Yunho y Jae empezaron su relación a poco tiempo de conocerse. Tal vez fueron muy apresurados, pero el amor había llegado a ellos en ese preciso instante en que se miraron por primera vez…
Kim Jaejoong trabajaba para el señor Byun durante un tiempo. Él era el encargado de averiguar sobre cualquier persona, empresario, accionista, administrador y todo aquel que haya querido ser parte del canal KBS de Corea del Sur. Antes que el señor Byun pudiera firmar un contrato con algún desconocido, Jaejoong se encargaba de averiguar si esta persona era lo que decía ser, y no un mediocre.
Jaejoong conoce a Yunho un día después de la operación del joven Byun Baekhyun. Se había enterado por parte del Señor Byun que su hijo había sufrido un ataque cardiaco. Jaejoong fue a la clínica a darle una breve visita, pero al conocer a Yunho aquel día, la visita paso de ser breve a ser horas, y luego hasta regresar al día siguiente.
A pesar de que Yunho no ganaba la misma cantidad que él, y mucho menos no venía de una vida cómoda, eso a Jaejoong no le importó. Algo dentro de él había despertado, algo que jamás pensó sentir por alguien, se había enamorado a primera vista.
-¿Qué harás mañana? – pregunta Yunho mientras estaban tomando un refresco en el comedor de la clínica.
-No lo sé. ¿Tú tienes planes?
-Mañana es mi último día aquí. – confiesa Yunho con tristeza.
-¿Por qué dices eso? – Jae abre los ojos sin poder creérselo. “¿Cómo qué último día?”
-Baekhyun y yo iremos a New York.
-¿Por qué?
-Él ya no quiere estar aquí, es mi obligación irme con él. Por lo menos hasta que lo convenza de regresar.
-Iré contigo… - se adelantó a decir. – Yo también voy. Dime en que parte de New York estarán y yo iré.
-De acuerdo.- Yunho le sonrío de forma tierna, a decir verdad a él le gustaba la idea de que Jae viajara solo para poder estar juntos.
Tal vez Jaejoong estaba siendo muy apresurado, era una locura no pensar de forma racional, pero era lo que él sentía. Lo que él quería. Para él no estaba mal todo aquello porque recién estaba descubriendo lo que era amar a alguien y que esta persona te corresponda de la misma forma.
Al día siguiente cómo habían quedado, Jaejoong viajó en su jet privado, y Yunho junto con Baekhyun.
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Durante su estadía en new York salían junto con Baekhyun, pero éste la mayoría del tiempo los dejaba solos porque se iba con su nuevo mejor amigo, Yixing. Yunho y Jaejoong aprovechaban esos momentos para conocerse más… hasta que decidieron pasar a una nueva etapa de sus relación.
Su primera vez de ambos fue el día que Baekhyun le dio el día libre a Yunho. Todo ese día lo separó sólo para estar con Jaejoong.
Almorzaron juntos, caminaron y hablaron durante toda la tarde, luego fueron al cine, y al salir se fueron a un hotel. No se cohibieron ya que ellos no estaban en Corea, en New York era normal poder ver a dos hombres entrar a un hotel.
Cuando estuvieron en la habitación Jae estaba muy nervioso, pero Yunho supo cómo relajarlo de inmediato. Besó cada parte de piel cuando estuvieron desnudos, empezó besando la pierna izquierda de Jae, y poco a poco fue subiendo hasta llegar a su miembro. Yunho no sabía cómo empezar, para él también era su primera vez, pero con decisión tomó el miembro de Jae con la boca y empezó a succionarlo. Jae se sintió en el cielo, los labios y la lengua de Yunho eran cálidos, los succionaban con fuerza, miró a Yunho ver cómo metía y sacaba su miembro de su boca y aquello lo excitó aún más. Tanto, que se corrió a los cinco minutos en la boca de su pareja.
-Lo siento – pidió entre jadeos. – No pude controlarme...
-Sabes delicioso. – dijo Yunho ante la disculpa de Jae y mientras tragaba su semen.
