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¡Te enojaste…! por Doki Amare Peccavi

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Notas del capitulo:

Nagisa Kawaii Gracias por tu comentario, capitulo dedicadisimo <3

Cap. 8: Las dudas, el motivo y las enseñanzas.

 

— Déjame confesarte un secreto— El hombre del cuerpo fibroso hizo un ademán para que el niño de los ojos verde azulado se acercara a él. Ningún motivo para temer, Alexander se acercó a él rápidamente — Yo acudía con mi maestro al mismo lugar que Athan. Nuestros maestros nos criaron “casi” de la misma forma que Athan lo hace con ustedes.

 

— ¿En verdad?— Dijo visiblemente sorprendido el castaño, sus mejillas se inflaron repentinamente mientras fruncía su ceño.

 

— Dudaste de mi, un niño nunca deben dudar de un mayor, eso amerita un castigo— Y seguido de esas palabras una risita confiable, Alexander sintió después un ligero empujo, Eudor ya de pie, comenzó a mojarle con agua de una de las bandejas, se encontraba desnudo y Alexander ni lo notaba.

 

— ¡No!— Grito Alexander al sentir las manos frías de Eudor mojar sus prendas…el mayor solo reía y se relamía los labios debido a la imagen que el acto le estaba proporcionando…

 

— Es tu castigo Alexander…

 

— Jajaja, no… ¡No! La bandeja de agua se quedó atrás, más contacto en puntos débiles, cosquillas para el pequeño Alexander, su risa invadiendo la habitación, toda una locura, contacto de niños y él ya estaba comenzando a excitarse…

 

.*.

 

Para Arsen una mirada de visible decepción, con un movimiento ligero indicó a Corban y a Gape, hora de irse, los dos le siguieron el paso, Arsen, atónito ante la reacción del pelirrojo ¿Qué demonios se creía ese mocoso sin familia para haberle rechazado?

 

— ¿Por qué no fuiste con él?— Cuestionó Gape.

 

— No es educado…— Eros les sonrió y siguió caminando con tranquilidad— Tenias razón.

 

— Eros — Llamó de nuevo Arsen y mientras le seguía el paso, pensaba en qué hacer para evitar que el pelirrojo se alejara.

 

Un quejido exagerado, se tiró al suelo de forma sobreactuada y  mantuvo su mirada baja mientras sobaba su tobillo, Eros se viró, ahí el chico de cabello casi negro, recordó que éste le había hablado de una lesión en clase, sin notarlo soltó la mano de Corban y Gape y corriendo fue hacia Arsen.

 

— Idiota— Dijo bajito Gape mientras se alejaba, Corban dudó: ¿Quedarse con Eros o seguir a Gape? su corazón rogaba por la segunda opción, la mirada de temor que Eros le dirigió le hizo regirse por la primera.

 

— Debe de dolerle mucho el tobillo, por favor Corban, cuídalo, yo voy a buscar al maestro Athan — La sonrisa mental desaparecido y Arsen le dirigió una mirada con furia contenida el oji-azul hizo lo que el pelirrojo le decía aunque de antemano sabia que Eros había sido engañado...

 

.*.

 

— Anieli ¿quieres?— El castaño ofreció un higo dulce.

 

— No, no tengo hambre…— el pelinegro se puso de pie inmediatamente

 

— Pero no has comido nada en todo el día, ayer tampoco comiste ¿Cierto?

 

— Sí lo hice cuando aún estabas con Achilles.

 

— Mentiroso…—

 

— ¿Por qué dudas de mi? — Esos ojos como dos posos miraron con intensidad al castaño, herido, bastante furioso también…—Antes no lo habrías hecho.

 

— ¿De qué estás hablando?— Algo confuso, la extraña actitud de su ese  niño y sus constantes peleas le hicieron saber que algo no andaba bien—

 

—De nada, de nada… y por favor déjame un poco de tiempo a solas… es tormentoso tenerte siempre a mi lado…

 

Anieli — frunció el ceño y salió de la habitación bastante rápido, si Anieli quería estar sin él, si quería estar solo, él se iba a alejar hasta que el oji-negro cambiara esa actitud tan extraña, una noche se mostraba bastante cariñoso y a la mañana siguiente no soportaba su presencia…

 

Dentro de aquella habitación Anieli comenzó a llorar, ni el mismo entendía el por qué trataba así a Orion, ya no era el simple enojo que en ocasiones mostraba, tan sólo unos meses viviendo juntos y las ilusiones con las que habían escapado comenzaban a desmoronarse cada vez que ese maldito de Achilles se acercaba… sólo los dioses sabían cuanto Anieli odiaba a ese remedio de Hombre.

 

.*.

 

— ¿Por qué de la pregunta?

 

— Simple curiosidad— Volvió a decir el Rubio…

 

— Pues sí,  se conocieron — Su gesto de dolor se intensifico — En este lugar mi maestro fue quien fundó este sitio, el padre de Cyril, el tuyo, Eudor y yo éramos alumnos cada uno con su propio maestro, maestros que nos habían escogido.

