(Sehun)
-¡Sáquenme de aquí! ¡AYUDENME! ¡AUXILIO!
Los gritos de Jongdae se escuchaban sin parar. No me dejaba dormir, me desperezaba y estresaba. ¿Qué debía hacer con él? ¿Matarlo? ¿Dejarlo libre de una vez? Al fin y al cabo Jaehyo no lo iba a matar, o eso era lo que sabía de momento.
Me ha dejado a cargo y no hace mucho que acaba de salir. No me ha dejado otra alternativa que vigilar a los dos que se encuentran en el sótano. No me molestaría en hacerlo si no fuera por lo gritos de Jongdae.
De un salto y cansado me pongo de pie del colchón donde estaba durmiendo, y me dirijo al sótano. Pero en el camino tomó mi arma y me cercioro que esté cargada, espero darle uso el día de hoy.
Abro la puerta del sótano, y apunto con mi arma a Jongdae.
-¡Cállate! ¡No soporto tus gritos! – le amenazado y espero intimidarlo mientras le apunto en la cabeza.
-Por favor... déjame salir de aquí. – pide entre lágrimas. – Tengo que ir por Minseok, él lo va a matar. Él lo va a matar.
-Por favor, déjanos ir – pide esta vez Yixing y apunto hacía él. – Si vas a matarnos, ¡Hazlo ya!
-¡Apretaré el gatillo si no te callas! – advierto. – Y tengo ganas de hacerlo Yixing, sobre todo contigo. Aún no has respondido mi pregunta, ¿Luhan o tú?
-Haz lo que quieras... ¿Crees que Luhan se irá contigo?
-Si te ama tanto hará el cambio.
-Jajajaja – soltó una carcajada – Te equivocaste de hombre.
-¿Qué?
-Luhan no me ama. Él no hará ningún cambio.
-¿Por qué dices eso? – pregunté desesperado y aun apuntándole con mi arma.
-Porque él me engaña con Jongin. Me engaña con él. Te equivocaste de hombre...
-¡Mientes! – suelto un grito de frustración. – Luhan y Jongin no tienen nada desde hace dos años.
-Ahora lo entiendo todo. Siempre fue Jongin... – murmuró para él mismo. – Puedes matarme si quieres, no tengo ningún motivo para vivir. ¡Hazlo ya! ¡¿Qué esperas?! – exigió.
-No hasta estar seguro de lo que me has dicho... – dejo el brazo caer para luego salir de sótano.
A pesar de los gritos de Jongdae no me detengo y subo las escaleras. Tengo que hacer una llamada, tengo que verificar si es cierta la información.
Esta vez no dudo en marcar al teléfono de Luhan.
(Minseok)
Busco en el armario y saco la ropa para meterla a la maleta. No pienso quedarme más tiempo en este tiempo.
Cuando llegue Jaehyo lo convenceré para irnos inmediatamente. No esperaré más, y es porque lo he decidido. A pesar de todo, he elegido a Jaehyo al final…
De repente alguien da golpecitos a la puerta, dejó mi maleta sobre la cama y corro para abrir la puerta a Jaehyo. Quiero abrazarlo, quiero besarlo, y quiero irme con él. Pero toda ilusión se desvanece cuando abro la puerta. Definitivamente no esperaba la visita de Sohee.
-¿Qué haces aquí? – pregunto a secas.
-He venido para pedirte el favor que me lleves a la casa de Jongin. – pidió amablemente.
-¿Por qué tendría que hacerlo?
-No conozco como llegar. Y hoy, cuando tu amigo Baekhyun me dejó en el hotel no me dio la dirección para regresar.
-Espera un momento, te traeré una hoja con la dirección, ya luego puedes pedir un taxi. – ladeé la cabeza para girarme, pero ella me detuvo.
-Por favor Xiumin, ¿Podrías llevarme? – volvió a pedir muy educadamente.
-No puedo…
-No finjas que no te importa. – me miró fijamente a los ojos de forma intensa, y con la frente arrugada – Sé que te importa.
-Tu novio no me imp…
-Jongdae no es mi novio. – negó de inmediato. – Sólo somos amigos. ¿Qué no te das cuenta? Si estuviera conmigo jamás habría regresado para buscarte. No me hubiera dejado toda una noche sola sólo por esperarte a que llegarás al hotel.
-No estoy pidiendo explicaciones.
-Ya lo sé, pero quiero decírtelo de todas formas. Si a pesar de esto no cambias de opinión, pues ese será tu problema, luego no habrá marcha atrás.
