Cap. 2
Con 18 años el rubio por fin terminaba el nivel secundario, la ceremonia se celebraba en el instituto Konoha. Tanto el rubio como sus amigos se encontraban ahí celebrando el acontecimiento. Tsunade y Jiraiya eran más que felices de sabes que su pequeño nieto, que para ellos tan solo el día de ayer tenía 8 años y ahora estaba frente a ellos más maduro, alto pero sin perder ese brillo único que adquirió en esta última década, estaba graduándose, listo para elegir una carrera. Se había organizado un baile para celebrar, pero este se realizaría en la noche, claro en el mismo lugar pero estaba preparado para ser una fiesta para los graduados. Una vez terminada la ceremonia, el rubio saludo a sus abuelos y se dirigió directo adonde sus amigos, tomo del brazo a Sasuke en el camino
Vamos teme, será divertido- dijo arrastrando al pelinegro con el
Suéltame ya dobe ¿no ves que saludaba a mis padres?- el rubio saludo a los padres del pelinegro sacudiendo su mano desde lejos, Mikoto la madre de Sasuke correspondió el gesto con uno igual
Tu madre es tan amable ¿Por qué no eres como ella teme?-
Cállate dobe- fue la corta respuesta del otro, al llegar donde sus amigos solo veían a Gaara discutir con Sai. Al baile se debía asistir con pareja por lo que el pálido pelinegro luchaba con el pelirrojo para que asistiera con el
Vamos gaa chan di que si- le rogaba
No Sai- fría respuesta del otro
Por favor, solo dame una oportunidad- el ya declarado amor de Sai por Gaara no era noticia entre el grupo de amigos, y a pesar de todas las negativas que el pelinegro recibía no se rendía en su búsqueda por una respuesta
No se cómo sigues insistiendo tanto Sai- intervino Naruto
Sé que si insisto algún día mi mapache se dejara amar- al decir lo ultimo los corazones salieron alrededor del pelinegro- así que vamos gaa pyon ven conmigo esta noche
Uno: no soy un mapache, dos: no soy tuyo y tres: no iré contigo-
Di que siiii…- pidió rogando el pelinegro
No- frio como hielo
¿Sí?- continuaba insistiendo
¡No!- respondió cansándose el otro
Si- dijo seguro el pelinegro
No…- negó otra vez Gaara
¿Sisisisi?- Sai no se rendía
Que ¡NO!- Gaara continuaba negándose
¿No?- ¿psicología inversa?
¡Sí!- y Sai gano
¡¡Gaa chan vendrá conmigo al baile!!- celebro al ganar con trampas el pelinegro
¿Qué? No yo no dije…- Naruto paso su mano por los hombros del pelirrojo
Vamos Gaara, mira el lado bueno, tú tienes pareja, yo aún no encuentro a nadie… espera, Tu y Sai, el teme y Sakura, Chouji e Ino, Kiba y Shino, TenTen y Lee, Hina y Neji… ¡estoy solo!- el rubio hizo un puchero y todos los presentes se rieron ante ello
¡No te preocupes Naru!- lo tranquilizo Kiba- iremos todos juntos así no estés solo- el rubio sonrió y esta vez todos rieron juntos. Acordaron una hora y todos se dirigieron a cada uno de sus hogares
Naruto al llegar comenzó la búsqueda de su traje dentro de su gran desastre que llamaba habitación, al encontrarlo lo lanzo a su cama, y en el transcurso un papel voló, el rubio al notarlo lo levanto: era viejo el papel ajado y el dibujo hecho con lápices de colores delataba que tenía ya sus años
Príncipe zorro- intentar recordar el nombre de aquel chico que lo encontró y llevó con su abuela aquel primer día se le hizo imposible, solo recordó ese beso, ese simple roce que lo impulso a salir adelante. Cuanta nostalgia… recordar que prácticamente había abandonado la búsqueda de aquel chico lo entristeció. Decidió pegar el dibujo en la pared como solía estar y seguir con lo suyo, quería creer que todo lo que sucedió esa tarde había sido un sueño como sus abuelos le dijeron. Se preparó para aquella noche, el traje azul oscuro hacia contraste con la gris camisa, Tsunade se emocionó al verlo, y al llegar sus amigos igual de elegantes que él les tomo una foto para recordar buenos tiempos en el futuro
Salieron de la casa del rubio y se dirigieron al instituto donde se celebraría el baile. Bailaron toda la noche cambiando parejas hasta cansarse, charlaron durante toda la cena, y al final bebieron un poco, quizás demasiado alcohol pero no lo suficiente para arruinar la noche, bailaron un poco más y saltando cantaron algunas canciones idiotas. El rubio sintió que le hacía falta un poco de aire por lo que se dirigió a la salida del lugar, en la acera saco su celular para ver quizá la hora, pero sus llaves resbalaron y cayeron en el suelo. El alcohol le paso factura al ojiazul cuando se inclinó a recogerlas, hizo dos pasos en falso para no caer y choco con alguien que pasaba por ahí. Cerró los ojos esperando el impacto contra el suelo pero este nunca llego, al abrirlos pudo ver un par de mechones rojos y lacios, al levantar la mirada se encontró con unos ojos amarillos sin igual, únicos como su dueño. El rubio creyó estar soñando por lo que al recuperar la compostura se froto los ojos intentando asegurarse de que no era una ilusión, el pelirrojo de largos y lacios cabellos, re ojos amarillos como ningunos y de una piel casi como porcelana que llamaba a ser tocada le ofrecía las llaves a Naruto
