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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

¡HOLAAAAAAAAAA! Vengo re tarde, pero vengo(?) xD

Hace mucho que quería dejarles este capítulo tan especial, pero mis tareas las acababa muy tarde y ya ni me acordaba de mi nombre xD

Por cierto, gracias a todos los nuevos lectores y a aquellos que me dejaron 120 hermosos y preciosos reviews, además de mis 18,000+ visitas ;u; ¡Se merecen lo mejor! <3

En fin, espero disfruten mucho este capítulo porque ya se viene el clímax romántico ;u;

¡Disfruten! <3

CAPÍTULO 24

 

¿Cómo rayos había acabado así?

 

Ambos jóvenes estaban sentados en el sillón, revisando varias hojas y escritos que estaban frente a ellos, los últimos días habían sido así, aumentando la tortura mental que le daban al ciervo cada vez que subía la mirada hacia ellos estando tan cerca el uno del otro. Sus avances en sus trabajos iban atrasándose poco a poco, todo por estar vigilando los movimientos que Krystal realizaba, cada acercamiento y cada roce que ella tenía con Sehun eran guardados con recelo en la memoria de Luhan.

 

—Oye, Sehun, tengo una duda en esto —la mano de la chica subió hasta el hombro del interpelado, haciendo que el dibujante subiera su vista sin dudar ni un segundo—: ¿este texto está en chino tradicional o simplificado? No los sé diferenciar.

 

«Yo podría ayudarlo mejor que tú», reclamó mentalmente el mayor de los tres.

 

—Debe ser en tradicional —respondió tajante el rubio.

 

 La sonrisa de Krystal decayó en el mismo momento en que su compañero de trabajo se volteó y la ignoró por completo para seguir con su parte del proyecto; mientras, Luhan disfrutaba ver su decepcionado rostro desde su lugar en la cocina, directamente viéndolos a ellos.

 

—No sé traducirlo bien —dijo la chica, actuando ridículamente tierna para un Sehun completamente indiferente—, ¿me ayudarías a traducirlo?

 

El tono coqueto que ella había utilizado se había colado en las entrañas del ciervo y empezaba a hacer un sonoro eco dentro de él, dejándolo aturdido e imaginándose los posibles escenarios que le seguían a esa línea, que bien podían transformarse a escenarios más sórdidos para la conciencia del mayor. Sehun no dejó pasar ese detalle, admirando con burla la notoria manera en la que su compañero de piso se estaba tragando sus celos y su rabia, así que sonrió para sus adentros y tomó el escrito que Krystal le había extendido para que la ayudara.

 

—Claro.

 

Lo que ninguno de los tres presentes se esperaba era que el cuerpo de Sehun abandonara el sillón donde estaba sentado, haciendo que Krystal quedara con un millón de dudas dentro de su cabeza; gracias a que Luhan continuaba perdido en su mundo, el menor pudo acercarse sin ser realmente percibido, pudiéndose jalar la silla contigua al perdido muchacho y sentarse allí mismo. Cuando la cálida mano del rubio se posó en la suya, despertó de su trance y se volteó sobresaltado al cuerpo que ahora lo acompañaba.

 

—¡S-Se-Sehun, me espantaste! —apuntó en tanto se sonrojaba y sobaba su pecho con la mano que tenía libre.

 

—Perdona, hyung, pero tenía una pregunta para ti… Claro, si no estás muy ocupado —preguntó con cierto dejo de inocencia el menor, obteniendo un asentimiento leve por parte del otro—. Quería pedirte tu ayuda con este poema.

 

«¿Luhan? ¡Tiene que estar bromeando! El pobre no debe saber nada», se mofó internamente Krystal sin poder ocultar la sonrisa tan farsante que tenía y sin recordar lo que Luhan le había dicho sobre sí mismo.