-Por favor, no te desanimes... – rogó. – Es mi primera vez. – confesó.
-¿Enserio? También es mi primera vez. - Yunho gateó hasta estar a la altura de Jae.
-No me mientas.
-No lo hago. Nunca lo he hecho antes. Tú eres el primero en la lista.
-Y quiero ser él único y él último.
-Lo serás... – besó sus labios y con mano derecha empezó a acariciar el cuerpo de su amado. Y cuando llegó a su miembro lo masajeó para que una vez más despertara.
-Ahhh – Jaejoong soltó un gemido en los labios de Yunho.
-¿Estás listo? – quiso saber. – Ya quiero estar dentro de ti.
-Lo estoy.
Entonces Jae abrió las piernas y rodeó la cintura de Yunho. Y éste sólo se concentró en besarlo mientras lo penetraba, lento y despacio, tenía que tener cuidado de que nada saliera mal al final.
Y esa noche consumieron su amor por primera vez...
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No duró mucho tiempo su estadía en New York, de un momento a otro Baekhyun decidió regresar a Seúl. Eso tomó por sorpresa a Yunho que pensaba que estarían ahí por más tiempo, pero Jae nunca se quejó.
Yunho regresó junto con Baekhyun, y Jaejoong lo hizo dos días después.
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Las vacaciones de verano llegaron y con ello más problemas, pero a pesar de las tormentas se mantuvieron firmes en su relación.
Todos sus amigos habían terminado mal. Luhan, Baekhyun y Minseok.
Jaejoong se sentía afortunado de que Yunho aún estuviera a su lado a pesar de todo. Esperaba que tal vez nunca se separaran ya fuera por cualquier motivo. Quería estar por siempre con Yunho, le había dado mucho a él que se sentiría decepcionado si todo terminara.
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Yunho de un momento a otro perdió contacto con Baekhyun. Jaejoong unos días después consiguió su nuevo número en New York, pero al llamar, Baekhyun nunca respondió.
No sólo intentó contactar con Baekhyun, sino también a Jongin. Jaejoong con su agilidad de averiguar lo más mínimo de uno, se enteró del “accidente” de Jongin. Fue a visitarlo a su casa unos días después de haberle dado de alta, pero se desilusionó cuando no encontró a nadie en aquella casa.
Optó por deslizar debajo de la puerta un sobre, esperaba que Jongin le llamara después de que lo leyera, pero Jongin nunca acudió a él.
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Los problemas llegaron un día que Jaejoong llegó tarde a casa. Nunca se demoraba, y si lo hacía avisaba su retraso.
Cuando Jaejoong llegó, se encontraba completamente empapado por la lluvia. Ni si quiera llevaba un paraguas para protegerse, y al parecer no le importaba ya que venía con una sonrisa ladina en los labios.
-¿De dónde llegas? – Yunho esperaba con las luces apagas y no dudó en prender la lámpara y hacer notar su presencia.
-¡Ah! – Jae llevo su mano a su pecho por el susto. – Hola, amor. Siento llegar tarde, quería llamar pero el teléfono se me estropeó. – sacó su teléfono de su abrigo y se lo enseñó empapado por el agua.
-Es media noche, Jae. ¿Dónde has estado?
-Lo siento, amor. Estuve cenando con un amigo, me lo encontré hoy cuando fui a pedir un café y nos quedamos conversando, el tiempo se pasó muy rápido.
-¿En el lugar dónde cenabas no había algún teléfono para que me llamaras?
-Amor, se me pasó. Me perdí en la conversación. Recordamos nuestra época en el ejército. Quiero que lo conozcas. Te llevarás muy bien con él.
-¡¿Dónde estuviste?! – gritó Yunho de pronto y provocó que Jaejoong retrocediera un paso.
-Estuve cenando, ya te lo dije. – respondió con voz baja y calmada. – Perdón por no llamarte.
-No. Ni te disculpes... Olvídalo, se nota que estuviste muy entretenido.
-No entiendo por qué estás molesto.