 

— ¿Mi padre estuvo aquí?— Ojitos brillosos y un rostro ilusionado

 

— Cyril… Calisto, sus padres pasaron una linda infancia en este lugar…

 

— Maestro mi padre era un excelente alumno… estoy seguro de eso…

 

— Demetrius siempre fue un buen alumno, un hombre íntegro e inteligente — La respuesta de Athan fue seca, viró su rostro… hablar del padre de Cyril debería de animarle, entonces pensó en que un elogio ante semejante tema tan complicado lo arreglaría todo  — tan alegre y amistoso como tú…

 

Cyril presionó con fuerza la mano de Calisto, sus ojos se abrieron y permanecieron asi, mientras su cuerpo rígido comenzaba a temblar.

 

—Ah — un pequeño quejido por parte de Calisto que llamó la atención del maestro, Cyril se sintió humillado.

 

— Olvidé mi tabla —  Mintió tan obviamente, sonrió Cyril a su maestro y echó a correr, detrás de el moreno, el rubio y detrás de éste Athan que les siguió con pasos lentos.

 

El pelinegro corrió hasta la recamara que compartían, se dejó caer en su cama y comenzó a llorar con más fuerza, por primera vez en toda su estancia ahí se comporto como un niño mimado, pataleó en la cama y se quejó y pataleó más, Calisto llegó un poquito después y Athan, escondido a las afueras del lugar, escuchando el llanto del niño…

 

— ¿Por qué lloras… de nuevo?— Cuestionó Calisto…

 

— Yo no soy alegre, no soy amistoso, no soy como mi padre…

 

— ¿Qué dices?

 

— Hay Calisto no lo sé, no es algo bello, me duele aquí— separó su rostro del su sabanas y levantó la vista y presionó su pecho con sus dos manos— Desde que llegué lo he sentido, no recuerdo mucho pero… hay ocasiones en que sueño con mi papá… el día que llegue aquí,  la última vez que le vi estaba sonriendo, mi papá era enorme y quería ser como él pero… no soy alegre, no es lo mismo.

 

— Cyril… — Calisto no entendía, intentó hacerlo pero las lágrimas en Cyril no fueron comprendidas, no en ese entonces…

 

— Ya no me gusta estar aquí — Athan que seguía escuchando abrió sus ojos desmedidamente, ¿Era Cyril otro niño que le quería abandonar? — Se que soy malo, seré un hombre malo después porque lo que quiero no está bien,  traté de ser mejor que Alexander, aprendí todo lo que el maestro decía, pero no funciona… el maestro siempre le prefiere, yo le veo como un padre pero…

 

— El maestro Athan… nos quiere a todos por igual

 

— No es verdad, no se alegra por nada que yo haga a Alexander le quiere más, la indulgencia me lo dice todo, hay algo especial con él,  todos quieren más a Alexander, porque yo soy malo; hice cosas malas… por eso el maestro quiere más a…—Una bofetada por parte del más pequeño, Cyril se llevó las manos a su mejilla, sus ojos se opacaron aún más, se sentó sin mirar a su amigo, sus manitas temblaban. — ¿Por qué?— La cuestión de Cyril más que un reclamo, fue una súplica.

 

Athan se sorprendió, jamás creyó que Cyril tuviese esa opinión de él ni de Alexander ¿Cómo podía un niño pensar en todo eso?

Había que solucionar todo, pero no era el momento y se dirigió a su habitación, Cyril y Calisto eran el complemento perfecto: siempre juntos.

Como él alguna vez lo fue con Demetrius.

 

.*.

 

Poco tiempo tenía que el pelirrojo se había ido, Corban se encontraba sentado en suelo, casi junto a Arsen, intentaba no mirarle, cosa casi imposible porque el chico de la clase de “Neanivskoi” le miraba de una manera demasiado extraña.

 

— Niño ¿Cómo te llamas?

 

— Corban— Dijo de forma seca y sin mirarle…

 

— Sabes no soy ninguna medusa, puedes mirarme mientras te habló — Corban no respondió— Eres amigo de Eros ¿Cierto?

 

— Sí — Y no dijo más y siguió sin mirarle, Arsen bufó bajito.

 

— Mira si no te agrada estar aquí puedes irte, puedo esperar a Eros yo solo…— Entonces Corban se viró para mirarle…

 

— Yo… no estoy aquí por ti sino porque Eros me lo ha pedido— Sentenció el castaño— Sé que lo tuyo no es nada grave.

 

— Lo dices tú porque a quien le duele es a mí…

 

— No te duele…— Dejó de mirarle de nuevo — No mientas, no hay dolor en tu mirada perversa.

.*.

