Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ordinary Day por Kang Ji Hye

[Reviews - 262]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

HOLA~~

Lamento la tardanza, pero aquí está el nuevo capítulo del fic :3

Y antes quiero agradecerles a todos los que leen el fanfic, lo marcaron como favorito e incluso me han agregado como autor favorito :'D

¡ME HICIERON LA VIDA ENTERA, GRACIAS! ♥

CAPÍTULO 4


«Son un fiasco, todos lo son», pensaba Sehun, encerrado en su habitación como cualquier otro día. Llevaba siete días exactos odiando a todos sus hyungs, ya que la cita que había tenido con ellos fue un completo desastre… al menos para él sí. En todo ese tiempo no podía dejar de darse a sí mismo la razón.


*


Al salir del edificio, caminaron un par de cuadras hasta llegar a un barrio que tenía de todo; Sehun respiró pesadamente cuando vio todos los locales, saturando su memoria de Jung Soojung, haciéndolo sentir que jamás la olvidaría si seguía parado allí como idiota. Baekhyun estaba agarrado de la mano de Chanyeol y los esperaban en la entrada de un restaurante italiano muy famoso y era el más recomendado de la zona; Kyungsoo no podía quitar de sus labios la sonrisa que le provocaba el saber que estaría comiendo en ese lugar con Jongin y sus amigos, intentando curar el corazón de Sehun. No obstante, las vagas esperanzas del menor se derrumbaron en cuanto empezaron a comer.


—Ah, Chanyeol, tienes embarrada la salsa de la pasta por toda la boca —dijo Baekhyun volteando el rostro de su novio para verlo mejor.


—Pues quítamela —respondió el más alto con una sonrisa juguetona; cuando vio que su pequeño novio agarraba una servilleta, lo detuvo—. Pero hazlo con la lengua--


—¡Ten algo de decencia, Park Chanyeol! —exclamó Baekhyun, estrellándole la servilleta en la cara.


Sehun vio toda esa escena en total silencio y sin cambiar su expresión indiferente, aunque su rostro tenía un semblante oscuro y sombrío. Los ojos del castaño se fueron a su plato de lasaña a medio comer y rebotaron para ver cómo Kyungsoo se negaba a comer los champiñones que incluía su rebanada de pizza; Jongin también vio la molestia en su novio y decidió ayudarlo.


—Hyung, pásame todo lo que no quieras —el moreno le arrastró el plato junto al suyo.


—Pero, sería un desperdicio, ¿no? —los grandes ojos de Kyungsoo se dirigieron inocentemente a Jongin—. Además no quiero molestarte…


—No es molestia, hyung, y mucho menos es un desperdicio —explicó con una perfecta sonrisa—. Anda, hazlo.


—Gracias.


El acaramelado Do Kyungsoo pasó champiñones y unos pimientos muy fuertes para él hacia el plato de su novio. Ahora Sehun no tenía escapatoria: a su lado izquierdo estaban discutiendo amorosamente Baekhyun y Chanyeol, y del otro lado Kyungsoo le dedicaba unas miradas ridículamente cargadas de cariño a Jongin.


—Así menos voy a sacar a Soojung de mi cabeza —el castaño tomó de un solo trago el vino que tenía en su copa.


*


Escribía como loco la traducción de una tesis muy famosa de Medicina del inglés al chino; no había salido para tomar café en las mañanas, su trabajo era su mejor escape y excusa para sus compañeros. Después de haber sufrido más de dos horas viéndolos acurrucarse y ser tiernos los unos con los otros, no quería salir de nuevo con ellos, aunque Kyungsoo insistiera en que sería parte de su terapia.


—¡Sehun, ya sal de allí! —gritaba Jongin del otro lado de su puerta—. ¡Kyungsoo quiere hablarte!


—¡Tengo trabajo, déjenme en paz! —contestó de mala gana.


—¡¡Sehun!! —ahora Chanyeol se había unido a la causa—. ¡Llevas una semana ahí dentro, ven a nuestros brazos!


—¡Debo acabar esto!


Los dos compañeros de cuarto del castaño renegado soltaron un respingo en señal de resignación. Llevaban al menos media hora, parados frente a la puerta del cuarto del menor, diciéndole que debían salir los cinco juntos otra vez para seguir con el “tratamiento” que Kyungsoo había propuesto días atrás. Chanyeol se recargó en la puerta, suspiró de nuevo, tomó su celular y le habló a Baekhyun; le explicó la situación, Jongin gritó una última vez a Sehun y lo volteó a ver.


—¿Qué te dijo?


—Que no importaba, que buscaría a un dibujante que se trasladó de China hace una semana —le informó, irguiéndose.


—¿Webtoons? —le preguntó mientras ambos se dirigían a la sala.


—Sí, será asistente un par de meses—Chanyeol sonríe, orgulloso de su novio; después soltó un profundo suspiro—. Y, ¿qué hacemos con el encerrado?


