(Jongin)
Llevo inmediatamente a Minseok dentro de la casa en mis brazos.
-¿Qué ha sucedido? – pregunta Victoria consternada al ver la escena.
Recuesto a Minseok en el mueble y aparto a los demás.
-Iré por la caja de emergencias – dice Victoria y corre hasta el baño.
-Por favor, despiértenlo. – pide Luhan entre lágrimas. Está asustado por su amigo, y yo por él. No me gusta verlo en ese estado.
-Sólo se ha desmayado. – trato de calmarlo, pero Luhan no para de llorar sino que lo hace más fuerte. Sin importarme la presencia de todos, llevo una mano hacia su rostro y obligo a que me miré – Mírame. – pido en murmullos y él lo hace – Por favor no llores. Todo saldrá bien, lo prometo. – aseguro y poco a poco, siento que su rostro se relaja. Quiero decirle que lo amo, y luego poder darle un beso. Pero siento la mirada de las personas quienes nos rodean, y al instante alejo mi mano de su cálido rostro.
En ese momento veo a Victoria asomarse por el pasillo y llegar con el botiquín.
-Aquí tienes. – me alcanza la caja.
Me apresuro en tomar el algodón y el alcohol. Luego lo colocó en las fosas nasales de Minseok. Y poco a poco empieza a reaccionar.
-Minseok... – Jaejoong intenta provocar que hable mientras parpadea y poco a poco abre los ojos.
-¡Minseok! – Luhan se sienta en el suelo para llegar a su altura, y entrelaza sus manos.
-¿Qué ha sucedido, Minseok? – pregunta Kris con voz firme y segura.
Minseok abre los ojos sin ningún objetivo en particular. Tienes los ojos perdidos mientras trata de reconocer el lugar dónde se encuentra.
-Jongdae... – dice en un suspiro. – Lo tienen...
-Lo sabemos. – responde Jae. – Dinos que es lo que sabes. – pidió.
-Jaehyo... – volteó a mirar a Jae y frunció la frente - ¿Jaejoong? ¿Qué haces aquí?
-Es una larga historia... – respondo.
-Dinos lo que sabes – exige Jae.
-Sehun... – suelta de pronto. – A Jaehyo lo llamó un tal “Sehun”
-¿Estás seguro? – pregunta Luhan.
-Sí. Presiento que he escuchado antes ese nombre.
-¿Se referirá a Oh Sehun? – escucho que Tao pregunta a Kris en murmullos.
-Tal vez, ¿Pero por qué lo haría?
-Ahora entiendo todo, es por eso que quiere el cambio. – interviene Lu. – Me quiere a mí, sólo a mí. Siempre lo quiso. – se incorpora y empieza a caminar por la sala de una lado a otro.
-Lu, calma. – Pide Jaejoong.- Todo tiene sentido ahora. Jaehyo lo hace por Minseok, y Sehun por ti. Ellos están juntos en esto.
-¿Qué esperamos? Tenemos que ir por ellos. – se mete Junsu.
-Tenemos que esperar la llamada.
-¿Por qué? Podemos ir ahora. – chilla Luhan frustrado y desesperado.
-No. Tenemos que esperar a Chanyeol y planear como intervenir. – pide Kris.
-Lu, ten paciencia. Iremos por Yixing, pero lo haremos bien. No quiero que nada salga mal. – Jae intenta calmarlo, pero Luhan se niega.
Se resigna de mala gana en que no puede hacer más por él mismo, y se sienta en una esquina de la sala.
-Entonces qué... ¿esperaremos hasta mañana? – pregunta Tao.
-Sí. – Jae sentencia cómo si se tratase de una orden.
(Yixing)
Tengo frío. Mi camiseta rasgada no me ayuda en esto. Mis dientes castañean mientras pido ayuda, pero Jongdae no me escucha. Aún no ha despertado de la golpiza que le dio Sehun.
Tengo miedo. No sé cómo va a terminar esto, y ya perdí las esperanzas de ser encontrado lo más pronto posible. Estoy seguro que Luhan está investigando como encontrarme, tiene influencia y sé que me sacará de este lugar, pero no creo que sea hoy, ni mañana, ni pasado mañana. He perdido toda esperanza que sea esta semana, pero saldré de aquí. Lo sé, y espero que sea con vida.
