Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Buscando una salida por Sapphire69

[Reviews - 121]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Y llegamos al último capítulo >o<!

Fueron casi dos años con este fic. 7w7 por alguna razón me siento vieja…

Muchas gracias por leer este fic. Gracias por sus bonitos comentarios a Alice-san, Stuki-chan (también me da curiosidad saber quién es tu secuestrador), Mestefaniab-chan, Ceci-chan (Me conmoviste con tu comentario. Eres una luchadora. ¡No te rindas!) y a Anónimo (descuida, ya no escribiré escenas gosh gosh =w=U).

Como lo dije en el capítulo anterior, no tenía planeado escribir más de 15 capítulos. Es más, sentía que sería uno de los fics más cortos que haría, pero aquí estamos: en el capítulo 32!

Aunque debo reconocer que soy muy lenta 7w7… 32 capítulos en dos años es muy poco… =3= me siento un poco frustrada… sin embargo, si mi historia llegó a conmoverles siquiera un poco, puedo estar satisfecha.

Ahora si les dejo para que lean el último capítulo n.n/

 

Las luces estaban encendidas. Eran más de la medianoche. Escuchó algunos gemidos provenientes de la sala. Se sentó en su cama y se restregó los ojos. Tenía ganas de ir al baño. Pero se levantó y fue a la sala. Las voces y los sollozos ahogados se escuchaban cada vez más fuertes.

En la sala de estar, vio a su madre y a su padre. Ellos estaban en presencia de un señor con traje. Su madre rápidamente se secó las lágrimas y sonrió.

-¿Mami?

-Misaki, ¿qué haces despierto a estas horas?

-Quería ir al baño.

-¿Uhmm? –el hombre de traje quedó mirando al pequeño niño. –Su hijo ha crecido bastante desde la última reunión en la que nos vimos.

-S-sí, señor Fuyuhiko.

-Misaki, ¿por qué no me das un abrazo? –Fuyuhiko extendió los brazos a los costados.

Misaki solo lo miró pensativo. Rápidamente su mamá lo agarró y lo cargó.

-Llevaré a Misaki al baño. Ya regreso, cariño.

La mujer se alejó lo más rápido que podía. Dejó a los dos hombres solos conversando. Misaki vio por encima del hombro de su madre que su padre sacudía su cabeza. Se veía angustiado. En cambio, Fuyuhiko continuaba mirando a Misaki. Quiso preguntar que sucedía, pero no lo hizo.

 

Después de unos meses, sus padres se escapaban dejando las deudas pendientes. Fue entonces cuando vio llorar como un niño a su hermano mayor por primera vez. Se prometió a sí mismo no dejar que su hermano llorara de esa forma otra vez.

Pasaron más de cinco años. Con esfuerzo y mucha austeridad lograron pagar la deuda que sus padres tenían. O eso fue lo que pensaron.

Con su hermano desaparecido, no le quedo de otra que sacrificarse una vez más. Trabajo para poder obtener dinero y lograr sobrevivir. Muchas veces pensó en rendirse. Se sentía solo y nadie le daba explicaciones sobre su hermano. No creía que su hermano sería capaz de abandonarlo. Pero al finalizar ese año, sus esperanzas pendían de un hilo.

Fue entonces cuando ayudó a ese extraño de cautivantes ojos violetas a encontrar una dirección. Esa pequeña acción que cambio su panorama nuevamente. ¿Cuántas veces más tendría que adaptarse a situaciones inesperadas?

Con tropiezos, misterios, cuestionamientos. Con nuevos amigos, y también algunos viejos, pero a quienes tenía que conocer otra vez. Sin duda, a pesar de las circunstancias, estaba agradecido de contar con varios amigos. Y lo mejor de todo, estar con una persona que lo amara por cómo era sin importar su estatus económico y social. Por supuesto que entendía que tendría que enfrentarse a otros problemas en el futuro, pero no se amilanaría fácilmente.

Despertó de su largo sueño. Su cuerpo se sentía adolorido, pero no lo lamentaba. Se sonrojó levemente al ver el rostro dormido de Akihiko. Sus cabellos plateados caían sobre su frente y mejilla. Lentamente, Misaki rozó la mejilla del peli plata con el dedo índice. Continuó trazando un camino hasta los labios. Akihiko se movió un poco, pero no se despertó. Misaki trató de contener la risa. Prosiguió hasta que su mano se posó en su mejilla. Akihiko cambio esta vez de posición. Misaki se acercó al cuerpo cálido. Acomodó su cabeza encima del pecho de Akihiko. No le tomó varios minutos para quedarse dormido.