 

El tiempo pasó tan rápido, Eudor con el baño con su cuerpo desnudo, Alexander esperando en la recamara, estaba aburrido, el mayor tardaba demasiado, la curiosidad suplantó al aburrimiento cuando notó todas aquellas cosas extrañas en la habitación de Eudor, tenía demasiadas cajitas llamativas en uno de los muebles de madera… por supuesto que no las tocaría, pero eso no evitaría observas los dibujos hermosos en los objetos, grabados artesanales  y en conjunto los grabados en las cajitas de mármol formaban una historia:

 

Un hombre joven solo,

el joven solo caminando por el bosque,

el hombre solo junto a un lago,

el joven solo mirando al cielo,

el joven solo y una gran águila que se acercaba,

el joven junto a aquella ave exageradamente grande,

el ave atrapando con sus garras al joven, los dos en el cielo,

el ave perdiendo forma de ave. Adquiriendo por ultimo una posición extraña

 

 Pensó el pequeño castaño.

 

— Alexander— Llamó el hombre que acababa de entrar — ¿Qué haces?

 

— No las tocaba…— Declaró el pequeño, tranquilo y sin temor, aún observaba esa situación tan complicada

 

— ¿A qué te…?— Eudor se acercó observó el gesto de confusión en el rostro de Alexander…después dirigió su vista hacia donde el niño miraba, una sonrisa en su rostro…— Te gusta lo que ves.

 

— No entiendo.

 

— ¿Qué no entiendes…?

 

— ¿Por qué?— Ni siquiera sabía cómo decirlo — ¿Qué significa todo?

 

— ¿Conoces esta historia?— Cuestionó encantado Eudor, el pequeño solo negó con la cabeza — Es la representación de Zeus y Ganímedes, ya habrá tiempo para que aprendas eso.

 

— ¿Y aquí?— La última de las cajitas, la posición más incómoda para opinión de Alexander…

 

—Todo a su tiempo…— Su mano en el hombro de Alexander…

 

— Ah… lo siento, nadie sabe que vine a verle— Miró por la ventana, el sol le indicó el tiempo necesario para decir “bastante”, tenía que regresar con su maestro antes de que Gape y los demás lo hicieran…— Lo juro… otro día vendré…

 

— Alexander… mañana tengo que ir al centro…— El niño le miró — fijamente 

 

— Entonces mañana no vendré…

 

— No me refería a eso…— Eudor caminó, con su ya conocido paso exagerado — ¿Quisieras venir conmigo? le pediré permiso a Athan para llevarte…

 

— ¿Estorbaría?

 

— Claro que no, Anda, di que sí — Alexander recordó la última vez que fueron, en su cumpleaños había sido una salida incomoda, seguro ahora, que conocía a Eudor, ahora que le tenía más confianza… sería diferente…

 

— Sí…

 

— Bien, mañana iré a casa de Athan por ti…

 

— Sí…— El castaño sonrió a Eudor y después se dirigió a la puerta de la habitación, recordó algo y se detuvo — Gracias… por ser bueno conmigo, por dejarme estar aquí… Señor Eudor…

 

— Es un placer — Y así, con su sonrisa Alexander se fue. Eudor se echó sobre su cama, pesar en Alexander, en su piel, en sus gestos era mentira si decía que ese niño le atraía solo físicamente, jamás insultaría a Alexander de esa forma… ese niño era tan deseable.

 

.*.

 

Eros corrió en dirección a la entrada de la casa de Athan... ya había buscado en los alrededores, sólo faltaba dentro de la casa, se adentró a prisa, hacia la recamara del maestro, antes de subir las escaleras logró divisarlo parado frente a la habitación de todos… su prisa era tanta que ni siquiera noto la cara aturdida de Athan…

 

— Maestro— Logró decir Eros algo agitado…

 

— ¿Que ocurre?

 

— Arsen… se calló y le duele el tobillo…

 

— ¿Arsen?

 

—Sí… sí… — Aló de la mano de su maestro, Athan le notó tan asustado — está afuera de la palestra, tiene que venir…

 

.*.

 

Gape vio alejarse a paso rápido a Eros y a su maestro, suspiró hondo y con enojo, no podía ser que Eros fuera tan idiota como para dejarse engañar por aquel hombre odioso, a leguas se había notado que todo había sido un espectáculo, un espectáculo para llamar su atención…

 

— Gape…— Un grito que le salir de sus pensamientos, se viró, a lo lejos Alexander con agitando sus manitas… mientras cerraba la puerta de la entrada principal…

 

— ¡ALEXANDER! ¿QUE ESTAS HACIENDO AFUERA?

 

— Ah… yo…— Por algún motivo lo oculto de nuevo…— Estaba aburrido y salí… pero no me alejé… estaba sentado afuera…

 

— Es peligroso

 

— No volverá a pasar — Mencionó sonriendo y se abrazó al mayor.

 

— Es una suerte que no te haya visto el maestro

 

— ¿En dónde están Eros y Corban? — Cuestionó Alexander. Lo recordó entonces Gape, desagradable pensamiento.

