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Mordaza por KyuHyunnieHae

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Notas del fanfic:

Un regalo para las 2min shipper, celebrando también la primera gira latinoamericana de SHINee

Esperamos que no sea la primera ni la última ;;

Este shot es un regalo para quienes leen y siguen mis fics, ya que no he actualizado y la verdad es por falta de tiempo e inspiración para dichas historias, por eso les traje un ragelo

 

Lo siento <3

Gózenlo 

Notas del capitulo:

Si les gustó, háganmelo saber en un lindo RV con amor :c por favor, o mandenme un ask a mi tumblr 

http://taemintt.tumblr.com/

Átame a tus deseos.

Silencia mis labios con el golpear de los tuyos.

Amarra mis uñas y mételas bajo tu piel.

Arrodillame ante ti.

Apaga mi sed de hablar con tu hambre de silencio.

No dejes que grite, no dejes que me revuelva.

Venda mis ojos para que no pueda verte hacer.

Enséñame a vivir en tu puño y así harás de mi, lo que dictas sin vivir.

 

***

 

 

No era una noche común como lo habían sido las otras. Esta era especial, se notaba en el aire y en la electricidad que corría por el departamento a esas altas horas de la noche. La razón era poco peculiar; un aniversario, pero no como cualquier otro. El aniversario del matrimonio informal de Choi Minho y Lee Taemin. Del empresario excéntrico y el bailarín de ballet mejor cotizado en Corea, por ello su celebración no solo constaba en una cena en un restaurante caro, sino más bien algo más pasional y lleno de sensaciones de por medio.

Algo que ambos gozaban… Y bastante.

 

Ambos estaban en el departamento, a solas, con las luces tenues encendidas para darle un aspecto más intimo a pesar de que solo fueran a usar una de las habitaciones de la amplia recidencia.

Era su lugar, nada más de ellos dos.

 

**

 

Taemin bajó la mirada al estar frente a la puerta donde su mayor le esperaba, aquella habitación donde se le había ordenado ir minutos anteriores. Su cuerpo se hallaba cubierto por una fina bata de seda negra que  mantenía oculta su desnudez, mientras su cabello largo se hallaba atado en una media coleta desordenada, dejando varios mechones de cabello sobre su andrógino rostro.

 

A penas ingresó se sintió una tensión sexual calar sus huesos, haciéndolo estremecer y suspirar al instante debido al cosquilleó en su espalda baja, era tan débil ante el moreno que eso se manifestaba de manera física. Era inexplicable.

Alzó la mirada hacia su mayor, jadeando al instante cuando le vio con una de sus manos desabotonando el primer botón de aquel molesto pantalón oscuro.

 

—…Minho.

—¿Te he dicho que hables?

 

Taemin negó. Ese había sido su primer error y lo iba a pagar, estaba seguro de eso. Sus rodillas temblaron ante aquel pensamiento, sin embargo no se arrepentía de haberlo hecho. Escuchar al mayor dominante con ese tono de voz grave y rasposo tan propio de él, le encendía, solo por tratarse de él, de Choi Minho.

 

—Quítate la bata. Después de eso podrás hablar. —Pronunció el alto con voz ronca teniendo su mirada prendida al castaño, paseando la yema de los dedos de la diestra por su labio inferior ahora que su pantalón se hallaba más holgado. Sentía calor en el cuerpo solo por como el menor lucía ante él, tan tímido y sumiso como siempre, casi como un conejo ante los ojos de un cazador, así de tímido e indefenso. Eso le encantaba.

 

Se acomodó un poco sobre el sofá de cuero negro, relamiéndose los labios cuando el menor acató su orden, pudiendo observar como la bata se deslizaba por el cuerpo desnudo de Taemin, mostrando solo el collar característico de su papel, con la argolla en el centro, la argolla de su sumisión, objeto que combinaba perfectamente con sus muñequeras de las cuales unas cortas cadenas colgaban.

 

—Me he puesto lo que ha pedido —El castaño intentó desviar la mirada de su mayor, más no pudo al verse absorto en él, fue entonces que avanzó un par de pasos hacia su mayor, sobre la alfombra de piel.

—Luces perfecto, como siempre —Comentó el mayor, tras levantarse del sofá, mirando desde su altura al más bajo, desafiante—. Sin embargo eso no te quita el castigo.

Taemin enrojeció un poco por las palabras del mayor, asintiéndo sumisamente. Minho nunca dejaba pasar sus errores.

 

Cuando el castaño alzó la mirada para poder al fin ver el rostro del moreno, se mordió el labio al notar la camisa que su amante traía puesta. Aquella gris que él mismo le había regalado, junto a la corbata oscura y elegante. Eso le hizo sonreír, a menos de una manera que pasó desapercibida o eso creía.

 

—Te obedeceré, lo sabes... —Acotó Taemin con la voz suave al cabo de unos segundos, manteniendo su mirada fija en el alto.

—Ve al sofá.

