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Buscando una salida por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Lo siento por la demora >o<!!!!!

U_U realmente estoy muy apenada… pero tengo mis motivos. No pude escribir porque estaba mal de salud y tuve que prepararme para mis exposiciones de sustentación de trabajos finales. Fue muy tedioso pero al mismo tiempo muy divertido n.n Aunque si las exposiciones de sustentación son así, no me imagino como serán las de sustentación de tesis…

Bueno, ya no les aburro contando mis problemas personales. Ahora tengo un anuncio importante: ¡¡¡Estamos entrando al arco que dará inicio al final *O*!!! Nuevamente tengo sentimientos encontrados cuando hablo del final TTwTT  Aunque creo que solo faltan unos cinco capítulos… no estoy muy segura.

¡Ah! Agradezco por sus reviews a: Rurufusu, An y a Zyabell Takatsuki. Gracias a todos mis lectores por seguir esta historia n.n

Espero que disfruten el capítulo n.n

Se puso los zapatos y con lentitud ato los cordones. El reloj marcaba las seis de la mañana. Volteo a ver, en la cama una silueta se apreciaba bajo las sabanas. Él sonrió con ternura. A pesar de saber que su hermano ya estaba en la secundaria lo seguía tratando como a un niño pequeño. Una prueba de ello era que habían dormido juntos. Se acercó, besó la frente. El chico se revolvió entre las cobijas. No lo levantaría. Volvió a acomodar las sabanas y salió del cuarto.

-¿Qué debería preparar para el desayuno? –Takahiro cogió un recipiente. –Mmm… Haré un smoothie de fresas con yogurt.

La hora pasó muy rápido. Pronto serían las siete. No podía perder más tiempo. Presentarse tarde en el primer día de un nuevo trabajo no era muy conveniente para su curriculum. Guardo el postre en la refrigeradora. Además, escribió una nota y la dejo en la mesa. Cogió su lonchera y salió de la casa.

“Misaki, salí temprano al trabajo. Quizá venga a altas horas de la noche. No me esperes y no te preocupes. Comeré afuera. Cuídate y esfuérzate en los estudios.

                       Takahiro”

 

Le había ido muy bien en el trabajo. Sus compañeros se mostraron muy amables con él y le había dado consejos sobre algunas técnicas para el trabajo. Lo conveniente de este trabajo era que salía más temprano. Ahora podría pasar más tiempo con Misaki y apoyarlo con sus estudios.

-Creo que me excedí con las compras… –Takahiro cargaba varias bolsas. –¿Mmm?

Sintió como si alguien lo observara. Miró por todas partes, pero no había nadie. Caminó despreocupadamente. Aunque la sensación de incomodidad no desaparecía. Lo atribuyo al cansancio.

Cuando llegó a la casa, Misaki ya no estaba. Debía estar en el colegio. La nota seguía en la mesa. Aparte de la nota, habían unos cuantos sobres. Suspiro con pesadez. Estaba muy seguro que eran las cartas informándole que aún faltaba pagar la deuda de sus padres.

-Esos viejos…

Miro hacia la ventana. Nuevamente se sentía vigilado. Se supone que no había nadie en casa. Salió de la casa a inspeccionar. Observo por todos los lados de la casa.

-Quizás sea mi imaginación.

Cuando se dirigía a la casa, alguien lo tomo del brazo y le apretaron el cuello. Él quedo inmóvil, atónito de lo que sucedía.

-¡…!

-Quieto. No grites o si no te puede ir muy mal.

Takahiro apenas podía respirar. Aun con ese problema, trato de hablar a los extraños.

-¿Q-que es… lo q-que quieren?

-El señor Usami nos ha pedido que te lleváramos con él. Así que te conviene ser colaborador con esto.

-D-de acuerdo… pero suéltenme. No me escaparé.

-Te conviene no hacerlo, sino el que pagara las consecuencias será un lindo chiquillo.

-¡…!

La cara de Takahiro reflejaba un terror puro. Los hombres solo rieron. Takahiro agradeció que Misaki estuviera en el colegio en estas horas.

-“Lo siento, Misaki.” –pensó tristemente el azabache. -¿Puedo llevar algunas cosas?

 

Cuando se presentó ante el señor Usami, Takahiro pensó que de alguna manera podría convencerlo de alguna manera. Más fue ingenuo ese pensamiento. Recibió en aquella mansión una lección cruel. Aquel señor de marcadas expresiones disfruto de torturarlo. Mando a que lo apalearan y no contento con ello, le amenazaba con hacerle lo mismo a su hermano.

