CAPÍTULO 6
La mañana del lunes Sehun se encontraba solo en su departamento, ya que Chanyeol y Jongin se iban entre 7:30 y 8 con rumbo a sus trabajos; continuaba haciendo la traducción de la tesis de Medicina tranquilamente hasta que, como decía el trato sin escribir de Jongin, Luhan y Baekhyun llegaron juntos a trabajar en el webtoon en cuestión. Cuando el castaño fue a recibir a los dibujantes, se pudo sentir cómo había cierta tensión entre él y uno de ellos.
—Buenos días, Sehun —dijo Baekhyun apenas entró.
—Buenos días, Baekhyun hyung —saludó para después fijar su mirada en la sonrisa del cervatillo—. Luhan.
—Buenos días —el chino sonrió descaradamente.
Al igual que el sábado, Sehun tomó su asiento delante de los dos dibujantes para observar detenidamente a Luhan, quien de vez en cuando le regresaba la mirada tan fija que le dedicaba; se sonreían un poco, se desafiaban con los ojos y volvían a sus obligaciones laborales. Baekhyun notó un par de veces el modo en que se veían mutuamente, pero no decía ni hacía nada: él les hacía creer que no estaba consciente de ello para que siguieran con ese juego suyo, que de seguro llegaría a oídos de los compañeros de cuarto de Sehun para alegrarlos e intentar algo más para sacar al menor. Cerca de las 8 de la tarde, la sesión de trabajo de Baekhyun y Luhan terminó, y casi simultáneamente llegaron los otros dos dueños del apartamento; esto permitió que el asistente de dibujo pudiera arrastrarlos para darles una idea básica de lo que sucedía entre los dos sobrantes. Jongin no supo hacer otra cosa más que autoproclamarse como un genio en ascenso. Los tres cómplices decidieron que harían lo posible para darles el espacio y tiempo suficiente para que fueran acercándose, aunque en privado el moreno le pidiera a Luhan que le siguiera la corriente con ese asunto.
Para los siguientes días, ya se había trazado una rutina nueva: Sehun despierta a eso de las 9, recibe a los mayores a las 11, se queda viendo continua e indiscretamente a Luhan, él le corresponde de manera traviesa y suelen entablar una conversación sobre sus trabajos actuales. El castaño estaba enterado que el webtoon que ambos chicos creaban se llamaría «Bada meets Haneul», tratando de Haneul, una chica fría y terca que está enamorada del optimista y despreocupado Bada, pero es tan orgullosa que nunca admitirá sus sentimientos por él; según Luhan, casi todo el concepto le pertenecía a Baekhyun y que era voluntad de éste mismo que la trama no se planeara, sino que fueran viendo cómo quedaba la historia y considerar cambios conforme les llegaran comentarios. A Sehun le pareció ridículo, pero pensó en que no era problema suyo.
—¿Y para cuándo se estrena? —preguntó curioso el ermitaño, distrayéndose un poco de su trabajo—. Los bocetos están listos desde hace unos días, ¿no? ¿Por qué no la publican ya?
—¿Por qué no publicas ya tu tesis? Ya llevas tres cuartos de su traducción —escupió Baekhyun, callando de inmediato a Sehun—. Tengo que ver cómo queda mejor organizada la historia, los cuadros, la coloración…
—Está bien, está bien… —Sehun regresó de inmediato a su trabajo sin reclamarle a su hyung.
Se ignoraron por un rato, hasta que en medio de la tarde le entró una llamada al celular de Luhan, el cual empezó a hablar en chino; el castaño pudo reconocer algunas palabras sencillas, pero nada significativas para entender la conversación entera, por lo que decidió hacerse el loco. Sin embargo algo no andaba bien.
—Baekhyun, en unos minutos vendrán mis amigos Kris y Lay, ¿conoces su trabajo?
—¿Hablas de Wu Yifan, el creador de «Fly High»? —preguntó, recibiendo como respuesta una mueca de resignación y asentimiento—. ¿Viene para acá?
Sehun no pudo evitar escuchar el comentario de sus mayores y en un segundo estaba mirándoles estupefacientemente.
—¿Quién viene? —preguntó.
—No sé ni siquiera cómo describirlo sin decir algo ofensivo —soltó Baekhyun en un susurro—. Perdón, Luhan hyung.
—No te preocupes —el cervatillo se frotó la cara—. La verdad te entiendo.
—¿Entender qué? Ya respóndanme y díganme quién es Kris y por qué viene acá —el traductor estaba perdiendo la paciencia.
—Wu Yifan es un famoso dibujante de webtoons y muchos lo clasifican como el mejor y el peor de toda la red —Baekhyun suspiró después de esa explicación; Sehun lo miró curioso y siguió con su relato—; lo ponen así porque para los profesionales es pésimo dibujando, pero para otros no…
—Sólo aquellos con poco sentido de la estética… —comentó divertido el mayor de los tres—. Como los niños.