 

— Aún están en la palestra.

 

— ¿Fue una buena clase?

 

— Normal, será mejor si entramos…

 

— Sí…

 

Alexander le tomó de la mano y atravesaron el pequeño tramó para entrar a su hogar, estaba solo, caminaron por el largo pasillo y estuvieron a punto de entrar pero las palabras de dos niños que hablaban dejaron paralizado al más pequeño de los que apenas se adentraban…

 

.*.

 

No continuaron hablando porque Eros y Athan se habían hecho presentes, el mayor disminuyó el paso para que el agitado Eros le diera alcance, notó el ceño fruncido de Corban y a Arsen demasiado más tranquilo de lo que imagina, imaginó algo más grande, por el nerviosismo de Eros.

 

Llego hasta donde los sus dos alumnos, tocó el tobillo de Arsen, y como lo creyó, no tenía ni una señal alarmante, todo una farsa, pidió a sus dos niño, le dejaran a solas con el alumno mayor, los niños se marcharon del lugar Athan “fingió curarle” y después se puso de pie… mirando desde arriba a su alumno aun sentado en el suelo…

 

— ¿Ahora te duele?—

 

— No maestro…—

 

— No sé qué trames… pero ten cuidado — Comenzó a alejarse…— Puedes ponerte de pie… marche, es tarde y tu pedagogos sigue esperándote…

 

Sabía que el maestro había notado lo falso de su fractura y no le importo, Eros le había creído, sonrió con malicia, con seguridad podía afirmar que el siguiente encuentro lo propiciaría el pelirrojo, suspiró hondo. Si bien no se había pasado todo el día con el pelirrojo, había podido dispersar el supuesto “enojo” de Eros.

 

.*.

 

— No deberías de llorar, Alexander no es mejor que tú, llora por todo y es tan tonto, no quiero que lo digas otra vez…

 

— Pero…— Cyril notó que la puerta se habría, Gape y Alexander entraban, y Calisto sin notarlo, siguió hablando.

 

— Alexander es infantil, mimado y tonto, no sabe ni la mitad de lo que tú sabes, estás aquí porque tú padre… murió, él no, su padre igual de desgraciado que él, le abandonó a su suerte — Cyril colocó su mano sobre la boca de Calisto y fue rápido, el pequeño sintió un pequeño empujó en su espalda.

 

.*.

 

Alexander escucho “eso” sobre él y su padre, con los puños cerrados y las lágrimas en sus ojos, caminó hacia Calisto, observó a Cyril cubriendo las palabras más que evidentes, empujó al rubio y trató de pegarle, como en otras ocasiones Cyril se interpuso… Alexander tenía el coraje, Cyril anonadado, fue fácil saber quien llevaba la ventaja de todo… el niño dolido golpeo con saña en la mejilla del oji gris… sin importarle las consecuencias, ni las represarías, los regaños claro que vendrían pero el dolor en su corazón le hacía actuar de esa forma…

 

Porque son tan crueles…

 

Cyril sintió los golpes de Alexander mientras lo recordaba todo, que Alexander se le antojaba tan superior a él, fue un fuerte sonido, los dos cayeron al suelo Gape hasta entonces pudo reaccionar, corrió a separar a los dos niños, empujó a Cyril y este soltó un pequeño quejido al golpearse de nuevo, a Alexander le tomó por la cintura y con prisa salió de la habitación, el primer lugar para encerrarlo fue la habitación más cercana… la habitación de Athan, tal vez le regañaría después pero no le importo…

 

— Alexander… tranquilo…— Abrazó al pequeño que lloraba, con ojitos tan lindos rojitos y húmedos, tallaba Alexander con el borde de sus manos, las mejillas y sus ojos.

 

— Lo odio… Gape, Odio tanto a Cyril, le deseo lo peor de este mundo — Se aferró a la túnica del rubio y comenzó a llorar con más fuerza…

 

— No, Alexander no deberá ser así, no dejes que te domine ese enojo, sus palabras no tienen fundamentos.

 

— Pero dicen la verdad…

.*.

 

— A Alexander… le deseo lo peor del mundo — Murmuró bajito el oji gris, su manita sobaba su mejilla más lastimada. Un puño cerrado y de rodillas en el suelo lo dijo de todo corazón.

 

— Lo siento Cyril… fue mi culpa — Muy culpable que se sentía, trató de hacer sentir mejor a su querido amigo, ofendió a Alexander para un bienestar ambiguo y ahora el resultado era algo peor — Perdóname…

 

Cyril no dijo más, no quería ni recordar lo ocurrido, su mirada perdida, sus ojitos llorosos Calisto le ayudó a ponerse de pie, le sentó en su cama y se aferró a Cyril otra vez, comenzó a llorar,

 

.*.

 

— Eros ¿Te lo digo? — Cuestionó curioso el castaño.

 

— ¿Eh?

