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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

¡No me peguen, por favor! :'c

Estas semanas estuvieron llenas de altibajos: tuve tareas, trabajos en equipo, un juego de futbol que me dejó dolor en toda la columna, mi papá secuestrando mi USB con todo mi trabajo en ella... En fin.

Traigo doble actualización conmigo hoy porque ya me urge publicar D:

¡A leer la primera parte! O_____o

CAPÍTULO 29


Se removió un poco en su cama, esperando salir pronto de ella, pues la fiebre que lo había atacado parecía nunca haber sucedido; ahora estaba en completa paz, despertando entre sus cobijas… ¿y un par de brazos? Luhan volteó su cabeza y por el rabillo del ojo pudo divisar el pacífico rostro de Sehun durmiendo, eran sus extremidades las que lo rodeaban y lo apegaban a su cuerpo. En el momento se exaltó un poco y buscó la forma de zafarse de aquel tierno agarre, pero apenas daba una minúscula señal de movimiento y el rubio apretaba su pecho contra la espalda contraria; entonces el dibujante se rindió, decidiendo que era mejor esperar a que se levantara el menor.


—Me hiciste llevarme el susto de mi vida ayer —susurró adormilado Sehun.


—¿Ya estás despierto? —interrogó Luhan, sintiéndose afortunado de no tener que ver a los ojos marrones de su novio.


—No me cambies el tema, hyung —ágilmente, el más alto de ambos giró al otro para poder confrontarlo; el sonrojo de las mejillas del ciervo delataba su estado de nerviosismo—. ¿Por qué no me dijiste que estabas enfermo? Lo que hiciste estuvo mal, ya viste las consecuencias de aguantarte las cosas.


—Lo siento, pero te juro que yo lo último que quería era preocuparte y por eso no te dije nada —sus finas manos viajaron desde el pecho del menor hasta su rostro, acariciando tanta piel pudo encontrar—. Lo siento mucho.


—Menos mal ya te sientes mejor, hyung —los labios de Sehun besaron tiernamente las yemas de los dedos que recientemente lo habían acariciado—. Pero, ¿por qué te dio tanta fiebre? ¿Has estado estresado por algo?


—Esta semana sí, por la transferencia de compañía de webtoons.


—¿Te transferiste?


—Apenas hice los trámites, hice un par de llamadas y saqué un permiso de trabajo en la Embajada —explicó el mayor de ambos—; por estar aquí más tiempo supongo que valdrá la pena el estrés.


—Pero no tenías por qué hacerlo, Luhan hyung —refutó el rubio—, incluso enfermaste por hacerlo.


—Lo hice por nosotros —contestó el ciervo con una mirada apacible—. Lo hice porque quiero quedarme contigo.


—Hyung…


—Además —agregó Luhan antes de que la conversación se tornara a otro tema— no fue lo único que me preocupó.


—¿Qué más sucedió? —inquirió curioso el menor sin siquiera imaginarse lo que le respondería.


—Soojung: ella es el problema —bufó en tanto cruzaba sus brazos frente a su propio pecho—. Es decir, ¿cómo esperas que duerma tranquilo toda la semana sabiendo que irás a una cena a la que no puedo ir y ella sí?


—Pues ahora sabes que no tienes de qué preocuparte, Lu —Sehun pasó sus brazos alrededor del cuerpo de su novio y lo apegó a sí mismo, colocando su afilada barbilla sobre la cabeza del sonrojado dibujante, dejándolo escuchar cómo su corazón daba palpitaciones lentas y sonoras—. No importa qué o quién quiera hacerme cambiar de opinión: tú eres mi prioridad ahora. Te amo, Xi Luhan.


El mayor pensó en ese momento que no existía en el mundo mejor persona para aquella confesión de amor: Sehun era perfecto para él tanto como él lo era para Sehun.


—Yo también te amo, Sehunnie.


Los blanquecinos brazos del mayor ciñeron a su amante e intentó estrujarlo, pero se conformó con quedar unos centímetros más cerca de él. «Definitivamente nos complementamos a la perfección», corroboró Luhan en su mente.


—Iré a hacer el desayuno —declaró el rubio, separándose un poco de su atónito novio.


—No, no tienes que molestarte —le dijo el dibujante—; ya me encuentro mejor, así que lo haré yo.


—Lo haré yo, no te preocupes, hyung —continuó insistiendo el menor en tanto se paraba de la cama.


—P-pero yo--


—Descansa por hoy, Luhan hyung —se acercó a su novio y lo vio fijamente a los ojos—. Además, me lo debes: ayer no comiste nada de lo que te hice porque estabas muy enfermo para hacerlo.


—¿Cocinaste ayer? —se exaltó el mayor—. ¿Cuándo?


—Mientras estabas durmiendo, pero cierta enfermedad de seguro no te permitió ni verlo —un juguetón Sehun subió su índice hasta la frente contraria, haciéndolo irse de espaldas contra el colchón—. Hoy cocinaré para hyung.