—Dejémoslo ahí dentro —dijo Jongin—. Ya se nos ocurrirá algo.


Se quedaron en suspenso unos minutos y comenzaron a caminar


—¡Ya sé!


—Si implica sacar animales del zoológico, vete olvidando de eso, Chanyeol.


—Calla y escucha, Jongin —acercó la oreja de su amigo a su boca y le susurró su simple y pequeño plan, dejando pasmado al moreno—. ¿Y? ¿Qué dices?


—¡Brillante! —se dedicaron unas miradas cómplices y tuvieron que retener sus risas de demencia—. ¡Vamos al nuevo local de bubble tea del vecindario!


Bubble tea, fue lo que escuchó Sehun a través de su puerta, inmediatamente sintió cómo le picaba la garganta por la falta de líquido; se le hizo agua la boca, recordando la refrescante sensación del bubble tea bajando hasta satisfacer su sed. Dejó de lado su trabajo para encaminarse hasta su puerta, tomando el pomo de la misma; iba a girarlo, pero recordó quiénes lo habían dicho: sus hyungs expertos en soborno, que seguramente se estarían partiendo de la risa donde fuera que estuvieran. Entonces les daría una lección para que no creyeran que caería tan fácil en sus trampas.


—Jongin, ¿crees que con este dinero nos alcance para tres botellas cada uno? —exclamó Chanyeol, asegurándose de que el castaño escuchara.


—Creo que nos alcanza hasta para comprar dos garrafones —respondió codiciosamente.


Ambos siguieron con sus cínicas insinuaciones a sabiendas que el menor estaba oyendo cada palabra; mientras que éste, por sus parte, sostenía fuertemente el seguro de su puerta en un desesperado intento de no abrirla y ser arrastrado por sus mayores a quién sabe cuál lugar. Pasó al menos una hora y ninguna de las dos partes se rendía; sin embargo, Kyungsoo llamó a su novio, interrumpiendo los intentos de los insistentes chicos de sacar a su compañero de cuarto a la calle. Al final se quedaron en las mismas, ya que aunque Jongin le rogó a su novio por su asistencia, él se negó porque tenía trabajo que hacer en el consultorio.


—Estamos a la deriva, Jongin —le dijo el alto a su amigo una vez que colgó—. Ya agotamos todos nuestros recursos…


Jongin se negaba a aceptar la derrota: el mocoso de su amigo debía tener una debilidad que lo hiciera salir, fuera por las buenas o las malas. Ya casi sale una vez por su cuenta, pero él le cerró la puerta a esa oprtunidad…


—Le cerró… la puerta —murmuró el moreno, repasando sus pensamientos, en tanto sus labios se curvaban en una sonrisa maquiavélica.


—J-Jongin… ¿en qué diablos piensas? —preguntó Chanyeol con algo de miedo por ver su cara.


No obtuvo respuesta, ya que su amigo estaba rodeado por un aura negra que juraba era lo suficientemente real como para preocuparse.


—Tengo una idea de quién puede ayudarnos en este aprieto, Yeol —dijo el moreno mientras caminaba hacia la entrada, cubriéndose con un ligero suéter y tomando sus llaves—. No te vayas de aquí; es más, busca la llave del cuarto de Sehun, debe estar escondida en la cocina; no abras hasta que yo venga y te diga.


—¡¿Y por qué no la usamos de un principio?!


—¡No importa eso ahora, sólo hazlo! —antes de cerrar la puerta principal, se volteó—. ¡Juro que funcionará!


Chanyeol no tuvo de otra más que obedecer y buscar la dichosa llave, rogando porque Sehun no les haya escuchado en pleno intento de perpetrar su privacidad.


Mientras tanto, Jongin salió sin preocuparse del estruendo que hizo al salir de su departamento; él simplemente corrió al elevador, casi cayéndose en el proceso, pero esperó paciente a que llegara el cubículo a donde lo necesitaba. Rápidamente puso el botón que lo llevaría a la planta baja, repasando una y otra vez su “plan perfecto”. Llegó a la recepción del edificio donde vivía, corrió apenas se abrieron las compuertas del ascensor y se apresuró hasta la oficina del dueño del complejo departamental que se hallaba en un cubículo entre ambos edificios colindantes.


—¡Señor Lee, gusto verlo, necesito que me haga un favor! —exclamó Jongin entrando estrepitosamente a la oficina.


—¡Ah, Kim Jongin! —dijo apenas se reparó del susto el hombre—. ¿Qué necesitas que es tan urgente?


—Hace como una semana se mudó aquí un chico llamado Xi Luhan, ¿puede decirme en dónde se aloja? —preguntó.


