Tortura
Definitivamente, era eso a lo que Choi Minki estaba sometido en ese momento.
Suspiró, tratando de tranquilizar su respiración, y agradecía de sobremanera que las luces estuvieran apagadas, pues solo él era consciente del fuerte sonrojo de sus mejillas en ese momento.
Y no era para menos, pues el vocalista principal del grupo lo tenía fuertemente abrazado por la cintura, podía sentir la respiración del mayor en su nuca, provocándole un escalofrío. Trató de moverse, librarse de los fuertes brazos del mayor, sin resultado alguno.
Resopló con molestia y trató de pensar en cualquier tontería para poder dormirse. Repentinamente, sintió que la fuerza con la que era abrazado disminuía, y aprovechó para voltear y tratar de empujar al mayor con las manos. Sin embargo, lo único que logró fue quedar de frente a ese perfecto rostro, responsable de casi todos sus desvelos. Y decía “casi” porque decir “todas” sería darle más crédito al tigre blanco del que en realidad tenía. O al menos, eso era lo que le gustaba pensar.
De por sí, era poco el tiempo que tenían para dormir, y si encima Baekho insistía en que necesitaba abrazar “algo” para dormir, y ese “algo” resultaba ser el… Suspiró nuevamente, recordando la pequeña (y ruidosa) discusión que se había armado la mañana del día anterior por la distribución de los cuartos en aquel hotel en Japón. Minhyun había insistido en compartir cuarto con Aron, este había secundado la idea, y habían dicho que el “BaekRen” también debería hacer lo mismo, mientras Jr fruncía el ceño y en tono de broma les reclamaba por abandonarlo. Al final, y después de que una empleada del hotel tuviera que pedirles amablemente que bajaran el volumen de la conversación, los cuartos quedaron exactamente como ellos querían.
Y ahora Ren se encontraba mirando fijamente los ojos cerrados de su hyung, que poco después de acostarse, se había pasado a la cama del menor, con su típica excusa de no poder dormir si no abrazaba algo.
Y el pobre chico sentía su corazón latir desbocado ante la cercanía de sus rostros. Maldijo en voz baja su mala suerte, ¿Cómo es que siempre terminaba de ese modo todo? Parecía que el único que no se daba cuenta que el maknae estaba enamorado de la voz principal, era el propio Baekho. Ren no sabía si agradecerle u odiar a los demás por dejarlo siempre a solas con él, aunque sabía que lo hacían con buenas intenciones. Si la culpa era del idiota de Baekho, y de él mismo, que no tenía ni la más mínima idea de cómo demostrar lo que sentía.
Una lágrima corrió por su mejilla, dejando un rastro húmedo y perdiéndose entre las mantas. Ren cerró los ojos, tratando de que esa fuera la única lágrima derramada por esa noche.
Luchó con todas sus fuerzas para controlarse y tratar de dormir, de lo contrario luciría peor, sería regañado por el staff y preocuparía a las fans y a sus propios compañeros, que era lo que más quería evitar. Trató tontamente de contar borregos, y cualquier cosa que se le vino a la mente, sin embargo fue el cansancio el que a los pocos minutos lo hizo caer en un sueño profundo, sintiéndose seguro entre los brazos de aquel masculino y tierno muchacho que ahora lo observaba con los ojos entrecerrados y una dulce sonrisa en sus labios, aún medio adormilado por la hora.