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Entre el paraíso y el infierno por SebbyPhantomhive

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Notas del capitulo:

Hola espero hayan esperado este capitulo, yo anhelaba escribirlo, la canción que inspira este capitulo es The Gazette, titulo: wakaremichi :D watch?v=QxX4xJtaus8 AMO ESA CANCIÓN espero les agrade, ya estamos en los últimos capítulos, gracias por sus comentarios que son tomados muy en cuenta, besos :D gracias por leer este fic y amen mucho más a Hoozuki y Hakutaku.

Era ya de noche, después de un ajetreado y exasperante día, Hoozuki quien había sido asediado de malos comentarios por parte de la prensa del infierno todo el día, que no se cansaban de preguntar sobre la supuesta relación de él con el reconocido Hakutaku, pero firmemente el demonio negaba con mala cara cualquier insinuación, aunque ciertamente mentía, pero no quería ventilar un tema así a seres que no entenderían lo profundo de su relación, que el mismo se mantenía en negar, si lo confirmaba era como afirmar que amaba al idiota chino de sonrisa ligera, y su orgullo no se lo permitiría.

Los murmullos que directamente no eran dichos en su cara fue el festín del día de todos a su alrededor, después de todo el intachable funcionario del infierno y mano derecha de una de las eminencias supremas del infierno, se veía caer por un rumor de una revista barata, aunque sabían la mayoría que era dudosa la información, había algo que hiciera que la reputación de un casi perfecto infierno que el ayudaba a manejar se vería ligeramente afectado. El demonio con fría mirada no se avergonzaba sino que altivo caminaba como de costumbre por los alrededores, nadie lo vería caer ni por un tonto rumor. El gato misteriosamente desapareció pero lo menos que quería el demonio era verlo, así que agradeció a los cielos el hecho de que se le impidiera cometer el asesinato de un animal.

-Hoozuki kun… Lamento todo esto… creo que es mi culpa, no debimos hablar tan deliberadamente esa noche en el bar, no debes culpar a ese gato, si alguien más hubiera escuchado, seguramente habría provocado esto. Decía arrepentido Enma sama mirando con tristeza a su ayudante que había pasado un terrible día, tal vez el peor de su existencia.

-Ya no tiene importancia… si no le molesta quiero que me lleve a un lugar, en su transporte privado. Respondió el demonio fríamente ocultando bien el pesar que sentía por esa inesperada noticia que creía que nunca saldría a la luz pública.

-Claro… ¿Qué vas a hacer? Dijo el rey del infierno con curiosidad, mirando a su esquivo demonio que no le miraba.

-Solo lléveme… no haga preguntas… Exclamó molesto el demonio sacando su celular parecía que mandaba un mensaje mientras con su jefe caminaba hacia la salida, ya no había ningún periodista escandaloso cerca así que ambos tomaron su misterioso rumbo. En el auto privado de Enma sama se escuchaba la voz de él a través de la radio.

-"No deben hacer caso a rumores de revistas que quieren hacerse populares con rumores infundados…" Resonaba la voz grabada del rey del infierno en esa emisora de radio, eso fue horas atrás cuando desmintieron ese rumor, la que seguramente sería la comidilla del infierno y el paraíso por unos días más.

-¡Hakutaku san… lo lamento… lo lamento tanto…! Le rogaba casi llorando Momotaro a la bestia divina mientras sentados estaban en un lugar lejano del paraíso.

-No importa, supongo que es lo mejor, no te preocupes. Murmuró con desanimo Hakutaku mirando fijamente su celular pues leía un mensaje que había recibido.

- Acompáñame a un lugar. Dijo Hakutaku con seriedad, algo raro en él, levantándose se disponían a seguir su camino. Unos minutos pasaron y se veían unas siluetas reencontrarse en un lago. Hoozuki y Hakutaku se miraban fríamente, de reojo miraban a unos metros la casa que era el refugio de su idílica relación, de los muchos momentos que pasaron juntos, mientras tanto sus acompañantes aguardaban en puntos opuestos en una considerable distancia de la pareja, no los escuchaban pero podían ver lo que harían, y algo les suponía que no sería algo bueno, sino no estuvieran ahí.

