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Mientras Duermes por Yiz Yaoi

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Notas del fanfic:

Bueno, se supone que debería haber trabajado en el capi de "De uke a Suke" peeeeero idea salvaje para OS vino a mí y no pude resistirme a plasmarla.

Es la primera vez que hago un escrito de este tipo en primera persona.

Dedicado a Lorena (I love you Swettie)

En fin, pasen y lean!

Todo está en silencio, oigo su respiración acompasada al lado mío, sabiendo que está cerca y al mismo tiempo tan lejos.  Me giró para contemplar su perfil, apoyando la cabeza en mi mano en busca de una posición más cómoda.  Ella duerme junto a mí, ajena a todo y a todos, sin ser consciente de los sentimientos que desata en mí con sólo verla, con sólo tenerla cerca, con sólo rozar su piel…

Siguiendo este último pensamiento, llevo una de mis manos al nacimiento de su cabello, palpándolo con la punta de los dedos en una tímida caricia. Sigo el recorrido por su frente, notando como lleva automáticamente su mano a la zona para quitar la molestia sin despertarse; sonrío mirándola y una vez se relaja vuelvo a mi recorrido tocando sus parpados, su nariz, sus mejillas, sus labios… esos labios que siempre he querido probar, que usa para sonreírme, para molestarme e incluso para insultarme. Con los dedos índice y pulgar, recorro su contorno, su textura, memorizándolos con mis dedos ya que alguna otra cosa, tal vez nunca pueda llegar a realizarla.

Aparto mis dedos, pero no puedo desviar la mirada de ellos, están levemente entreabiertos. Cierro los ojos tratando de bloquear las ideas que se agolpan en mi mente, pero no puedo, tal vez sea la única oportunidad que tenga de impregnarme de su sabor, así no sea correspondido, sólo quiero sentirlos aunque sea una vez.

Trago algo de saliva, mientras respiro y reúno un poco de valor para por fin hacerlo. Me siento y pongo ambos brazos a su alrededor para poder tener un buen punto de apoyo sin dejar caer mi peso sobre ella. Lentamente me aproximo a ella, siento su pausada respiración dar en mi cara pero mi atención está fija en sus labios, los cuales se vuelven más seductores entre menor distancia hay con los míos.

La beso con un muy breve roce, mientras relamo mis labios al separarme esbozando una sonrisa estúpida, disfrutando el hecho de que se unieron aunque sea un momento. Esta breve alegría es reemplazada por una ansía de mayor contacto. Vuelvo a besarle de la misma forma, repitiéndolo varias veces cuidando de no despertarte, pero este deseo no se va, necesito sentir su lengua contra la mía, nuestras salivas mezclándose, su respiración agitada por el ritmo del beso.

Me aparto y me recuesto nuevamente mirando al techo, las ganas siguen igual de intensas y desde mi parecer se intensifican al pasar los minutos. Me giro a verla, ella tan tranquila durmiendo y yo con las hormonas hechas un caos y mis labios quemándome ansiosos por más. Cierro los ojos, pero sólo cruzan imágenes repetitivas de lo que hice y de lo que me gustaría hacer: Mis manos estrujándola contra mi cuerpo, sus piernas entrelazadas con las mías, mis labios sobre los suyos, esta última es la que más se repite y la que más me trastorna, realmente no sé qué hacer.

Inmóvil por una cantidad indefinida de tiempo contemplo la forma que tiene el techo sobre nosotras, teniendo por sonido de fondo los murmullos de algunos transeúntes que aún andaban en la oscuridad de la noche, el leve resoplido de su respiración y de mi corazón latiendo un poco más fuerte y rápido de lo habitual. Harta de estar en esa posición me paro de la cama, paseándome entre la penumbra del cuarto, como si el mezclarme con la oscuridad fuera a hacer que mis pensamientos se disolvieran, volviéndose una masa compacta e ininteligible.

Salgo rumbo  a la cocina y bebo un poco de licor que encontré por ahí, el cual me calma por unos momentos y también ayuda el no estar en frente de ella. Tras eso, me paseo con calma, recorriendo la casa –la de ella- y cada uno de sus espacios, recordando cada una de los momentos que hemos vivido en ella, las risas, los llantos y los enojos. Recordando todas las cosas que hemos pasado, recuerdo porque la amo y más importante aún, el porqué estoy haciendo esto; para mí no es sólo toques y besos, para mí es el mayor contacto que podría llegar a tener con alguien tan especial. En medio de todo eso, surge el ferviente deseo de que me corresponda y sólo hay una cosa que puedo hacer y es llevar esto hasta las últimas consecuencias; tal vez sea loco y pueda perder su amistad pero no tengo otra salida, ya no puedo contenerme más.

