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Buscando una salida por Sapphire69

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Notas del capitulo:

Hola a todos n.n y perdón por la demora… U_U

Por cierto… Ya han visto el primer y segundo capítulo de Junjou Romantica 3? *w* esta genial. Quise gritar de emoción aunque no pude ya que estaba de visita y tuve que aguantarme las ganas de hacerlo. Me emocione al ver a mi amado Usagi-san *Q* y como no sentir ternura por Misaki-chan :3 me encanto el ending. La tengo como tono de timbre y como ya saben, Sebas otra vez me mira con esa expresión “cuando cambiaras”. A veces me pregunto si soy la única que puede distinguir entre los personajes de Nakamura-sensei… admito que sus personajes son muy parecidos, pero hay un detalle mínimo que logra diferenciarlos significativamente. Mmm…

No los sigo distrayendo más, por favor lean el capítulo n.n/ No sin antes agradecer a por el leer el fic.

Aquí veremos en acción al papa de Usagi-san ¬w¬

Gracias por sus lindos reviews a Akai Usami, Kobra-Poison y a An, aunque extraño bastante a Usami Tenshi, Chiaki28 y a Zyabell Takatsuki… Gracias por leer mi fic a todos ustedes n.n

Por favor, disfruten del capítulo >w

Misaki se acomodó en la cama. Su cuerpo estaba un poco dolorido, más no se arrepentía por ello. Sin abrir los ojos tanteo en la cama, pensando que el peli plata estaría a su lado. En su lugar, solo encontró a Suzuki-san.

-¿Usagi-san?

Escuchó el sonido del agua en la ducha. Se sentó en la cama. Dudaba en ir a la ducha o esperar a que el peli plata saliera para recién ir.

Akihiko apareció en la habitación con una toalla cubriéndole la entrepierna. Misaki se sonrojó al ver el cuerpo sexy del peli plata. Desvió la mirada un poco avergonzado. Pese a haber tenido varios encuentros con Akihiko, el castaño aún no se acostumbraba a verlo desnudo. Simplemente era vergonzoso.

-Buenos días, Misaki.

-..Bu-buenos días, Usagi-san…

-¿Mmm? ¿Por qué no me miras?

-¡…! –Misaki sintió recorrer escalofríos por todo su cuerpo. La mano de Akihiko le obligaba a levantar la mirada. –Estas frío.

-¡Oh! ¿Es así? –Akihiko retiró su mano y le revolvió los cabellos. -¿No quieres ayudarme a entrar en calor?

Se besaron apasionadamente. Misaki olvidó la vergüenza y se dedicó a disfrutar del placer momentáneo del beso. El peli plata lo acariciaba sin prisa y lentamente dejo caer la toalla que cubría su desnudez. Entre las sábanas revueltas, no demoraron en abandonarse a la pasión de unir sus cuerpos.

 

                                                                   

En el aeropuerto de Tokio, una visita inesperada para el heredero de la corporación Usami llegó. Sus guardaespaldas miraban atentos a la gente que circulaba por el lugar. Fuyuhiko sonrió alegremente al estar nuevamente en tierra nipona.

-Ha pasado un año desde que estuve en Japón. Creo que debería hacer un pequeño recorrido en auto antes de ir a ver mi casa. –Fuyuhiko sostenía un folder con archivos de negocios. –Tengo que cobrar una deuda que no me fue cancelada a tiempo.

 

Hizo un intento desesperado de contactar con la casa en Japón, pero fue inútil. Los sirvientes de confianza de Fuyuhiko lo tenían custodiado. Lo habían asignado en una habitación y no le dejaban que saliera excepto para ir al baño. Takahiro chasqueó la lengua, frustrado. Revisó su reloj. Era la una de la madrugada por lo que en Japón serían las nueve de la mañana. Rogaba que el vuelo de Fuyuhiko se retrasara aunque sea una hora en llegar a su destino. 

-Natsuhiko-bocchan… si tan solo le pudiera decir que llame a Akihiko…

Takahiro fue encerrado en esa habitación desde hace un día. No quería pensar en la mentira que le dijeron al pequeño Natsuhiko. Este debería estar preocupado. Trato de pensar en algún método. Miro la ventana que daba hacia el jardín.

 

 

Fuyuhiko sonrió con ironía. Los guardaespaldas se mantenían en silencio. La casa de los Takahashi estaba vacía y eso no era todo. La casa debía estar deshabitada hacía unos cuantos meses. Lo suponía debido a la cantidad de recibos en el buzón. No lo pensó más. Se acomodó los lentes de sol. Estaba muy seguro de que iba todo esto.

