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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

¡HOLA! <3

Es tarde, muy tarde, estoy consciente de ello ;_; Pero esta semana ha sido de puras evaluaciones y justo ahora debería estar leyendo para mi examen de Economía, pero nah(?).

Este capítulo tiene algo /cofmuchocof/ de drama al final, pero ya verán que pronto se componen las cosas uwu

Espero lo disfruten, ¡a leer! *3*

CAPÍTULO 27


—Lu, ya va a empezar a llover, mejor regresemos —rezongó el menor, aunque su petición fue omitida.


—No importa —replicó el otro mientras colocaba el balón de futbol en la cancha de pasto sintético—. La lluvia le dará un efecto más dramático; además, acabamos de llegar.


A mediados de diciembre, un determinado Luhan quiso demostrarle a Sehun que podía vencerlo en deportes como le había prometido en la improvisada fiesta de compromiso de Jongin y Kyungsoo, así que lo arrastró hasta la cancha de pasto sintético más cercana que había de su complejo departamental. La sudadera con estampado militar de Luhan le dio un efecto más autoritario, lo que hizo que Sehun se riera sin que el otro se diera cuenta de ello. Ambos chicos se pusieron a lados contrarios del balón, dando sus últimas palabras antes de empezar el juego.


—¿Estás seguro de esto, Luhan?


—Al cien por ciento —le respondió con una sonrisa.


—¿Y si te lastimas o te enfermas después de esto? —preguntó el rubio, cruzado de brazos.


—Si me lastimo, me llevaras cargando a casa —explicó divertido Luhan, poniendo un pie sobre el balón para balancearlo un poco—. Y si me llegara a enfermar… tú me cuidarías.


Los destellantes ojos del ciervo dejaron pasmado al menor mientras razonaba lo que acababa de oír, porque era cierto: los caprichos de Luhan se habían convertido en parte de su vida desde que lo había conocido; y fue por perderse en aquel pensamiento, que Luhan aprovechó para maniobrar el balón unos pocos metros antes de que Sehun despertase de su ensoñación.


—¡Eso es trampa! —reclamó el menor.


Los pies de Sehun respondieron lo más rápido que pudieron para correr e intentar alcanzar al chico fugitivo, lo que realizó en cuestión de segundos; sin embargo, Luhan fue más ágil y, aunque estaba cerca de la portería que se supone debía proteger el rubio, huyó al sentido contrario y así confundió a su adversario. Tampoco importó cuánto tratara Sehun de quitarle el balón, acabó por meter el primer gol del improvisado partido, presumiendo su logro reciente al dar vueltas entorno al más alto de ambos.


—Entonces, ¿decías que yo era una señorita con voz de Bang Minah? —dijo con una triunfante sonrisa.


—Fue pura suerte —replicó el otro con un intento de arrogancia en su tono de voz—. A la próxima yo ganaré, hyung.


Sehun tomó el balón en sus manos y con una de ellas golpeó ligeramente la frente de Luhan, haciéndolo proliferar una queja al aire mientras el menor se alejaba tranquilamente; con una de sus manos se sobó y resopló un poco.


—Veamos quién sale riendo al final, Oh Sehun.


