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Buscando una salida por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Konnichiwa  >w

¡Aquí Sapphire reportándose!

¿Cómo han estado? Aquí en Lima (Perú), el clima cambia constantemente, pero me agrada el sol. Siempre se puede comer un helado de chocolate nwn. En cambio mi amigo Sebas ya desea que llegue el inverno. Supongo que se preguntaran porque estoy hablando de trivialidades que no vienen al caso, pero tengo que darles una noticia: ¡pase el ciclo de manera muy estupenda!

¡Ahhh! Por fin me libere de esa angustia =w=

Regresando al fic, gracias por sus comentarios a Rurufusu, Takano90, Rosirosi, Chiaki28, Maria-sama y An. Doy también la bienvenida a nuevos lectores. Espero que continúen leyendo mi fic y no se aburran con mis ideas ;9  Esta vez trate de hacer un poco más largo el capítulo. Espero que les guste n.n

Por favor lean n.n/

Akihiko no lograba contener la emoción que sentía. Aún más cuando tuvo que fingir que estaba sereno con el retorno de su hermanito y Misaki. Por dentro, él estaba gritando de la emoción. No podía esperar más para llegar a la oficina. También se sentía inseguro de cómo se acercaría al castaño, además de imaginar en como el castaño reaccionaría ante su toque.

Ya en la oficina no lo pensó más. Jaló a Misaki cerca de él, abrazándolo con vehemencia. Fueron los tres días más largos y angustiantes por los que había pasado en su vida. No quería que sucediera nuevamente. 

-¡Akihiko-san! –le gustaba escuchar la voz de Misaki. Alterada, en calma. Y mucho más cuando, Misaki le decía “Akihiko-san” en lugar de “Usami-sama”. En cualquier ocasión, la voz del castaño era música para sus oídos. -¿Qué-?

Abrazaba sin ser correspondido. Él deseaba que el sentimiento que sentía fuera recíproco, pero comprobó que no se puede obligar a una persona a que te corresponda. Lo apretó un poco más. Sintió la fragancia del castaño.

-No te imaginas cuan preocupado estuve por ti –A pesar de no ser correspondido, eso no significaba que no pudiera decir lo que sentía.

-¿Akihiko-san? –Estaba seguro de que Misaki escuchó muy bien que su voz temblaba. –Tranquilo. Ya todo está bien.

Sintió como Misaki lo abrazaba suavemente y acariciaba su espalda. Trato de ver el rostro del menor, pero este se apretó más contra el peli plata.

-¿Misaki?

Sujeto el mentón del castaño, tirando un poco hacia arriba. Los ojos de Misaki estaban acuosos. De repente su corazón se estrujo un poco en su pecho. Acercó sus labios al del castaño y lo besó con ternura. Esta vez el castaño no se resistió al beso, sino que se aferró al peli plata. Cortó el beso por falta de aire.

En momentos como este no hacía falta palabras. Akihiko sonrió para sí. Dio besitos desde la mandíbula de Misaki descendiendo hasta el cuello, saboreando la piel en el trayecto. Sin embargo, grande fue su sorpresa al comprobar que Misaki tenía una marca de beso entre la base del cuello y la espalda. Esa marca era reciente y parecía haberse hecho con mucha fuerza.

-¡¿Qué rayos es esto?!

Akihiko agarró la camisa del castaño con fuerza, rompiendo algunos botones por la fuerza ejercida. Misaki se asustó por el repentino cambio de humor de Akihiko.

-¿Akihiko-san?

Sus ojos verdes trataron de ver la salida más próxima. Pero el peli plata obstruía la puerta de la oficina. Si el peli plata se alteraba más, no tenía escapatoria.

-Quieres escapar, ¿no?

-¡…! –Misaki empezó a temblar.

Akihiko agarro nuevamente el mentón del menor y lo beso bruscamente. Obligo al castaño a abrir la boca e introdujo su lengua para explorar la húmeda cavidad.

-¡Mmmm! ¡Nngh!

Misaki trataba de zafarse del agarre de peli plata. Pero cuando más trataba de alejarse, Misaki era abrazado con más fuerza. De repente, Akihiko empezó a quitarle la camisa. La piel blanca del castaño quedo expuesta. Aunque el mayor se detuvo al ver al castaño temblar.

–Yo…yo… Akihiko-san… –Misaki trato de acomodar su ropa que por poco se convierte en jirones. – Déjeme explicarle.