-Como ya lo dije antes, no quiero que esto nos cause problemas. Comenzó a decir el demonio con seriedad rompiendo el silencio entre ambos. Notando como Hakutaku agachaba la mirada, conteniendo palabras que deseaba decir, pero que no diría.

-¿Vas a llorar? Cuestionó con sarcasmo el demonio al notar el silencio de su amante.

-Claro que no… Respondió con enojo Hakutaku, no estaba de humor para escuchar esas insinuaciones.

-Fue divertido estar contigo, Decía sinceramente el demonio, se notaba por su mirada.

-¿Conoces la diversión? Idiota aburrido. Hablaba burlonamente Hakutaku suponiendo que esa la última vez que hablarían, si lo haría sería una conversación a su estilo.

-No me hagas golpearte estúpido. Respondía Hoozuki conteniendo su mano para golpearlo, el chino le sonreía pero era una sonrisa melancólica, ambos en silencio se quedaron y el frio del adiós rozaba sus cuerpos, desviando la mirada, no hablaron por largos segundos, los dos que los miraban de lejos, notaron aquello y se entristecieron sintiéndose culpables.

-Fue muy firme tu decisión de negar todo… todos lo creyeron. Decía algo resentido Hakutaku, mirando al demonio.

-Es mejor que esconderse. Exclamó Hoozuki desviando la mirada.

-Tú has dicho que no sé mentir, así que mejor me escondí. Se justificaba Hakutaku ya que todo el día se había escondido en una posada lejana del paraíso.

-Además no fue serio todo esto, solo fueron momentos. El demonio decía con seriedad, ocultando su verdadero sentir.

-Si… solo momentos… Murmuraba fríamente Hakutaku apretando ligeramente los puños, pues no era algo pasajero lo que se sentía era verdadero. Ambos en sus mentes repasaban de forma rápida esos momentos tan significativos aunque ahora pretendían minimizarlos.

-A partir de ahora pretendamos ser extraños, es lo mejor. Dijo Hoozuki mirando fijamente a su amante.

- Adiós… Hakutaku san, buena suerte. Se despedía el demonio con seriedad, acercándose al otro, comenzaba a pellizcarle las mejillas, esa muestra de afecto tan propia de su relación.

-Adiós… Hoozuki san, buena suerte para ti también. Murmuró la bestia divina con tristeza en su voz, cuando su demonio quitaba las manos de sus mejillas, ambos rozaron sus labios y en forma instintiva sus dedos meñiques se entrelazaban a manera de promesa, de una promesa que parecía decirse en esa melancólica mirada del adiós. Separándose se alejaron sin decir más, acallando palabras que jamás dirían con el corazón roto se encontraban con sus respectivos acompañantes que callados notaban el decaído ánimo de cada uno.

-Vámonos… Murmuraron Hakutaku y Hoozuki, alejándose lentamente entre sí.

Pasaron varios meses desde aquel escándalo que fue desmentido abiertamente por ambos lados, sin embargo algo de aquello los había cambiado a los dos, la sonrisa y el buen ánimo de Hakutaku no eran muy evidentes muy seguido, se denotaba una melancolía extraña en su mirada, y no era para menos la distancia con el demonio en lugar de apagar el fuerte apego que sentía por él se convirtió en algo más fuerte, en su afán por olvidarlo más lo recordaba haciéndolo extrañar en gran manera y de una forma muy cursi. Trataba de negar aquello con la bebida y mujeres, pero nada podía hacer que olvidara a su demonio, nadie lo hacía sentirse completo como lo hacia él, y aquello le dolía mucho más.

Mientras tanto el demonio en el infierno volvió a su trabajo a tiempo completo nuevamente, ya no habían esas escapadas nocturnas, ni nadie que lo fastidiara con estúpidos mensajes y llamadas, pero cuanto extrañaba esa tonta rutina que había llevado por esos meses con su amante, su serio semblante tenia a veces ese destello de tristeza y se podía notar como su pensamiento se perdía repentinamente. Solo el trabajo, cuidar a sus peces dorados le aliviaba la terrible carga que llevaba consigo, pensar que aquello de la separación era su idea pero no tanto lo había hecho por él, pues no le importaba lo que pensaran los demás, pensaba en las consecuencias que tendría la bestia divina, pues no sabía a ciencia cierta cómo lo castigarían si se confirmaba que un ser divino como Hakutaku se relacionaba con un demonio, podría tener funestas consecuencias según lo que había investigado, por primera vez en su vida se sacrificaba por alguien, y aquello solo daba convicción de que ese sentimiento por el chino era sinceramente amor, aunque no lo admitiría.