Luego de eso, el chino corrió para quedar a la par del traductor y aprovechó para quitarle el balón y ponerlo en juego de nuevo sin previo aviso. Una vez más, le fue reclamado el hecho de que había hecho trampa; pero obviamente nunca fue sancionado, sino que ambos chicos siguieron jugando. Sehun siempre trataba inútilmente de hacerle fintas a Luhan, mientras que éste hallaba la forma de evadir los trucos que el traductor le imponía o se reía porque el rubio se caía por su propia cuenta o porque él le daba pequeños empujones. A la media hora de estar jugando, tomaron un breve descanso para tomar agua, pero las ansias por anotar un gol hicieron que Sehun se adentrara en el pasto y pateara el balón que habían llevado en la portería ante la estupefacta y divertida mirada de Luhan, quien rio y aplaudió por el espectáculo recién dado. La mano del menor lo invitó desde la distancia a reanudar el juego que tenían, por lo que guardó su botella de agua simple y de inmediato se acercó a seguir jugando con su novio. Hubo un punto en el que Sehun se rehusaba totalmente a ser vencido y ciñó por la cintura al contrario para darle giros en el aire, alegando a la par que estaba fuera del campo y no podría hacer ningún movimiento; no obstante, la fatiga por haber jugado tanto, hizo que soltara el delgado cuerpo de Luhan. Él, por su parte, cayó en el pasto envuelto en risas; después gateó un poco hasta donde el traductor estaba acostado y respirando tortuosamente, lo miró sin decir nada, sólo se quedó allí.


—Ya… me rindo… no puedo más —declaró el rubio con la respiración entrecortada por el esfuerzo; además, Luhan se subió en su cuerpo y lo aplastó con su peso—. ¡Ah! ¿Por qué eres así?


—Es tu castigo —susurró el mayor, acurrucando su rostro en el pecho agitado de Sehun—. Cuando digo que puedo hacer algo, puedo hacerlo. Ya tienes probado que puedo destrozarte en los deportes.


—Hyung… bájate de mí… —se quejó el menor—. Ya entendí mi castigo…


—Bien.


El dibujante se bajó con una sonrisa digna de un vencedor y estaba dispuesto a rodar para quedar a un lado del rubio, pero los brazos de éste lo envolvieron en un abrazo antes de que pudiera moverse y lo apegó a su cuerpo.


—Quedémonos así para descansar.


Luhan no se dio cuenta que había dejado de respirar hasta que volvió a hacerlo e inhaló la esencia impregnada en la sudadera roja del menor.


—Está bien.


Sus finos dedos se aferraron a las ropas contrarias y enredó una de sus piernas entre las del rubio, quien sonreía cautamente ante las sutiles acciones del mayor. Ambos suspiraron, sintiendo cómo existía un intercambio de cálidas caricias entre ellos en tanto se relajaban del ejercicio que habían realizado hacía unos minutos; aunque poco después decidieran que querían seguir jugando, pero ya de manera más justa y formal. Sehun finalmente pudo hacer bien un truculento pase que Luhan no esperaba ver y ridículamente le dedicó el gol que metió en su propia portería, haciendo que el dibujante no supiera si sonrojarse por el gesto o reclamarle por anotar mientras se había distraído un poco. Cuando el rubio se acercó, no fue para otra cosa sino besarlo a sabiendas que su novio consideraba seriamente reclamarle por el punto que acababa de ganar. Las nubes tronaron y casi simultáneamente, del cielo grisáceo, comenzaron a caer gotas de lluvia sobre los amantes en la cancha de futbol. Ambos se sorprendieron de momento al sentir el agua que caía desde arriba, pero al percatarse que era por razones puramente climáticas, se quedaron para darse un beso debajo de la pequeña inclemencia; cuando tomó fuerza el clima, los dos se separaron por completo y huyeron de las canchas hasta su complejo departamental con dificultad. Una vez resguardados en el techo de su edificio, pudieron sentir el frío viento con más claridad, por lo que se apresuraron a subir su piso. Cortésmente, Sehun le dejó a Luhan usar la ducha primero temiendo por la salud del mayor, aunque éste mismo no le prestara tanta atención a eso; pasaron una fugaz discusión hasta que un tierno puchero el rubio hiciera ceder al ciervo, quien se bañó cómodamente por unos veinte minutos. Al salir agarró una toalla y se secó por completo, la enredó en su cintura, se dirigió rápidamente a su cuarto y se cambió por su pijama de inmediato; al estar listo para salir, escuchó cómo el sonido del grifo de la bañera anunciaba el turno de Sehun de bañarse. Sonrió para sí mismo y se alborotó el cabello mientras se encaminaba a la sala para ir por su tablet a buscar una nueva receta para la cena de ese día; lo que no se esperaba era que alguien tocara el timbre del departamento pasados unos pocos minutos. Dudoso, el cuerpo de Luhan se movió hasta la entrada y entreabrió la puerta, sólo para disgustarse el día.