 

—¿Estás seguro que estudiaste chino en tu Universidad? —le preguntó Luhan a Sehun en su lengua natal a lo que el más joven le rodó los ojos; la chica presente no entendía el idioma, pero sí lo que sucedía en cuanto volvieron a hablar coreano—. «No se ve gente en este monte. Sólo se oyen, lejos, voces. Bosque profundo. Luz poniente: alumbra el musgo y, verde, asciende».

 

—Ah, ¿y eso qué quiere decir? —renegó el rubio, actuando infantilmente para su mayor.

 

—N-no lo sé… —dijo el ciervo en cuanto cruzó su mirada con la de Sehun, cohibiéndose y removiéndose en su asiento—. Anda, v-ve a acabar tus trabajos de hoy que tienes que llevar a Krystal a casa; e-es tarde y no puede arriesgarse a salir sola.

 

La interpelada había recuperado la poca esperanza que le quedaba, pero tan rápido como llegó, sus ilusiones se destrozaron apenas Sehun habló.

 

—Que tome un taxi y ya; no me quiero ir de aquí, hyung.

 

—Ah, no seas así, Sehun… —el puchero y los ojos suplicantes del menor hicieron que el sonrojo del dibujante se tornara más poderoso.

 

La extraña conducta que tenían ambos chicos, hicieron que Krystal no sólo se sintiera rechazada por su ex novio, sino que sabía que era completamente ignorada porque los dos tenían una amistad fuerte: Luhan podría pedirle tantas cosas pudiera a Sehun, pero a fin de cuentas se zafaría de sus responsabilidades con una simple mirada directa a los ojos. De pronto, la chica se puso a analizar esa escena un poco más detenidamente porque recordaba vagamente haberla visto en otro lugar. Quizás había sido con sus unnies en el trabajo cuando les quería pedir un favor, o cuando les rogaba a sus padres que necesitaba algo por mero capricho, o cuando le pedía a Brad que tuvieran una cita por los lugares más lujosos de California, o cuando le pedía a Sehun que fueran juntos al parque de diversiones… Luego de comparar sus actitudes con las de ambos chicos pudo concluir una sola cosa.

 

A Sehun le gustaba Luhan. Y mucho.

 

A Luhan le gustaba Sehun. Y mucho.

 

Su plan de conquista hacia el rubio tenía un ligero e imperceptible detalle; aunque, ¿qué tan incorregible era ese desliz?

 

—Yo creo que ya me voy, chicos —murmuró luego de mucho meditar, viendo con ponzoña la imagen que creaban los dos chicos juntos, en especial al mayor de ambos—. Ya es tarde, tomaré un taxi.

 

—Te acompañaremos hasta la parada —propuso Sehun, posicionándose en el punto de intersección de las miradas estupefactas de Luhan y Krystal—. Tú mismo lo dijiste, hyung: no puede arriesgarse a salir sola y ya son casi las doce de la noche.

 

—¿Bromeas? —espetó el chico de 26 años—. Hace un momento estabas diciendo que se fuera como si nada.

 

—Pero nunca dije nada de ponerla en riesgo —lo engatusó.

 

La sonrisa de Krystal se hizo tan amplia que no vio cómo Luhan le dirigía una mirada despectiva y bufaba; pero es que su felicidad no podía ser oculta, porque ella de verdad quería pensar que tenía una oportunidad con Sehun. Lo que la pobre señorita Jung no sabía era que lo único que quería lograr el rubio con sus juegos de palabras y sus proposiciones incoherentes a su comportamiento era molestar a su mayor tanto como para que diera señales de su interés romántico con él, y aunque no estaba lejos de alcanzar su cometido, su juego con Luhan ya se había extendido casi dos semanas desde que había hablado sobre eso con Minseok. Los tres chicos que estaban dentro del departamento no tardaron en bajar los cinco pisos del edificio y caminar a la entrada del estacionamiento para esperar a que un taxi se detuviera y se llevara a Soojung, lo que tampoco duró mucho.