En muchas ocasiones en esos días de alejamiento, se topaban por lugares, pero ambos seguían su camino, como si no se conocieran, se ignoraban ya ni siquiera eran enemigos, rivales, mucho menos amantes o conocidos eran meros extraños, era doloroso para ambos esa realidad, cada cual disimulaba con sus comunes gestos, la falsa sonrisa feliz de Hakutaku y la frialdad característica de Hoozuki. Pero una noche en un bar de un infierno mortal…

-Ese idiota… Murmuró Hakutaku al notar que el bar que casi siempre concurría estaba una silueta demoniaca que bebía junto a su jefe en una de las mesas.

-Mejor vámonos… Dijo Momotaro al notar la incomodidad de su acompañante, parecía debatirse entre irse o quedarse.

-No… Si me voy será como darle a entender que aún me importa… Acertó a decir decidido el chino cuando notó que el demonio lo miró de forma efímera para ignorarlo de inmediato.

-¿Y no le importa?… Cuestionaba Momotaro viendo el rostro confundido de Hakutaku, mientras con cierta duda entraban al bar.

-Claro que no, Respondió el chino con fingida valentía pero su corazón latía acelerado pues ver al demonio que amaba tan cerca le alteraba de cierta forma irracional.

-Hoozuki kun… Acertaba a decir Enma sama a su fiel ayudante, cuando este notó como Hakutaku y compañía se sentaban en unas mesas más allá de la suya.

-Estoy bien… Murmuró seriamente el demonio mientras bebía un sorbo de sake.

-¿quieres irte? Preguntó el Rey del infierno, algo nervioso pues el ambiente ya empezaba a tensarse, en todo el bar todos tenían fija su atención a la pareja que supuestamente habían mantenido una relación cercana, aunque fue desmentido ese rumor siempre quedó la duda.

-Dije que estoy bien. Respondió molesto Hoozuki ante la insistencia de su jefe, ambos bebían en sus respectivas mesas, ignorándose por completo, el ambiente parecía menos tenso después de unos minutos, aparte nadie quería sufrir con el enojo del demonio, si seguían con sus miradas sospechosas. Todos bebían en el bar de forma divertida, aunque no todos se divertían.

-Esta canción va dedicada a la persona que rompió mis ilusiones y mi corazón. Se escuchaba decir a un esbirro desconocido y ebrio que tomando el micrófono comenzaría a cantar en el karaoke, se notaba lo dolido de este, Hakutaku y Hoozuki lo veían con mala cara.

-Maldición… justo hoy tenía que ser la noche de los despechados. Exclamaba en un susurro el demonio, bebiendo aún más.

-Para ti… mi querida y dulce…. Decía el despechado esbirro conteniendo las lágrimas y la melodía comenzaba a sonar.

-Ya canta de una vez… Se escuchaba el reclamo de Hoozuki resonando en el bar, causando la risa de los alegres borrachines, su ex amante que lo escuchó renegar, sonreía sonrojado de forma disimulada, Momotaro que lo veía, resignado sacudía la cabeza, pues al parecer el chino aun sentía algo por el demonio, pues en su borrachera suspiraba más de lo normal. La canción se entonaba en volumen alto, el borracho con mala voz cantaba inspirado. (Pueden escuchar la canción watch?v=QxX4xJtaus8, disculpen la intromisión ;))

Te amé demasiado, pero es momento de partir. 
Cada día estaba lleno de peleas.
Tengo que vivir solo desde ahora.
No volveré a llorar nunca más.

-Yo no lloré… Murmuraba Hakutaku al escuchar como esa canción parecía describir lo sucedido con su demonio, seis meses atrás en esa triste separación, aunque no lo admitiera si había derramado unas lágrimas, Hoozuki también pensaba en la letra de esa canción, suspiraba resignado ante la mirada extrañada de su jefe.