—Hola, Luhan.


—Oh, eres tú, Soojung; te pintaste el cabello, ¿ah? —la mirada del interpelado se dirigió de arriba hacia abajo con desprecio en tanto ella le sonreía falsamente por su nuevo color rubio—. ¿Qué quieres?


—Quiero hablar con Sehun —sin siquiera pedir permiso, la chica empujó la puerta, haciendo a un lado al atónito dibujante—. ¿Dónde está?


—Bañándose, y que ni se te ocurra entrar a interrumpirlo —le advirtió.


—No te preocupes, lo esperaré —ella se agitó el cabello para quitar los residuos de lluvia que quedaban en él; luego recordó la gran amenaza que representaba Luhan en su plan para recuperar a Sehun, así que ideó una mentira que pareciera casual—. Aunque no sería raro para mí verlo de ese modo.


—¿Perdón? —las cejas de Luhan se arquearon, haciendo énfasis a su confusión.


—¿Qué no te lo había dicho él? Pensé que eran amigos —al ver la manera en la que el ciervo se molestaba por cada cosa que decía, Krystal decidió seguir con su mentira.


—De hecho, casi no me ha hablado de ti, Krystal —dijo Luhan, sobreactuando su interés.


—Ah, esos tiempos… —Soojung siguió armando un escenario imaginario y truculento—. No podíamos estar en otro lugar que no fuera la cama, además de que se me hacían muy extrañas las veces que nos veíamos con la ropa puesta.


—¿Oh, en serio?


—Pensé que yo tenía un problema y me haría ninfómana en cualquier momento, cuando me fui pensé que moriría; simplemente no podía controlar ese… sentimiento de querer estar con él… de esa manera —Luhan soltó un tosido muy fuerte, como si expulsara una flema enorme de su garganta—. Me tocaba en los lugares más placenteros de mi cuerpo. Cuando terminábamos, parecía que estaba satisfecha, pero siempre tenía ganas de más…


—Vaya… —susurró el otro.


El dibujante puso sus ojos en blanco y sintió cómo los celos se lo comían desde dentro, lo que lo hizo pensar en cuánta paciencia tendría con ella; al percibir la molestia externa, Krystal quiso rematar ese mal humor con algo más. Ninguno se dio cuenta que había alguien espiándolos desde hace unos pocos segundos.


—He estado intentando regresar con él porque extraño esos momentos que compartimos, pero parece que alguien está tentándolo a negar su amor por mí —por un segundo, a la chica le pareció ver un tic en un párpado de Luhan—; supongo que tendré que esperar sólo un poco para que regrese--


—¿Por qué esperar y no rendirte? —interrogó Luhan repentinamente—. Quizás ya sea feliz con ese alguien.


Krystal pudo sentir las indirectas, así que afiló la punta de sus respuestas y buscó el ángulo perfecto para dispararlas.


—Oh Sehun sigue recordándome y amándome, por eso sigues a su lado —dijo la rubia teñida—; en cuanto lo convenza de regresar conmigo, te podrás ir olvidando de él.


—Lo dudo mucho: en tres meses pueden pasar muchas cosas —dijo ponzoñosamente—. Te reto a que lo intentes.


—Créeme, lo haré.


—¡Luhan, ¿hay chocolate caliente para cenar?!  Soojung, ¿estás aquí? —Sehun apareció caminando tranquilamente por el pasillo que conectaba los cuartos con la sala, haciendo que el ambiente tan pesado del momento de tensara un poco más—. ¿Qué pasó? Mañana acabaré lo último del proyecto en mi oficina y se lo enviaré a Victoria por e-mail.


