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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

¡Lamento la tardanza! Pero... ¡asistí al SHINee World III en México! :'DD

Valió la pena quedar endeudada de por vida con mis padres xD

Quería subir esto el jueves, pero ya no pude hacerlo, así que... ¡aquí lo tienen! :3

CAPÍTULO 3


—¡Eres realmente necio, Oh Sehun! —explotó Jongin mientras el interpelado se sentaba en su sofá—. ¡El nuevo vecino viene a verte, devolviéndote tu Pororo amablemente, ¿y tú le cierras justo en las narices?!


—No fue tan malo —contraatacó.


—¡Ni siquiera te importo que Kyungsoo y yo estuviéramos allí!


—Jongin, tranquilo —susurró Kyungsoo, pasándole un vaso de agua a su alterado novio.


Se quedaron en un silencio incómodo en el que el único sonido notable era cómo el agua pasaba por la garganta del moreno; una vez que el vaso quedó vacío, él volvió a hablar.


—Sehun, ya he hablado de esto contigo muchas, muchas veces, pero… —hizo una pausa para sentarse en la mesa de centro, mirando fijamente a su amigo— no puedes seguir encerrado aquí como un preso; no es justo que por Soojung estés haciéndote todo esto. Ella se fue hace dos años, Sehun, ¡supérala ya! Nos has sabido nada de ella desde entonces, ¿por qué te martirizas como si ella estuviera saliendo todo el tiempo con alguien más?


—¡Por lógica, Kim Jongin, por lógica! —gritó el castaño sin retenerse un segundo más—. ¡Seguramente Soojung está con un chico mejor que yo, que no la hace aburrir, que siempre está haciendo cosas nuevas con ella, que sale con ella! ¡No como yo, que jamás la hice feliz!


Jongin se quedó petrificado ante la impactante confesión de su mejor amigo e incluso dejó de respirar unos segundos, sólo fue consciente de cómo el menor se levantaba de su asiento hecho una furia hacia su habitación; la mano de Kyungsoo le estaba acariciando un hombro y, al darse cuenta de su propio estado, también descubrió la raíz de todos los miedos de su mejor amigo: todo lo que estaba en el exterior iba a ser un permanente recordatorio de las cosas que hizo y pudo haber hecho con su ahora ex novia.


Por su lado, Sehun sentía cómo crecía una presión en su pecho cada vez más asfixiante; dio un portazo, cerró su cuarto con seguro, se aventó en su cama y abrazó a Pororo fuertemente como si la vida se le fuera en ello. Las ganas de llorar se le acumulaban en los ojos, pero no quería hacerlo; apretó el peluche contra su pecho y escondió su cabeza debajo de la del muñeco, esperando a que las imágenes de la joven Jung con él salieran de su mente. Pasó acurrucado así unos minutos hasta escuchar cómo tocaban a su puerta gentilmente, pero antes de que alguien pudiese decir algo, Sehun habló.


—¡Vete, Jongin, no quiero hablar contigo!


Nadie respondió; el castaño pensó haber sido muy duro con su amigo.


—¿Sehun? —lo llamó Kyungsoo del otro lado de la puerta—. ¿Puedo pasar?


La voz de su hyung era irresistiblemente consoladora e inocente, así que no tuvo otra opción más que permitirle pasar. El más bajo tenía en sus brazos el ordenador de Sehun, pasando con él tranquilamente y sin decir nada; luego, se sentó al lado del menor en el borde de la cama.


—Si vas a decir algo, dilo ya, hyung —soltó el castaño—. Pero eso no cambiará el hecho que estoy molesto con Jongin.


—Lo sé, Sehun —contestó Kyungsoo, imperturbable—; lo que dijo Jongin ahí afuera no fue lo más correcto, en especial porque ni sabíamos lo que pasó en primer lugar con Luhan. No fue lo mejor traer a relucir a Soojung en medio de la discusión.


—Tu novio es un idiota.


—Así lo queremos, ¿no? —sonrieron inocentemente—. Oye, Sehun, tengo una licenciatura en Psicología y ya estoy trabajando en un consultorio, ¿has considerado la oferta que te hice de conseguirte una cita?


—No creo estar lo suficientemente loco para que me examinen el cerebro, hyung —respondió Sehun sin siquiera vacilar.