-Muy bien, Takahiro. Pero descuida que seré muy rápido encontrado tu preciado. Ummm… ¿con quién posiblemente estará? –el hombre cerró los ojos y después de unos minutos se le ocurrió algo. La respuesta era muy obvia. Se dirigió a los guardaespaldas. –Vámonos de aquí. No hay nada que hacer. En el coche les diré que hacer.

Los hombres vestidos de negro asintieron en silencio. Así como llegaron a la casa Takahashi, se retiraron rápidamente. Sería un inconveniente que algún vecino chismoso los viera rondando por la zona.

 

 

Akihiko se encontraba ordenando los papeles de su oficina. Si terminaba rápido su trabajo, no tendría ningún inconveniente para estar con su amado castaño. Así que se movió rápido, organizando los papeles y acomodando sus materiales para revisarlos. De repente, su celular empezó a sonar. Pensaba en no responder, pero cuando vio en la pantalla el nombre de su padre, respondió de mala gana.

-Diga.

-Akihiko, necesito que vengas para la corporación Usami. Hay una reunión importante sobre las acciones de la empresa.

-¿Estás en Japón?

-Sí, hijo. No pude avisar sobre mi llegada. La situación sucedió tan rápido. Pero eso no importa, solo quiero que vengas para la empresa. Como veras, esta reunión es muy importante. ¿Puedes darte cuenta, no?

–No quiero saber nada de la empresa, creo que ya te lo había dicho.

-Akihiko, ya mande a mi chofer para que te recoja.

El peli plata sintió una oleada de ira recorrer todo su cuerpo. Tiraría el teléfono contra la pared para no escuchar los pedidos tontos de su padre. Sin embargo, cerró los ojos y respiró profundamente.

-Padre…

-Te veré en media hora.

Akihiko vio incrédulo la pantalla de su celular. Su padre estaba en Japón y no avisaba que legaba. Recordó a Takahiro. Él le dijo que tuviera cuidado de su padre. Con lo narrado por parte de su mejor amigo, solo le ayudaba a confirmar la verdadera naturaleza de su padre. Indicaría a Tanaka-san ocultar a Misaki. Luego ya vería la forma en que sucedían las cosas.

 

 

Takahiro tuvo que ahogar un grito después de aterrizar mal con el pie izquierdo. Se asombró de que no se haya roto ningún hueso después de caer a más de cinco metros. Sobó la zona adolorida. Comprobó para su horror que también tenía un corte en el tobillo. Rasgó rápidamente la camisa y se envolvió la herida.

-Solo tengo que llegar a la puerta principal…

Trató de moverse lo más rápido que pudo con su pie lastimado. No sabía por cuánto tiempo más dormirían los sirvientes. En medio de la oscuridad se las apañó para recordar el camino. Le tomo más de media hora atravesar el jardín de la casa. Por supuesto que se demoraría esa cantidad si es que consideras un jardín a un pequeño bosque.

Nadie vigilaba la entrada. Abrió sigilosamente la puerta. A pesar de verse desolado el camino, él estaba segurísimo que lograría poner a salvo a su hermano. Estaba seguro que no tardaría en encontrar a alguien que lo ayudase.

“¡Lo logré, Misaki! ¡Logré salir de este lugar!”

 

 

Akihiko hizo lo que le ordenó su padre. El coche llegó puntual a la mansión. Suspiró frustrado. Sus deberes como hijo de Fuyuhiko Usami eran aburridos. Pero por ahora le convendría mantener su imagen de buen hijo. No faltaba mucho para rebelarse contra su padre y demostrarle que podía vivir de su propio talento.

-Akihiko-sama, por aquí. –un hombre sostuvo el saco del peli plata e hizo una leve reverencia mientras señalaba con su mano el camino a seguir.

Entro en el edificio. La reunión no debía ser tan extensa, pensó. Apenas terminara, continuaría con sus manuscritos. Pronto los publicaría. Se dejó guiar por los trabajadores del lugar hasta llegar a la sala de reuniones.

 

Tanaka-san llevo a Misaki a su habitación. El castaño no sospechaba para nada sobre la situación de peligro en la que se hallaba. El anciano solo miraba apenado. Como si no pudiese contarle la verdad.

-Misaki-kun, Akihiko-sama ordenó que te trasladaras a un lugar apartado de aquí.