—Lo sé —contestó en un tono fastidiosamente ingenuo e hipócrita; Luhan se fue a la cocina, intentando calmar su enojo haciendo la bebida que Sehun había pedido—. Es algo exclusivo de la empresa. Ten.


De su bolsa de mano, Krystal sacó una invitación formal con el nombre del rubio impreso; el chico se acercó a ella, tomó el sobre, lo examinó y finalmente lo abrió. Al parecer, dentro de una semana, tendría una cena de Navidad en donde asistirían algunos afiliados a la empresa.


—Claro, iré —respondió—. ¿Puedo llevar a Luhan conmigo?


Luhan y Krystal se sorprendieron ante la pregunta del rubio, por lo que la chica dio una respuesta estratégica pero cierta.


—El joven Cho dijo que sería solamente de la empresa, sólo pueden ir trabajadores de la misma y los afiliados que invitó él mismo —su tono formal seguía molestando a Luhan—. Bueno, sólo vine a dejar eso y a decirte que es una obligación que vayas: habrá una sorpresa especial para ti durante la cena. Hasta entonces.


Apenas salió la chica, Sehun se quedó viendo la figura de su novio, quien estaba poniendo más fuerza de la necesaria en sus acciones para hacer un simple chocolate caliente; caminó hasta él, lo abrazó desde atrás y posó su barbilla sobre su hombro, meciendo ambos cuerpos a la par.


—No estés celoso, lo escuché todo —explicó—. Bueno, casi todo.


—¡Está loca! ¿Cómo se atreve a venir y decirme cuántas noches estuviste con ella? Pero había algo raro en su voz y parecía algo muy elaborado, intentó mucho hacerlo natural, ¡pero no le salió! ¡Sehun, ¿eres virgen sí o no?! —explotó Luhan desesperado y aferrándose a las ropas contrarias.


—Muy bien, cálmate, Lu; por favor cálmate —las manos de Sehun acariciaron el rostro tan alterado de Luhan, que ya había puesto a hervir el chocolate—. Ahora, quiero que permanezcas tranquilo y me escuches, ¿sí? Yo nunca en la vida me acosté con Soojung, sigo siendo virgen. Y no estoy seguro de lo que ella te dijo, pero fue lo único que te entendí.


—Bien, te creo —susurró el mayor, abrazando al rubio—. Gracias…


Las manos del más joven acariciaron la espalda contraria, esperando depurar a su pareja de todo sentimiento de enojo.


—¿Mejor?


—Sí… Supongo.


—Bueno, vamos a cenar, ¿sí? —Sehun besó fugazmente los labios de Luhan—. Regresaré en cuanto esté listo el chocolate.


Sin decir nada más, el rubio se marchó de la cocina a su cuarto para guardar un par de documentos en su computadora; pero no se percató de que en la mente del joven Xi se libraba una guerra debido a las palabras de Soojung, haciéndolo sentir que ella tenía razón. Toda la noche se le fue en esos pensamientos: rodó casi toda la noche sobre sus sábanas, con el constante pensamiento de si él sería suficiente para Sehun…


Inevitablemente, la visita de Krystal lo lastimó.


Le creía a Sehun, pero, ¿hasta dónde creería en sí mismo...?

Notas finales:

Supongo que les gusto la pelea de gatas(?) xD

¡Dongsaeng-ie, espero te haya gustado! <3

Y también supongo que odiarán a Krystal... como también supongo que tendrán bastantes preguntas... xD

Les dejo mi Ask (/AlmightyDiva) que dejé abandonado, pero ya lo activé ajsdgfjasdgf Y a quien haya sido la persona que me preguntó sobre la actualización de Ordinary Day, lo siento mucho ;__; Pasaron eones hasta que revisé mis preguntas u.u

Pero bueno, ¡hasta la próxima actu! *33*


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