Príncipe zorro- susurro sin creerlo, tenía que ser el mismo, quizá estos años también lo cambiaron un poco, se lo veía más maduro, de rasgos más finos, mucho más alto de lo que lo recordaba, es mas Naruto parado firme solo llegaba hasta su torso
¿Eh?- el hombre frente a él no entendía nada pero el sonrojo en su rostro no se iba. El rubio se lanzó hacia él, se colgó de su cuello y sin darle tiempo a reaccionar lo beso… el pelirrojo mantuvo sus ojos abiertos a mas no poder de la sorpresa y al separarse pudo ver bien al rubio frente a él, los azules ojos de Naruto se veían aún más lindos con esa luz, los rubios cabellos se movieron con una leve brisa. El pelirrojo trato de retroceder, pero el ojiazul solo se aferró más a este- yo no…-
¡No lo digas!- el rubio escondió la cara en el pecho del mayor- no digas que no me conoces por favor no me rechaces, no tu…- sentir su camisa humedecerse hizo que el corazón del mayor se contrajera- tu que me diste un motivo para seguir, no sabes cuánto tiempo llevo buscándote- la voz del rubio se quebraba de a poco, este último sintió como unas manos se deslizaban por su cintura abrazándolo
No voy a rechazarte…- el rubio levanto la mirada- siento que se quién eres rubio pero primero debes saber que no acostumbro a besar a personas a las que le llevo 10 años-
No mientas, me besaste esa vez, estas son solo un recordatorio de aquello- y se volvieron a besar, esta vez el mayor también tomo parte en el beso haciendo que de verdad ambos disfrutaran esta vez. Fueron interrumpidos por las voces que venían de adentro del edificio llamando al rubio. El pelirrojo por su parte no sabía por qué hacía esto
Creo que deberías regresar- comento el mayor
¡Espera! Déjame tomarte una foto, quiero estar seguro que te vi hoy, además dame tu teléfono, correo y dirección, no sabes cuánto tiempo llevo buscándote no quiero perderte otra vez. Prometo llamarte mañana, tenemos mucho de qué hablar- el rubio saco su celular, tomo una foto desprevenido al pelirrojo, que suspiro y le entrego una tarjeta. El menor solo la guardo y volvió a besar al pelirrojo, entro mirando hacia atrás como si el otro fuera a desaparecer al darse vuelta. Al entrar y ya con mejor luz leyó el nombre en la tarjeta
Kurama no Yoko, sonrió emocionado con que ese era tu nombre príncipe zorro
Kurama regreso a su departamento, él tenía todo un piso en un alto edificio de la parte más poblada de la ciudad, un amplio departamento que al llegar y encender las luces se le hizo solitario. Decidió darse su habitual baño y dejando su celular en su cama se dirigió a eso. Salió con tan solo una toalla en su cadera, su largo cabello suelto escurría gotitas de agua que bajaban por su espalda y torso bien formados. Se acercó al escritorio, abrió un cajón y debajo de otras cosas saco un papel viejo, se lanzó en su cama y se puso a contemplarlo, un retrato exacto de Naruto cuando solo tenía 8 años. Se le hacía increíble haber encontrado al rubio, era tan extraño encontrar al niño al que sin sabes aun porque había robado un beso hace tanto tiempo, suspiro, dejo el dibujo a un lado y cerró los ojos.
Naruto…- dijo al aire, su celular comenzó a sonar, al verlo tenia a un mensaje de un número no agendado
“Te extrañe mucho Kurama” decía el mensaje, y más abajo había una foto del rubio sonriente. Kurama se sorprendió a si mismo utilizando la imagen de salvapantallas en su celular. Agendo el número en su celular
Naruto… escribió, lo pensó un poco y borro la palabra rubio sonrió prepotente “perfecto” pensó y lo guardo. Dejo su celular junto al dibujo y decidió dormir, estaba casi seguro que lo tendría de vuelta mañana.
Por otro lado el rubio ojiazul leyó por decimoquinta vez la respuesta de su mensaje:
“Yo también rubio, duerme ya…”
Naruto obedeció el mensaje, cerró los ojos y se dejó llevar, estaba sonrojado y emocionado ya quería hablar con su amor platónico otra vez