—¿Por qué? —preguntó curioso mientras se separaba del menor.


—Por haberte quitado a Luhan —el más joven sonrió juguetón—; no puedo evitar ser tan guapo.


—Mira cómo hablas… —lo reprendió el baozi en respuesta a su travesura—. No me decepciones.


—Luhan sólo hablará maravillas de mí, te lo prometo.


—Eso espero —el mayor hizo un movimiento sutil con la mano para despedirse—. Nos vemos, Sehun; gracias por esta plática.


—Gracias a ti, hyung —contestó el menor—. Adiós.


Ambos chicos tomaron caminos contrarios: Sehun directo a su trabajo y con energías renovadas, Xiumin iba a su hogar y con un pequeño sentimiento de nostalgia y alivio mezclados. Cuando el rubio llegó a su cubículo de oficina unos minutos después de su límite; Donghae lo vio sonriendo de oreja a oreja y, mientras colocaba unos papeles en el escritorio del menor, le preguntó algo con afán de molestarlo.


—¿Qué te pasa, eh? ¿Acabas de ver al amor de tu vida?


Sehun, sin dejar de sonreír, levantó su mirada y vio a su superior.


—Pues… algo así.


Donghae por accidente creyó que se refería a él cuando hablaba de «el amor de su vida», por lo que se asombró con la respuesta y se retiró hacia su escritorio para continuar su trabajo; Eunhyuk estaba impresionado que su compañero estuviese tan callado luego de hablar tres segundos con un sonriente Sehun. Lo que quedaba de jornada laboral pasó tranquilamente, en especial con el joven Oh adelantando parte de su trabajo con la empresa de EFFEX; nadie sabía que lo había motivado en tan poco tiempo, pero Kyuhyun podía oler sus ganancias a kilómetros de distancia si el traductor seguía con su arduo trabajo. Sehun se despidió de sus compañeros del Departamento, aunque Donghae se removió un poco incómodo cuando se acercó a él; quiso preguntarle el porqué de su comportamiento, pero decidió ignorar eso y encaminarse a su hogar con Luhan. Tomó su autobús en la parada más cercana y todo el trayecto se la pasó fantaseando con cómo lo recibiría su amor platónico, incluso se llegó a imaginar cómo sería si siguiera el consejo de Minseok y se le declarara.


Quizás sería un buen momento para hacerlo.


Quizás no tanto.


Justo antes de poner la llave en la cerradura, Sehun escuchó unas descaradas risas del otro lado de su puerta: era obvio que una de esas risas era de Luhan, la segunda era… ¿de una mujer? El rubio, sin poder creer lo que había oído, se apegó a su puerta con la oreja bien puesta en la entrada para seguir espiando lo que sucedía dentro de su departamento. Tras dudar unos segundos, finalmente se decidió a entrar para comprobar lo que fuese que estuviera pasando; las risas se callaron al momento en que entró.


—Hola, Sehunnie —dijo Luhan mientras cargaba una bandeja vacía hacia la cocina.


—Luhan, ¿quién--?


—Hola, Sehun.


Ahora que había entrado, podía reconocer mejor la voz que antes se había reído y también había interrumpido su pregunta; en ese momento quería que la tierra lo tragara por completo. Resopló en signo de derrota y desesperación.


—Krystal vino a verte, pero la invité a quedarse un rato hasta que llegaras —explicó el ciervo ingenuo—. Pensé que querrías verla--


—No, la verdad es que no quiero verla —los ojos de Sehun no podían ni ver a Luhan ni a la chica que estaba en su sala.


—Oh Sehun, no seas grosero —el semblante del chino se endureció y dejó la bandeja sobre el mesón de la cocina—. Ve y saluda a Krystal.


—No es necesario, Luhan, no te molestes con él —intervino la castaña, acercándose a los dos chicos; sólo Luhan se giró a verla—. Se está haciendo tarde y ya causé suficientes inconvenientes, así que mejor me voy… Igual, no creo que tardemos mucho en vernos de nuevo, Sehun.


