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Entre el paraíso y el infierno por SebbyPhantomhive

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Notas del capitulo:

hola gracias por seguir este fic... :D

En la noche dentro del infierno fuera de una habitación que estaba casi repleta de cajas.

-Deberíamos celebrar, hacer una especie de bienvenida. Decía emocionado Hakutaku tratando de alguna manera disimular la tristeza que sentía después de su vergonzoso destierro, pero pensaba que era la decisión correcta y eso lo animaba.

-¿Qué celebrarás? ¿El ser expulsado del cielo? Dijo sarcástico el demonio, el chino desvió la mirada.

-Mmm... Pues si lo pones de esa manera, no suena bien. Pero eres un aguafiestas... Contestaba de forma molesta, después de todo esa decisión fue por él, y el demonio insensible parecía no darle importancia.

-Soy realista... Además no entiendo, porque yo debo soportar el castigo. Bufó Hoozuki con molestia, aunque se alegraba de que Hakutaku demostrara que sus sentimientos eran verdaderos no cualquiera despreciaría el cielo por amor, obviamente no se lo diría.

-¿Cual castigo? Cuestionó con mala cara el chino.

-¿Cual castigo? pues el vivir contigo... Respondió el demonio con fingida molestia pellizcando como de costumbre las mejillas de su amado rival.

-Bah... sé que lo deseabas... Dijo con dificultad Hakutaku al sentir ese fuerte pellizco de su amante, era su forma ruda de mostrar afecto, eso tranquilizaba al chino que sonreía a pesar que sus mejillas ardían.

-No digas tonterías... ¿Quién querría vivir contigo? Además ya ni puedo entrar en mi habitación, está llena de cajas.  Exclamaba con molestia Hoozuki que con dificultad entraba a su ocupada muy ocupada habitación.

-Pues tu habitación estaba casi llena de muchas cosas cuando vine, así que no me culpes. Se justificaba mirando a su alrededor y entraba detrás del demonio.

-Aunque creo que sí, debí haber dejado algunas cajas y mandarlas a traer después. Murmuraba al notar el poco espacio.

-Por lo menos la cama esta sin cajas... Dijo en tono sugerente el demonio dando media vuelta para mirar a su amante.

-¿Eh? Exclamaba sorprendido el chino y notar perversión en la mirada del demonio.

-No creas que te quedaras gratis aquí en mi habitación... Te haré pagar con creces... Aclaraba con malicia y sensualidad el demonio acercándose al chino en un ligero abrazo lo olfateaba cual presa que devoraría después, haciendo estremecer de deseo al otro.

-Jujuju... eres un pervertido... Decía con complicidad y sonrisita traviesa  el chino, sintiendo esos filosos colmillos rozar con sensualidad su cuello, y el cálido aliento del demonio le alteraba por completo, abrazándose con más fuerza pretendían llegar a la cama que extrañamente estaba desocupada.

-Lamento interrumpir...  Se escuchaba a alguien de temerosa voz parado en la entrada de la habitación, haciendo que la pareja que caminaba cariñosa a su aposento se separará de inmediato, Hakutaku disimuladamente miraba una de las cajas mientras que Hoozuki miraba con coraje a su jefe que estaba nervioso en la entrada.

-Usted... me las pagará después... Amenazaba con seriedad el demonio a su jefe, no era por la interrupción de ahora sino porque sabía que era él quien había permitido al chino quedarse con él.

-¿Qué hice? Hoozuki kun no me asustes... Exclamaba nervioso y atemorizado Enma sama al ver la mirada siniestra de su ayudante, quien con la mirada señalaba a Hakutaku, dándole a entender la razón de su molestia, aunque era una fingida molestia porque en el fondo le resultaba emocionante convivir con alguien, pero era extraño ya que siempre estuvo solo.

-Hakutaku san me contó que no tenía donde ir, yo solo... pensé que estaría bien que viviera contigo... Respondía el rey del infierno con una pequeña sonrisa mirando a Hakutaku que se acercaba a Hoozuki por detrás.

-No se preocupe, Enma sama... Agradezco mucho su apoyo, Decía con una gran sonrisa burlona el chino, abrazándose por la espalda a su amante, apoyando su cabeza en su hombro, con el afán de molestarlo,  a lo que el demonio lanzó un suspiro de resignación apartándose de ese abrazo.