-¿Eh? ¿Por qué? ¿Me está echando de aquí?

-No, no, Misaki-kun. No es eso. El joven amo solo me ordenó sacarlo de este lugar por su seguridad.

-¿Sucede algo malo?

-Ummm…

-¡Tanaka-san! Dígame, ¿qué es lo que está pasando?

Tanaka-san decidió guardar silencio. No respondió ninguna de las preguntas que le hizo el castaño, tal como le había ordenado el peli plata. Solo ordenó el paquete de ropas que llevaría Misaki. Llamó a Nowaki para que llevara a Misaki al lugar. Solo Akihiko, Tanaka-san y Nowaki sabían sobre la llegada de Fuyuhiko, además de saber la verdadera historia de Takahiro y el trato que recibió en Londres.

-Estoy listo, Tanaka-san. –Nowaki se presentó en la habitación. -¿Nos vamos ahora, Misaki-kun? Tenemos que ser prevenidos.

 

Volteó aburrido a mirar en las ventanas. Las nubes avanzaban a gran velocidad. Quería retirarse de esa aburrida reunión de negocios. Miró su reloj de mano. Faltaban unos treinta minutos para que terminara la reunión familiar de negocios. Sentía una incomodidad en su pecho, como si le advirtiera de algún peligro.

Fuyuhiko continuó hablando sobre las escalas de los gráficos y el aumento de ganancias en la corporación. Mientras explicaba el trabajo, miraba a Akihiko. Este parecía ansioso.

 

Misaki trataba de caminar a la par del azabache. No entendía la situación, pero después de ver a Tanaka-san y a Nowaki actuar extraños, solo obedeció. Cargó la pequeña mochila.

No sabía a donde se dirigían, pero se sintió bien de salir de la mansión. Por supuesto que le gustaba estar ahí con Usagi-san y los demás chicos, pero de vez en cuando quería salir para recordar los días en los que el solo era un simple estudiante de secundaria.

-N-nowaki-san, ¿no me dirás por qué estoy yendo a otro lugar?

-Misaki… –Nowaki parecía estar pensando en las palabras que iba a decir. –Cuando lleguemos al lugar, prometo decir el motivo. Solo quiero que vayamos rápido a tomar el tren y después…

Los muchachos fueron rodeados por desconocidos. Nowaki se puso delante de Misaki para protegerlo y adopto una posición de pelea. Sin embargo, cuatro hombres se abalanzaron contra el azabache y lo redujeron. Misaki trató de ayudar a Nowaki. Dio un par de golpes a diestra y siniestra. Aunque solo logró derrotar a un hombre. Se disponía a continuar peleando, pero un golpe detrás de su nuca lo dejó aturdido. Sus piernas perdieron estabilidad y cayó para adelante. Lo último que vio fue que golpeaban a Nowaki. El castaño trató de levantarse, mas no pudo. Su visión comenzó a verse borrosa, para finalmente ceder a la inconsciencia.   

 

-¡Akihiko! Tu padre está yendo para Japón. –la voz de Takahiro se escuchaba angustiada y agitada como si hubiese corrido una maratón. -¡Tienes que estar alerta!

-Él está conmigo, Takahiro. –Akihiko miro a todos lados para cerciorarse de que estaba solo en la habitación de al lado. –Tranquilo, Misaki estará a salvo.

-¡….! –se escuchó un gulp en el auricular. –¿Mi… mi hermano estara bien?

-Sí, lo estará. Ahora mismo deberá estar llegando a un lugar seguro.

-Gracias, Akihiko. Muchas gracias.

Akihiko trató de calmar a su mejor amigo. No esperaba que su mejor amigo le llamara. Había ignorado la llamada unas tres veces, pero al cuarto intento decidió responder. Cuando escuchó la voz de su amigo, sabía que la conversación debía ser en privado. Después de ese presentimiento en la sala de reuniones, lo dejaban un poco desconcertado.

-“Misaki estará bien. Estoy seguro.”, pensó el peli plata a modo de alejar a su incertidumbre.

No había manera de que su padre supiera que Misaki estaba con él. Agradecía que su padre no hubiese ido a la mansión. Guardo su celular, se arregló el saco y regreso a la sala. Allí su padre seguía hablando de los gráficos y las mejoras.

 

Sintió que el frío recorría su cuerpo. Apenas podía enderezarse y sus músculos le dolían un poco. Parecía que hubiese dormido en una posición extraña. Parpadeó varias veces. No podía ver ya que sus ojos estaban vendados. Inhaló con rapidez al asimilar la situación.