 

 

Fuyuhiko llegó en la mañana a Japón. Se veía agotado por el viaje, o quizás más por el chantaje de Isaka Ryuuichirou. De cualquier modo, solo quería terminar de una vez con el problema.

-Señor, ¿en dónde se quedará? ¿En la mansión?

-No. Iremos a un hotel, lejos de los espías.

-¿Señor Fuyuhiko?

-Solo vamos a un hotel.

-De acuerdo.

Fuyuhiko miró en varias direcciones. Se sentía perseguido. Sabía que esta vez sus posibilidades de ganar eran escasas. Ya pensaría en una estrategia lo suficientemente brillante. Trató de darse valor pensando en que su oponente apenas estaba en los treinta.

-Sí, ese niño mimado no es nada para mí. Puedo derrotarlo. Puedo silenciarlo.

 

 

Akihiko despertó. A su lado dormía Misaki. Este estaba apoyado en el pecho del peli plata, cubierto apenas con unas sábanas blancas. Sus labios entreabiertos dejaban escapar uno que otro murmuro. En la habitación apenas se escuchaban sus respiraciones. Akihiko acarició suavemente la mejilla del castaño dormido y le revolvió el cabello. Se prometió a sí mismo no permitir que alejaran a Misaki de su lado otra vez.

De repente, sonó su celular. Chasqueó la lengua. Cogió el celular que estaba en la mesita de noche. Misaki se despertó con el sonido del celular.

-¿Diga?

-Akihiko, necesito que vengas aquí. –la voz del otro lado era de Isaka. –Tengo un tema que consultar contigo.

-De acuerdo. Estaré allí dentro de una hora.

-Usagi-san, ¿qué sucede?

-Es Isaka. Me pide que vaya a su oficina.

El hombre se levantó de la cama. Empezó a ponerse ropa. Misaki solo lo miraba hipnotizado.

-¿Quieres ayudar a cambiarme? –preguntó pícaramente el peli plata.

 

 

Isaka archivó las fotografías y algunos documentos en un sobre café. Continuó con otros papeles. En total colocó unos tres sobres. Demasiada información sobre el sucio escenario en donde se movía el patriarca de la familia Usami. Después de apilarlos, suspiró y trató de relajarse en su silla. Asahina entró en ese momento, trayendo consigo una taza con café caliente.

-Ryuuichirou-sama, debe tomar un descanso.

-De acuerdo, de acuerdo.

-¿Terminó de cerrar los sobres?

-Sí. Ahora solo falta enviarlos a la policía. Aunque ya he enviado unos dos sobres.

-¿Sabes que en la policía también hay gente que puede ser aliado de Fuyuhiko?

-Lo sé. Aunque también tengo de los míos allí. Así que esto no será problema. Si algo me sucede, todo esto se dispersaría como la pólvora. Eso no le conviene a Fuyuhiko. Ahora tengo todas las de ganar. No le queda más que perder el poder y huir como una pequeña rata.

-Esperemos eso, Ryuuichirou-sama.  

 

 

Mientras que Misaki acomodaba torpemente su ropa. Se sentía inmensamente feliz de estar nuevamente en la mansión y al lado de Usagi-san. Después de que Isaka llamara, ellos dos se apresuraron en unir sus cuerpos. El peli plata se mostraba aun ansioso, como si no creyera que Misaki estuviese cerca de él, siendo su manera de comprobar que era cierto al tener intimidad.

 Escuchó que tocaban la puerta. Akihiko ya se había retirado del cuarto. Se preguntó quién sería. Se dirigió a abrir la puerta. Nowaki se veía agitado como si hubiese corrido una maratón.

-Buenos días, ¿qué sucede, Nowaki-san?

-Mi-misaki… -Nowaki trataba de recuperar el aliento. –Takahiro ha llamado. Continúa en el teléfono. Apresúrate.

-Onii-chan. –Misaki salió disparado por el pasillo. Ni siquiera esperó a Nowaki.

No le tomó mucho tiempo llegar hasta el aparato. El auricular estaba a un lado. Lo cogió. Sus manos temblaban, acercó el teléfono.

-¿Onii-chan?

-¡Misaki! ¿Estás bien?

-¿Eh? –“¡Por supuesto! Onii-chan no sabe sobre el secuestro.” –S-sí estoy bien. ¿Y tú?