-De nada... mi querido yerno... Respondía alegremente Enma sama con una sonrisa, pero de repente al terminar de decir eso una fría mirada lo alcanzó,

-¿Yerno? Murmuraba Hoozuki con molestia mirando de forma asesina a su jefe.

-No debí decir eso... Exclamaba temeroso retrocediendo su paso el rey del infierno para salir corriendo de la ira del demonio.

-Creo que no... Decía resignado Hakutaku viendo a  su malhumorado amante, pero unos sollozos interrumpieron la tensión del momento.

-¡Oh Hakutaku san! ¡Que tristeza! Me sentiré solo sin usted. Sollozaba Momotaro que se presentaba también en la ajustada habitación de la pareja, Enma sama agradecia que apareciera pues Hoozuki olvidó lo anterior y se disponía a arreglar las cosas de su estante para hacer espacio.

-Estarás bien Tao taro... alguien debe seguir recolectando los melocotones. Le consolaba con una sonrisa Hakutaku a su ayudante que estaría solo a partir de ahora.

-Bueno además puedes venir a visitarme... Decía el chino al ver que seguía sollozando Momotaro, el demonio chasqueaba la lengua pues todo iba demasiado rápido, la situación era ya cierta,  su relación con el chino se estaba oficializando y eso lo hizo sentir un pequeño escalofrío quedándose quieto y en silencio, lo que notó Hakutaku acercándosele para ver que le sucedía.

-Hoozuki san... tengo hambre, no he comido en todo el día... ¿Dónde se come aquí? Trataba de entablar conversación Hakutaku para sacar de ese extraño trance a su amado.

-Pues en el comedor, Le respondió fríamente el demonio, pero por lo menos ya había reaccionado.

-Vamos Hakutaku san... te invitaré a comer... Dijo Enma sama al escuchar como el estómago del chino rugía un poco por el hambre, avergonzado pero con una sonrisa aceptó, todos salieron al comedor para cenar a esa hora las mesas estaban llenas de los esbirros que terminaban su jornada laboral, la pareja y sus acompañantes sentados a la mesa sentían la tensión de que todos los miraban, y no era para menos ya el rumor se había corrido, el eficiente y serio ayudante de Enma sama,  viviría junto a su amante a partir de ahora, corroborando de que los chismes de antes eran ciertos.

-Esto es muy incómodo... Todos nos están viendo... Murmuraba malhumorado el demonio mirando fijamente el menú del día.

-¿Te da vergüenza? ¿Estas avergonzado? Le molestaba restregándose burlonamente el chino que estaba sentado junto al enojado demonio, se escuchaban los murmullos a su alrededor.

-No, solo que no me gusta ser el centro de atención, no soy como tu... Decía Hoozuki con seriedad alejándose de su pareja un poco.

-¿Qué tratas de decir? Cuestionaba molesto Hakutaku ante esa insinuación.

-Nada... no necesito explicarte todo ¿o sí? Hablaba con sarcasmo el demonio, haciendo molestar al chino, pues en realidad no sabía si era precipitada la decisión de vivir con él, ahora entendía que tal vez era una molestia.

-Si tanto te molesta… que este aquí... solo dilo y me iré....  Exclamaba molesto Hakutaku con la mirada enojada y fija en el demonio, todos lo miraron algo nerviosos, sobre todo Enma sama y Momotaro que estaban más cercanos a la pareja, que parecían asesinarse con la mirada.

-No hagas escenas de esposa ofendida.... Habló Hoozuki con seriedad pero tratando de calmarse.

-Tch... Chasqueó la lengua Hakutaku quien decidió ignorarlo y mirar el menú, pasaron unos segundos y se notaba un sonrojo muy notorio en las mejillas de Hakutaku quien había permanecido callado desde el pequeño enfrentamiento con su amante, quien callado esperaban que trajeran la comida.

-Estas sonrojado... Hakutaku san... ¿No me digan que ustedes? Cuestionaba algo alarmado y avergonzado Enma sama, ya que veía un raro movimiento bajo la mesa en el lado de la pareja, y ciertamente Hoozuki desvió la mirada y sacaba su mano de debajo de la mesa.

