Extra 01 – Casino
Venecia del Siglo XVIII
La música de la orquesta animaba el ambiente, las personas reían y se divertían mientras ingerían los distintos licores que la casa de juegos podría ofrecerles. Las jóvenes mecerás se movían entre la multitud ofreciendo tragos y algunos alimentos a la clientela que había asistido esa noche a la Casa de juego del Dragón Blanco. Muchos de los miembros esa noche eran nobles y aristócratas reunidos, algunas de la damas presentes en el establecimiento eran damas de compañías o señoras de sociedad que evitaban ser descubiertas con un antifaz en su rostro.
Esa noche en el bello edificio de piedra los Millefiore, una de la familia de nobles de Venecia había organizado un baile en esa casa de juego, el motivo de tal reunión era una ceremonia de apertura. Recientemente en varias ciudades de Italia y de Europa las casas de juegos estaban empezando a surgir y qué mejor forma de dar a conocer la Casa de Dragón Blanco, que una fiesta donde se había invitado a toda la alta sociedad paranormal y humana.
Lo que muchos de los humanos presentes no sabía, es que estaban conviviendo con vampiros, cambia formas, demonios, magos y algunos fey que habían sido invitados por la familia Millefiore.
Entre las mesas de azar se podía conseguir toda la diversión que humanos y no humanos quisieran, había desde mesas de dados, hasta el nuevo popular juego de Black jack que había venido de Francia y que algunos nobles empezaban a disfrutar. La ruleta era muy popular entre las damas y más cuando sus encantos eran insinuados a algún afortunado ganador. Sí, todo era animado en la Casa del Juego de Dragón Blanco y eso era algo que satisfacía a su propietario, Byakuran Millefiore.
Desde las escaleras del segundo piso y con el vaso de coñac en su mano, podía observar que todo estaba perfectamente bajo control. Hasta la joven pare que subió las escaleras pasando de largo de él, todo eso era parte del plan que se había especificado. Lo que para muchos eran una Casa de juegos, también era una casa de juego más allá de los del azar. Esa gran casa de juegos eran de tres pisos albergaba más que juegos de azar, lo que pasaba en el primer piso solo era una máscara para los juegos placer que se llevaban en el segundo piso, las partidas sobre naturales entre magos y algunos demonios.
-Te veo algo solitario primo- La dulce voz de prima llamo su atención.
Yuni, su prima, de la rama de los Black Spell y cambia forma alado estaba bellamente vestida con ese hermoso traje rococó color crema con flores. Poseía un antifaz de color marfil con plumas que evitaba que los humanos pudieran percibir quien era, pero para los no mortales, era fácil saber que era la princesa de los Millefiore y prima del dueño de la Cada del Dragón Blanco.
-Tan hermosa como siempre prima-le dijo tomando su mano para hacer una reverencia y dar sus respetos.
A diferencia de su prima, él iba vestido de azul y blanco. Su saco y su pantaloncillos eran de un azul celeste, mientras que su chaleco, mayas, zapatos y camisa eran de un blanco pulcro.
-Tan halagador como siempre- La mejor de los Milefiore se puso a su lado y abrió su abanico para batirlo un poco haciendo que sus risos se jugaran la suave brisa del abanico- ¿Qué tal la apertura?
-Ha sobrepasado mis expectativas - Le respondió sinceramente
-Es bueno saber eso, últimamente las cosas no han estado muy bien en Francia y dado nuestra cercanía con ellos pensé que muchos de los nobles estarían reacios a venir.
-Soy muy consciente de lo que pasa en Francia querida prima, por eso decidí hacer esta fiesta, no hay nada mejor que los placeres del azar, del licor y de la lujuria para que los nobles suelten la lengua-Le joven sólo sonrió y negó con su cabeza.
-Primo, debo advertirte que si bien tu estrategia es buena, haz reunido a la alta sociedad de paranormales y humanos, y tanto tú como yo somos consciente que los cazadores están tomando cada vez más fuerza y los Vindice tienen más de un siglo desaparecidos, si bien estás jugando muy bien tus cartas, para los negocios debes tener cuidado, nunca sabes cuando tu mano puede cambiar a tu contra.
-Esplendido prima, veo que tus lecciones han dado fruto-le dijo un poco sarcástico antes de elevar un poco la copa a la salud de Yuni- Pero soy muy consciente de eso, prima y he tomado medidas, en cada puerta, ventada y cualquier salida de esa casa he puesto sellos y vampiros que cambiaran los recuerdos de los mortales, ellos irán a sus casas felices y contentos, y todo recuerdo de aquí será el de placeres obtenidos.
-Entiendo- cerró el abanico y lo tomó en su otra mano- Bien, entonces creo que es momento de que arreglemos otro asunto pendiente primo.
-Usted dirá- le dijo reverenciándose un poco
-Quiero un baile, no hay mayor placer del que yo baile con el anfitrión de esta noche.