—No será una examinación, simplemente sería una plática profesional, por ponerlo de una manera. Si quieres hablar, habla; si no, no tienes por qué hacerlo —con eso dicho, el frío chico se lo pensó una segunda vez, analizando la propuesta de su mayor, aunque igual negó con la cabeza—. Está bien… ¿No quieres ni hablarlo conmigo? Puede que funcione, aunque sea un poco.


—¿Contigo? ¿No será mucha molestia, hyung? —Kyungsoo sacudió la cabeza, dándole una reconfortante sonrisa—. ¿No me tratarás como un loco después de oírme?


—Para nada, y te pongo como garantía la confidencialidad médico-paciente —bromeó—. Habla conmigo como si fuera en cualquier otra ocasión.


Sehun tomó un suspiro profundo y se dispuso a hablar.


—Pues… no sé ni por dónde empezar: todo era tan perfecto, al menos para mí. Siempre platicábamos, íbamos tomados de la mano, la abrazaba, le regalaba cosas… —recordó dolosamente—. A ella le gustaba que yo trabajara como traductor, me retaba a decirle “te amo” en cinco idiomas distintos y luego a escribirle frases enteras diciéndole qué me gustaba de ella.


—¿Qué le escribías?


—Escribía sobre sus ojos, su piel, su sonrisa, su pelo… Una vez incluso le pedí a Baekhyun que dibujara a Soojung como uno de sus webtoons para que incluyera ese dibujo en una carta en japonés —mencionó con un nudo en la garganta.


—¿Qué tan seguido hacías eso, Sehun? Me refiero a escribirle ésas cosas.


—Casi todos los días.


A Kyungsoo le extrañó escuchar eso. Lo había conocido cuando su relación apenas iba a terminar, pero no tenía ni idea de lo que había hecho por la famosa Soojung.


—Entonces —dijo el chico de ojos grandes—, mientras estabas con Soojung, ¿en qué consistía un día normal para ti?


—Me levantaba a las siete treinta en punto de la mañana, le mandaba un mensaje deseándole buenos días y ella siempre respondía con un mensaje igual; tomaba una ducha, desayunaba con Chanyeol y Jongin, preparaba mis cosas para la Universidad y me iba —el castaño no cambiaba su expresión a menos que fuese algo que incluyera directamente a su ex, algo que Kyungsoo notó de inmediato—. Inmediatamente después de que finalizaran las clases, me iba al campus donde estudiaba Soojung para recogerla y diéramos un paseo por los alrededores; solía comprarle un helado de vainilla y chispas de chocolate cuando pasábamos por las heladerías. A veces caminábamos al cine, comíamos en restaurantes que estaban cerca… Hacíamos lo que ella quisiera hacer.


La voz le flaqueó y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no derramar más de un par de lágrimas; Kyungsoo lo vio compasivamente, lo rodeó con su brazo y empezó a sobarle un costado.


—Entiendo, Sehun…


—¿Por qué no me dijo que estaba aburrida, que quería más de mí? —sollozó el castaño, apegándose a su mayor—. Pudo haberme dicho que fuéramos de viaje y yo hubiese conseguido todo, ¡todo!


—Dime una cosa, Sehun —pidió Kyungsoo, mirándolo tiernamente—: ¿alguna vez no te has puesto a pensar que, quizás, lo que Soojung buscaba era que tú tuvieras la iniciativa en la relación en vez de ser mimada?


—¿A qué te refieres? —el interpelado flaqueó sin comprender el cuestionamiento de su mayor.


—¿De qué tipo de familia viene ella? ¿Es adinerada? ¿Tiene hermanos? —lo asedió el sustituto de psicólogo.


—Pues… —Sehun se puso a memorizar todos los datos que le pidió su amigo— sus padres son dueños de una cadena de restaurantes muy famosos, así que ganan bastante, pero no la han descuidado ni a ella ni a su hermana Sooyeon. Ambas son muy unidas; no necesitan nada…


—¡Ah! Puede que tú pienses que ellas no necesitan nada, pero la verdad es que Soojung está desesperada por algo —apuntó su acompañante como si acabara de descubrir un nuevo continente—. Te lo pondré así: ella es una bailarina de una caja musical puesta en una caja de cristal por su familia y todos en su entorno, tú nada más llegaste a pulir los cristales que la rodean; sin embargo, lo que ella quiere no es alguien que nada más le dé una visión general del mundo, sino alguien que sea capaz de romper esa barrera construida por sus conocidos y le enseñe la vida como tal. Y sinceramente, Sehun, tú no pudiste darle eso.