Sinceramente, esto es difícil, doloroso y solitario. 
Pero es porque pretendes ser fuerte.
Lo siento. Fui un estúpido al creer que siempre
reiríamos, incluso aunque yo sólo quería llorar.

-Nunca reía, así que da igual… Murmuraba divertido Hakutaku refiriéndose al carácter serio de su amante que de forma imposible sonreía, Momotaro al escuchar ese extraño comentario solo sonrió, el demonio en la otra mesa, pretendía no escuchar esa canción.

Aquellos días fueron agradables, despreocupados.

Fueron pocos, pero estábamos felices.

A pesar de que estábamos felices...

-Nhn… Suspiraron con algo de molestia los dos al terminar esas líneas, sin duda fueron los mejores días de su larga existencia, pero ninguno lo admitiría, sus mentes se remontaban en recuerdos de esos momentos vividos.

Lo entendí rápidamente, 
porque he visto muchas expresiones hasta ahora.
No es que hayamos perdido el interés,
pero es mejor dejar de vernos,
decir "Da lo mejor de ti" y andar por nuestros
propios caminos separados.

-Tch… Chasquearon la lengua ambos, el destino les jugaba en contra esa noche, los dos en ese bar escuchando aquella canción que describía su historia de amor, haciendo que de algún modo dudaran de la decisión tomada.

Adiós, te veré de nuevo, cuídate. 
Nunca, nunca te olvidaré.
Adiós, definitivamente nos volveremos a ver, ¿cierto?
Es una promesa, enlazaremos
nuestros pequeños dedos como una señal.

-Estúpida canción… Murmuraron ambos en voz baja, agachando la mirada, recordando la muda promesa que se hicieron cuando se despidieron, eso solo comprobaba que realmente los dos en lugar de olvidarse al parecer se habían enamorado más en la fría distancia.

Nunca te olvidaré. No cambies, mantente como la persona a la cual amo.

Adiós, seguramente nos volveremos a encontrar, ¿no es así?

-…. Los dos en silencio se quedaron levantando sus rostros se miraron de forma efímera con cierta melancolía, sus respectivas compañías los miraban también, algo sorprendidos por el lenguaje mudo que se tenían los dos, les trataban de dar animo con una sonrisa.

Tú, a quien amo, te has convertido en un precioso recuerdo que no cambiaré.

-Maldición… Murmuraron ambos sintiendo una punzada en sus pechos, sin duda les remordía en su ser el pensar, que tontamente fueron separados, que por mucho tiempo que pasara el sentimiento no cambiaría, los dos con resignación sacudían la cabeza tratando de negarse a sí mismos el hecho de que estaban destinados a estar juntos, aun en medio de golpes, peleas, era un hecho el complementarse uno al otro.

Tan solitario que podría morir, tu voz no saldrá de mi cabeza.

-¡Tráigame otra bebida…! Gritaron los dos cuando la canción acababa ante la mirada un poco sorprendida de todos, se sirvieron más bebidas.

Pasaron unas horas bebiendo sin parar, Hoozuki que nunca se embriagaba esa noche quería hacerlo, pedía la bebida que podía lograr el objetivo, sonrojado seguía bebiendo en medio sus pequeños gruñidos, mientras Hakutaku ya en el delirio de su borrachera estaba fuera de sí, era difícil estar cerca del ser por el cual sufrías de amor, y la letra de la canción seguía resonando en su cabeza. De reojo a veces sus miradas chocaban, ignorándolas de inmediato. Todos sentían la tensión del momento en ese bar que se iba vaciando al llegar la madrugada.

-Creo que debemos irnos, Hakutaku san. Sugería Momotaro al notar el estado de su compañero de juerga, ya deliraba hablando tonterías, y contando conejos en el aire, pero se le notaba una mirada triste.

-No… quiero beber… un poco más… Dijo con molestia sirviéndose más bebida, el demonio que lo miraba con disimulo seguía bebiendo en silencio.

-Hoozuki kun… vámonos, temprano tenemos trabajo. Aclaraba Enma sama mirando su reloj, el demonio a quien se le cerraban los ojos, pretendía seguir bebiendo aunque su intención era irse cuando Hakutaku se marchara primero.