Para cuando el vals había empezado a sonar ambos primos estaban bailando en el salón de baile junto con otras parejas, disfrutando de la música bailaban sin importarles la habladuría de las demás y mucho menos de los observadores que estaban alrededor de las parejas danzantes. Pero todo ese agradablemente momento terminó cuando la mirada azul de Byakuran se topó con la mirada bicolor de un joven. Por su vestir se podía ver que dinero no le faltaba y a su dama de compañía tampoco.
Ambos jóvenes vestían de purpura y negro, colores muy inusuales ya que no era la moda que se llevaba en Francia y más para las fiesta de salón, lo que a muchos le sorprendió o por lo menos de los mortales es la joven compañera del bicolor no usaba antifaz dejando ver su hermoso pero tímido rostro (Chrome aún no tiene el parche). Para cuando la nueva pieza empezó a tocar ambos jóvenes claramente hermano dado a su gran parecido se unieron a las demás parejas. Su presencia llama mucho la atención tanto para los mortales y los no mortales que veían a la nueva pareja bailar, era casi hipnotizante para todos verlos bailar.
-Los gemelos Rokudo- Le susurró Yuni a Byakran ya que este no dejaba de mirarles- Se dice que son hijos de un príncipe demoniaco, abandonados a su suerte tras la muerte de su madre a dar a luz. Fueron adoptados por Dante Sparta.
-Pero no llevan su apellido
-Cosa de Demonios- Le respondió sin darle mucha importancia- Son más reservados que los fay y los elfos
-Me interesa- Cuando el cambio de pareja acercaba, Byakuran tomo a su prima para guiarla hasta el par de gemelos, para cuando el cambio se realizó Byakuran tuvo entre sus manos a la joven demonia.
-Buenas noches Señor Byakuran- Fueron las amables y cordiales palabras de la joven.
-Veo que estoy en desventaja, usted sabe mi nombre, pero yo no sé el suyo
-Soy Chrome Rokudo-le respondió antes de girar entre los brazos de Byakuran
-Un placer conocerla, pero no recuerdo haber invitado a usted y su hermano a mi velada en el Dragón Blanco
-No, no lo hizo, pero mi hermano siente cierto placer en hacer lo que se debe, así que pensó que era divertido colarnos a la fiesta de la temporada para la nobleza y líderes paranormales en la casa de juego de moda- Le respondió sinceramente.
-Me intriga saber cómo le hicieron, ya que este lugar está muy bien vigilado- Solo tuvo como respuesta una sonrisa por parte de Chrome
-Eso algo que no le diremos… Por ahora, realmente es una fiesta digna de estar y quisiera disfrutar un poco más antes de que nos corrieran o que tengamos que irnos por deseo de mi hermano.
-Das a entender que siempre haces lo que tu hermano te pide
-Sus deseos son los míos- Fue lo último que pudo oír de ella, antes de tener que dejarla ir para luego separarse y terminar la pieza.
Al terminar de bailar ambos gemelos se reunión otra vez, para luego dejar el salón de baile e ir a unos de los salones de azar. Intrigados por sus nuevos invitados les siguió hasta la mesa de dados.
-Su hermana es una excelente bailara- Fueran la primera palabras que le dijo al gemelo al llegar a su lado.
-Tiene una hermosa casa de juego señor Millefiore o es ¿Gesso?
-Está muy bien informado para solo estar de paso, señor.
-Soy Mukuro , Mukuro Rokudo-le dijo con un sonrisa coqueta, mezclada con un poco de superioridad.
-Muy bien señor Rokudo, debe entender que no me molesta su presencia siempre y cuando acate las normas de la casa y una de ella es que nadie puede entrar a hurtadillas.
-Mh es algo irónico no crees, no le molesta mi presencia, pero si el que nos hayamos colado a la fiesta
-La vida tampoco es algo compleja y debe entender que debo cuidar de mis intereses- Byakuran miró durante largo segundo fijamente a los ojos de Mukuro buscando algún indicio de que hablara.
-Bien te lo diré, pero no será tan fácil, estamos en una casa de juegos, así que le propongo que juguemos. Si usted me gana yo le diré como entramos mi hermana y yo logramos entrar, pero si yo gano- su sonrisa pasó de ser algo cortés a un coqueta, pero lo que sin esperarlo Byakuran vio como el cuerpo del demonio se acercó al suyo para luego sentir su suave aliento en la oreja- Quiero una noche contigo.
-No es un poco atrevido de su parte- Le sonrió a la coquetería de Byakuran.
Para los paranormales las relaciones entre seres del mismo sexo era algo natural, por lo que la clara insinuación por parte del demonio no les sorprendió, pero si le alago; entre sus pocos años de vida, jamás había conocido a un demonio y sinceramente acostarse con uno era algo que le llamaba por completo.
-Tenemos un trato.
Byakuran guió a Mukuro al salón de juegos de cartas, pero no a las mesas de black jack donde los mortales estaban, en su lugar guío al gemelo a una parte algo alejada de las mesas, donde sólo podían jugar los seres paranormales. Todas las mesas de Black Jack que estaban en esa área eran atendidas por algunos magos o demonios menores que se encargaban de que los jugadores no hicieran trampa.