El chico se quedó pensando y creyó haber sido insultado por la última frase, pero reconsideró todo el asunto una vez más y supuso que no estaba tan equivocado. Relajó todo su cuerpo y se limpió los rastros de lágrimas dejados en sus ojos, dispuesto a escuchar a su hyung.


—¿Qué propones que haga?


—Te diré algo que he pensado desde hace un tiempo y tú me dirás qué te parece, ¿sí? —el castaño asintió lo suficientemente convencido—. Pues, podríamos salir un rato todos nosotros: Baekhyun, Chanyeol, Jongin, tú y yo; iremos a los mismos lugares en los que estuviste con Soojung y reconstruiremos tus memorias en esos lugares.


El ceño fruncido del menor se hizo presente en su cara.


—¿Funcionará? —dudó—. Parece muy estilo Hollywood.


—¡Es un intento, Sehun! —Kyungsoo dejó su estado paciente y le propinó una palmada en la parte de atrás de su cabeza, haciendo que su cabeza se inclinara bruscamente hacia adelante—. ¿Lo harás, sí o no?


—¡Está bien, lo haré, lo haré! —suplicó mientras se sobaba el lugar afectado por la mano de su mayor.


—Bien, entonces quiero que te arregles en una hora —sacó su celular de su abrigo aún puesto y miró la hora satisfecho, los locales sabatinos todavía estarían abiertos—. Llamaré a Chanyeol para que le diga a Baekhyun que iremos todos juntos; todavía tienen que estar juntos. Estoy seguro que no declinarán la oferta.


Sehun se quedó pasmado ante la facilidad con la que Kyungsoo resolvió todo el problema que se había traído; tan bien estaba pensado, que ya hasta tenían una solución en sus manos y ese mismo plan estaba en marcha. Le daba gracias a  Luhan por haber intervenido dejando que su inexpresivo amigo dijera finalmente lo que lo molestaba desde hacía tanto tiempo. Mientras Sehun se estaba bañando, le comentó todo el plan a Jongin, pidiéndole fervientemente que ni se le ocurriera mencionar el nombre de Jung Soojung en el resto del día. El moreno aceptó. Seguramente pronto obtendría una compensación por su esfuerzo. Por su parte, Sehun estaba indeciso por qué ponerse: todo su guardarropa era un desastre porque no compraba ropa nueva desde un tiempo atrás.


—Maldita sea —proliferó al ver que la mitad de sus ropas estaban rasgadas y la otra mitad parecía afectada por cloro.


Al final decidió llevarse unos jeans algo desgastados, una camisa negra y un abrigo que parecía de fiesta formal; por primera vez en meses, se esparció colonia por su cuerpo; hizo un intento por peinar su rebelde cabellera castaña, usando algunos productos que Jongin le había regalado. Una vez que salió de su guarida, recibió la bendición de sus amigos para salir a la calle bien vestido. «Elegante y casual: perfecto» había descrito Jongin el estilo que portaba el menor de todos. Habían quedado en un restaurante cercano con Chanyeol y Baekhyun para iniciar su travesía para reemplazar las memorias renuentes de Soojung.


Jongin y su novio abrieron la puerta y salieron primero, celebrando sin cesar la expedición que les esperaba. Sehun pisó temeroso el pasillo inmediato de su departamento. En cuanto vio cómo sus zapatos traspasaban los límites de su hogar por primera vez, juró que una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo y un impulso de su cerebro le indicaba regresar por donde venía. Pero ya era muy tarde. Antes de darse cuenta, la puerta de su departamento estaba cerrada por su propia mano; sus amigos le estaban observando a lo lejos y lo invitaron a aproximarse a ellos. Él obedeció sin sentirse cien por ciento seguro.


Y es que Sehun sabía que todo era posible con sus amigos. Es decir, su pequeño grupo de amigos no fue apodado en la preparatoria como «El Trío Dinamita» por nada. Ahora que tenían pareja, tampoco habían cambiado; de hecho, su manera de llevarse con el resto del mundo era mucho mejor porque Baekhyun alentaba a Chanyeol a hacer más locuras de las habituales y Kyungsoo, por más reservado que se viera, era capaz de liberar los demonios internos de Jongin. Algo le decía a Sehun, muy dentro de sí mismo, que esa salida no iba a ser normal. Para nada.

Notas finales:

Pasen por los review y déjenme amor u odio .3.

Ya saben que con que dejen algo soy feliz ;w;

¡Nos leemos luego!


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