III
LA PRIMERA PIEZA
Hay un mundo, entre el sueño y la realidad, es donde abres las puertas de tu mente, y que maravilloso y misterioso lugar es aquello a lo que llamamos “mente”
¿Que era aquello?, ¿acaso estaba soñando otra vez?, no, el recordaba haber cerrado los ojos, pero seguía sintiendo su cuerpo recostado en la cama, seguía escuchando el sonido que hacia su abuelo en la planta baja mientras caminaba y acomodaba cosas aquí y allá en la cocina.
Entonces, ¿que era aquella sensación?, tenía que dejarse de tonterías, ¿tantos libros de ficción estaban afectándolo?, que más daría simplemente abriría los ojos y vería el techo de la habitación como siempre, era una tontería el solo pensar que sería diferente de alguna manera, pero oh… Que equivocado estaba.
En cuanto sus ojos se abrieron lo que pudo ver, efectivamente era el techo, pero no era el techo de su habitación, ni siquiera de la habitación que tenía cuando aún vivía con sus padres, no, este techo era de piedra, piedra solida tallada bloques grandes y de un color marrón claro, aunque eso ultimo quizás debido a la falta de luz, juraba también que podía ver el inicio de una escalera.
Intentó moverse, pero más allá de sus ojos sus demás músculos no respondían, era como si estuviera clavado al suelo mismo, intento mirar alrededor y un poco más allá por una de las puertas quizás en otra habitación donde un poco de luz inestable se colaba, según el quizás causado por una chimenea o algo similar, podía ver la sombra de dos personas hablando, podía oír los murmullos, pero no podía entender que era lo que decían, parecía, algún tipo de lenguaje antiguo, ¿que era todo eso?, intento hablar, gritar pero nada salió de su boca , estaba atrapado, atrapado sin poder hacer nada, en medio de la realidad y el sueño.
***
Cuando sucedía aquello en otra habitación a la luz de unas viejas antorchas algo mas se estaba llevando a cabo.
La presencia con la cual compartía el rompecabezas aparece
- "Si deseas tu libertad, debes de hacer sacrificios”
Habla una silueta, que emerge de la niebla. Era alto, Su voz era andrógina, tan suave pero a la vez ronca la capucha que sin excepción llevaba cubría por completo su rostro. Aquel ser siempre se presentaba con una sonrisa un tanto macabra, quizás hasta un tanto burlona. Especialmente cuando aparecía frente al otro inquilino del rompecabezas.
- "No te preocupes por el niño. Estará bien, solo necesitas que arme este rompecabezas para que seas libre... ¿O no deseas salir de este maldito rompecabezas de una vez? "
- Si, si quiero. Pero... - Suelta un suspiro, alzando la cabeza con una mirada más decidida. - Tienes razón, quiero ser libre. El estará bien, todos los niños deben de tener algo de decepción en sus vidas.
- " Bien dicho, Atem... "
***
Cierro los ojos con fuerza, no comprendo los murmullos pero de alguna manera hacen que algo dentro de mí se perturbe, mantengo mis ojos cerrados con fuerza y al abrirlos me encuentro en esa misma habitación, varios años atrás quizás porque el suelo de madera parecía casi nuevo, sigo clavado en el suelo por lo que puedo comprobar, un hombre entra pasa junto a mi casi pisándome el rostro se pone en cuclillas un momento y luego sale de ahí rápidamente dando grandes zancadas.
Apenas logro escuchar la puerta cerrarse cuando noto de pronto un brillo dorado, justo frente a mi rostro mirándome aparece un tipo de ojo, muy parecido a los jeroglíficos que tenía mi abuelo en sus fotos y notas de sus tiempos como arqueólogo, aquel ojo me mira parpadea y se escuchan susurros casi como si me hablara, no logro comprender nada, sigo sin poder hablar, el ojo se cierra y se vuelve una luz pequeña que pasa justo frente a mi antes de escabullirse en el suelo bajo un rincón, el resplandor es tan fuerte que me veo obligado a cerrar mis ojos, y al momento de abrirlos…Ya estoy de vuelta en mi cama con el libro sobre mi pecho.
Lo primero que hago al “despertar” es tomar una gran bocanada de aire sentía que había dejado de respirar los últimos momentos, me incorporo en mi cama mirando alrededor algo desconcertado alzo la vista hacia el techo.
-no hay nada…- susurro más para mí mismo aunque por dentro mi propia mente respondía un “es obvio” esa extraña sensación seguía en mi pecho, ¿eso había sido un sueño?
Con cautela me levanto de la cama mirando alrededor como si esperara que de un segundo a otro aquel ojo volviera a aparecer.
-eso… intentaba decirme algo… ¡ah! Maldición ¿qué es todo esto? ¿Acaso tiene que ver con el “trato” que hice con el chico ese?, ¡no entiendo nada!- suspiro con pesadez rascándome un poco la cabeza frustrado. – y que él hable de manera tan criptica no me ayuda nada -
Camino hacia mi escritorio y busco un pequeño blog de notas comenzando a escribir lo que había “soñado” recientemente mientras medito, ¿qué era lo que el había dicho como una supuesta “pista”?
-la primera pieza puede estar bajo el lugar donde reposan tus sueños- susurro para mi parando mi escritora enderezándome en la silla pensando un poco – la primera pieza… puede estar bajo el lugar donde reposan tus sueños.. – susurro nuevamente mientras cierro los ojos y muevo el lápiz golpeando de manera ligera mis labios concentrándome. –bajo el lugar… - abro los ojos
-a todo esto... ese ojo, creo haberlo visto antes, ¿dónde? – me cuestiono interrumpiéndome a mí mismo. Me levanto de nuevo luego de anotar la susodicha frase en la libreta camino a la planta baja.