-Buenas noches caballeros, señor Byakuran- le saludó el croupier de la mesa.
-¿Espero estés familiarizado con el black Jack?- Le preguntó al sentarse en la mesa, seguido del demonio a su derecha
-Claro, es el nuevo juego de la nobleza en francesa, en lo particular no soporto su prepotencia- Mukuro acepto la copa de champan que la joven mesera le ofreció en la mesa.
Sin nada más que decir el croupier les ofreció 10 fichas de valor 10 ducado cada una para luego empezó a repartir las cartas para ambos jugadores y al el mismo, Byakuran tenía en su mano un 9 y 8, mientras que Mukuro tenía un par de ases y el croupier tenía un 10.
-¿Cómo lo haremos? – Mukuro tomo algo de su copa antes de mirar a Byakuran
-El primero en obtener un black Jack gana
-Me parece bien- Byluran pidió otra carta la cual la cual resultó ser un 5, lo que hizo que se pasara del 21, mientras que Mukuro separo el par de as, al pedir carta para el primer As tubo un 9 y 3; y para el segundo As tuvo un 4 y 5, siendo esta ultima la mano con la que se plantó, pero fue el croupier el que gano al tener una Q lo que le hizo tener un 20.
Para la siguiente ronda un Bykuran tuvo un par de Q y Mukuro un 10 y 9 y el croupier un as y una J, lo que hizo que la casa ganara, a la tercera ronda cuando Mukuro tuvo un as y Bykuran una Q, el cambia forma detuvo al croupier de repartir la segunda carta.
-Temeroso de que la fortuna me sonría esta noche- Le dijo con una sonrisa prepotente Mukuro
-En absoluto, pero tengo muy presente el juego que estás jugando – Byakuran tomo de la copa de Mukuro y le miró fijamente- Por lo que te propongo que subamos la apuesta.
-Muy atrevido de su parte, pero más de una noche de placer con usted no veo que más puede proponerme que me interese de usted.
Motivado por ese reto, se acercó a Mukuro y le susurro en el oído – Creo tengo más que una noche de placer que ofrecerle.
-Lo veo muy seguro de su mismo- El interés en las palabras de Byakuran estaban claramente reflejada en la mirada Bicolor del mayor de los Rokudo- Acepto su proposición, pero en una mejor forma, si usted gana yo cumplir cualquier deseo que quiera, pero si yo gano tendré 10 años de tu alma, un precio justo ¿No le parece?
Para muchos cambias forma vivir más de 100 años era algo normal, su ritmo en envejecimiento era distinto del de los seres humanos, pero diez años de vida eran una gran cantidad de tiempo hasta para uno de ellos, pero la fascinación que sentía por el demonio era mayor que su lógica, además que tener un deseo de un demonio sin tener que dar nada a cambio era un gran premio a ganar.
-Me parece justo- Sin decir nada mas Byakuran hizo que croupier les diera la segunda carta
La sonrisa que adornaba los labios de Byakuran ahora parecia resplandecer mientras que la de Mukuro habia sido reemplazada por su seño frundido al ver el As del alvino contra su 8; si bien le habia ganado a la casa eso no le era satifaccion suficiente contra el Black Jack del cambia forma
-He ganado- Le dijo triufal
-Puedo notarlo- Le dijo irritado, no le gustaba perder y mucho menos deberle un deseo a nadie.
-Bien, espero una explicacion de ¿Cómo lograron colarse a la recepción? -Mukuro respiro hondo antes de acercase a Byakuran hasta llegar a su oido y susurrarle
-Eso muy facil señor Gesso, lo unico que hice fue emplear el simple arte del soborno- Se alejo del cambiarforma para levantarse de au asiento- El dinero siempre ha sido artimaña más fácil de usar para obtener lo que se quiere, eso y el poder - Tono lo que quedaba su copa y la dejo en la mesa- Si me disculpa me retirare de los juegos, cuando tenga claro lo que desea pedir le estaré esperando en el hotel donde mi hermana y yo nos estamos hospedando.
Sin nada mas que decirle Mukuro se fue dejando a un sonriente Byakuran. El cambia forma estaba feliz de su victoria, realmente no le interesaba pedir nada, tenia todo cuanto quisiera. Lo unico que llamaba su atencion era ese demonio e iba usar la excusa del deseo para tenerlo entre sus sábanas.
Pero lo que Byakuran nunca supo es que al dejar la mesa de Black Jack y buscar a su hermana, Mukuro estaba sonriendo victorioso, todo habia salido como habia querido.
-¿Conseguiste lo que buscabas?- Le pregunto Chrome al verle llegar.
-Sí, no sé si Byakuran Gesso es mi pareja, pero eso no es nada que no se pueda arreglar con una noche de placer.
Los gemelos Rokudo se habían colado, sólo por la terrible atracción que sentía Mukuto hacia Byakuran. Le había visto en la opera Venecia hace algunas noches, prendado por el cambia forma había esperado el momento justo para ir a cazar esa pequeña ave, ahora que había picado el anzuelo solo era cosa de esperar.
Fin del Extra.