 

— Te voy a decir algo, pero por favor, no te enojes conmigo…

 

— ¿Te ocurre algo malo…?

 

— ah… no es de mí, es de ese sujeto...

 

— ¿Arsen?

 

—Sí, lo que ocurre es que, no es que no me agrade es sólo que algo en el me da desconfianza…— Eros detuvo su paso, Corban hizo lo mismo y se miraron fijamente —Quiero que tengas cuidado si sigues relacionándote con él, sólo eso, no me gustaría que algo malo te pasara…—

 

— Estas preocupado por mi…— Aseguró Eros…y sin saber por qué se sonrojó, sus manso temblaron y una sonrisa apareció en su rostro… Corban le miró extrañado…

 

— Bueno… sí…

 

— Gracias — Dijo Eros al mismo tiempo que detenía su paso y se abrazaba al castaño, éste correspondió el abrazo — Te quiero mucho…

 

— ¿Eh?, también yo— Si era amor de amistad no le importaba, en verdad que no, mientras Corban se preocupara por él, aunque fuera un poco, no le importaba ser sólo su amigo…

 

El resto del trayecto fue tranquilo, ninguno de los dos habló, no hacía falta, de nuevo estaban bien, de nuevo amigos y Eros pensó: que eso sólo se lo debía a una persona, que directamente había provocado todo, Arsen, el sujeto al que le agradecería eternamente el haberle brindado la oportunidad para que Corban y el volvieran a esa relación no tan asfixiante…

 

Los dos niños se adentraron, caminaron por el largo pasillo, escucharon el sollozo de Alexander en habitación de su maestro… se asustaron y sin pedir permiso entraron.

 

— ¿Qué ocurrió?— el primero en hablar fue Eros…— ¿Volvieron a pelear…? ¿Por qué?

 

Gape le miró indiferente…después dirigió la mirada a Corban y contesto…

 

— Esos dos… dijeron cosas del padre de Alexander…

 

— ¿Qué te dijeron Alexander…?— Volvió a cuestionar Eros mientras se acercaba al pequeño. Alexander evitó ver a los ojos al pelirrojo, se aferró más a la ropa de Gape…

 

— Que lo abandonaron…— Una mirada fría, con desconfianza que le culpaba…— esos niños que tanto proteges le dijeron que ellos si tuvieron padres… y que a él le abandonaron…

 

— ¿Cyril y Calisto?

 

— ¿Quién más…?— Eros dio un paso hacia atrás…la actitud defensiva del rubio le había cortado el impulso de abrazar a Alexander…

 

— Alexander, es doloroso pero esa verdad, es la verdad de todos de Gape, de Corban y Orion, de Anieli y la mía, no tengo ni idea de quien fue mi padre, mi madre fue un intento fallido de Hetaera los hijos en esas condiciones estorban — Sonrió su pasado no dolía… porque pasado era  — Por eso estoy aquí, cada uno de nosotros tiene sus razones, todos fuimos aceptados, no hay porque llorar, ni sentir vergüenza. Que estando aquí todos somos iguales, nadie esta solo Alexander…

 

El pequeño seguía sin mirarle sintió, y entendió que con Gape ahí, su presencia sobraba mejor dejar que él se encargara de esta situación… además, tenía que saber la versión de Cyril y Calisto…porque lo sabía… ellos no eran malos. Le vieron salir de la habitación aún con esa sonrisa en su rostro pero después de la retirada de Eros… todo fue silencio ahí. Sólo unos pasos más y ya se encontraba dentro de la recamara de todos, en esta habitación la imagen era más deprimente. Calisto hecho un mar de lágrimas sentado en el suelo con su cabeza recargada en las piernas del Cyril quien permanecía mirando hacia la ventana… sin ninguna expresión en el rostro…

 

— Calisto, Cyril…

 

— Eros…— El oji verde al notar la presencia del mayor se puso de pie y se abrazó al pelirrojo…— Yo tuve la culpa, yo fui… no quería pero…

 

— Quiero saber de tus labios que ocurrió…

 

— Es que yo…—

 

— Le dije a Alexander que — Interrumpió Cyril, quien  dejó de ver hacia la ventana, ahora su penetrante y glacial mirada era dirigida a Eros — era infantil… mimado, y tonto…, que yo no lo era, que mi padre sí me quiso, que por ser como era su padre le había abandonado, que no tenía nada que envidiarle porque era indeseable…

 

— Cyril…

 

— Sólo eso le dije y se soltó a llorar… — Eros le miró con pena, Cyril con esa actitud tan desconocida— como el niño mimado que es…

 

Eros jaló ligeramente a Calisto para poder sentarse al lado de Cyril y después indicó al rubio que se sentara en sus piernas, le abrazo fuerte, mientras miraba fijamente a Cyril…

 

— Hay un niño que quiero, dos niños en realidad, sumamente bondadosos, les adoro porque de defienden mutuamente, jamás vi una amistad tan sólida y admirable… uno de esos niños, el más alegre y con el vocabulario más amplio siempre intenta dar ánimos al otro niño, no es un pago, es un sentimiento puro, en segundo niño, inteligente y protector, le cuida y le defiende de todos, ha llegado a mentir sobre los errores de ambos, lo sé, pero no diré nada, guardaré el secreto a cambio de algo… — Cyril le miró con ojos vidriosos, el otro niño le abrazó, Cyril se acerco un poco más a Eros y el pelirrojo les junto les abrazó a ambos — de que siempre permanecieran juntos, de que se quisiera, se defendieran y sobre todo que fueran fuertes, no más niños inmutables, sólo niños fuertes.