-No… estoy bien… casi ni estoy ebrio… Murmuraba con dificultad el demonio que por primera vez se embriagaba de esa manera, su jefe resignado lo seguiría acompañando.

-Mal de amores… Suspiraron en voz baja Momotaro y Enma sama quienes junto a los amantes separados, seguían bebiendo tratando tal vez de acallar su ansiedad.

-Voy al baño… Decía Hakutaku poniéndose de pie, pero mareado en sus pasos casi caía, unos pasos más dio, cuando sintió caer pero alguien lo sostuvo, cayendo sobre sus piernas.

-Lo siento… Murmuraba con una sonrisa Hakutaku, sin sospechar que quien lo había halado intencionalmente para que cayera sobre él, había sido el demonio, los dos sentados en el piso se abrazaban ligeramente ante la mirada atónita y nerviosa de Momotaro y Enma sama, y de las pocas personas del bar que en su mayoría estaban ebrios.

-Sabes yo conocí a alguien como tu… Susurraba el chino con tristeza a su amante, en su delirio no lo había reconocido.

-¿De verdad? Replicaba el demonio acariciando el rostro sonrojado de Hakutaku, podía justificar su actitud de ahora por la bebida, así que seguiría el juego.

-Te pareces… mucho… Murmuraba Hakutaku acariciando el rostro de Hoozuki.

-Cara de amargado, así… Sonreía el chino tocando el ceño fruncido del demonio.

-Tch… Eres idiota…No juegues... decía malhumorado el demonio sintiendo como su amante, cariñosamente lo olfateaba.

-Hasta hueles como él… Dijo traviesamente Hakutaku, excitando un poco al demonio, ambos se abrazaron con algo de desespero ante la mirada embelesada de sus acompañantes, que nunca creerían verlos de esa manera, cariñosos entre sí.

-¡Te extraño Hoozuki idiota…! Exclamaba con lágrimas en los ojos Hakutaku abrazándose con fuerza al demonio.

-no seas patético… Murmuraba Hoozuki sintiendo como sollozaba el chino en ese abrazo que el correspondía.

-Todo lo hice por ti… Decía el demonio en voz baja aclarando su sentir, al escuchar eso Hakutaku se paralizó aun en su borrachera eso sonó claro, era prácticamente una declaración de amor por parte del frio demonio.

-¿En serio? Cuestionaba emocionado el chino, aferrándose con fuerza a los labios del demonio en un apasionado beso, dejando con la boca abierta a sus compañeros, agradecían que el bar estuviera casi vacío.

-Oigan ustedes… Exclamaron escandalizados Momotaro y Enma sama viendo como ellos no pretendían separarse, sino que el beso se intensificaba.

-¡Cállense…! Dijo la pareja molesta, mirándolos mal, unos segundos después en medio de ese exquisito y anhelado beso la borrachera podía más, prácticamente se durmieron durante ese beso.

-Idiota… Se dijeron entre sí, cuando caían en un profundo sueño. En un lugar oscuro se notaban unas siluetas recostadas en una cama.

-Hoozuki… Murmuraba Hakutaku palpando y sintiendo a su demonio que le abrazaba, parecía un sueño.

-Hakutaku… Murmuraba Hoozuki abriendo los ojos veía al chino despeinado entre sus brazos que se le apegaba más, mirando a su alrededor dedujo que era su cuarto, pero no entendía por qué estaba Hakutaku allí junto a él. Entrando así mismo en razón la bestia divina abría los ojos lentamente, viendo al despeinado demonio frente a su rostro, ambos abrieron sus ojos desmesuradamente.

-¿Ahh? Cuestionaron nerviosos separándose, recordando tal vez lo que había pasado, pero los recuerdos eran vagos.

-¿Qué haces en mi cama, idiota? Gritaba molesto Hoozuki empujando fuera de la cama a Hakutaku, que desde el suelo lo veía confundido. Ambos tenían esa mirada de "¿Qué hice?" y el silencio incomodo invadió la habitación.

Notas finales:

gracias por haber leído espero haya sido de su agrado :D besos... esperare sus comentarios y opiniones


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