-Pues, he conseguido liberarme de la vista de Fuyuhiko. Ya no estaré nunca más cerca de él. –Takahiro permaneció en silencio por un momento. Luego se escucharon algunos sollozos. –Me alegro de que estés bien.

-Onii-chan… no llores. –Misaki sintió su voz temblar ligeramente. –Estoy bien. -“¿Debería decirle sobre lo que pasó? No. Creo que no. No quiero que se preocupe en vano.” –Onii-chan, si ya no estás en la casa de Fuyuhiko, ¿en dónde estás ahora?

-Mmm… pues… estoy en la mansión de la familia Kajiwara. Por ahora estoy trabajando para la señorita Manami.

-¡Ooohh! ¿Te tratan bien? ¿Te sientes cómodo con ellos? –Misaki preguntó preocupado.

-Sí, me tratan bien. La señorita Manami es muy amable. Además… -Takahiro parecía que iba a decir algo. –No, nada.

-¿Mmm?

-Misaki, cuídate muchísimo. Cuando junte el dinero suficiente, viajaré a Japón para verte. ¿De acuerdo? ¡Asegúrate de comer lo suficiente! O sino te quedarás enano.

-¡Onii-chan!

-Jajajajaja

-T-tú también cuídate, onii-chan. Quizás haga un esfuerzo también y sea yo quien te visite.

-De acuerdo, Misaki.

Misaki se sentía aliviado al saber sobre su hermano. Con todo lo sucedido, un vaivén de emociones llegaba a él. Pero no pedía más que su hermano, Akihiko y sus demás amigos estuviesen bien.

 

 

Tal como acordó con Isaka, Akihiko se presentó. Entró al edificio. La recepcionista le sonrió de manera coqueta. El peli plata no prestó atención al gesto y preguntó por Isaka. La secretaria continuaba de llamar la atención de hombre, siendo en vano sus intentos.

-Espere un momento, informaré de su llegada. –la mujer blanqueó los ojos y cogió el teléfono. –Isaka-sama, el señor Akihiko Usami ha llegado.

-Dile que vaya a mi oficina.

-De acuerdo, Isaka-sama.

La señorita le indicó la dirección. Se inclinó e hizo una reverencia. Akihiko asintió y avanzó por la dirección señalada. Cuando iba a alejarse por completo, escuchó que la recepcionista elevaba la voz a un hombre.

-¡Señor, necesito su identificación!

-Tengo que ver a Isaka.

-Si no me muestra su documento de identidad, no lo dejaré pasar.

Un instinto dentro de él le indicó que debía salir del lugar o refugiarse en cualquier salón de la empresa. Al voltear atrás vio que el hombre sacaba un arma y disparaba al techo. La señorita se movía nerviosa.

-¡Todos quietos! ¡Solo quiero que el señor Isaka aparezca aquí!

-S-se-señor, tranquilícese.

-Apresúrese en llamarlo.

-De acuerdo, pero baje el arma.

Podía suponer quien estaba detrás de este atentado. Sintió un nudo en el estómago. Procuró ocultarse en el pasillo. Akihiko sacó su celular y mando un mensaje de texto pidiendo ayuda. Tenía que hacer lo necesario para proteger a las demás personas, aun si pareciera poco.

 

Isaka recibió la llamada de la recepcionista.

-Diga a Akihiko que estoy-

-S-señor Isaka, un hombre… un hombre pide que se acerque a la recepción.

-¿Cuál es su nombre?

-S-señor… yo… solo dice-

Isaka escuchó una voz masculina que gritaba groserías. Comprendió el nerviosismo de la mujer.

-Iré allá.

-Señor Isaka…

-No te preocupes. Asahina se encargará de pedir ayuda. La policía no tardará en venir, puedes estar segura.

Isaka cortó la llamada. Asahina se mostraba preocupado.

-Ryuuichirou-sama…

-Asahina, nosotros sabíamos que correríamos riesgos al enfrentarnos a Fuyuhiko. Iré a ver qué sorpresa envió el viejo.

-Ryuuichirou-sama, yo lo acompañaré.

 

 

Misaki se reunió con los demás sirvientes para realizar los quehaceres. Aun se sentía raro. Recordó que mientras se ponía su uniforme, se sintió incómodo. Como si tuviera un mal presentimiento. Se aproximó a la ventana. Miro el cielo. Este estaba despejado.

-¿Por qué me siento así?

-¿Misaki-kun?

-¿Eh?

-¿Qué sucede? –Nowaki preguntó algo preocupado.