Siento entumecidos mis dedos, mis manos, mis brazos y piernas al igual que todo mi cuerpo. Mis labios tiemblan, y mis dientes chocan entre ellas. No puedo controlarlo y tengo mucha sed…
Escucho la puerta abrirse y luego unos pasos.
-¡Hey! – siento en mis piernas que él me mueve con su pierna - ¿Qué te sucede? – pregunta de forma despreocupada.
No puedo responder, las palabras no salen de mi boca. Quiero decirle que tengo frío, que me duele el pecho de tanto temblar.
De pronto posa su mano en mi frente.
-¡Maldita sea, estás con fiebre! – maldice.
Lo oigo salir del lugar. Sé que no me ayudará, no tiene por qué hacerlo. Sólo quiere deshacerse de mí. ¿Por qué no lo hace ya? Sólo tiene que apretar el maldito gatillo de su arma.
Una vez más lo oigo entrar, y de pronto siento mi cuerpo ser levantado del suelo. El pecho de Sehun se encuentra reconfortante y caliente, y me aferro más a él mientras siento que está subiendo las escaleras. Luego me aleja de él y coloca mi cuerpo en un colchón en el suelo para después cubrirme con una manta.
-Graciiiiaasss... – logro decir a pesar de que me duelan los labios. Y por un momento me olvido de lo que ha hecho conmigo, tal vez ahora me esté mostrando su lado más humano.
-Tal vez te odie, pero no soy un asesino... – dice y suelta luego una pequeña risa – Bueno, ya dejé de serlo. – confiesa como si estuviera conversando con su mejor amigo.
Levanta mi cabeza con una de sus manos y el vidrio frío de un vaso hacen presión en mis labios.
-Bebe...
Sin importarme más, tomó todo el líquido que me ofrece, y no dejo ninguna gota.
-Gracias... – vuelvo a agradecer mientras deja mi cabeza recostada en su lugar.
-Será mejor que duermas. Poco a poco te calentarás.
Volvió a cubrirme con otra manta, y me aferré a ellas. Fue entonces que no me importó como acabaría al final, muerto o vivo, no me importó. Estaba tan cansado que mis párpados y mi mente se relajaron, y dormí.
(Sehun)
Busco una silla dónde sentarme y me siento delante de él para no perderlo de vista. Le observo mientras respira pausado y profundo, es una señal de que está completamente dormido y se ha rendido de luchar contra mí. Mala decisión.
Podría matarlo ahora mismo, tomar mi arma y tirar del gatillo. ¿Qué me impide hacerlo ahora? El problema es que no quiero hacerlo. No soy un asesino. Sí antes quise matar a Jongin, fueron los celos que me llevaron a ello, y los consejos de Jaehyo.
Recuerdo aquel día...
Alojados en una azotea esperando que el momento llegara. Tenía todo listo, mi arma favorita en manos, la ropa apropiada para llevar a cabo mi objetivo; completamente cubierto de negro de la cabeza a los pies; a mi lado se encontraba Jaehyo vestido de la misma forma.
Era de mañana, habíamos planeado todo la noche anterior y nos tomó toda la madrugada llegar al lugar e instalarnos. Sólo tenía que salir de aquella casa, Kim Jongin tendría que salir en cualquier momento del día.
Sólo pasó un par de horas para ello. Los dos salieron juntos de casa, Jongin le abrió la puerta del copiloto a Luhan, y este entró cómodamente. Nunca había visto a Luhan tan feliz, durante el tiempo que trabajé como su guardaespaldas jamás le vi sonreír de esa manera a Xiang.
-“Mátalo” – Jaehyo a mi lado murmuraba. Y yo pensé: “¿Por qué?” Jongin hacía feliz a Luhan. Le daba esa felicidad que yo tanto quería ofrecerle, pero nunca tuve aquella oportunidad. – “Mátalo”- volvió a repetir a mi lado. Pero no quería hacerlo, no quería arrebatarle la felicidad a Luhan, no quería sentirme luego la peor basura del mundo. – “¿Qué esperas?” - ¿Qué que esperaba? Esperaba que se callara y que no estuviera presionándome a hacerlo. – “¡Dispara!” – exigió, y entonces lo hice.