Gracias a ese evidentemente sarcástico razonamiento, Sehun pudo deducir que el tal Kris era dibujante de webtoons para niños. ¿En verdad podía existir un trabajo tan decadente como dibujar para críos? Se supone que esas caricaturas eran para adolescentes por la demanda que tienen. A los pocos minutos, alguien tocó a la puerta, distrayendo al castaño de sus pensamientos; cuando Luhan abrió pudo ver que entraban dos personas: primero un rubio alto y algo intimidante, después entró un chico más bajo con la mirada perdida y el cabello castaño claro.
—Kris, préstame tus bocetos —dijo Luhan apenas dejó pasar al mayor; cuando éste se negó, el ciervo tomó por la fuerza la libreta que tenía en brazos el otro y buscó algo antes de pararse en frente de Sehun—. ¿Y ahora qué piensas de mis dibujos?
Luhan estiró el brazo, enseñándole unas inentendibles y amorfas figuras que atentaban con ser animales; el menor no pudo obviar más su giro de la cabeza mientras trataba de hallarle forma a las criaturas plasmadas allí.
—¿Qué rayos es esto?
—El producto de mi inmensa imaginación —respondió Kris, orgulloso de sí mismo.
Los dedos de Sehun pasaron las hojas con los dibujos uno a uno, tornando su expresión de sorpresa a asco, pasando por la confusión; Baekhyun se paró detrás de él, tomando casi las mismas muecas que el menor. Cuando el castaño hizo contacto visual con Luhan, quien estaba compadeciéndolo en silencio, se dignó a preguntarle algo sencillo.
—¿Verdad que mis dibujos son los mejores? —Sehun se limitó a inclinar la cabeza ligeramente.
—Soy un artista incomprendido, pero me gusta hacer historias para niños, es divertido —volvió a hablar el más alto.
—Kris ge, la verdad… —Luhan se volteó a verlo con un sentimiento muy difícil de decifrar.
—¡No lo escuches, gege! —Lay rápidamente se puso enfrente de Kris cubriéndole las orejas para evitar que escuchara la sinceridad del ciervo—. Ya sabes cómo se pone cuando le decimos algo sobre el tema.
Yixing no olvidaba la vez en que un dibujante de webtoons había visto al mayor en una reunión para discutir un nuevo proyecto y le había dicho que debía cambiar su horrorosa manera de dibujar si quería “ser alguien” en el mundo del internet; como eran los primeros meses de Kris siendo dibujante, hizo que su confianza se perdiera por un tiempo, durante el cual Lay fue el encargado de cuidar a un Yifan perdido y deprimido. Fueron las palabras que el unicornio dijo lo que salvaron al gran Kris de renunciar a sus sueños artísticos, pero la pesadilla de Lay de andar de un lado a otro consolando a su amigo era algo que deseaba jamás repetir, por eso se encargaba que Kris tuviera un alto ego y no escuchara las duras palabras sobre sus “garabatos”. No obstante, había algo que Lay no percibía y era el sonrojo incontrolable del más alto, ya que éste sabía que su compañero de cuarto estaba muy cerca de él gracias a que su respiración chocaba con el cabello rizado de Yixing.
—Lay, ya puedes soltarlo —dijo Luhan al ver cómo le cambiaba de color la cara a Kris—: no le diré nada, lo prometo.
—Más te vale, Lu —lo amenazó, soltando lentamente a su mayor.
—¿Y bien? ¿Para qué vinieron hasta acá, gege?
—Quería ver qué tal va tu trabajo, Lu —explicó acercándose a la mesa que se usaba de trabajo—. Y Yixing te quiere dar algo.
—¡Cierto! Gracias por recordármelo, Kris ge —el interpelado sacó de uno de sus bolsillos de su pantalón un bote que era de pastillas definitivamente—. Aquí está lo que pediste, Luhan.
—Gracias, Xing Xing —Luhan sonrió maliciosamente y las guardó en la sudadera que llevaba.
—Por cierto, ¿para qué necesitas mis somníferos? No los necesitas ahora, ¿o sí? —preguntó curioso.
—No preguntes mucho, Lay, créeme que no te gustaría saberlo —una mirada amenazante surgió en el mayor.
—Ah, está bien —respondió el despistado Lay, restándole importancia al asunto—. Sólo recuerda devolvérmelas después.
La satisfacción recorrió las venas del ciervo.
—No te preocupes por eso, Lay.
Los dos chinos se quedaron un rato más a ver cómo Luhan y Baekhyun le daban más forma al primer capítulo de su webtoon, pero se fueron porque Lay quería comprar algunas cosas con Kris; así que el resto de la tarde, Sehun se quedó con la horrible imagen mental de las creaciones del más alto. Seguramente se llevaría bien con Chanyeol, porque ambos parecían ser bastante idiotas como para entenderse. Y tal vez Jongin entraría en la categoría. Por estar inmerso en sus pensamientos, Sehun no se dio cuenta que Luhan estaba secreteándose muy seguido con Baekhyun… probablemente demasiado para el gusto de cualquier persona.