-No es nada. Solo creo que me siento ansioso porque regrese por fin aquí.

-Pues, creo que eso está bien, ¿no?

-Si… supongo.

-Misaki-kun, ¿me ayudarías a llevar esto a Hiroki-sama?

-De acuerdo. –Misaki hizo a un lado su incomodidad y se dispuso a ayudar a Nowaki.

 

 

Isaka apareció en la recepción. Todos los trabajadores se habían lanzado al suelo. Supuso que el individuo que estaba en el centro del lugar era el que pidió su presencia. Isaka procuró mantenerse sereno. Un movimiento en falso y él no sería el único lastimado.

-¿Qué desea, señor? –Isaka levantó los brazos al ser apuntado con el revolver. Miró directamente a los ojos del hombre. Quedó sorprendido. –Fujita-san… ¿Qué hace?

-¡Cállate! –el hombre se agitó. Parecía como si hubiese perdido sus líneas. –Entrégame los papeles que tengas sobre Fuyuhiko.

-¿Él te envió? –Isaka preguntó por inercia. Nunca pensó que uno de los amigos de su padre se uniera con Fuyuhiko. Volteo a mirar a Asahina. -¿Cómo?

-Ryuuichirou-sama, lamento decirle que el señor Fujita aparece como uno de los aliados de la corporación Usami. –Asahina desvió la mirada. –Le iba a decir eso esta mañana.

Isaka dedujo que aparte de tener alianzas estratégicas con Fuyuhiko, también sería su cómplice. Además de que quizás estaba siendo manipulado por este.

-Señor Fujita

-¡Maldita sea! ¡Te dije que me entregaras los malditos papeles! ¡Envía a tu secretario a traerlos!

-De acuerdo. De acuerdo. Asahina, trae los sobres.

-¡Ryuuichirou-sama!

-Solo ve.

 

Asahina se retiró. Akihiko lo vio recorrer el pasillo. No había mucho tiempo. Se mostró frente al señor Fujita. Si lograba calmarlo y ganar tiempo hasta que llegara la policía…

-¡…!

-Fujita-san, no necesita hacer esto. Usted sabe que mi padre solo lo está utilizando.

-¡Cállate! ¡No quiero escuchar las palabras de un bastardo que se unió con el enemigo de su familia!

El hombre se veía agitado y nervioso. Apuntaba con el arma por momentos a Isaka, luego apuntaba hacia los trabajadores y por último a Akihiko.

-Aún tiene tiempo para que reflexione sobre lo que está haciendo.

Fuijta disparó nuevamente al techo. Ya no parecía pensar nada. Sus manos sudaban profusamente y se las secaba en la ropa.

Asahina regresó con los sobres. El rostro del señor se relajó considerablemente. Isaka agarró los sobres, caminó apenas unos pasos. El señor Fujita lo señaló con el arma. Pero antes de que este pudiera coger los sobres, un escuadrón de policía intervino el lugar.

-¡Baje el arma! ¡Y no se mueva!

Fujita miró en todas las direcciones buscando una ruta de escape. Al verse sin salida, se quedó quieto sin soltar su arma.

-Si tengo que ir a la cárcel, al menos tengo que hacer esto. –el hombre apuntó con su arma a Isaka y disparó sin vacilar.

El sonido del disparo resonó por el lugar. Después de esto se vio dos cuerpos caer pesadamente al suelo. La desesperación se desató. Los gritos de las mujeres se elevaron.

Isaka no podía creer lo que estaba pasando. Asahina lo cubrió con su cuerpo para protegerlo.

-¡Asahina! –Isaka lo sacudió. Trató de acomodarse para ver la herida de Asahina. –¡Oye, respóndeme!

-Ryuuichirou-sama… -Asahina respondió con una voz temblorosa. -¿Está bien?

-¡Tonto! No preguntes por mí.

El secretario había recibido un impacto de bala en el hombro derecho. La herida manaba sangre. Isaka se vio desesperado.

-¡Alguien llame a la ambulancia!

Por otra parte, Fujita fue inmovilizado. Los policías le quitaron el arma y le colocaron las esposas.

-¡Maldito bastardo! ¡Esto no se quedará así! –Fujita fue arrastrado.

Isaka presionaba la herida de su secretario para detener el flujo de la sangre. Akihiko se encargó de entregar las últimas pruebas que implicaban a su padre. No se sentía mal por hacerlo. Sentía que hacía lo correcto.