 

.*.

 

No quedaron marcas, físicas, de aquella pelea, no hubo nada que explicar al maestro a su llegada, notó que sus niños demasiados serios y comieron como si nada hubiese ocurrido, Alexander Corban y Gape en su cama, Eros Cyril y Calisto en la cama de los dos últimos, Eros sabía que Alexander estaba aun herido pero era Gape quien le ignoraba por algo que no sabía y Corban, Corban sólo le había dejado de mirar… pensó que todo había vuelto a la normalidad pero… no era cierto.

 

A la mañana siguiente Eros y Gape fueron los primeros en despertarse, el rubio seguía ignorándole, Eros simplemente fingía no notarlo, suficiente tenía con la actitud de Corban.

Alexander fue despertado por Eros, el pelirrojo rogaba porque Alexander no estuviese enfadado, suerte tuvo, en el menor ya no había residuos de sentimientos de la tarde anterior… lo mejor sería que Alexander se aseara primero que Cyril y Calisto, le ayudó a hacerlo, como todas las mañanas.

 

— Eros ¿Qué es un intento fallido de Hetaera?— El castaño cuestionó mientras el pelirrojo se trenzaba su cabello…

 

— Un fracaso de mujer«zuela»

 

— Un fracaso de mujer ¿Eso era tu madre…?

 

— Algo así…— Desinterés en los labios de Eros…

 

— Eros… cuéntame la historia de Zeus y Ganímedes

 

— ¿Zeus y Ganímedes? nunca la es escuchado— Miró curiosamente al castaño — ¿En dónde has escuchado de ella?

 

— Sólo la escuché ¿Crees que el maestro la conozca?

 

— No lo sé, habrá que preguntarle ¿No lo crees?

 

— Eros — El pelirrojo sonrió al escuchar de nuevo su nombre con la tonada especial que hacia el castaño para pronunciarlo — ¿Podrías preguntarle al maestro… sobre la historia?

 

— Lo pensaré… si te esfuerzas en su clase te aseguro que lo haré.

 

.*.

 

Qué triste cuando todo resulto un error, el sentirse solo, vació y frágil, no era lo mismo, ya lo había notado, trató de alejar a Orion para que volviera, le gustaba cuando el castaño se imponía, cuando sacaba ese espíritu de valentía, cuando le consolaba, no cuando se comportaba temeroso por que Achilles les mirara juntos, Él quería de vuelta al Orion seguro y sobre protector, no al cobarde complaciente en el que se había vuelto “para no tener problemas…

 

— Anieli, estira más ese cuerpo… simula tocar el Olimpo

 

— Estoy cansado…— Se quejó de pronto el niño de la mirada oscura…

 

— ¿Qué dices? si sólo has estado acostado entre sabanas, no te creo si me dices que eso es agotador.

 

— Lo es — Respondió de manera desafiante.

 

— Ni una sola palabra, la nueva ronda está por comenzar, necesito que pongas más empeño en tu trabajo…

 

— Lo hago pero es demasiado…— El hombre de rostro suave se acercó más y más a Anieli

 

— Otra queja más y te aseguro que tendrás descanso debido a las marcas tan rojas que te quedaran en esa piel — Anieli asintió de mala gana, mientras recibía pequeños golpes en sus mejillas para hacer un falso rubor…

 

.*.

 

Para Alexander la clase de Athan transcurrió de lo más sencillo, apenas aprendiendo él letras, los otros niños ya leían en voz alta y de manera clara. Eudor  lo había dicho el día anterior, sin retraso acudió a la casa de Athan para poder llevar al castaño al centro de Athena y por supuesto que el joven maestro no se negó, los dos partieron en una carroza.

 

Por otra parte, Eros lo pasaba realmente mal en su clase de Gimnasia, Evander se desesperaba con su poca habilidad con los deportes y no había a nadie a quien recurrir Corban practicando su tiro de jabalina y Gape simplemente fingiendo que practicaba, en cuanto el pelirrojo le lanzaba una mirada de ayuda, el rubio se viraba y fingía no haberlo visto. La clase concluyo, todos se asearon para quitar residuos de arena, aceite y sudor…las prendas listas y a regresar a sus hogares. Gape se apresuró a salir de la palestra y presionó a Corban a hacer lo mismo…

 

— ¿Por qué te comportas de esa manera con Eros?