Con un pequeño puchero por parte del más alto, Luhan terminó por convencerse de que todo marcharía bien, aunque la inexperiencia le ganara a Sehun.


—Muy bien, avísame cuando esté listo —ronroneó, acomodándose entre las sábanas como si de un gato se tratara.


El rubio sonrió gentilmente, besó la cabeza de Luhan, salió de la habitación y caminó por el pasillo hasta la cocina; se había propuesto hacer una hazaña culinaria… O al menos evitaría envolver el departamento en llamas. De nueva cuenta, intentó hacer té y fruta fresca picada con sumo cuidado, pero a la mitad del proceso escuchó que su celular sonaba en medio de la sala; dejó de lado las cosas de la cocina y recogió su teléfono móvil de la mesa de centro, que marcaba un número desconocido en su pantalla.


—¿Diga?


Buenos días, mi empleado favorito —saludó la burlona voz de Kyuhyun—. Feliz Nochebuena.


—Fe-Feliz Nochebuena, joven Cho… —titubeó el más joven, regresando a pequeños pasos a la cocina—. Oiga, lamento mucho lo de anoche, surgió una emergencia y--


Yo sé qué sucedió, Sehun, así que no tienes de qué preocuparte… Bueno, no por tu ausencia, pero te llamaba para discutir algo de la cena, precisamente —el tono de voz del mayor se hizo un poco severo, lo que hizo que Sehun tensara parte de su cuerpo, esperando el regaño que merecía—. Supongo que Krystal Jung ya te lo había dicho: que esa fiesta era en realidad un anuncio de que te nombraría Jefe del Departamento de Traducción.


—Sí… Me enteré poco antes de salir —confesó honestamente.


Bien, aclarado ese punto y saltándonos la parte obvia de tu partida, sabrás que no puedo darte el puesto por justas razones; ¿estamos de acuerdo, Sehun? —el interpelado asintió y emitió un débil sonido desde su garganta como respuesta—. Entonces sólo me resta una cosa por decirte.


Sehun ya la sentía cerca: perdería su empleo, y aunque no se arrepentiría de ello, tampoco estaría orgulloso.


—Jefe Cho, ¿usted va a--?


Te subiré el salario al doble de lo que ganabas antes —sentenció.


Los ojos de Sehun se abrieron como platos y juró haber escuchado un zumbido dentro de su cabeza.


—¿No me va a despedir? —preguntó el rubio.


Para nada, estaría arriesgando mucho si te sales de la empresa, ¿tienes una idea de cuántas editoriales te quieren ahora? —exclamó Kyuhyun—. En lugar de tu ascenso, anunciamos la salida al mercado de tu trabajo con EFFEX y causaste sensación al tomar la parte más pesada del proyecto, realizándola limpiamente y sin error alguno.


—Jefe Cho, ¿me dejaría repasar esto con usted? Sólo lo más básico —pidió el aturdido muchacho, sacudiendo su cabeza; el joven empresario aceptó del otro lado de la línea—: me fui de la cena, así que no tendré una promoción de puesto, ¿pero por la traducción me subirá el sueldo? ¿Al doble?


Si esto fuera un programa de variedades te diría que tienes un premio por haber contestado correctamente, pero lo más prudente ahora es felicitarte por tu excelente trabajo. Y antes de que me vaya, Sehun, quiero decirte otra cosa.


—Dígame, jefe —el chico necesitó recargarse en la mesa de la cocina para digerir la información que recién había recibido.


La señorita Jung me reclamó sobre tu repentina ida, así que quiero que las cosas se apacigüen un poco con ella o nos causará un daño como empresa por la cantidad de contactos que tiene —prosiguió—. Tómate unas vacaciones, Sehun; yo haré mi mejor esfuerzo por calmar a la marea Jung, ¿entendido? ¡Ah! Y cuida a… ¿Luhan se llamaba? Espero que mejore pronto.


—Sí, se llama Luhan… Yo me encargaré de decírselo, jefe —el aturdimiento del más joven ya había pasado casi por completo—. Gracias por su llamada y por la oportunidad que me ha dado; que pase unas felices fiestas, señor.


Igualmente, Sehun —le respondió Kyuhyun—. Nos vemos hasta enero.


En cuestión de segundos, el teléfono marcaba como terminada la conversación, dándole a Sehun la señal de que podía colgar tranquilamente; el traductor aún no se creía lo que había ganado a pesar de que parecía haberlo abandonado todo en la noche anterior. Sólo una voz lo devolvió a su realidad.


—¿Te saliste de la cena… por venir a cuidarme? —lo interrogó Luhan, quien estuvo parado detrás suyo por quién sabe cuánto tiempo; el rubio se quedó atónito y se paralizó—. Sehun, no tenías que hacer eso…


—Luhan, no es así--


—Te iban a promover en tu trabajo, ¿cierto?