-Isaka, no te preocupes. La ambulancia llegará en un momento. –Akihiko se colocó al costado de Isaka.

Como si recién hubiesen llegado los policías, se escucharon las sirenas de estas. Además tal como dijo el peli plata, los doctores aparecieron con su equipo médico y una camilla. La tranquilidad llegaba nuevamente y esperaban que continuara por más tiempo.

 

Fuyuhiko miraba distraído el paisaje desde el piso más alto del edificio. Aspiró con fuerza el cigarrillo. Su secretario irrumpió en la habitación.

-¡Fuyuhiko-sama, Fujita fue detenido!

El patriarca de la familia Usami quedo en shock dejando caer su cigarrillo. El secretario no lo miraba a los ojos, estaba en posición de reverencia.

-¡Ese idiota!  

-¿Fuyuhiko-sama, que haremos ahora? Creo que no fue buena idea que usted regresara a Japón.

-Nos vamos de aquí. Avisa a los demás para que me lleven algunas cosas de este edificio.

Un gran grupo salió del edificio. Fuyuhiko modificó su apariencia. Trataría de salir del país como a de lugar.

 

En el hospital, Isaka permanecía al lado de Asahina. Este estaba sereno. Manteniendo su rostro inexpresivo.

-Ryuuichirou-sama, no es conveniente que permanezca a mi lado. Debe estar en un lugar seguro. No sabemos qué haría el señor Fuyuhiko.

-Shhhhhh descansa. Los enfermos deberían dormir de una vez.

-Ryuuchirou-sama, yo no estoy enfermo.

-Ayyy, solo descansa. ¿Ok?

-Ryuuichirou-sama, estaré bien. Además, creo que se está olvidando de alguien. ¿No tenía que hablar con el joven Akihiko?

-¡Ahhh! ¡Es cierto! Pero…

-Vaya. No puede postergar sus planes solo porque su secretario resultó herido por un viejo corrupto.

-Lo haces parecer que lo que sucedió no fue nada. –el rostro de Isaka se volvió sombrío. –Realmente no tienes idea de cómo me sentí.

Asahina suspiró pesadamente. Elevó su brazo y acarició el rostro de Isaka.

-Yo no quiero interferir con sus planes. Estaré bien.–Asahina tomó la mano de Isaka y la besó. –Si logro recuperarme quizás pueda tener una “recompensa” de su parte.

-¡Asahina! –el castaño se ruborizó en un instante. –Me voy. Vuelvo dentro de un rato.

Isaka quitó su mano bruscamente. Pero antes de retirarse dio un beso ligero en los labios a Asahina.

-Solo lo haré cuando estés sano por completo.

 

Akihiko esperaba en la sala de espera del hospital. Quería irse y abrazar a Misaki. Esta semana de adrenalina tenía que terminar en este momento. Se preguntó qué hubiese pasado si Fujita erraba algún disparo. Dejaría solo y desprotegido a Misaki. Los escalofríos recorrieron su espalda ante este pensamiento.

-Akihiko. –Isaka llamó a lo lejos. –Felizmente no te fuiste.

-Aún no me has dicho el motivo de tu invitación.

-Lo sé. –Isaka se paró frente al peli plata. –Quiero que testifiques contra Fuyuhiko. También quiero que Misaki testifique. A cambio te regresaré tu parte de la empresa Usami.

-Pero, tú…

-Sí, me imagino que estas confundido sobre mi proceder. –Isaka cruzó los brazos. –En realidad, no me interesa hacerme con el poder de la empresa Usami. Y era la única manera de obligarte a ayudarme. Yo puedo ganar más dinero. Solo quería atrapar a tu padre y hacerle pagar por sus crímenes. Ahora solo es cuestión de que los sobres lleguen a la policía y se inicie la persecución.

 -Así que… ¿tus motivos eran por venganza?

-No. No es venganza, es redención. No pude ayudar a Haruhiko. No fui lo suficientemente un buen amigo para salvarlo de la expulsión de su familia. Quiero liberarme del pasado.

-Deja de agobiarte.

-No podré hacerlo a menos que vea a Fuyuhiko en la cárcel.

 

 

Los meses pasaron. Los casos contra Fuyuhiko Usami comenzaron. Este fue capturado en la ciudad de Shibuya. Sus cómplices y secuaces también quedaron bajo arresto. Todos ellos estaban siendo procesados por diversos delitos. Desde robo agravado hasta asesinato. Y no parecía terminar.