—Bueno, hoy me voy temprano, Sehun —anunció el asistente, empezando a recoger sus cosas.
—¿Por qué? ¿Quedaste de verte con Chanyeol en un motel antes de que acabe su hora de almuerzo? —bromeó el menor.
—Sí, es eso, Sehun —atacó el mayor con una mirada seria, aunque en realidad ese era un buen plan para él—. Luhan hyung se quedará a tiempo completo.
—¡Oh no, eso sí que no! —gritó el castaño—. Acepté a que vinieran a trabajar porque son ustedes dos, hyung; si será él solo, puede hacerlo desde la tranquilidad de su casa.
—No hay nadie en mi departamento y no tengo copia de las llaves —Luhan sonrió triunfante; Sehun giró su cabeza para verlo e intentar asesinarlo con la mirada, pero obviamente no pudo, lo que hizo la sonrisa del cervatillo aún más notoria—. Si no me crees podemos ir a mi edificio y puedes comprobarlo por ti mismo.
—N-n-no es necesario, te creeré por ahora —tartamudeó el castaño sin tener el valor de dar un paso afuera de su departamento de nuevo.
—Entonces yo confiaré en que los encontraré vivos para mañana y me iré a relajar un rato —Baekhyun de verdad estaba considerando la idea de secuestrar por un rato de su trabajo a Chanyeol—. ¡Hasta mañana!
—Adiós, Baek —se despidió Luhan.
Se formó un incómodo silencio en el departamento de Sehun; él sentía que la sangre le hervía a causa del dibujante que le sonreía tan descaradamente, pero… ¿por qué diablos se veía tan bonito cuando hacía eso? ¿Y por qué de repente hacía tanto calor en pleno invierno, en especial si Sehun era friolento?
—Solamente tengo una condición… —susurró, apartando sus ojos de esa hermosa imagen del mayor.
—Escucho.
—Trabaja en silencio —el color se le subió a las mejillas y sintió cómo se le aceleró el corazón, percibiendo la tan positiva aura del dibujante—; si puedes hacer eso, no te correré de aquí.
El mayor asintió tranquila y suavemente. La sonrisa plasmada en su rostro no se iría pronto: había ganado la primera batalla, lo que le daba luz verde de seguir con su plan para sacar al ermitaño de su cueva. El derrotado castaño regresó a trabajar en su escrito con la esperanza de no ser distraído por Luhan y todo su… ¿esplendor? Mientras, el ciervo lo miraba cómo agachaba la cabeza tímidamente y le pareció algo asombroso que alguien tan frío como él pudiese sentirse así de cohibido; definitivamente tenía que cambiarle la personalidad a fondo y enseñarle a no ser tanto así. Movido por ese sentimiento de protección fraternal, Luhan palpó el bolsillo de su sudadera para sentir el frasco de pastillas: sólo tenía que esperar a la oportunidad perfecta…
—Sehun, ¿no tienes un espejo donde pueda verme? —inquirió el chico de cabellos cobre.
—¿No quedamos en que te quedarías callado? —lo regañó el menor, soltando un suspiro simultáneamente; pero al ver la suplicante mirada del mayor, le contestó algo avergonzado—. Sólo hay uno en el baño.
Sigilosamente, Luhan se dirigió a la puerta que había indicado que era dicha habitación; se miró un poco, aguantándose la risa de hacer lo que planeaba. Abrió la boca y gritó muy fuerte, lo que sobresaltó a Sehun.
—¡Sehun, ven, ven! —proliferó Luhan, empezando a entrar en su actuación; cuando llegó el menor a su lado, estaba resoplando para parecer desesperado—. ¿Qué tengo en la cara?
—¿De qué? No puedo ver nada —Sehun intentó calmarlo; sonó un pequeño objeto cayendo al piso del baño y otras cosas pequeñas rebotando después—. ¿Pero qué mierdas es esto?
Las pastillas somníferas habían caído de la ropa de Luhan, sabía que lo había arruinado a lo grande, entonces pensó en algo rápido; «lo bueno es que tenía una escondida en la mano», pensó el mayor. Pisó el pie de Sehun tan fuerte como pudo, antes que de viera el empaque de los fuertes somníferos; el menor se quejó como si lo acabaran de patear en la espinilla, entonces Luhan aprovechó que abrió mucho la boca para meterle la pastilla e inmediatamente le cerró la mandíbula y le tapó la nariz para forzarlo a tragársela en seco. Luego de escuchar cómo pasaba el medicamento por la garganta de Sehun, el ciervo huyó de los golpes que el menor pretendía darle, pero cayó desmayado en su sofá a los pocos minutos, rindiéndose a los efectos del somnífero.
—Xi Luhan, eso ha sido lo más estúpido que has hecho en tu vida —soltó un suspiro de alivio y se sentó junto a un inerte castaño—. Bueno, vámonos, Sehun; tenemos muchas cosas por hacer.