-No tiene caso... – Yunho caminó hasta una esquina de la casa dónde se encontraba un mueble con sus llaves, Tomó sus llaves y su abrigo que colgaba a lado de la puerta.
-¿Dónde vas? – preguntó Jae sorprendido por el comportamiento de su novio.
-No regresaré esta noche... – abrió la puerta y antes de salir dijo – ¡Feliz aniversario, Jae! Luego avanzó y cerró la puerta en un azote.
Jae abrió los ojos sin comprender y luego prendió todas las luces ya que la lámpara solo alumbraba un poco. Y cuando lo hizo se llevó una sorpresa, Yunho había preparado una cena romántica en la terraza de la casa, habían velas, rosas rojas, vino sobre la mesa y en el centro una charola con pasta y albóndigas de carne. La comida ya estaba fría en ese momento y Jaejoong se sintió fatal al ver toda esa decoración por su aniversario. Pero Jae frunció el ceño extrañado, ellos no tenían nunca una fecha que celebrar. Yunho nunca hizo oficial la relación, nunca le pidió para que salieran... todo de ellos se dio sin empezar nada oficial. A Jaejoong no le hacía falta que se lo pidieran, él sentía que Yunho y él ya eran una pareja.
¿Por qué Yunho se inventaba una fecha especial?
(=^ェ^=)
Al día siguiente Yunho regresó temprano a casa y esta vez encontró a Jae durmiendo sobre el mueble. No lo despertó y sólo optó por caminar hacía la cocina.
Jaejoong despertó al oír ruido en la casa. Se asomó con cuidado en el marco de la cocina y se apoyó en ésta al ver a Yunho servir café.
-¿A qué hora llegaste? – preguntó Jae somnoliento.
-Hace diez minutos. – la respuesta de Yunho fue a secas, lo cual Jae dedujo que aún seguía molesto. Terminó de tomar su café y lavo su taza antes de decir. – Iré a ducharme, y saldré de inmediato a trabajar.
-Yunho tenemos que hablar… sobre lo que sucedió ayer.
-Hablaremos más tarde. Cuando regrese.
Sin decir más, Yunho se duchó y luego de diez minutos salió de casa sin siquiera despedirse de Jae.
Al llegar la noche Jae llegó temprano para poder hablar con Yunho, pasó una, dos, tres horas esperándole y Yunho no regresaba. Intentó llamarlo, pero no respondió. ¿Sería que Yunho le estaría haciendo pasar por lo mismo que él pasó ayer?
Después de diez llamadas se rindió. Esperaba que no le hubiera pasado algo grave. Pasó una media hora y le llegó un mensaje.
“Vine a ver a mis padres.
Disculpa por no avisar con tiempo,
me quedaré con ellos.
Hasta mañana.
Yunho”
“No pasa nada.
Ya estaba empezando a preocuparme.
Mándales mis saludos a tus padres.
Besos, y hasta mañana.
Jae”
No recibió otro mensaje, y se recostó a dormir, sólo.
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Al día siguiente, Jaejoong busca a Yunho en su trabajo. Pide para almorzar juntos y éste accede. Y durante el almuerzo:
-¿Cómo se encuentran tus padres? – pregunta Jae.
-Bien, mandan saludos. Quieren que vaya contigo la próxima vez que los visite.
-Claro que iré, pero si me avisas con tiempo. ¿Por qué no me lo dijiste ayer? Pudimos haber ido juntos.
-No lo vi adecuado. – niega despacio con la cabeza – No estábamos bien de todos modos. No quería que mis padres no vieran incomodos.
-Oh, ya veo. Pudimos hablar antes de ir a verlos.
-No lo creo. Aún seguía molesto.
-¿Seguías? ¿Ya se te pasó?
-Sí. Quiero conocer a tu amigo, ¿Podrías quedar hoy con él?
-Sí. – Jae asiente con una sonrisa, emocionado. – Yo lo llamo, y le invitamos a cenar.
-Esa es la idea. – Yunho revisa su reloj de mano, deja sus cubiertos a un lado y se limpia la boca con la servilleta. – Tengo que irme, te veo en la noche. Avísame en dónde será la cena.