—Pues sí, pero eso no importaba —una de las manos de Sehun se encargó de remarcar el suplicante rostro de Luhan, acariciando la piel de sus pómulos y mejillas delicadamente—: Minseok hyung me llamó contándome que le habías dicho que estabas muy mal; no podía dejarte solo, sentía que debía venir, lo hice y no me arrepiento de nada.


—Pero yo no--


—Dije que no me arrepiento de nada y es lo último que diré al respecto —interrumpió el menor con un berrinche.


El ver que su novio se preocupaba tanto por él, hizo que Luhan simplemente aceptara sus acciones tan ridículamente amorosas; además, el puchero que se había formado en sus labios era suficiente para matar la discusión.


—Luego no vengas a llorarme que te corrieron del trabajo porque hacer algo precipitado —su sonrisa invadió los sentidos del rubio—. ¿Ya está el desayuno o quieres que te ayude?


—Ya casi acabo —afirmó confiado—. Pero si quieres, podemos hacer lo que falta juntos.


La castaña mirada del ciervo viajó hasta la mesa de la cocina, donde halló un pequeño desastre que consistía en un pelador, un cuchillo y rebanadas de distintos tamaños de las pocas frutas que les quedaban; se rio por lo bajo de lo que había causado el menor. Juntos hicieron dos cocteles para compartir esa mañana, los cuales disfrutaron gustosos en tanto se encontraban sentados uno al lado del otro, incluso compartiendo algunos bocados.


Después de haber comido, ambos chicos se arreglaron y salieron a hacer las compras que hacían falta para la casa, tal como era un nuevo repertorio de fruta fresca. En el preciso momento en que Luhan se quejó de una brisa fría, su novio se quitó la bufanda que llevaba y se la puso al mayor, además de meter sus manos entrelazadas al bolsillo de su abrigo. Siguieron andando así hasta que entraron a los puestos que se repartían en una estrecha calle; se detenían en casi todos los stands que hallaban allí, aprovechando que no había mucha gente ese día. Luego de media hora consiguiendo rebajas en los precios, Sehun y Luhan se dirigieron a una tienda de bubble tea para proseguir su camino de vuelta a su departamento, siempre con una sonrisa impregnada en el rostro y jugueteando con casi todas las cosas que veían o escuchaban.


—Hyung, ¿cómo te sientes? —preguntó el menor apenas entraron a su morada y dejaron las bolsas que cargaban esparcidas por la cocina.


—¿Por la fiebre? —el ciervo se tocó la frente con la mano que tenía libre y analizó su bienestar interno, percibiendo que todo estaba en orden—. Ya estoy bien; sólo tenía que descansar un poco y relajarme.


—Ahora procura no preocuparte y mantente saludable —sonrió en tanto le daba un sorbo a su bubble tea de chocolate—. ¿Quieres ver una película?


—Claro; veamos Titanic, ¿sí?


Sehun pensó dos veces la opción que le había dado su novio al recordar la cantidad de lágrimas que derramaba cuando veía aquel romántico y trágico filme: no importaba el hecho de que solamente hubiese presenciado una ocasión el estado emocional en que se sumía Luhan viendo Titanic, sabía que no era algo que le gustara vivir todos los días; no obstante, el as bajo la manga del dibujante era su suplicante y adorable mirada que pedía a la fuerza ver esa película.


—Ahh… —titubeó el rubio, tratando de resistirse a los encantos de su pareja—. Está bien, veámosla.


El mayor celebró su victoria con unos cortos aplausos, simulando a un niño inconscientemente. Los dos chicos dejaron en la mesa de la sala sus bebidas y pusieron a calentar una bolsa de palomitas para compartir en tanto guardaban lo que recién habían adquirido en el mercado callejero. Minutos después, Sehun estaba poniendo el DVD en su reproductor y Luhan empezaba a comer las rosetas de maíz sin siquiera esperar a que el menor se sentara. Cuando las primeras imágenes de las empresas cinematográficas aparecieron en la pantalla, el joven Oh tomó su asiento justo al lado de su novio y agarró un puñado de palomitas, tragándose más de la mitad del mismo en un bocado. Ya que la película había iniciado oficialmente y llevaba un transcurso de casi diez minutos, Luhan aprovechó para recargar su cabeza en el hombro contrario, a lo que Sehun respondió rodeándole con su brazo y acercándolo a su cuerpo.


Por sus cabezas pasó una imagen que parecía ser un reflejo de ambos, abrazados así, viendo en una misma dirección.


Coincidieron al afirmar en sus mentes que no existía persona más perfecta en el mundo que la que tenían a su lado.

Notas finales:

Luhan se cura y pasan estas cosas tan gays, Dios mío xD

Espero que la actu dentro de un rato les guste porque viene un poco más extensa, así que nos vemos kajshdgfkjahgsdgh<3

P.D. En el próximo capítulo viene algo que varias tienen esperando bastante ewe


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