-… –Akihiko suspiro conteniendo su reciente enojo. Se sentó en su gran sofá mientras encendía un cigarrillo. –Te escucho.

 

Acariciaba el cabello de Natsuhiko, quien estaba dormido. El cabeza del niño reposaba tranquilamente en las piernas del castaño. Lastimosamente no había una cobija, por lo que la casaca que llevaba Misaki le servía de cobertor al niño.

“Se parece muchísimo a Usagi-san”

-¿Eh? ¿“Usagi-san”? ¡¿Qué estoy diciendo?!

Recordó repentinamente su infancia. Sacudió su cabeza tratando de alejar recuerdos inútiles. Mientras estaba en conflicto consigo mismo, la puerta se abrió. Tragó saliva sonoramente y con ansias espero a ver quién estaba detrás de la puerta. Raoul se asomó por esta.

-¡Hey, mocoso! Tenemos que hablar. Ven acá.

-Etto… Yo-

-Si no vienes rápido…

-De acuerdo. –Se levantó en un santiamén, pero con cuidado de despertar al niño.

Misaki se acercó a la puerta. Raoul lo agarro de la muñeca y lo jalo hacia afuera. Caminando por el pasillo, Raoul le preguntó:

-Dijiste que Shinobu es tu amigo, ¿no?

-S-sí.

En todo el trayecto, Raoul no soltó su mano. Al llegar a otro cuarto, que estaba amueblado, fue lanzado a uno de los sofás. Raoul se sentó al frente.

-Cuéntame todo sobre lo que has visto en la casa de los Usami. No te reserves nada. Estoy seguro que hare pagar a Akihiko Usami por su error.

-¡Pero él no tiene la culpa! ¡Estoy seguro! –su boca se abrió como si nada para defender a Akihiko. Hasta el mismo estaba sorprendido por lo que dijo.

Si las miradas mataran, él ya estaría muerto. Raoul prácticamente echaba humo. Se alejó un poco para calmarse. Cuando se volteó otra vez, sus miradas se encontraron en un instante. Raoul pudo apreciar el color de los ojos del castaño.

-¿Por qué lo defiendes? –Raoul suspiro pesadamente mientras se agarraba la cabeza. –En realidad, tú eres más leal a tu amo que a tu amigo…

-¡No! No es así.

Por supuesto que no era así. Tan solo era que no le gustaba que culparan a Akihiko de todo. Estaba segurísimo de que la mayoría de problemas de las que culpaban a Akihiko provenían de su padre, Fuyuhiko Usami.

Mientras pensaba en que responder a Raoul, este se acercó de manera sigilosa y lo cogió del mentón.

-Nosotros nos parecemos.

-¿Eh? –No logró entender porque Raoul decía eso.

-Somos leales, a pesar de que odiamos serlo. No lo podemos evitar.

-No me compares contigo.

-¿Cómo que no  te compare? Nosotros realmente n0s parecemos… estoy seguro de que te rehúsas a decir cuánto odias que te trate así, pero lo soportas. También que ansías tu libertad, pero te has acostumbrado a la jaula. Sueñas con volar libre, pero te da miedo de hacerlo solo. ¿No es así?

-No es cierto. –Sentía que temblaba su voz. –Nada de eso es cierto.

Raoul sonrió con mordacidad. Parecía como si hubiese visto a través de él. Dio un manotazo apartando la mano del hombre rubio. Parecía que a Raoul no le agrado tal acción, pues frunció el ceño. ¿Cómo reaccionaría? El castaño se levantó y se dirigió a la puerta. Raoul lo detuvo.

-¿A dónde crees que vas?

Trató de soltarse del agarre de Raoul, pero este en un rápido movimiento cogió su brazo y se la torció hacia atrás. Lo empujó contra la puerta y alzo un poco más su brazo.

-¡Ouch! –trató de soportar el dolor. –Tsk…

-Veamos qué es lo que tienes.

Raoul deslizo su mano libre sobre su pierna, desde abajo hacia arriba. Cuando llego a la cintura, Raoul metió sus dedos entre los pantalones.

-¡¿Qué estás haciendo?!

–Tu piel es muy suave. –Raoul se restregó un poco encima de Misaki. –Se siente muy bien.

-Suéltame. –susurró entre dientes.