Yunho se incorpora y se despide dándole un beso en la frente a Jaejoong. Luego, sale del lugar. Jae se siente emocionado y lo primero que hace es tomar su teléfono y marcar el número de Junsu. Al final logra quedar esa noche para cenar los tres.
(=^ェ^=)
El momento de la cena llega, y Yunho y Jae esperan la aparición de Junsu. Cuando éste aparece Jae es el primero en ponerse de píe y muy emocionado camina hasta Junsu. Lo saluda y luego lo dirige hasta la mesa dónde espera Yunho.
Yunho saluda a Junsu, y le da un fuerte apretón de manos lo cual éste nota que algo no va bien. Junsu se logra soltar y toma asiento incómodo mirando a Yunho.
-Pedimos ya la cena, espero no te incomode Junsu – empieza Yunho.
-Claro que no. Tuve un breve retraso esta noche, disculpen por la demora.
-No te preocupes Junsu. – lo tranquiliza Jae – Disfrutemos del momento.
La cena avanzó un poco incómoda para Junsu. Yunho no dejaba de besar a Jae y demostrarle que le pertenecía. Jaejoong no entendía porque ahora su novio se mostraba tan empalagoso delante de alguien. Siempre se habían mantenido discreción para no incomodar a nadie, pero esta vez parecía que Yunho se había olvidado de ello.
-Yunho… - Jae murmura y baja la mirada avergonzado ante la mirada de Junsu.
-Y dime Junsu, ¿Cómo es que se conocen? – empieza Yunho.
-Nos conocimos en el ejército. Compartíamos camarote con otros amigos en la misma categoría, y fue que mientras pasaba el tiempo nos hicimos mejores amigos.
-Nos volvimos a reencontrar hace dos días. – prosigue Jae – Desde que salimos del ejercito cada uno tomó un camino diferente.
-¿Y ahora a que te dedicas, Junsu? – Yunho preguntó ignorando por completo el comentario de Jae.
Junsu miró a Jae y notó su rostro de desconcierto, luego prosiguió:
-Ahora estoy buscando que hacer, soy independiente. Busco un trabajo… hmmm… cómo el de Jae.
-¿De espía?
-Un poco más que eso.
-Francotirador… - Jae responde por él. – Estoy pensando en que podemos trabajar juntos.
Yunho dejó caer los palitos y tragó con dificultad su cena. El ambiente de pronto se volvió silencioso. Terminaron de cenar, y se despidieron de Junsu en el aparcamiento.
Yunho y Jae continuaron el silencio mientras regresaban a casa, pero fue Jae quien rompió el silencio al sentirse frustrado por no saber que pasaba por la cabeza de Yunho.
-¿Qué es lo que sucede?
-Nada. – responde a secas.
-Sé que sucede algo. Dímelo.
-¿Cuándo es que pensabas decirme que trabajarás con él?
-Lo estoy pensando, aún no lo he dado por hecho.
-¡No trabajarás con él! – dice sin quitar la mirada de la carretera.
-¿Por qué no?
-No quiero.
-¿Pero qué rayos sucede? No puedes prohibirme nada.
-Lo harás porque yo te lo digo.
-¡No! – Jae alza la voz.
Inmediatamente Yunho gira el volante y busca un lugar para detenerse.
-Elige. ¿Él o yo?
-¿Pudo saber por qué te comportas de manera tan ridícula?
-Porque él te desea. Lo sé. Le gustas.
-No es así. – niega Jae incrédulo - ¡Estás cegado por tus celos! Junsu es mi mejor amigo, nada más.
-No me gusta para nada. Te lo advierto Jae, no trabajes con él.
(=^ェ^=)
Los meses pasaron, y Jae no perdió comunicación con Junsu pero lo mantenía de forma secreta. No pasó mucho más tiempo para que Yunho se diera cuenta de la situación.