“¡Nowaki-san!”

No pudo siquiera pronunciar aquel nombre porque la mordaza se lo impedía.

“¿Qué pasó? ¿En dónde estoy?”

El miedo embargó su cuerpo. Comenzó a respirar pesadamente, mientras pensaba en lo sucedido. Recordaba fugazmente el salir de la mansión, también la caminata hasta la estación de trenes y luego escuchar la voz preocupada de Nowaki, pero nada más. Trato de calmarse y rememorar lo sucedido hasta donde él tenía conocimiento. Recordó otro detalle: alguien lo golpeó con algo sólido en la parte posterior de su cabeza. Comenzó a respirar pesadamente, mientras pensaba en lo sucedido. Debía pensar en alguna manera de escapar.

“¿Quién podía hacer esto? ¿Se trataba de otro de los enemigos de los Usami? ¿Por eso todos actuaban extraños?”

No quería darle problemas a Akihiko, mucho menos preocuparlo. Sin embargo, en su posición solo le quedaba actuar y pensar de manera rápida para huir. No creía que se tratara de Raoul. Mmmm… No, no podía ser él. Mientras pensaba en el posible enemigo, trató de quitarse las cuerdas; pero antes de lograr aflojar alguna cuerda, unos hombres ingresaron en el lugar.

-Quítenle la ropa de una vez. –alguien ordenó.

-¡…!

Se acercaron a él, podía sentirlo. Y tal como ordenaron, le quitaron la ropa de la parte superior. Su cuerpo fue desnudado sin ninguna vacilación. No entendía lo que estaba pasando. Se sentía tan irreal. Quería gritar, quitarse las vendas y huir. Pero en su estado solo podía sollozar, mientras que la mordaza ahogaba sus quejidos. Escuchaba como le rasgaban la ropa. Cuando llegaron a la parte de los pantalones, trató de patalear. En uno de esos forcejeos, logro darle a alguno de los hombres, pero un puñetazo en la quijada lo dejó aturdido.

-¡Hey! ¡No dañes la mercancía!

-¡Pero el mocoso se estaba moviendo!

-¡Solo apresúrate! La subasta empezará dentro de poco.

Sintió el sabor cobrizo en su boca. Se paralizó al escuchar la palabra “subasta”. ¿A qué rayos se referían con subasta?

“¡No! ¡Esto no puede estar ocurriendo!”

El castaño nuevamente forcejeó. Estaría loco si dejaba que estos hombres se la llevaran fácil con someterlo. Sintió que alguien rompía un envase de plástico. Además sacudían algo líquido.

-Creo que debemos calmarlo un poco al chiquillo.

Misaki no sabía a qué se referían hasta que sintió un piquete en el costado de su cuello. Sintió como el líquido ingresaba a su cuerpo. Trato de alejarse de la fuente que le provocaba dolor. El hombre que le había inyectado carcajeaba ahora.

-Ahora estarás más mansito. No queremos que el cliente resulte herido o que no esté satisfecho con tu accionar. Aunque uno nunca sabe con qué tipo de clientes se tope. –el hombre lo agarro de los cabellos. –Quizás sea un sádico que le guste domar a chicos ariscos como tú. ¿No lo creen así, muchachos?

Misaki sollozó mientras escuchaba las voces libidinosas de otros hombres. Hablaban de jugar un rato con él y lo divertido de ensuciarlo con su semen. Otros hablaban de como dejar marcas en él. Continuaron diciendo ideas desagradables. Se le encogió el estómago de tan solo pensar que uno se atreviera a tocarlo.

-Sáquenlo. Fuyuhiko-sama ha ordenado que lo vendamos de una buena vez.

“No quiero esto…”

Misaki trato de moverse, pero el sedante ya estaba haciendo efecto en él. Su cuerpo dejo de luchar. Lo tomaron con fuerza del brazo. Estaba seguro que tendría moretones para más tarde. Sintió que fue alzado para luego escuchar sonidos obscenos de un público alborotado.

“¿A dónde me llevan?”

 

 

Notas finales:

Espero leerlos en los comentarios. Creo que ya no diré que actualizare para este fin de semana… ¬w¬ parezco a esas mangakas que publican cada mes y solo hacen pocas páginas TT^TT… LO SIENTOOOOOOOOO!!!!

Cuídense muchísimo!!!!

Nos leemos pronto n.n/


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