 

—Supongo entonces que nos veremos mañana en el trabajo, Sehun —se despidió la chica tomando una actitud tímida.

 

—Sí, supongo que sí.

 

—Perdón por la intromisión, Luhan, pero ya sabes —el ciervo se la quedó viendo indiferente mientras que ella subía su tono socarrón—: es por cuestión de trabajo.

 

—No tienes que pedir perdón, espero que el proyecto que tienen acabe pronto —él sonrió ponzoñosamente mientras hacía énfasis en la última palabra.

 

Krystal dio media vuelta y se dispuso a entrar en el taxi, dándoles permiso a Sehun y Luhan de marcharse a su departamento; sin embargo, al ver cómo una de las manos del menor atentaba con aferrarse a las contrarias, un impulso la hizo abrir la puerta del auto que comenzaba a andar, provocando que el taxista frenara al escuchar cómo la joven salía.

 

—¡Seh--!

 

Gracias a la rápida acción que había tomado el conductor del taxi, los tacones que la chica llevaba puestos se atoraron entre el asfalto y el vehículo en movimiento, provocando su desequilibrio; casi cae de lleno contra la banqueta. Casi.

 

—¿Estás bien? —preguntó Sehun, levantándola del piso lentamente mientras ella sacudía su ropa.

 

La chica seguía sin apartar la vista de su salvador; no obstante, ese mismo hombre evadió su mirada en todo momento, encontrándose a su vez con un sorprendido Luhan. Había algo distinto en él, algo que estaba claramente plasmado en sus ojos pero se le dificultaba descifrar. ¿Estaba decepcionado? ¿Molesto? ¿Dolido? ¿Herido? ¿O es que sus celos eran tantos que habían rebasado el límite ya? De repente, el mayor mordió su labio inferior y simplemente se echó a correr de regreso al edificio donde vivía, haciendo que el corazón del rubio se estrujara en remordimiento y culpa; la joven apretó su agarre en sus brazos, el cual apartó sin dudarlo al perseguir su verdadero objetivo sin importarle que Soojung le gritara que volviera o si ella se iba o no.

 

—Esto no se quedará así, Luhan —murmuró Krystal una vez que entró al taxi, sintiendo cómo su oportunidad de recuperar a su ex pareja se desvanecía; ni siquiera le prestó atención a la llamada entrante que tenía de su novio, Brad.

 

Mientras tanto, Sehun corrió tan rápido como sus piernas y su aliento le permitieron, a pesar de haber perdido de vista a quien seguía; subió por las escaleras, evitándose la tortura mental que seguro sufriría dentro del elevador, y luego se apresuró hasta el final del pasillo, donde halló la puerta de su departamento abierta. Regulando su respiración, Sehun entró, se quitó los zapatos y cerró su hogar.

 

—¡Luhan hyung! —gritó desde la entrada sin tener respuesta alguna—. ¡Luhan hyung!

 

El más joven se apresuró hasta entrar en la habitación del irritado chico, quien no se había dado el lujo de cerrar ninguna puerta por irse a enterrar bajo sus sábanas sin querer ver el rostro del rubio. Estaba molesto como nunca lo había estado, en especial por esas emociones arremolinándose dentro de su pecho, recordándole cómo la caprichosa Soojung había caído en los brazos de Sehun; sólo que no sabía que ese mismo chico tenía un semblante de preocupación, porque le preocupaba su compañero de piso. En silencio, el traductor se sentó en el colchón del mayor.

 

—Vete, no estoy de humor —farfulló Luhan en cuanto el peso de Sehun hundió su cama.

 

—Hyung —el menor aparentemente lo había ignorado, pero estaba hablando de una manera benevolente—, ¿estás celoso?

 

—No lo estoy.

 

—¿Entonces me dirás qué es lo que te hizo enojar?

 

El cuerpo del dibujante se destapó bruscamente, sobresaltando un poco a su acompañante.