“Baaammm” El sonido del disparo hizo sonido en el ambiente, y ante mis ojos Jongin logra apoyarse sobre la puerta del piloto cuando pierde la sensibilidad en las piernas. Desde dónde estuve logré escuchar los gritos de Luhan lo cual me hicieron sentir culpable por lo que acababa de hacer.
-“¡Vámonos!” – Jaehyo jaló de mi brazo y nos retiramos de ese lugar lo más rápido que pudimos. – “¿Por qué no le diste en la cabeza?” – pregunta exigente cuando subimos al carro de regreso al apartamento.
-No sé qué pasó. – me excuso – Le apunté a la cabeza, pero tal vez el viento desvío la bala. No lo sé.
Obviamente mentí. Nunca disparé apuntando en la cabeza de Jongin, mi objetivo era ese, pero al final cambié de dirección.
Jaehyo no me creía del todo, ¿Y quién lo haría si era un francotirador? No debería de haber fallado...Nunca.
En los próximos días la fidelidad de Jaehyo hacía mí estaba en duda. Él no me creía capaz de matar a alguien, pero se lo demostré cuando maté a Xiang y su amante. Fue desde ese momento que Jaehyo volvió a confiar en mí, y nuestras alianzas se fortalecieron.
Si llegue a matar a Xiang, fue porque ese canalla se lo merecía.
(Luhan)
Minseok no ha vuelto a pegar un ojo desde que despertó. Es consciente que las cosas se han salido de control, y jamás creímos que llegaría a pasar. Él se ve preocupado y ansioso.
Después de una hora Chanyeol llega junto con Baekhyun y Sohee. Los tres están sorprendidos por la presencia de Minseok, pero rápidamente son puestos al tanto de todo.
Jaejoong se concentra en dar las instrucciones a Chanyeol. Y Kris está planeando en cómo invadir la casa de Jaehyo. No tienen complicaciones y espero no la tengan, pero todos temen por mí. Mañana seré el señuelo y estaré en medio de los dos lados. No temo por la puntería de Kris, ni la de Junsu, temo porque tal vez Jaehyo si se atreva hacerme algo. Cómo matarme de un tiro por ejemplo.
-Tengo hambre.- comenta de pronto Tao.
-Te llevaré a comer.- responde Kris poniéndose de pie del asiento en dónde se encontraba.
-Yo también tengo hambre - comenta Jaejoong. - ¿Podemos ir con ustedes? Junsu y yo necesitamos algo en el estómago.
-Claro. Puedes venir. Luhan, ¿vienes? – me pregunta Tao.
Yo sólo opto por negar con la cabeza. Mentiría si digo que no tengo hambre, la tengo, pero prefiero quedarme por si Sehun vuelve a llamar.
-Entonces te traemos comida – sugiere Baekhyun.
Chanyeol y Baekhyun son los primeros que se apresuran en salir. Kris guía a Tao hasta la salida tomando fuerte de su mano. Luego los sigue Junsu, Jaejoong acompañados de Sohee. Victoria toma del brazo a Jongin, pero este desiste en seguir a la salida. Me mira, y luego posa su mirada en Minseok; quién por cierto no se ha movido de su lugar; y luego me vuelve a mirar. Victoria insistir en llevárselo jalando una vez más de su brazo, y Jongin accede y salen juntos. Cuando la puerta se cierra, me siento agobiado.
Y Minseok a mi lado comenta:
-La mirada fue intensa...
-¿Qué?
-La mirada que Jongin te dio, fue intensa. Creo que quiso quedarse.
-Tal vez...
-Nada de tal vez. Tú lo sabes, lo notaste. Podría apostarlo.
-No es lo que piensas. – niego de inmediato.
-Sí, como no. – suelta irónico. – Te conozco, ¿Por qué no me dices la verdad? Entre Jongin y tú ha vuelto a pasar algo.