 

— Porque comienza a aturdirme su actitud.

 

— Eres injusto — Murmuró

 

— No lo soy, es sólo que es demasiado tonto y  para prueba lo de ayer, nos cambió por aquel tipo.

 

— Porque se lastimó

 

— No digas eso, tú también lo notaste, sólo fingió.

 

— Pero Eros lo creyó…

 

— Esa actitud es la que me cansa, no puede ser que exista alguien tan crédulo, es imposible, lo más seguro es que allá sido un pretexto para quedarse con su amigo…

 

— Después de que te fuiste fue a llamar al maestro, Yo no lo creo así…

 

— ¿No? entonces estás de su parte

 

— ¿Desde cuándo estamos divididos? — Cuestionó confundido el castaño.

 

— Estas de su parte…— Afirmó el rubio

 

— Yo no tengo ningún problema con él… incluso ayer él y yo…

 

— ¿Qué?— Preguntó bastante inquieto.

 

— Bueno ayer — Bajó su mirada y su sonrojo levemente aumentó — ayer confirmamos nuestra amistad…

 

— ¿Cómo?

 

— ¿Eh? — Levantó la vista, no entendiendo la cuestión de Gape

 

— Olvídalo, contigo no se puede y ya lo sé, estás de su parte…— Gape comenzó a caminar mas a prisa, Corban detrás de él—.

 

.*.

 

¿Y que si reprendían por permanecer más tiempo del debido en ese lugar? estaba dispuesto a arriesgarse porque ese pequeño gusto que comenzaba a transformarse en obsesión, la noche anterior no había dejado de pensar en ese cuerpo pequeño, en los pocos gestos que pudo observar debido al corto tiempo que estuvo a su lado, en su cabello pelirrojo, largo, brilloso, en los labios rosados, delgados y bien definidos, en su piel incitante…pero sobre todo en esa mirada, en esos ojos verde mar. Si tan solo pudiese saltarse todos los pasos del “enganchamiento”, sin pudiese ir directo y tomar lo que deseaba…

 

Arsen caminó ansioso hasta la palestra al llegar Eros comenzaba a salir, le vio morder su labio inferior “que imagen tan mas deliciosa” el pelirrojo aún con el cabello mojado, la imagen más sugestiva, decidió esperar un poco para guardar los gestos de pelirrojo y llevárselos a casa…

 

.*.

 

— No quiero estar hoy encerrado en este cuarto estudiando como siempre…

 

— ¿A qué te refieres?

 

— Bueno a mí me agradaría mucho que hoy hiciéramos algo diferente, más viento, más luz ¿Quieres jugar conmigo afuera? — Cyril titubeó antes de contestar, Calisto despejó cualquier duda — Mañana estudiaremos el doble.

 

.*.

 

Mientras las gotas de agua escurrían por su cuerpo, escucho los últimos murmullos dentro de la palestra, con prisa terminó de ponerse sus prendas blancas, tomó entre sus manos la botella de aceite y su esponja, corrió hacia el almacén y se encontró con una repisa con botes desacomodados, sería injusto que su maestro Athan acomodara todo solo, trató de que las botellitas quedaran afiladas, las esponjas a la perfección una sobre otra… aprisa, nadie más ahí.

 

Eros salió del lugar, tenía todavía la pequeña ilusión de que al salir Gape y Corban estuviesen esperándole pero no lo habían hecho, mordió su labio inferior y mientras lanzaba un suspiro cansado al aire se recargaba en uno de los muros blancos para después irse  dejado caer, sus piernas flexionadas, su rostro entre ellas y el cabello rojo, aun mojado, haciendo una cortina para que nadie pudiese obsérvale

 

A lo lejos Arsen observo la imagen, su niño de ojos verde mar ¿Estaba triste? una imagen devastadora, que le partiría el corazón casi a cualquiera, Arsen se estremeció la notar como el largo cabello le cubría y pensó  en que la gran oportunidad para acercarse a Eros había llegado.

 

.*.

 

— Alexander, mis planes han cambiado hoy no iremos al centro — Eudor aprisionó las manitas del castaño entre las suyas — Hay un lugar al que estoy seguro que te agradara asistir pero tienes que prometerme no decirle nunca a nadie  lo que vas a ver ahí

 

— Un secreto… — Afirmó interesado el pequeño.

 

— Sí, así es, este va a ser nuestro secreto por eso no puedes decírselo a nadie, sólo me sentiré tranquilo si me prometes que nunca dirás nada…

 

— Lo prometo — Alexander asintió, sin temor a jurar, a prometer u ocultar algo, nada malo podría ser un secreto, pensó. Eudor sonrió complacido y el desvió en el camino con una trocha para adentrarse a los sitios oscuros del bosque de las ninfas del tiempo…

 

— Alexander… a donde vamos hay algo especial para ti… y un viejo amigo para mi, sé que te agradara el lugar…

 

.*.