Jae le ocultaba cosas y él lo sabía, mantenía su teléfono a distancia y enviaba mensajes a escondidas. Toda era sospechoso ante los ojos de Yunho, y tuvo que llegar el día en que no soportó más y en un descuido de Jae, tomó su teléfono y encontró los mensajes de Junsu y los de su novio.
Ellos dos se iban a encontrar un día después, la cita era a las 6pm y Yunho enloqueció al leer cómo quedaban a escondidas de él, pero no dijo nada. Dejó el teléfono en su lugar, y luego volvió a la cama y fingió que nada pasaba. Hasta el día siguiente.
La noche cayó, y cómo esperaba Jaejoong llegó tarde. Pero esta vez no había forma de engañar Yunho, él sabía dónde había estado y con quién.
La pelea empezó cuando Jae llegó:
-¡No soporto más tus celos! – gritó Jae cansado de los reclamos de Yunho.
-¿Entonces por qué demoras tanto en regresar?
-Te he dicho mucha veces que estoy investigando a alguien. No puedes estar llamándome todo el tiempo, Yunho. ¡No es sano!
-¡Sé que estás con Junsu!
-Sí, lo estoy. Y es porque trabajo con él.
-No tienes que trabajar con él. Antes hacías todo sólo. Y eras el mejor.
-Pues ahora lo necesito. Investigo a un narcotraficante... ¿Crees que me pondré defender sólo si me descubren? Junsu me protege.
-Yo también podría ir.
-¡No sabes manejar un arma! – grita Jae. – Por favor. ¿Cuándo se va acabar esto?
-¡Cuando dejes de trabajar con Junsu! – objetó Yunho.
-¡Pues espera sentado! - grito y dio por terminado la discusión para luego alejarse y dejar a Yunho parado en la sala.
Jaejoong se estaba cansando de discutir todos los días. Y tenía razón, Yunho le hostigaba todo el tiempo.
-Jae te había advertido que no trabajaras con él.
-Tú no tienes que advertirme nada, Yunho.
-¿Es tu última palabra?
-Sí.
-Entonces ya has elegido.
Sin más vueltas que darle al asunto, Yunho empaca sus cosas a pesar de los reclamos de Jae. Hace como si no lo escuchara, y sale de la casa sin dirección alguna.
Al día siguiente Yunho busca un cuarto dónde quedarse, no piensa regresar a lado de Jae, no mientras éste aún trabaje con Junsu. Ni el mismo comprende por qué actúa de esta manera, tal vez es porque nunca antes pasó. Jae nunca había estado con otra persona que no fuera él, pero ahora parecía también querer estar en la compañía de su amigo. Eso no hubiera sido ningún problema si no hubiera notado las intenciones de Junsu. Sabía perfectamente que quería a Jae, lo miraba con deseo y hasta dudaba si alguna vez había pasado algo entre ellos.
Muchas ideas cruzaban por su mente, y mientras más pasaba el tiempo Yunho se volvía loco, entonces decidió cortar toda relación con Jae.
Lo buscó en su casa después de dos días, y terminó su relación de casi dos años, Jae rogó porque no se fuera, imploró y lloró. Y a pesar de ello Yunho decidió alejarse de él.
(=^ェ^=)
Jaejoong no esperaba que hubiera algún reencuentro entre ellos, pues dejó su casa que compartía con Yunho, se mudó a otra provincia y no espero si quiera una llamada de su parte después de cómo habían terminado su relación. Intentó empezar de nuevo, buscó distracciones y aceptaba más casos, mientras lo mantuviera distraído y no pensando en su ex novio todo estaba perfecto. Junsu le acompañaba en algunas investigaciones, sólo si se trabaja de algo que arriesgara su vida, y Jae agradecía tenerlo a lado.
De pronto una llamada llegó en un día inesperado. Era Yunho, después de dos meses estaba llamándole. Yunho intentó entrar en razón con Jae y volver a retomar la relación, pero fue Jaejoong quien no quería estar con Yunho. Ya había sido suficiente soportar sus celos, ahora no estaba para aguantar nada. Además, tenía un trabajo y aún seguía trabajando con Junsu, algo que Yunho estaba dispuesto a negarle.