-Diablos, no quiero hablar de eso. – respondo molesto – No mientras Yixing este secuestrado.
-¿Qué harás cuando saquen a Yixing de ese lugar?
-No lo sé.
-Él te necesitará, espera contar contigo. No creo que seas tan duro de negarte a ello, ¿o sí?
Ya que íbamos con las preguntas, yo también podía atacar de mi lado, ¿verdad?
-¿Qué harás tú cuando saquen a Jongdae? ¿Intentarás algo con él?
-No. – responde rotundamente.
-¿Por qué? Ya sabes que Jaehyo tuvo mucho que ver en su secuestro, es injusto que no le des una oportunidad.
-No se la daré. Jongdae y yo no estamos destinados a estar juntos, ya no. Yo he cambiado, y él igual.
-A mí me parece que tú cambiaste, no él. – confieso. – Ya no te reconozco... a veces... Cuando salías con Jaehyo nunca me gustó como tu novio. Tenía un aire diferente, no se veía sincero, no cómo Jongdae.
-Tal vez ya no sea el mismo, pero no puedo regresar con Jongdae.
-No entiendo.
-Tengo mis motivos Luhan, y no te los diré.
Me encojo de hombros y me levanto del mueble. Prefiero dormir un poco antes de que lleguen los demás.
-¿Irás a dormir?
-Sí, me despiertas cuando lleguen con el almuerzo. – respondo cansado.
-Bien, yo me quedaré aquí mientras tanto.
-Ok. – abro la puerta y a causa del calor la dejo abierta para que entre un poco de aire.
Me recuesto en la cama y espero mientras duermo...
Siento unas leves caricias en mis mejilla, unas suaves yemas de dedos rozan mi piel y me hacen sentir cálido, como si estuviera en casa. Aquellas caricias se parecían mucho a la de mi madre, pero aquello era imposible. Mi madre ya no era parte de este mundo. Entonces, ¿Quién me acariciaba con tanta familiaridad?
De pronto, abro los ojos de golpe.
-Shhhh – Jongin colocó el dedo índice sobre mis labios – No te asustes.
-¿Qué haces aquí? – me levanté de a pocos.
-Regresé porque quise estar contigo. – murmuro.
-Minseok... – me puse en alerta.
-No te preocupes por él. Guardará el secreto.
-¿Cómo...? – quise preguntar, estaba confundido. ¿Es que acaso aquello era cierto? - ¿Por qué regresaste?
-Por esto...
Tomó mi rostro entre sus manos sin ningún consentimiento, y acercó su rostro al mío con la finalidad de rozar mis labios con los suyos. Me dejé llevar por ese momento...
Lo necesitaba, por lo menos esto me sacaba por un momento de todos los problemas. Necesitaba de él, de su más mínima atención.
-Jongin... – susurré cuando nos separamos. – No podemos hacerlo... – dije al darme cuenta que estaba acariciándome por debajo de mis prendas.
-Necesito de ti... – alejo sus manos y con una mano acarició mi rostro.
-Yo también, pero no podemos. No en esta situación...
-Lo siento. – se separó de inmediato. – Soy un egoísta.
-Por favor no te alejes, abrázame, bésame.
Al instante que lo dije, él se acercó y me abrazó. Él sabía que necesitaba de su apoyo, de su comprensión, de su paciencia y de su amor.
-Tengo que decirte muchas cosas.
-¿Cuáles? – quise saber.
-La principal es que te amo. – puntualizó – La segundo es que estoy apoyándote en todo lo que decidas, a pesar de que no pueda acercarme ni mucho menos decir algo. Y tercero, que tengo que recordarte que no te pongas celoso por Victoria. Te he elegido a ti, y la dejaré a ella.
-Lo sé, lo sé todo, pero los celos me consumen. Ella te abraza con toda la naturalidad del mundo, y yo quiero estar en su lugar.
-Mañana todo será diferente. Sacaremos a Yixing de ese lugar, junto con Jongdae, y todo habrá terminado.
-¿Qué pasará después?
-No lo sé. Sólo nos queda esperar a mañana...