-abuelo, ¿Dónde están tus libros de arqueología?- pregunto mientras bajo las escaleras viéndolo en la sala mirando televisión.
- aun en las cajas- me dice mirándome un poco extrañado señalando el extremo de la sala donde había dos cajas grandes aun cerradas – ¿Por qué? ¿Acaso es para una tarea o algo así yugi?-
-si… más o menos- digo sin más, es que no iba a decirle “¡no abuelo lo que pasa es que estaba en mi cama y un ojo gigante hablo conmigo y creo que lo vi en un libro!” seguramente me llevaría a un loquero si digo al similar a eso.
Me acerco a una de las cajas y la abro con cuidado, dentro hay varios libros y objetos viejos, relojes, pinceles, reglas y demás, tomo varios libros revisándolos de manera rápida pasando sus páginas uno a uno dejándolos a un lado cuando comprobaba que no tenían nada de lo que estaba buscado, termine la primera caja y abro la segunda, hago lo mismo hasta tres libros después donde puedo reconocer aquel ojo saco el libro con cuidado soplando un poco sobre la portada quitando el polvo.
-este es... –susurra para mi sonriendo por el hallazgo dejo el libro sobre mis piernas y guardo los demás levantándome y sacudiéndome el polvo. – ya lo encontré, gracias abuelo regresare a mi habitación, y me dormiré temprano hoy, así que ¡buenas noches!- digo tomando el libro y caminado de vuelta a las escaleras.
-¿uh?, de acuerdo, buenas noches yugi- dice en lo que yo estoy y llegando a la segunda planta caminando de regreso a mi habitación. Cierro la puerta y me dirijo otra vez a mi escritorio dejando el libro ahí sentándome y abriéndolo comenzando a pasar las páginas hasta encontrar el dichoso ojo, dibujado imponente en toda una página, junto a él una pequeña descripción con su nombre.
-El ojo de Horus- susurro leyendo con atención, así que definitivamente era un símbolo egipcio, y uno importante por lo que podía ver, pero…
-esto… ¿qué tiene que ver con el rompecabezas y el chico fantasma?- susurro confundido cerrando los ojos luego de hacer un pequeño dibujo del dichoso ojo en mi libreta, no fuese que se me olvidara… aunque sería bastante difícil con lo que paso hace poco, suspiro y hecho la cabeza hacia atrás mirando el techo
-que hay sí... eso de recién fue un tipo de pista. – susurro mirando hacia el lugar donde estaba el ojo y sigo su recorrido hasta el rincón de mi habitación, en mi “sueño” eso se habia metido bajo el suelo del rincón donde estaba mi cama.
- ¡¡eso es!! – digo casi dando un brinco levantándome de la silla y voy hasta mi cama moviéndola un poco, los de la mudanza habían llegado antes así que no había visto como era esta habitación cuando estaba vacía, y allí en un rincón había una tabla distinta a las otras, tallada en la madera había una pequeña manija poco notoria si no la andabas buscando claro, me agacho acercándome poniendo mi mano ahí con algo de duda.
-ok, ok, lo admito… esto... me pone algo nervioso... – susurro para mí mismo tomando algo de aire mirando un par de segundo la tabla antes de hacer hago de fuerza, se escucha un ligero crujido y esta se abre dejando ver un agujero de unos 30 cm de ancho al menos y de unos 40 de profundidad, tomo mi teléfono alumbrando un poco el lugar, entre todas las telarañas y polvo puedo ver algo que destella, aun sosteniendo mi teléfono estiro na de mis manos tocando lo que parece ser una caja o algo parecido
-que es… ah lo tengo- susurro dejando mi teléfono a un lado sacando de ahí una caja antigua cubierta de polvo y telarañas, la pongo sobre mi regazo limpiándola un poco con mis manos soplándola para luego abrir la tapa con cuidado, ni bien miro el interior el mismo resplandor dorado me ciega por unos segundos.
-¡Jajaja! ¡Vaya felicidades! ¡Encontraste la primera pieza creí que no podrías!- escucho la voz de ese chico de nuevo mientras abro los ojos otra vez mirando el interior de la caja donde se ve una pieza al parecer de oro con la figura de ese ojo, la tomo con cuidado mirándola con atención.
-¿esto es lo que… se supone que debo armar?- susurro mirando con duda la pieza, eso no era un rompecabezas normal estaba completamente claro – ¡y tú! Te apareces justo cuando la encuentro ¡gracias por nada tú y tus pistas inútiles!-
-hey, hey, no es mi trabajo decirte donde están las piezas yo solo doy pistas, si te lo dijera entonces el trato no saldría bien así que mejor no te alteres niño-
-pfff… como digas – bufo levantándome sacudiéndome el polvo y volviendo mi cama a su lugar dejando la caja con la pieza sobre mi escritorio. –Si no vienes a ayudar ¿a qué viniste?- me siento en el escritorio
-¡¡Oye!! ¡¿D-desde cuando tienes forma?!- digo al darme cuenta de un “detallito” importante, ahora la voz si venia de algún lugar, y ahora estaba más que claro que era un chico por la nublosa proyección que ponía ver ahora flotado a mi lado con una sonrisa burlona mirándome con gracia – ¡n-no me mires así!
- jajaja es que, es gracioso que solo ahora te des cuenta, mi querido yugi~ - dice bufándose de mi –ahora, respondiendo a tu anterior pregunta, vine aquí para contarte el resto de las reglas de nuestro juego-
-¿reglas, juego?- digo mirándolo dudoso mientras flota justo a un lado de mi
Pero, hablando en serio, ¿en qué me he metido…?