Al contrario de lo que dijo, Raoul se recostó encima cubriéndolo con su cuerpo. Le susurró en su oreja.

-Yo sé que te gusta ser tratado de esta manera. –Raoul lamio y mordió ligeramente su lóbulo blando. Podía escuchar la respiración pesada del hombre. -¿No es así?

-¡Nngh!

Raoul continúo lamiando, llegando hasta el cuello esbelto. Mordió sin prisa la piel.

-Ya basta…

-Sé que hacías estos favores a la familia Usami, en especial al heredero.

-No… no… él nunca me trató de esta manera.

-Solo déjate llevar. Estoy seguro  de que lo disfrutarás.

 -Ya basta… ¡por favor!

Raoul succionó la piel que estaba entre el cuello y la espalda. Lamiaba con suavidad para luego succionar con fuerza.

-¡Ahh! –Raoul lo mordió nuevamente. Se escuchaban los gimoteos. –No quiero… por favor…

Sentía un poco de miedo. ¿Qué es lo que haría Raoul? Su brazo continuaba presionado contra su espalda. Inesperadamente Raoul miró hacia otro lado mientras soltaba su brazo.

-Ya me aburrí. –dijo con pesadez.

Al verse liberado cayó de rodillas al suelo. Se secaba las lágrimas en silencio. No quería mirar al hombre rubio, porque pensaba que su rostro no tendría una expresión de amabilidad.

-Levántate. –Raoul levantó con fuerza a Misaki. –Ahora, me responderás a lo que te pregunte. ¿De acuerdo?

-…Sí…

-¿Cuáles son los puntos de encuentros de los negocios de la corporación Usami?

Pasada una hora de interrogatorios, Raoul se veía frustrado. Parecía que no había obtenido ninguna novedad. El castaño realmente no tenía la culpa. Él casi no salía de la mansión. Raoul permaneció callado, parecía pensar sobre lo que haría después.

–Sé que no eres de utilidad. Eres solo un simple sirviente. –entre dientes susurró con resignación. –Los enviaré de vuelta con la familia Usami.

-¡…!

Raoul salió del cuarto, guiándolo por todo el camino hasta llegar al cuarto. Él permaneció callado. Y tal parecía que Raoul tampoco hablaría. Cuando abrieron la puerta, vieron que Natsuhiko estaba despierto y llorando.

–¡Natsuhiko!

Entró a la habitación. Se acercó corriendo al menor.

-Tranquilo.

Enjugó las lágrimas del niño. Sin embargo, Natsuhiko lo observaba con atención. ¿Natsuhiko se habría dado cuenta de su angustia? No quería que el niño se alterara más de lo que ya estaba, así que para calmarlo le dijo:

–Natsuhiko, saldremos de aquí. Ellos nos llevaran a ver a Akihiko.

-¿De verdad?

-Sí.

 

Misaki miraba al suelo después de terminar su narración, mientras que nerviosamente jugaba con sus dedos. Akihiko permaneció en silencio. ¿Le creería al castaño?

–Eso fue lo que ocurrió…

Akihiko se acercó y, en silencio, abrazó a Misaki.

-Lo siento, Misaki.

-….

Misaki podía sentir arder sus ojos. Se aferró con fuerza al peli plata. No lloraría, pero la carga que llevaba por fin se hizo un poco más ligera.

-Tenía miedo… y no sabía que hacer…

-Shhh… –Akihiko acarició la cabeza del castaño como en los viejos tiempos. –Tranquilo… Aunque a mí me dan unas ganas de darle una lección a ese sirviente.

-No lo hagas, Akihiko-san. No vale la pena. Ya todo pasó.

Akihiko tomó entre sus manos el rostro de Misaki para enjugar sus lágrimas. Sin embargo, la mirada de Misaki denotaba tranquilidad ante un problema. Una mirada de madurez. El peli plata se sorprendió. Su Misaki estaba creciendo. Se acercó nuevamente para besarlo. Esta vez, Misaki cerró los ojos y se dejó besar.

-¡Mmm! –como siempre, los labios del peli plata estaban fríos. Pero no importaba.

Akihiko dejo de besarlo con ternura para besarlo con pasión desenfrenada. Lamio los labios del castaño como si le pidiera permiso para explorar la húmeda cavidad. Misaki, con algo de vergüenza, accedió ante el pedido.

-¡Nngh!