-No te invitaré a pasar…
-Entonces seré breve. – se cruzó de brazos y continuó.- Cuando conocí a Jongdae en la universidad salíamos, pero nunca fue con segunda intención.- aclaró - Y es porque Jongdae siempre tenía muy claro sus sentimientos hacía ti. – la miro interrogante – Sí, créeme. Jong siempre me habló de ti. Estaba muy enamorado, y lo sigue estando. ¿Qué fue lo que pasó para que todo terminara así de repente? – preguntó.
-No te lo diré.
-¿Por qué Xiumin? Yo quiero saber porque cambiaste a Jongdae por el tipo con quien sales ahora. Jongdae es mil veces mejor.
-Sohee te sugiero que no te metas en esto.
-Jongdae te ama, Minseok. Y mucho.
-¿No te das cuenta de lo que me he convertido ahora? ¡Estoy sucio! No merezco si quiera el amor de Jongdae.
-¿Y es por eso que te menosprecias? – preguntó sorprendida. – Te contaré algo, pero espero que esto solo quede entre nosotros.
Asentí con la cabeza y dejé que continuara.
-Si recordarás, Jongdae también tuvo una vida lujuriosa antes de estar contigo, antes de conocerte. Pero a pesar de que tú sabías eso igual lo aceptaste y le diste una oportunidad. Muchas veces Jongdae me contaba como inició su historia, y créeme que si yo hubiera estado en tu lugar nunca le hubiera dado una oportunidad. Siempre mencionaba que él no te merecía, que tú eras lo más grandioso que pudo cambiar su vida. Que una persona tan pura como tú nunca debió fijarse en alguien tan promiscuó cómo él. – al escuchar todo aquello no pude evitar retener una lágrima – Ahora, tú piensas que estás más sucio que él. ¿Crees que Jongdae no te aceptaría ahora? Claro que lo hará, tú lo hiciste con él, y él te dejará que entres en su vida una y otra vez. No importa cómo, no importa qué, pero seguirá detrás de ti.
-Yo…
-No quiero que decidas algo ahora, piénsalo.
-¿Por qué me dices todo esto? – pregunto limpiando la lágrima de mi rostro.
-Porque me llevaré a Jongdae a New York si aún no te decides por él. Si decides quedarte con tu novio actual pues bien por ti, yo convenceré a Jongdae de regresar. Creo que eso sería lo más justo para él.
Al terminar, no me dijo nada más. Se giró sin si quiera despedirse y se dirigió al elevador. Por mi parte cerré la puerta y caminé cabizbajo hacia el sillón más cercano. Me dejé caer y tomé aire para retener mis lágrimas.
Sohee estaba en lo cierto. Si yo pude aceptar antes a Jongdae por qué él no puede hacerlo ahora. Pero aún hay una duda… ¿Quién pudo haberme enviado esa carta y las fotografías confirmando la relación con Sohee? Quien quiera que haya sido acabó con mi vida desde aquel día. Acabó con mis ilusiones, y con mis ganas de vivir el día a día.
¿Sería cierto todo aquello? ¿Jongdae hablaría de mí todo el tiempo?
Una vez que me sentí más tranquilo seguí empacando mi ropa. Moví una que otra caja para verificar que no me haya olvidado nada. Luego de terminar, esperé. Esperé por Jaehyo, ya había pasado una hora desde que había hablado por teléfono, pero no llegó. Supuse que tal vez habría tráfico o algún inconveniente se había presentado lo cual provocara su retraso.
Entonces me decidí empacar las cosas de Jaehyo, de todas formas al final lo convencería de irnos de aquí. Busqué su ropa y la acomodé en el equipaje, busqué todos sus cajones hasta que encontré muchas revistas cortadas con tijera. Junto con estás varias hojas en blanco, pegamento y una que otra letra cortada.
Todo esto me recordó al mensaje dejado bajo la puerta de Sohee. El mismo mensaje que daba aviso al secuestro de Jongdae.
Esto tenía que ser una malísima coincidencia. Jaehyo no podía ser parte del secuestro, no era capaz de ello.
Desde la habitación escucho la puerta principal abrirse...
-¡Xiumiiinn! – llama Jaehyo y luego escucho la puerta cerrarse.
Inmediatamente guardo todas las revistas y hojas en el cajón dónde los había encontrado. Me incorporó y me miró al espejo para cambiar mi expresión. Sonrío un poco; sólo es para fingir; y salgo de la habitación a darle el encuentro a Jaehyo.
-Hola, amor.- sonrío para que no noté mi nerviosismo.
-Tenemos que irnos de aquí – me dice de inmediato. No me da ni un beso y pasa de mí con prisa hacia el cuarto.
Al entrar a la habitación se detiene delante de la cama al ver mi equipaje hecho.
-¿Dónde pesabas irte? – pregunta.
-Contigo. He pensado que es mejor alejarnos de aquí. – explico – Vámonos, sólo seremos tu y yo. Nadie más.
