Capítulo 1 – 1004 (Angel)
Me despierto y el sudor recorre mi cuerpo haciendo que mechones negros se peguen a mi frente, mi respiración es agitada y solo puedo cerrar los puños reprimiendo las enormes ganas de llorar, gritar y mandar todo a la mierda. Me levanto y me dirijo al espejo de un pequeño baño. Cuando miro el reflejo solo veo un hombre con enormes ojeras que rodean unos ojos con un tono marrón oscuro lleno de tristeza. Entro a la ducha y dejo caer el agua sintiendo punzadas de frio recorriendo cada contorno de mi musculado cuerpo. Bajo la cabeza y mientras suspiro mi mente vuelve a recordar nuestros días juntos.
- ¡Hyung, para! – gritaba un pobre chico siendo atacado por el mayor que le hacía cosquillas – Te dije que yo no escondí a Tiger, fue Himchan-hyung.
- ¿De verdad? – preguntaba un extrañado Bang Yongguk antes de parar y besar los labios del maknae que ahora estaba haciendo un lindo puchero. – Cuando lo vea me las va a pagar. - Tras anunciar esto se levantó de encima del pequeño y le tendió su mano para ayudarlo a pararse.
Hacía una semana que Bang había confesado sus sentimientos al conejito azul y desde entonces todo iba viento en popa. Solo se conocían de hace unos meses, gracias a su mejor amigo Kim Himchan, pero desde el momento que sus miradas se cruzaron supo que su corazón ya le pertenecía. Todos los días eran muy ajetreados, Zelo estudiaba duro para poder pasar los exámenes y Bang se dedicaba a ayudar a su mejor amigo en el trabajo de sus padres. Los pequeños plazos de tiempo que pasaban juntos Bang y Zelo los dedicaban a besarse y acariciarse tiernamente, hasta que un enfadado Himchan los interrumpiera ya que este a duras penas aprobaba una relación con tanta diferencia de edad, y además, Zelo era menor.
- Te quiero, ¿lo sabes? – dijo el peli negro con un hermoso rostro en la cara.
- Lo sé, me lo dices siempre hyung – rio alegremente el rubio. – Hoy vamos a ir al parque por la noche, ¿no?
- ¿El parque? – pregunto el mayor burlándose de él.
- Si, ¡me lo prometiste! – reprochaba un enfadado maknae.
- Ya lo sé tonto, solo bromeaba. ¿Cómo se me iba a olvidar algo tan importante? – Yongguk rio por lo bajo y se levantó para alistar todo, solo quedaban dos horas para que oscureciera.
El rubio lo siguió hasta la habitación que compartían y empezó a buscar la ropa que se pondría mientras el otro, ya vestido se disponía a guardar las cosas que necesitarían esta noche.
Tras tener todo listo y avisar a un perezoso Himchan que había llegado hace poco, sí los tres compartían casa por varias razones que no vienen a cuento, los dos tortolitos salieron experimentando la suave brisa de la noche en sus mejillas.
Ya en el parque el mayor tendió un mantel a cuadros en césped y de una pequeña cesta saco los dulces favoritos del maknae, que tras verlo solo pudo esbozar una amplia sonrisa. Comieron tranquilamente y cuando terminaron el rubio recostó su cabeza en el pecho del moreno sintiendo que el corazón de este se saldría de lo rápido y fuerte que palpitaba.
- Zelo – intento llamar el mayor, pero no recibió ninguna respuesta por parte del otro – te quiero.
- Hmm – fue la respuesta del rubio.
Ante esto un molesto Bang, por nunca haber escuchado una contestación directa del menor se dio la vuelta quedando encima y en un segundo sus labios ya estaban devorando los del otro. El beso cada vez se intensificaba más y el menor emitía pequeños gemido, ahogados por el otro. Sus manos recorrieron el blanco pecho del rubio haciendo que este respondiera con unos pequeños movimientos de cadera para poder sentir mejor el cuerpo del mayor. Pronto la camiseta de los dos jóvenes desapareció y la temperatura empezaba a subir.
- H..hy..ung – empezaba a decir entre gemidos zelo ya que el otro jugaba con sus pezones degustándolos impaciente – para..ahh.
- ¿Qué pasa pequeño, no te gusta? – pregunto el pelinegro con una sonrisa socarrona.
- No es eso, pero creo que vamos muy rápido. Mejor paremos.
- De acuerdo – suspiro.
El mayor agitado por lo ocurrido hace un momento se volvió a recostar y contemplo el cielo pensativo.
- ¿En qué piensas, hyung? – dijo casi en un susurro, que temió no haber sido escuchado ya que el otro tardo unos minutos en responder.
- Me pregunto qué es lo que sientes por mí.
Se produjo el silencio y el mayor tras pensar que la conversación iba a quedar ahí escucho unos leves sollozos. Alarmado se levantó bruscamente.
- ¿He dicho algo que te haya molestado, pequeño? – dijo con el tono más tranquilizador que pudo.
Sin recibir respuesta vio como el otro se levantaba y recogiendo sus pertenencias salió disparado. El mayor no tuvo otra opción que salir tras el maknae antes de ver como el otro sin mirar la calle cruzaba con la cabeza gacha al mismo tiempo que un minibús pasaba.
Bang vió como su rubio querido era envestido por el automóvil y con los ojos empañados en lágrimas corrió hasta su cuerpo tirado en el asfalto sangrando.
- Bang yongguk – hablo el menor.
- No hables te vas a poner bien – decía desesperadamente Bang.
- No – Zelo hizo una pausa – se lo que me espera y me lo merezco.
- No digas eso pequeño, te necesito.
- Tú necesitas a alguien que te quiera – dijo el maknae mientras tosía sangre – y yo no supe hacerlo, te he estado mintiendo. Entenderé que me odies.
Luego de esas duras palabras el alma del pequeño Zelo fue arrastrada con los ángeles.
El agua seguía cayendo, llevaba media hora sintiendo la punzante agua fría sobre él, todavía escuchaba su nombre siendo pronunciado por su pequeño, una parte de él. Terminó de asearse, se vistió y por último con un fuerte portazo al salir de su apartamento dejo que su mente repitiera las palabras que le ayudarían a dejar el pasado atrás: “Lárgate, no digas mi nombre. Te odio pero sé que la persona para amarme eras tú y eso no cambiará. Odio este loco amor.”