Decidió dejar las cosas como estaban, a pesar de que el amara a Yunho, no cedió ante la súplica. Y una vez más, no hubo reconciliación.
(=^ェ^=)
Era fin de semana y el verano había llegado con fuerza. Jae se encontraba con Junsu en su casa de playa y disfrutaban del sol del mediodía a lado de la piscina. Había rechazado cualquier trabajo en esa temporada porque quería disfrutar un poco del verano, se lo merecía. Ya había trabajo mucho y ganado lo suficiente en los últimos meses.
De pronto dentro de la casa se escucha el teléfono del celular de Jae sonar. Éste le pide a Junsu que responda porque piensa que se trata de algún otro trabajo del cual están seguros que rechazaran.
-¿Diga? – responde Junsu, pero nota que hay un cierto silencio incomodo del otro lado. - ¿Quién es? – vuelve a intentar.
-Buenas noches, ¿Me podrías comunicar con Jaejoong? – piden de forma amable, pero Junsu se da cuenta de quién se trata.
-Se encuentra en la piscina. ¿Deseas dejarle algún mensaje?
-No. Alcánzale el teléfono…
-Te diré la verdad, Yunho. No quiere hablar contigo. Déjalo tranquilo.
-Dile a Jae que no es lo que piensa, Luhan tiene problemas y lo necesita.
-Se lo diré cuando se desocupe.
-Junsu dame mi celular. Yo lo arreglo. – Jae ha escuchado parte de la conversación y sabe que se trata de Yunho. Junsu le alcanza su móvil al instante y sin decir nada sale hacía la zona de la piscina. Al procurarse estar solo, Jae se coloca el auricular en el oído. – Yunho, creo que dejé muy en claro nuestra situación la última vez que hablamos.
-No llamo por eso. – aclaró, y algo dentro de Jae se removió.
-¿Entonces? – quiso saber con cautela y se mordió el labio inferior.
-Luhan tiene problemas, secuestraron a su novio y quiere encontrarlo.
-Que llame a la policía.
-Ese es el problema, dejaron de aviso que no dijeran nada a la policía. Luhan teme que le puedan hacer algo.
-Entiendo. Le llamaré de inmediato.
-De acuerdo. – asintió Yunho.
De pronto el ambiente se volvió silencioso a causa de que ninguno de los dos quería despedirse y no sabían cómo hacerlo. ¿Qué se podían decir? “Adiós, te hablo luego” o “Bye, nos vemos”
No podían hacerlo, porque no se iban a volver a ver más. Un siempre “Gracias, adiós.” Y luego colgar el teléfono era suficiente, pero ¿Quién de los dos debía hacerlo?
Jae pensó que debía de ser él quien termine la llamada.
-Gracias por informarme…
-¿Por qué estas con Junsu? – preguntó interrumpiéndole. Jae no se esperaba aquello y su corazón empezó a galopar con más fuerza. - ¿Estás con él? ¿Sales con él ahora? – las preguntas de Yunho salían de su boca con decepción y de forma casada. Cómo si se hubiese rendido y hubiera dejado de lado todos los celos de antes. Sonaba calmado pero Jae sabía que era parte de una fachada, que en cualquier momento volvería a explotar.
-S-í-. – arrastró las palabras ante su mentira. – Estoy saliendo con Junsu.
-¿Por qué? – quiso saber Yunho.
Jae quería derretirse y decirle que todo era una mentira, pero no podía dar marcha atrás, así que creo un muro de defensa para volverse más fuerte ante Yunho.
-¿Ahora te importa? – sonó molesto.
-Siempre me has importado, Jae.
-Pero no fui yo quien terminó con todo, si no tú. – le recordó.
-Pero quiero volver a intentarlo. Lo sabes, te lo dije la última vez que hablamos.
-¡Y yo te dije que no! – sentenció para luego colgar.
Jae de derrumbó el su mueble y miró su teléfono en la mano. Le había colgado. Ya no lo escucharía más… o eso pensó.