Sus lenguas se entrelazaban. Akihiko no dejaba de besarlo con vehemencia, pero Misaki trato de apartarse, pues le faltaba aire. El peli plata solo sonreía. Sus labios estaban conectados por un delgado hilo de saliva.

Akihiko nuevamente dio besos en el cuello de Misaki. Cuando llego a la marca que dejo Raoul, Akihiko se encargó de colocar una marca encima y no solo eso: dejo varias marcas alrededor de esta.

-Akihiko-san… mi hermano podría verlas…

-No me importa.

-¡Nnngh!

Aunque no lo admitiera, Misaki se sentía bien al contacto del peli plata. Sentía un hormigueo que recorría su cuerpo y se dirigía a su entrepierna. Estaba seguro que en cualquier momento sus piernas cederían ante el placer, así que se aferró al peli plata. Poco a poco, Akihiko lo recostó en su escritorio.

“¿Por qué no me siento extraño cuando Akihiko-san me hace esto? ¿Está bien que hagamos esto?”

Misaki lentamente perdía la noción de la realidad, solo quería estar lo más cerca del peli plata. Este le fue desabotonando la camisa. La piel blanca y tersa del castaño quedó expuesta mostrando también los dos apetitosos botones rosas.

-¡Akihiko-san! –Misaki se arqueó cuando sintió la cálida sensación de la lengua del peli plata en sus botones.

-Se pondrá mucho mejor.

Cuando Akihiko se disponía a bajar los pantalones del castaño, escuchó una vocecita a lo lejos acompañada de una más grave.

-¡Misaki! ¡Misaki!

-¡Bocchan, regrese a la cama!

-¡No! ¡Misaki tiene que dormir conmigo!

Se escuchó los pasos acelerados de Natsuhiko. Se acercaban a la oficina de Akihiko. De un portazo, Natsuhiko entro al dicho cuarto. Akihik0 y Misaki se separaron rápidamente.

-¡Misaki!

 -Natsuhiko, ¿qué haces aquí? –Akihiko trato de preguntar de manera casual, intentando distraer al niño. Misaki en un santiamén se acomodó la camisa. –¿No se supone que deberías estar durmiendo?

Natsuhiko, con un puchero, señaló al castaño. –Misaki no estaba a mi lado, por eso no podía dormir.

-Natsuhiko, tienes que regresar a la cama. –Takahiro se acercó a la habitación.

-¡Solo me iré a dormir si Misaki duerme conmigo!

Natsuhiko buscó en la habitación al castaño. Se lanzó hacia Misaki. Este tomó entre sus brazos al niño.

-Misaki, ¿vienes conmigo?

-Etto… –miró a Akihiko como si le fuera a dar una solución. En cambio el peli plata solo miró hacia otro lado, obviamente fastidiado. –Sí, iré contigo.

-¡Yay! –Natsuhiko abrazó al castaño. –Misaki, ¿por qué tu cuello esta húmedo?

-¡¿Eh?! –Misaki titubeó tantas veces antes de responder. –E-etto… etto… tenía mucho calor, así que estoy algo sudado. Hahahahaha. ¡Ahora si vámonos a dormir!

Misaki hizo una reverencia y salió apresurado de la habitación con Natsuhiko, dejando solos a Akihiko y a Takahiro.

-Con que estaba sudado, ¿no? –Takahiro lanzó una mirada inquisitiva a su mejor amigo.

-Sí, hace un poco de calor…

–Mmmm… Será mejor que me vaya. Descansa, Akihiko.

Takahiro salió de la habitación dejando solo a Akihiko. Este solo podía suspirar pesadamente. Por poco y casi eran descubiertos in fraganti. Debía ser más cauteloso si quería estar con Misaki. No es que tuviera miedo de la reacción de Takahiro, sino de las medidas que tomaría este para “proteger” a su hermano.

-¿Qué es lo que debería hacer?

Notas finales:

Owww… Lemon interrumpido por la ternura de un lindo niño peli plata…

Espero no me maten por lo que hice, pero como ya había comentado antes: falta muy poco para el lemon.

¿Saben? Estoy pensando escribir más sobre Raoul (aunque al principio no pensaba prestarle tanta importancia a este personaje); como ya se habrán dado cuenta, me encanta poner una dosis de angustia, celos y problemas a mis historias 0w<b

Cuídense mucho. Nos leemos pronto n.n/

PD:¡Feliz dìa a todas mis lectoras!


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