Todo eso era verdad, pero lo era antes que encontrará las revistas y las letras cortadas. Ahora, no estoy seguro si quiero estar a solas con él.
-Me ducharé y luego haré mi equipaje.
-Claro, ve.
-¿Te quieres duchar conmigo? – sugiere mientras se acerca y acaricia mi rostro.
-Ya me duché. Mejor entra de una vez para salir de aquí lo más rápido.
Asiente con la cabeza y antes de entran al baño saca su teléfono del bolsillo de su pantalón y la coloca sobre la mesa de noche. Luego se desabotona la camisa y se la quita para luego dejarla sobre la cama.
-¿Estás seguro que no quieres ducharte conmigo? – vuelve a preguntar, esta vez intenta seducirme mostrándome su perfecta figura.
-Tengo que seguir empacando, aún no he terminado. – me excuso.
-De acuerdo, tú te lo pierdes....
Encoge los hombros con indiferencia y luego entra al baño cerrando la puerta detrás de él.
Me siento sobre la cama, aún sin ninguna decisión tomada. No sé qué hacer, mi mente está muy confundida.
Escucho el salir del agua de la regadera, Jaehyo ya empezó a ducharse.
Miro alrededor del cuarto y mis ojos se detienen en un determinado objeto, el celular de Jaehyo. Sin dudas tomo el teléfono y salgo de la habitación para poder tener privacidad. Me siento en la sala y empiezo a revisar las llamadas entrantes y salientes.
No hay nada. Nada fuera de lo normal.
Me rindo. Tal vez mis sospechas sean falsas.
Definitivamente estoy loco…
Con resignación camino hacia la habitación para dejar el teléfono en su lugar, pero en eso el teléfono se prende y vibra en mi mano. En la pantalla dice: “Sehun”
¿“Sehun”? Me suena el nombre, ¿pero dónde?
Presiono el botón verde y lo llevo a mi oído.
-Jaehyo… - escucho una voz masculina y joven del otro lado. - ¿Estás ahí?
¿Me escuchas? Tienes que regresar no puedo con esto sólo. Jongdae no se calla, y ya llamé a Luhan, tienes que ayudarme con el plan de mañana. ¡Jaehyo dime algo! ¡Maldita Sea! ¡No puedes irte con Minseok!
Inmediatamente cuelgo y ahogo un grito. Mis sospechas son ciertas. Jaehyo tiene que ver con la desaparición de Jongdae.
Ahora todo coincide:
Las revistas cortadas.
Él que no haya estado aquí el día de ayer.
La nota de Sohee bajo su puerta, tuvo que haber sido Jaehyo porque sabía cuál era su piso.
Y ahora esta llamada de aquel Sehun.
Tenía que salir inmediatamente de aquí, no me iba a ir con un secuestrador. ¿Quién era este hombre? ¿Con quién he estado compartiendo mis dos últimos años de vida?
Dejé el celular caer al suelo y corrí hacía la salida. La puerta sonó como un azote detrás de mí pero no me detuve. En elevador marcaba el primer piso, y me decidí ir por las escaleras de emergencia y bajé sin detenerme.
-¡Xiumiiiiinnnnn! – escucho gritar a Jaehyo desde lejos.
¡Rayos! Se dio cuenta de mi ausencia. Me detuve del susto, pero no escuche a nadie seguirme y entonces apresuré mis pasos.
Si tenía suerte iba a salir vivo de esta.
(Luhan)
Después de dormir solo por una hora, regreso a la sala con los demás. Tomó un poco de café y Jae no duda en hacerme algunas preguntas estando a solas.
-¿Tienes alguna sospecha de quién pudo habérselo llevado?
-No estoy seguro.- respondo con sinceridad.
-Sospechas de alguien.- afirma - Dímelo. Puedo buscar información de su vida, si tiene algún antecedente. Lo que sea. Debes de ayudarme.
-Prefiero no decir nombres de momento...
Entonces en el bolsillo de mi pantalón mi teléfono vibró. De inmediato lo saco, y en la pantalla dice “Número Privado”. Estoy convencido que es el raptor de Yixing.
-Es él – digo muy seguro.
-Espera un momento. – me pide Jae.
Me quita mi teléfono y sale de la oficina de Jongin para dirigirse a la sala. Yo le sigo detrás.
-Está llamando.- anuncia Jae al llegar y todos se ponen en alerta. Entonces conecta mi teléfono con un cable que sobresale de su laptop y luego me lo entrega. Junsu por su parte se queda a monitorear la llamada. – Responde. – me dice – Trata de mantenerlo más de 30 segundos para saber la ubicación exacta. ¿De acuerdo?
-De acuerdo. – asiento.
Recibo el teléfono y respondo de inmediato:
-Diga... – la voz me tiembla.