 

—Cuando supe de ella y lo que te había hecho estuvo bien, porque yo podía ayudarte; cuando la acepté en la casa sin saber que era ella, estuvo bien; cuando me dijiste que había regresado y te vería por trabajo, estuvo bien; cuando me dijiste que tendrían que trabajar aquí, estuvo bien —explicó con la voz flaqueándole por momentos—. Pero que ella quiera recuperarte a pesar de lo que te hizo pasar y… que seas tan negligente con eso… Estás enamorándote de ella de nuevo, ¿no es así?

 

—No, no me enamoré de Soojung; lo estuve en su tiempo, pero ya no, jamás regresaría con ella, ¿y sabes por qué? Porque me enamoré de alguien más —replicó el menor mientras a Luhan se le empezaban a formar lágrimas que tarde o temprano estallarían en llanto—. Me enamoré de ti, Luhan hyung; estoy completa y perdidamente enamorado de ti, quizás desde el primer día que te vi o desde que me sacaste de casa por primera vez, no lo sé.

 

—Sehun, tú… —el mayor se quedó sin palabras coherentes rondando su cabeza— n-no puedes… no puedes estar--

 

—Sí, sí puedo —interrumpió con firmeza—. Te pregunto una vez más: ¿estás celoso?

 

Con dificultad, Luhan tragó saliva y llanto mezclados con una rara sensación de alivio; ¿cómo se supone que debía responder a eso con tantas cosas dentro de sí mismo? Un ligero sonrojo se expuso en sus mejillas.

 

—No… no puede ser eso porque para estar celoso, yo… —el ciervo miró directo a los ojos contrarios, agarrando voluntad para seguir respondiendo— yo tendría que estar enamorado de ti.

 

Sehun respiró profundamente y exhaló en completa calma, ya que al menos Luhan estaba consciente de lo que implicaba estar celoso; ahora nada más faltaba escalar un escalón con él.

 

—Luhan, haré algo que te dará dos respuestas: si estás enamorado de mí y si estás celoso de Soojung; ¿estás dispuesto a aclarar tus sentimientos? —con algo de miedo y duda, el mayor sintió—. Muy bien. Quédate tranquilo, hyung.

 

El débil susurro de Sehun hizo que Luhan soltara un poco de tensión de su cuerpo y por inercia, entrecerró los ojos; cuando sintió que el menor abandonaba la cama y se encaminaba para pararse a su lado, volvió a hacer presión sobre todo su organismo, inclusive sintiendo cómo su corazón hacía presión dentro de sus costillas. Una ligera risa se le escapó al rubio, quien se había arrodillado frente a su hyung y había envuelto sus manos entre las propias; poco a poco se fue acercando al rostro contrario mientras sus respiraciones chocaban y se juntaban. Lentamente, Luhan sintió cómo los labios de Sehun rozaban superficialmente los suyos sin despegarse, poniendo muy poca fuerza; a pesar de su desasosiego, fue él mismo y no el rubio quien se movió primero. Sin estar seguro de lo que hacía, el dibujante simplemente besó al menor, deshaciendo su contacto en no más de 15 segundos.

 

Se vieron fijamente el uno al otro.

 

Luhan estaba más tranquilo y Sehun se sentía en las nubes después de lo sucedido.

 

Esa noche no pronunciaron una palabra más no volvieron a besarse, sino que se limitaron a recostarse en la cama y siguieron viéndose en silencio hasta que sus ojos no aguantaron su peso y los obligaron a dormir.

Notas finales:

Listo: taldéense, maldíganme, hagan lo que se les antoje, pero el HunHan está a un paso de consumarse por completo kdfghlkdsjhfgkjdshf *u*

Krystal está intentando recuperar a Sehun, ¿qué creen que pase cuando sepa de todo esto? ewe

Les sigo debiendo una doble actualización; en cuanto pueda la cumplo, ¿sí? La haré con mucho amor para ustedes <3

¡Hasta pronto! ¡Los amooooo~! x3


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