-“Misaki…”

Estuvo unos días en un cuarto aislado. No recordaba con exactitud cuántos días permaneció. Solo quería que terminara su sufrimiento. Pese a ya no tener marcas tan visibles de los golpes, se sentía abatido por la incertidumbre de lo que le podría pasar a Misaki. ¿Qué pasaría después de su castigo? Una parte de él temía por saber la respuesta.

Lo sacaron de aquel cuarto. Sus ojos se entrecerraron al recibir los rayos del sol. Por ahora se mostraba sumiso. No quería mostrarse arisco para no perjudicar a su hermano. Lo llevaron ante el dueño de la mansión. Y pensar que alguna vez este señor se mostró confiable cuando estaba al lado de sus padres.

-Desde ahora me obedecerás, ¿entiendes? –Fuyuhiko lo miró atentamente.

-…Si, señor Usami…

 

Pasado un mes, Takahiro fue enviado a Londres para servir a la familia Usami. Allí conocería al pequeño heredero de los Usami. Pero antes de hacerlo, él se las ingenió para pedirle el gran favor de su vida a su mejor amigo. Prácticamente fue una misión imposible contactar con Akihiko, pero logro hacerlo cuando en la mansión hubo una reunión familiar.

-“Por favor, te encargo a mi hermano. No dejes que nada malo le pase. Por favor, Akihiko. ¡Por favor! Te lo ruego, protege a Misaki.”

Recordó con gracia aquella cara de sorpresa del peli plata. Pero decidió confiar, porque sabía que el peli plata estaba encariñado con Misaki.

Cuando llego a Londres conoció al pequeño integrante de la familia Usami. El niño no era muy sociable y tenía dificultades para salir a la ciudad. Takahiro sintió como si fuera una broma cruel de un pequeño niño, sabiendo que él tenía un hermano pequeño. Pese estar reacio al principio al cuidado del niño, sintió lastima de él. Su madre viajaba por el mundo, su padre solo se interesaba por el dinero de la corporación. Y su hermano mayor estaba en el extranjero. Que familia…

-Takahiro, ¿tienes hermanos?

-Sí, se llama Misaki. Él es un chico muy bueno. Es muy amable con la gente y suele tener mucha carisma. Aunque ahora debe haber crecido.

-¡Basta! –el niño gritó. –Ya no quiero escuchar más sobre él.

-¿Natsuhiko-bocchan?

-Se ve que quieres mucho a tu hermano. –Natsuhiko abrazo el peluche de felpa. -¿Por qué no estas con él?

-…. No puedo. Mi deber es estar al lado de Natsuhiko-bocchan.

Quizás Takahiro lo había dicho con una expresión muy triste.

-Disculpa… es por mi culpa por lo que estás aquí.

Takahiro negó con la cabeza y le sonrió.

-No es tu culpa. Pero no te preocupes por mí. Sé que el estará bien.

-¿En dónde está tu hermano?

-¿Mmm? En Japón.

-Quizás deberíamos ir allá alguna vez. ¿No lo crees, Takahiro?

 

Las ciudades se veían casi iguales en Londres. Se veía el paisaje muy gris. No pensó mucho acerca del por qué el paisaje se veía así. No tenía caso preocuparse por esas cosas en este momento. Antes estaría furioso de ver solo ciudades y edificios. Ahora le daba igual. Takahiro sonrió con los recuerdos del año pasado. Corrió las cortinas y cogió la bandeja de plata. Solo debía cumplir con sus deberes habituales. Pensó fugazmente en su hermano y se puso a trabajar. Aun el pequeño Usami dormía en su alcoba.

-Solo le dejaré la comida en su mesa y de allí revisaré sus clases de hoy.

Takahiro caminaba tranquilamente por los pasillos cuando alguien lo agarró del hombro y lo arrastro a otra habitación. Por poco tumba la bandeja. No le sorprendió ver quien era la persona que lo había llevado a esa habitación.

-Takahiro, ¿estás bien?

-Sí, señor Usami.

-¿Disfrutaste tus vacaciones en Japón?

-…

-¿No quieres contarme lo que paso?

-Señor Usami, necesito revisar los deberes de Natsuhiko-bocchan. Si me permite…

Takahiro hizo una reverencia. Sin embargo, antes de que saliera el hombre dijo algo que congeló a Takahiro, reviviendo su temor.