El tono que había usado Soojung había terminado de colmar la paciencia del rubio, por lo que simplemente se quedó en la cocina dando vueltas mientras el dibujante acompañaba a la chica hasta la salida; incluso pudo percibir cómo se reían un poco más antes de que la puerta se cerrara. Luego, lo único que se oyó fue la voz del ciervo llamando a su nombre con notable furia.


—¿Cómo pudiste ser tan descortés con Krystal? —empezó el mayor, plantándose frente a un Sehun confundido e inquieto—. Ella fue muy amable: se tomó la molestia de venir a visitarte, de esperarte y de hablarte aunque te comportaste como un niño con ella. Sé que tienes problemas para hablar con la gente, pero eso fue demasiado. ¿No tienes sensibilidad ni por--?


—¿Te dijo cómo nos conocimos? —interrumpió el menor, callando en ese preciso instante a Luhan; el dibujante lo negó después de haber repasado la conversación que había sostenido con esa mujer—. No sé si recuerdes a Jung Soojung.


—Claro que sí, es la desgraciada que te metió en este hoyo de depresión —respondió el ciervo amargamente y con dolo, enojándose más al pensar en su nombre—. ¿Qué tiene que ver ella en esto?


—Resulta que cuando Jung Soojung terminó conmigo, se cambió de nombre y se fue a Estados Unidos; cuando regresó, comenzó a trabajar con la editorial EFFEX como jefa de Relaciones Internacionales bajo su nombre estadounidense y ahora mantiene una estrecha relación con la empresa donde yo trabajo —respondió el más joven, cruzándose de brazos y piernas, mirando la cara perpleja de Luhan.


—¿Soojung volvió? ¿Y está trabajando a la par con tu empresa? ¿La has visto? —el mayor obtuvo un asentimiento por las tres preguntas; aún conservaba ese hábito de preguntar más de 20 cosas por segundo—. ¡¿Qué diablos--?! ¿Y ella te ha dicho algo? ¿Siquiera te reconoció?


—No has captado el punto, ¿cierto?


El chino se quedó pensativo unos minutos antes de procesar la información que su mente había recibido en la última hora, tomando como punto de partida el nombre con el que se presentó la castaña: Krystal Jung, Jung Soojung… mujer joven en sus veintes, conocía a Sehun, le había mencionado que tenía tiempo que no se veía con él, que solía ser cercana al rubio, que recién se habían reencontrado, puso incómodo a Sehun apenas la escuchó y se despidió con la promesa de volver a verlo pronto. Ahora sí.


—¡¡Esa maldita!! ¡Que ni se le ocurra regresar aquí de nuevo! ¿Cómo no pude darme cuenta que era ella? No te preocupes, Sehun, no entrará otra vez a esta casa, ¡nunca! —exclamó el mayor.


Con la explosión de ira de Luhan, el menor se dio cuenta de cuán metido en el asunto estaba el ciervo. Entonces se dio cuenta: ni siquiera Jongin o Chanyeol hubiesen reaccionado así por la visita de Soojung, porque lo que sufría Luhan era un ataque de celos; si lo que Xiumin había mencionado en la mañana, de seguro se sentía mal por haber dejado entrar a esa chica al departamento que compartían ellos. «Y yo soy el infantil…», pensó tiernamente el rubio.


Pronto vino a su mente una idea. Y no era cualquier idea.


Tarde o temprano, Luhan debía enterarse de sus sentimientos, ¿cierto? ¿Por qué no darle un… “empujón”?

Notas finales:

Ahora sí: Sehun lo sabe y está determinado a conquistar a Luhan a toda costa *^*

En el próximo capítulo pasará algo importante-importante-importantísimo shgdfkajsgdfkjdgdsfs Espero no defraudarlas >w<

Les debo una doble actualización, recemos porque pueda traérselas pronto ;u;

¡Hasta pronto y gracias! <3 ¡Los amo!


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