-Este es el infierno pero tenemos cierto nivel de moralidad... Les regañaba Enma sama a los dos,  Hakutaku avergonzado agachaba la  mirada, el demonio solo lo ignoraba.

-Tch... ¿Te tienes que excitar tanto solo con tocar tu pierna? Murmuraba en voz baja el demonio a su amante.

-Cállate... Exclamaba molesto Hakutaku pues precisamente no tocaba solo su pierna. Y todos se quedaron en un sepulcral silencio al interpretar la mirada del chino, una vez que trajeron sus platos decidieron comer. Cuando se veía a un pequeño perro blanco acercarse a su mesa con el rostro un poco sorprendido.

-Hoozuki sama...  ¿Momotaro? ¿Hakutaku sama? Decía algo confundido Shiro al ver esos rostros que no eran muy concurrentes en el infierno, y más al ver a Hakutaku y Hoozuki sentados juntos en un lado de la mesa.

-Ni hao, Shiro chan... Saludaba con una amable sonrisa Hakutaku.

-¿Por qué están todos reunidos aquí? El perro asintió el saludo y cuestionó a todos que parecían mirarse con complicidad.

-¿ no lo sabes Shiro?  Dijo  el chino con intriga, a lo que el perro curioso solo se llenaba más de duda.

-Saber qué... Murmuró Shiro confundido.

-Hoozuki y yo viviremos juntos... Le daba la buena nueva al perro que al escuchar eso, y ver que el demonio no lo negaba, se sorprendió mucho.

-¿Ah? Musitaba dudoso el perro pensando que aquello era una broma.

-Somos amantes... Confirmaba Hakutaku abrazándose ligeramente a Hoozuki, que no lo empujaba, solo miraba de reojo y tomaba su bebida.

-¡QUEEEEEEEE! Exclamaba escandalizado Shiro, a lo que Hakutaku no paraba de reír ante la reacción del canino.

-Cállate, tampoco te des tanta importancia. Le decía el demonio a su amante mirándolo mal,  Enma sama y Momotaro disimuladamente ignoraban la escena ya que todos los miraban.

-¿Él era su novia? Cuestionaba sorprendido y dudoso el pequeño Shiro saliendo un poco de su asombro mirando al serio demonio.

-Algo así... Respondió Hakutaku ya que el demonio desviaba la mirada.

-Pero ustedes se odian... Decía Shiro con extrañeza mirando a la pareja.

-Lo odio... ¿Quién dijo que no? Aclaraba con mala cara el demonio.

-¿Entonces por qué están juntos? Cuestionaba el perro todos se miraron entre sí con complicidad.

-Eso no se pregunta... Dijo coquetamente Hakutaku con una sonrisa apegándose a su amado, que se alejaba de ese acercamiento.

-Del más profundo odio puede nacer el verdadero amor ¿Verdad, "cariño"? Comentaba burlonamente el chino sonriendo a todos y se abrazaba a Hoozuki.

-Cállate, deja de decir tantas idioteces, maldito chino estúpido! Exclamaba molesto y hastiado Hoozuki empujándolo lo hizo caer al suelo, entonces Hakutaku le reclamaba sentado en el piso y el demonio no se quedaba callado armando una discusión en medio del comedor, en que todos los miraban extrañados.

-Ellos se aman... Murmuraban sus más cercanos con resignación en medio de un suspiro. Todo se tranquilizó después de unos minutos y hablaban amenamente en el comedor que poco a poco se iba quedando vacío, ya era un poco tarde así que todos se marchaban.

-Buenas noches… Se despedían Momotaro, Enma sama y shiro quienes les habían hecho compañía a la pareja, dejándolos solos se formó un raro silencio entre ambos.

-Debo regar mis plantas… Puedes ir a la habitación… Aclaraba Hoozuki pretendiendo alejarse de su amante.

-Nunca me has mostrado tu jardín de peces dorados… ¿Podría verlo? Dijo tímidamente Hakutaku actitud que el demonio no resistía, deteniendo su paso asintió con la cabeza para que el otro lo siguiera. El chino caminó y al momento caminaba a su lado con una sonrisa mientras salían del comedor.