-¿Sabes? Se me apetece viajar a Japón a visitar a mi hijo. Quizás lo haga en estos días. De paso, creo que podría visitar a una personita muy especial para nosotros.

Takahiro sintió que su estómago se estrujaba por la impotencia e ira. No quería que este momento llegase, pero estaba seguro de que pasaría.

“Misaki…”

 

 

Los gemidos se escuchaban apenas. Aunque el muchacho no se podría contener por más tiempo. El peli plata lamió sensualmente la mejilla ruborizada del castaño, al mismo tiempo que presionaba su entrepierna contra la del menor.

Misaki recordó vagamente que Tanaka-san le había encargado de llamar a Usagi-san para el almuerzo. Pero desde que entró en la habitación, el peli plata se aferró a él y terminaron de esta manera.

-¡Mmmm! ¡Usagi-san!

-¿Te gusta que lo toque?

-¡Ahhngh!

Akihiko trazó lentamente la suave piel. Rozó con delicadeza la cabeza para luego estrujarlo. Misaki se aferraba al escritorio. El sudor caía por sus sienes. El peli plata sonrió satisfecho. La respiración del castaño era errática.

-Se pondrá mucho mejor. –el peli plata se empujó dentro del cuerpo del menor, previamente preparado.

-¡Aaaaahhhhh!

-Te gusta, ¿verdad?

-U-usa… u-sagi… san… ya no puedo más… –la respiración entrecortada de Misaki encendía mas al peli plata.

Akihiko capturó los labios de Misaki. Los besó con avidez. Inclinó su cabeza, profundizando el beso. Los gemidos de Misaki se perdían en el beso. Akihiko acarició los pezones y los pellizcó. Tironeó un poco y nuevamente los masajeo.

-¡Mmmghn! ¡Usagi-san! ¡Me vengo!

Akihiko apretó el miembro del castaño, frustrando su liberación. En cambio, Akihiko levantó las piernas de Misaki. Aceleró las embestidas y acometió con más fuerza. Él quería que se corrieran juntos. No espero mucho. Misaki fue el primero en correrse. Al hacerlo, apretó con fuerza el miembro del peli plata arrastrándolo al clímax.

-¡Usagi-san!

-Misaki… –susurró con voz ronca Akihiko.

Akihiko coloco entre sus piernas al castaño y comenzó a limpiarlo gentilmente con un paño. Misaki se sentía muy cansado, pero al mismo tiempo muy feliz. Solo que se ponía tímido en esta situación. Por su parte, Akihiko no mostraba vergüenza alguna, pero no dudaba en mostrar su afecto.

-Te quiero, Misaki.

-Y-yo también te quiero, Usagi-san… Quiero estar al lado de Usagi-san por siempre. –Misaki abrazo con fuerza al peli plata. Pero recordó por fin el encargo de Tanaka-san. –Creo que Tanaka-san me reprenderá… él me dijo que te avisara que el almuerzo ya estaba listo.

-No te preocupes por ello, Misaki. Estoy satisfecho con lo que me mando de comida a mi oficina.

-¡¿Ehhh?! –Misaki no pudo evitar ruborizarse hasta las orejas. Akihiko solo sonrió ampliamente.

 

 

Takahiro apretó los puños. Sentía impotencia de no poder detener al anciano. Además de que no pudo contactar con la mansión de Japón. Estaba muy seguro de que el señor Usami estaba detrás de esto. Trato de disimular su enojo. Si no estuvieran esos guardaespaldas sería capaz de darle unos cuantos puñetazos al anciano. Solo esperaba que Akihiko estuviera al tanto. No podía hacer nada más que confiar en su mejor amigo.

Fuyuhiko se subió al coche. Los sirvientes, que estaban parados en dos filas, reverenciaron a modo de despida. Continúo sonriendo de manera sarcástica a Takahiro.

-No creo que desear que el avión se estrelle o se pierda en el mar funcione, Takahiro. Más bien, deséame un buen viaje.

Fuyuhiko dio un guiño antes de subir las ventanas del auto. Disfrutaba de ver la cara de impotencia de Takahiro. Nada más hermoso que ver la desesperación en una persona. El carro aceleró. Fuyuhiko se acomodó en el asiento y cerró los ojos.

-Misaki, ¿no? ¿Cuánto me pagaran por un chico como ese?

 

 

Notas finales:

Espero verlos en los comentarios n.n/ Cuidense mucho >w<

Nos leemos pronto. 


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