Envalentonada por el alcohol en mi sistema, vuelvo a la habitación para hacer lo que tanto mi mente y cuerpo claman sin ninguna restricción; aunque momentáneamente pienso en que debo detenerme, que a pesar de todo es mi mejor amiga, desecho rápidamente esos pensamientos, pues conociéndome, sé que entre más lo piense, menos convicción tendré.

Vuelvo a ponerme sobre ella e inmediatamente mis labios se posan sobre los suyos, tocándolos tantas veces que he perdido la cuenta por estar entretenida lamiendo y mordiendo un poco estos, trato de ser suave y que no se note, pero de a poco la pasión que he tenido oculta tanto tiempo se desborda, siendo un poco más fuerte de lo que esperaba, provocando que ella se remueva. Mis manos están tocando sus brazos, sus senos, su vientre, rozando cada centímetro de piel las veces que sea posible, para grabar en mi memoria este momento, por sí no vuelve a darse o para que la realidad no me dé una bofetada al mostrarme que es un sueño.

Meto la mano por debajo de su delgada blusa, encontrando sus suaves y elásticos senos, casi me deshago por lo suave que es su piel, por la forma en que calzan en mi mano y por lo grandes, la maldita los tiene más grandes que yo! Pero eso no hace más que complacerme, me agrada tener más que chupar. Levanto la blusa, dejándolos al desnudo, e inmediatamente rozo los pezones con la punta de la lengua, en repetidos movimientos hasta que se ponen duros; su respiración se hace un poco más rápida y superficial, pero no me detengo y los llevo a mi boca, comenzando a chupar y a morder cada uno. Una de mis manos ya se aventuró a la zona de su pelvis, palpando por encima de la ropa, haciendo que se remueva y que sus piernas se cierren en torno a la intrusa que se aprovecha de su duermevela. Sonrío y el ver como su cuerpo está respondiendo a mis caricias, hace que mi propia excitación aumente, sintiendo como poco a poco me estoy mojando; es impresionante el efecto que ella tiene sobre mí. Meto la mano dentro de su ropa interior, notando con deleite como sus labios también están húmedos, en respuesta, sus piernas se abren un poco, casi como me dieran permiso a seguir. Sin dejar de lamer y chupar sus senos, mi mano se ocupa de estimular el clítoris con el pulgar, moviéndose en círculos y ocasionalmente haciendo presión, mientras el dedo anular se pierde en su húmedo interior, tan caliente como yo estoy ahora.

Se escuchan leves jadeos de sus dulces labios y su respiración agitada, todo por mi causa. En estos instantes agradezco que tenga el sueño pesado, a pesar de todo lo que estoy haciendo, aún sigue en los brazos de Morfeo. Aumento la velocidad de mis dedos sobre su vagina y clítoris, suelta un resuello aún más fuerte en respuesta y sus piernas se abren más para permitirme mayor libertad, mientras su pecho sube y baja con gran agitación y se remueve constantemente. Segundos después, escucho como su respiración se detiene y su interior se aprieta contra mis dedos, su cara está contraída en una expresión de puro placer, se está mordiendo un labio y sus ojos están cerrados con fuerza. La imagen es casi suficiente para correrme, pero no puedo, no puedo dejar de tocarla, de verla, de besarla, de proporcionarle mil y un orgasmos si así lo desea.

Poco a poco su respiración vuelve al ritmo normal y sus ojos se abren lentamente, parpadeando varias veces, mientras se adaptan a la oscuridad y es entonces cuando se encuentran con los míos. Ojos marrones frente a ojos color caramelo; no sé realmente cuanto tiempo nos quedamos viendo, mis ojos expresan todos lo que he callado por ella, y los suyos, están llenos de sorpresa y algo que no se definir pero que eriza cada vello de mi piel. Abro la boca como para hablar, pero ningún sonido sale de ella, realmente no sé qué decirle, ¿Qué se supone que le dices a alguien cuando acabas de abusar de su confianza y de su cuerpo mientras dormía? Estoy totalmente en blanco, pero soy incapaz de apartar la mirada y es entonces cuando ocurre, algo que hasta ahora me sigue sorprendiendo y me deja sin aliento: Me sonríe, pero no es esa sonrisa sarcástica de  “Estás en serios problemas, maldita”, sino de “Me alegra que por fin lo hicieras”  y sé que ya nada importa, ni mi silencio, ni mis dudas, no importa nada, sólo ella y la forma en que me sonríe.

 

 

Notas finales:

Bueno, espero les haya gustado

La verdad me entretuve escribiendolo, y tal vez siga escribiendo Yuri, de todas formas, fue una excelente primera vez


Besos y Mordisquitos!

Yiz Yaoi


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