 

Corban le dio alcance a Gape hasta que entraron a la recamara…

 

— ¡Gape, detente! te estás comportando como un tonto, yo sé lo que te pasa, yo lo sé y también se porque tratas así a Eros…

 

— No sé de qué me hablas — Gape se dejó caer en su cama y cerró los ojos — Déjame solo

 

 

— Sí sabes de que hablo — Sus mejillas se sonrojaron y un nudo en su garganta le hizo titubear — Tú gustas de Eros, me he dado cuenta, lo sé todo, te mata de celos que Eros hable con ese hombre, te dolió lo de ayer ¿no? te lástima que pueda tener otro amigo.

 

— Cállate… — Advirtió bajito, el rubio.

 

— Es esa actitud la que no te permite acercarte a Eros tanto como quisieras — Y entonces, sin importarle si sus palabras hacían reflexionar tanto a Gape, tanto que entonces corriera hacia Eros y le confesara su amor, no importaba entonces quedarse solo, mejor la soledad a esa infernal situación. Mejor que el querido quiera y sea feliz. —No siempre tienes que estar a la defensiva, no finjas no sentir nada, ya no tengas esa actitud… Gape estas alejando a Eros de ti. 

 

— Eso no es verdad…— De un solo movimiento Gape se puso de pie su ceño fruncido fue atemorizante para Corban.

 

— Sí lo es, tú quieres a Eros, más de lo normal, Eros te atrae, sientes celos ¿Qué más pruebas necesitas? Te aturde la idea de que se aleje de nosotros… de ti, tratas de ser indiferente pero estás en un error, sólo lo estás alejando más y le estás guiando directo a ese hombre y  cuando venía detrás de ti le vi caminando hacia la palestra.

 

— ¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste antes?— Gape pensó en Eros y “ese sujeto”, imaginarles juntos le incomodaba horrores, con un movimiento brusco empujó a Corban, su cuerpo al suelo y el rubio salió corriendo Corban fue rápido, se puso de pie y le dio alcance.

 

— ¿A dónde vas?

 

— Por él…

 

— No seas tan brusco, tampoco evites que le vea, trata de ser diferente,  cuando llegue olvida tus celos, trata de acercarte más a él.

 

— Ni una palabra a Eros ¿Entiendes? — Gape se soltó bruscamente del agarre de Corban y de nuevo en su cama se sentó mirando al castaño con ira…

 

—Sí…— También se sentó en la cama… dio la espalda al rubio… el rubio le ignoró, Corban se sentía triste, reprimió las ganas de llorar en ese momento. Porque sabía, que para Gape él no era nada, ¿ni siquiera un amigo?

En aquel entonces…

— Gape…

 

— ¿Qué ocurre? — Pregunto Gape sin apartar la mirada de Eros —

 

— ¿Somos amigos?—

 

— Claro — respuesta fría y corta que

 

.*.

 

Aun no tenía tiempo de llegar a casa, esperaría unos minutos, sentado fuera de la palestra…

 

Mientras, sin saber porque el recuerdo de Anieli y Orion llegó a su mente ¿Cómo estarían ellos en esos momentos? rogaba por que estuviesen bien… por que fuesen felices, libres y afortunados muy afortunados…

 

— Eros — Llamó con calma el mayor — ¿Te sientes bien?

 

— Arsen — El pelirrojo levantó su mirada, el cabello se pegó aún más a su rostro y  Arsen en frente del, con la sonrisa que nada disimulaba el encanto que el más pequeño le provocaba,  Eros por instinto regresó su mirada al suelo para observar los pies del mayor —  Tu tobillo ¿ya no te duele?

 

— Sólo un poco, ayer después de que el maestro Athan me ayudara, me fui a mi casa y ahí descanse todo el día…

 

— Que bien… que estés mejor…

 

—Sí, y tú ¿Qué haces aquí solo?

 

— Mi clase terminó.

 

— ¿Y cómo te fue? ¿Ya mejor con tu lanzamiento?

 

— No mucho… casi nada… — Un sonrojo inundó sus mejillas. — Nada sinceramente…

 

— Pero si es muy sencillo… ayer te ayude a sostenerlo.

 

— Sí muchas gracias… yo… tal vez no soy muy bueno para esto.

 

— Todos somos buenos, aunque lo mío es el salto — Codiciosamente buscó un momento, sólo un momento pequeño para satisfacer sus necesidades y comenzar, entonces a necesitar más — Podría ayudarte., si tienes problemas en algo sólo dime, yo te ayudo…

 

— Pero te atrasarías por mi culpa…

 

— No, por supuesto que no, me ayudarías a seguir ejercitándome, es algo reciproco, yo te ayudo y tú me ayudas…

 

|¤°.¸¸. ·´¯`» Doki Amare Peccavi«´¯`·.¸¸. °¤|

 

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«. ·°·~*~' Lo que ocurre'~*~·°·. »
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