-Se nota por la voz que has estado esperando mi llamada. – la voz del otro lado suena distorsionada. Cómo si una maquina fuera la que hablara.
-Sí. Lo estuve esperando desde ayer... – respondo y miro a Jae para que este me de alguna indicación, pero no lo hace e insiste que prosiga.
-¿Y bien? ¿Has pensado en la nota que dejé?
-Lo he pensado, mucho.
-Entonces, ¿Qué harías por él?
-La pregunta correcta es... ¿Qué quieres que yo haga?
-Muy bien... – dice soltando luego una risa de lo más aterradora. – Quiero un cambio. Tú por él.
Miro a Jae incrédulo y él asiente con la cabeza. Mientras tanto Junsu me hace señas indicándome que voy en buen camino.
-Claro, lo que tú quieras. Y... ¿Podría preguntar por qué me quieres a mí por él?
“10 segundos” – susurra Junsu moviendo los labios.
-No entraré en detalles. Mañana al medio día te llamaré.
-Por favor no. – pido con desesperación. – Quiero saber si Yixing se encuentra bien. No haré nada de lo que me digas si no compruebo por mí mismo que aún sigue vivo – dije apresurado.
-Bien, en ese caso no me dejas alternativa.
Se escuchó sus pasos firmes andar y luego una puerta abrirse.
“¡Sácame de aquí! ¡Matarán a Minseok! ¡Lo matarán!”
“¡Cállate!”
“¡Lo matarán!”
Todos nos miramos espantados. Reconocimos aquella voz que gritaba con desesperación. Jongdae.
“Tengo que salvarlo. Tengo que ir por él.”
“¡Qué te calles!” Entonces escuchamos un sonido seco y de pronto los gritos cesaron.
Kris me mira alarmado y habla bajito:
-Trata de no alarmarte...
“Alguien quiere escucharte” – escucho decir al raptor. – “Habla”
-¿Luhan? – la voz de Yixing sonó quebrada.
-¡Yixing! – solté un grito, y no pude contener mis lágrimas. – Dime que estás bien. – pedí en suplica.- ¿Te han hecho algo?
-Tengo sed... – dijo raspando la garganta.
-Pronto saldrás de ese lugar, lo prometo.
-Jaehyo... – le escucho decir bajito.
-Es suficiente. Mañana al medio día. – el raptor cuelga la llamada y me quedó boquiabierto.
-Lo tenemos. – asegura Junsu.
-¿Qué esperamos? – pregunta Tao.
-¿Quién es Jaehyo? – ese es Kris.
-Buscaré información. – Jae se apodera de su laptop y empieza a teclear.
-Minseok está en peligro. – Jongin nos lo recuerda. – Debemos avisarle.
¡Minseok! Jongdae había dicho que lo matarían. Tenía que llamarlo y advertirle. No desperdicié más tiempo y marqué su número, una y otra vez. Y en ninguna llamada respondió.
-¡Luhan...! – Jae me llama alerta.
-¿Qué?
-No te tengo buenas noticias... – niega despacio – Hayamos la ubicación, es una casa al norte, alejada de la ciudad. A un par de hora de aquí.
-¿Quién es el propietario? – pregunto de inmediato.
-Estoy en ello.
-Apresúrate.- exijo.
-La paciencia es una virtud…
-No en este caso.
-Lo tengo. Está a nombre de Ahn Jae Hyo.
-No puede ser. – intervino Jongin sorprendido.
-¿Lo conoces?
-Lo conocimos en una fiesta, junto con Xiumin. – Victoria responde por él. – Al parecer eran novios o algo así.
-Tenemos que ir ahora por Yixing. ¡Ahora! – digo inquieto. – Esta deshidratado y me necesita.
-Entonces… ¿Nos preparamos? – pregunta Tao a Kris.
-Tenemos que comunicarnos con Chanyeol. – responde. – Lo llamaré de inmediato.
En eso se escucha la puerta principal ser golpeada con fuerza y con desesperación por ser atendido.
Jongin se apresura abrir y yo le sigo para saber de quién se trata. ¿Quién puede estar tan desesperado por entrar?
-¡Minseok! – le escucho decir a Jongin, y mientras me acerco veo a mi amigo en el marco de la puerta.
Me mira mientras su pecho sube y baja para tomar grandes bocanadas de aire. Su rostro se encuentra muy ruborizado y está sudando.
-Min, te he estado llamando. ¿Por qué no me has respondido? – reclamo de inmediato.
-Es Jaehyo… él los tiene. – pronuncia con dificultad.
Y en ese preciso momento en que termina de hablar, su cuerpo no resiste más y pierde el conocimiento. Antes de que llegue a caer al suelo, Jongin lo sostiene a tiempo.
-¡No Minseok! ¡Noooooo!