Tal como se ofreció Akihiko, él ayudó a Isaka. Misaki también testificó. Al principio temeroso, pero después con coraje. Narró sobre la subasta, los hombres que visitaban aquellos antros. Inclusive pudo reconocer a algunos que lo agarraron y que también golpearon a Nowaki.

En el transcurso de esos meses, Isaka recibió la noticia por la que estuvo esperando durante años: Haruhiko está vivo, estaba bien. Pero eso no quedaba ahí. Haruhiko se había casado con Sakurako. Ella se encargó de ocultar y protegerlo.

Misaki se sintió inseguro sobre la reacción de Akihiko respecto a ella. No se sentía tan seguro. Recordaba que ellos dos tuvieron una relación pasada, pero aun así… sin embargo, el peli plata le demostró que solo lo amaba a él.

 

 

Akihiko se recostó en las piernas de Misaki. Ambos permanecían en silencio, contemplando el cielo azul despejado a través de la ventana. Misaki adquirió la costumbre de enredar sus dedos en el cabello de Akihiko, para luego acariciar detrás de sus orejas.

-Misaki, ¿tienes alguna noticia de Takahiro?

Como si recordara algo, Misaki se puso rígido. -¡Cierto! Mi hermano me dijo que el próximo mes vendría a Japón. También me dijo que tiene una sorpresa para mí. Yo le insistí para que me lo dijera, pero no soltó nada.

-Jajajajajaja. Todo a su tiempo. Ya sabes cómo es Takahiro. Él puede llegar a ser muy testarudo cuando se lo propone.

-Si… supongo. –Misaki hizo un leve puchero para después permanecer otra vez en silencio.

-¿Qué pasa?

–¡…! –Misaki resopló. –Me siento un poco raro de estar así. Tan tranquilos y sin preocupaciones.

-Los tiempos cambian. Solo nos queda adaptarnos a ello.

-He comprendido eso ahora. –Misaki ladeo la cabeza y recordó sus anécdotas para llegar hasta donde estaba ahora. –Al principio te odie porque cambiaste mi rutina.

-¡¿?!

-Pero conforme estuvimos juntos y nos conocimos, fui adquiriendo experiencias que no viviría si estuviera en casa. Recordé sucesos que permanecieron ocultos por mucho tiempo. Te recordé. Recordé a varios viejos amigos. –Misaki hizo una pausa. Su voz tembló ligeramente. –Aprendí que todo este tiempo no estaba realmente solo.

Akihiko se levantó. Cogió el rostro de Misaki. Pensó que estaba llorando o rompería en llanto, en cambio vio una mirada determinada y noble.

-¿Usagi-san?

-Misaki. –Akihiko besó tiernamente al castaño. –Gracias por continuar a mi lado a pesar de todo.

-Yo también te agradezco por todo, Usagi-san.

Misaki correspondió el abrazo. Se besaron nuevamente. Akihiko se prometió a sí mismo que cuidaría más a Misaki y que no permitiría que cambiaran su manera de pensar. Recordó las promesas que hizo anteriormente a estas. El camino que estaba por recorrer no sería fácil. Pero estaba dispuesto a hacerlo. Solo le bastaba con estar al lado de Misaki y que este sea feliz.

-Espero que no te aburras de mí.

-No me aburriré de ti, Usagi-san.

-Lo digo porque pienso quedarme contigo por mucho, mucho tiempo.

 

Las calles continuaban siendo transitadas por personas bulliciosas, superficiales y aburridas. Pero cuando encuentras a alguien que te complemente, la vida se hace más sencilla y el mundo se vuelve más bello.

Notas finales:

¿Qué les pareció? *^*

Siempre creí que Isaka era un gran estratega. Fíjense que todo lo hace a su manera en el manga y sale como él quiere. Por supuesto que no logra controlar del todo a Usagi-san, pero hace un gran esfuerzo.

Me sentí rara al colocar el nombre de Usagi-san. Ponerle “Akihiko-san” me ponía la piel de gallina *-*

Bueno… solo queda decir que espero sus preguntas. Pueden ser sobre cualquier tema, por ejemplo: ¿comes pan? Jajaja ok no. Pero puede ser de varios temas. Esperare sus preguntas *w*

PD: escribiré un epílogo, así que espérenlo con ansias ^_^

PD 2: Cuando han leído un manga shoujo, ¿no les dieron ganas de golpear a la protagonista por indecisa y tonta?

Vi que mi hermana leía un manga shoujo, me animé a leerlo. ¡Prefiero mil veces el yaoi!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).