—¿Para qué lo necesitas? —el señor Lee se imaginó lo peor—. Espera, ¿no eres de esos que no soportan a los chinos por excusas de que nos roban los empleos o algo así? Si es así, no quiero darte esa infor--


—¿Qué? ¡Claro que no, señor Sooman! —declaró extrañado el inquilino—. Sólo que necesito verlo.


—Xi Luhan, Xi Luhan… —el pobre hombre rebuscó en su memoria por aquel nombre que tanto le sonaba; entonces examinó dentro de sus portafolios con la información de sus arrendatarios—. ¡Ah! El departamento no está a nombre suyo, pero puedes encontrarlo en el 15-B del edificio de enfrente; vive con otros chicos.


—¡Gracias, señor Lee, gracias!


Lleno de emociones y adrenalina, el moreno salió disparado del cubículo hacia donde su casero le había dicho que vivía el muchacho… ¿chino había dicho? Bueno, era bastante creíble por su apellido Xi, además que Luhan no era un nombre que se escuchaba todos los días en Corea. Jongin abrió las puertas del edificio de par en par y buscó con la mirada las escaleras o el ascensor; optó por usar el último, así no se vería tan cansado por andar corriendo hasta el departamento 15-B. Ahí dentro se puso a preparar el discurso que le iba a echar al chico; ahora que lo pensaba, quizás sería un poco más difícil de lo que él creía: ¿cómo convencer a alguien de que convenza a un ermitaño de salir de su habitación? Tal vez no estaba tan bien planeado como Jongin pensaba… pero era tarde para arrepentirse, ya que el ascensor ya había llegado al tercer piso, donde seguramente estaría el departamento. El moreno caminó firmemente, aunque las dudas se lo tragaban vivo; cuando llegó al final del pasillo e identificó el número del condominio, no tuvo otra opción más que arriesgarse y tocó el timbre, queriendo pensar lo mejor para sí mismo.


—¿Sí, quién es? —contestó una voz algo infantil, pero claramente masculina.


—Mi nombre es Kim Jongin —dijo, decidido—. ¿Es aquí donde vive Xi Luhan?


La puerta se abrió, dejando ver a un menudo chico con cara de ardilla.


—¿Para qué lo busca? —inquirió el desconocido.


—Pues… la verdad ni si quiera lo conozco bien, pero la semana pasada pasó por mi apartamento y yo… —las ideas se le acabaron a Jongin; sin embargo, la figura de Luhan se hizo presente, salvándolo de seguir en las nubes—. ¡Luhan!


El cervatillo se lo quedó viendo unos segundos hasta que lo reconoció.


—¿Eres el asistente…? —quiso preguntar Luhan, pero terminó por reconocer al chico de piel morena—. ¡Oh, ya sé quién eres! Jongin, ¿verdad?


—¿Lo conoces? —Xiumin volteó a ver a su compañero de cuarto, sorprendido.


—Sólo de nombre —Jongin se rio ante el comentario y no supo qué decir—. Dime, ¿qué pasó?


—La verdad es que quería pedirte un favor; nada más que es un favor muy, muy grande —el moreno hizo énfasis en la palabra “muy” para que Luhan entendiera la gravedad del asunto—. Es sobre Se--


—Jongin, ¿qué haces aquí?


—Baekhyun hyung… —al escuchar la voz que venía desde atrás, Jongin lo reconoció al instante—. ¿Qué haces aquí?


—Busco al dibujante Xi Luhan, ¿vive aquí? —aprovechando la respuesta para el menor, Baekhyun preguntó a los inquilinos.


—Sí, soy yo. Tú debes ser Byun Baekhyun, el nuevo asistente, ¿no? —apuntó el chico de cabellos cobrizos.


De repente, entre tantas formalidades, Jongin reunió las piezas del rompecabezas que tenía ante él: Baekhyun era el asistente de Luhan y trabajarían juntos un tiempo, Baekhyun era el novio de Chanyeol, Chanyeol vivía con Sehun, Sehun era un ermitaño sin remedio y Luhan podría serle de ayuda para sacar a Sehun de su cuarto. Todo encajaba perfectamente bien.


—Baekhyun hyung, ¿no te importaría ver a Chanyeol ahora, cierto? —murmuró malicioso Jongin.


—La verdad… —la mano del moreno sobre su boca lo interrumpió.


—Luhan, ¿trabajarán aquí? —el interpelado asintió casualmente, pero al ver Jongin el desastre interno causado por las cajas de mudanza, encontró una justificación perfecta—. Uy, está muy desordenado su departamento, no podrán trabajar cómodamente aquí… ¿Qué les parece si usan el mío? Hay suficiente espacio libre para ustedes.

Notas finales:

Hola de nuevo xD

Ya saben que me hacen feliz dejando un review con amor u odio o lo que sea e_e

¡HOY HAY DOBLE ACTUALIZACIÓN! En un rato sabrán el asombroso plan de Jongin y cómo se desarrolla x3

Por favor, espérenlo y recíbanlo con ansias ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).