-Estas son esas cosas en pareja… que se supone deben hacerse. Compartir tus gustos y esas tonterías. Decía resignado el demonio viendo lo feliz de su amante que caminaba junto a él.

-¿Ah? Solo es curiosidad… No es como que quiera estar pegado a ti…  Refutaba con fingida molestia el chino mientras caminaban por uno de los pasillos que los llevaría al jardín. Pero sin darse cuenta ambos rozaban sus manos, dudando entre tomarlas o no, con disimulo ninguno se tomó de la mano del otro. Llegaron al jardín lleno de ese destello entre rojo y blanco que resaltaba de forma animada frente a los ojos de la pareja, Hakutaku asombrado miraba el gran jardín, nunca lo había visto pero le parecía hermoso algo digno de su amado.

-Bueno… después de todo si vas a quedarte aquí, podría enseñarte a cultivarlas y cuidarlas, Hablaba Hoozuki a unos pasos por detrás del chino que contemplaba admirado como el viento soplaba a los peces dorados.

-Me gustaría ayudarte, Respondió animado con una sonrisa Hakutaku.

-¡Asombroso! ¡No pensé que fuera tan grande tu jardín¡  Acotaba el chino con admiración acercándose lentamente a su demonio.

-¿Te gusta? Cuestionaba Hoozuki como perdido en la sonrisa de su amante, debía admitir lo hermoso que se veía con esa sincera sonrisa y como le fascinaba ver cerrar sus ojos cuando lo hacía.

-Es extrañamente hermoso… Respondió Hakutaku rompiendo distancia entre los dos, su mirada enamorada era evidente, y los peces dorados eran testigo del romance entre su dueño quien había permanecido solo por tanto tiempo. 

-Tal vez no sea tan malo vivir contigo… Murmuró el demonio entrelazando sus brazos al frágil cuerpo de su apasionado amante, quien al escuchar esa declaración se alegró mucho que su sonrisa se amplió mucho más, sabia entonces que no sería una carga molesta para el demonio pues en su mirada se denotaba algo especial, un tierno beso los unió permaneciendo así a la mirada de los muchos peces dorados que gemían al parecer de alegría.

Pasaron varios meses de entre feliz y difícil convivencia, en un transporte aéreo del infierno se veía a la pareja en uno de los asientos cuando el avión pájaro aterrizaba.

-Oye ya llegamos… Despierta… Hablaba molesto Hoozuki zarandeando a Hakutaku que estaba profundamente dormido.

-¿Ah? Tan rápido…  Se despertaba malhumorado el chino entreabriendo los ojos, pero parecía acomodarse nuevamente para dormir.

-Solo te la pasas durmiendo, eres un holgazán… Le gritaba Hoozuki lanzándole una revista a la cara para que despertara, todos a su alrededor que caminaban para bajar los veían, después de todo era una relación oficial y muy conocida en el medio.

-…. No soy holgazán… solo que últimamente me da mucho sueño….  Murmuraba Hakutaku en medio de un bostezo, disponiéndose a levantarse, con pereza se afirmaba a su amado para caminar.

-Bienvenidos al infierno europeo… Les decía una voz en la entrada del infierno.

-Vaya manera de disfrutar las vacaciones. Murmuraba Hakutaku quien con un puchero veía el cronograma de trabajo de Hoozuki.

-No son vacaciones, te dije que era un viaje de trabajo y tú quisiste venir. Decía el demonio con seriedad a su amante.

-Si… es que quería conocer el infierno europeo. Refutaba algo arrepentido el chino, pero en verdad no entendía por cual razón últimamente sentía una fuerte dependencia al demonio, caminaron hasta llegar a la oficina central del infierno, donde una figura conocida parecía recibirlos.

-Hoozuki sama…. Hakutaku sama… Le llamaba a unos metros un hombre con apariencia de mosca recibiéndolos con una al parecer fingida sonrisa.

-Veremos qué tan duradera es su relación… murmuraba Beelzebub con una extraña mirada viendo a la pareja que tomada de la mano se le acercaba.

 

 

Notas finales:

muchas gracias por leer... 

https://www.facebook.com/pages/Hoozuki-Hakutaku/651290678280792


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