 

El castaño asintió con levedad y se acercó al mueble para poder sentarse, pero a penas su trasero desnudo tocó la tela de cuerpo el mayor lo tomó del brazo y lo obligó a sentarse de rodillas, con la mirada en la pared y las manos en alto, apoyadas sobre la misma.

 

—No quería recurrir a esto, Minnie… pero sabes que adoro verte gritar.

Taemin tragó saliva cuando Minho estiró una de sus manos y alcanzó la cadena larga que colgaba desde esa pared, atando las manos de su adverso a esta desde las muñequeras, lo que hizo que automáticamente Taemin se aferrara a esta por precaución, ladeando el rostro hacia uno de sus costados para observar al mayor por sobre su hombro. Sabía lo que venía y eso le hacía tensar todo los músculos de su espalda y trasero, alzándolo sin querer tras separar un poco más las piernas sobre el sofá.

 

—Pero… pero duele —Susurró con algo de suplica, observando al mayor hasta que este desapareció un par de segundos de su campo visual. Volviendo al instante con la fusta en una de sus manos, mientras que con la otra desabrochaba su corbata para poder quitársela, desabotonando los primeros botones de su camisa.

—Debiste pensarlo antes, ¿no?

 

Un suspiro ahogado fue lo único que recibió Minho en respuesta, lo que provocó cierta satisfacción antes de propinar el primer azote al trasero del castaño, ganándose un alarido y uno que otro gemido agudo cuando repitió la acción, dejando líneas rojas de la fusta sobre el trasero del más bajo, una más marcadas que otras. Seguidos de gritos y quejas del más bajo. Y la única forma de que parara en ese momento era con la palabra de seguridad.

 

—A-ah… ¡PARA, PARA! —Sollozó Taemin entre gritos y gruñidos, apretando los ojos y los dientes cada vez que sentía los azotes en su trasero que parecía arder por los golpes.

—La palabra. Dila.

Broken! —Chilló antes del último azote de su mayor, suspirando pesado cuando el ardor en su piel se hizo más grave. Logrando que Minho soltara la fusta y se acercara a él, besando una de sus mejillas con suavidad.

 

Aquella palabra la había elegido Taemin tras la primera experiencia sexual sadomasoquista con su mayor, luego de haber aprendido que la palabra de seguridad era importante y esa había sido su elección. Broken, o roto en coreano, ya que así se había sentido la primera vez con Minho. Realmente roto por dentro, por su brutalidad y por su gusto por los juegos. Un gusto que terminó por compartir.

 

Taemin jadeó pesado cuando sus manos fueron desatadas, apoyándose sobre el sofá entre temblores mientras suspiraba bajo. Su trasero dolía y sus manos también a causa de la presión que había ejercido sobre la cadena para sujetarse.

Minho seguía allí, admirando las marcas sobre la tersa piel de su amante.

 

—¿Te portarás bien ahora?

—S-Si….

 

El moreno se deshizo de la camisa para dejarla caer al suelo, seguido de sus pantalones para poder quedar casi en igual condición que el menor, solo que aún traía la ropa interior puesta y eso a Taemin le molestaba.

 

—De rodillas al suelo, Taemin.

 

Una orden más y Taemin acató, parándose del sofá para poder hincarse sobre la alfombra, sin presionar su trasero sobre sus propias piernas, sin embargo cuando el mayor se posicionó frente a él tuvo que hacerlo, apenas un poco, quedando justo sobre la entrepierna del moreno, como a Choi le gustaba que estuviera.

El menor alzó la mirada esperando una orden del contrario. Pero aquella no llegó, no más que solo una mirada lasciva y una sonrisa ladeada.

Era el permiso que necesitaba para actuar.

 

Taemin alzó las manos y tomó los bordes de los bóxers oscuros del alto, descendiendo estos de manera lenta mientras miraba sus propios movimientos, acercando su rostro a la entrepierna del mayor para hundir su nariz en el bulto que comenzaba a marcarse. Olisqueó su masculino aroma antes de lamer sobre la tela, recibiendo un gruñido grave del mayor y un jalón de cabello que deshizo su coleta, fue por ello que de un solo golpe retiró la prenda inferior del alto, dejando aquel trozo de carne expuesto a la luz y a su rostro.  

Soltó un jadeo al tiempo que cerraba los ojos y desplegaba los labios con el fin de lamer el sexo del moreno, tomando este con ambas manos desde la base mientras se entretenía a jugar, haciendo uso del ápice de su lengua, contra el glande del mayor, sintiendo como el miembro ajeno se endurecía cada vez más ante su toque.

Minho gozaba de los movimiento que su pareja efectuaba, del como su pene era engullido por los labios del menor y el jugueteo de su sinhueso contra su sexo caliente, logrando que sus digitos se enredaran en las hebras de cabello del castaño, moviéndo sus caderas con la intención de pentrar con su sexo en esa cavidad bucal que lo recibía, ganándose quejidos graves y constantes desde la boca del más bajo mientras las piernas de Choi temblaban conjunto al vibrar de su garganta por los gruñidos que nacían allí.

 

El alto tiró de los cabellos del menor, logrando que Taemin succionara su erección antes de retirarla de su boca, alzando la mirada con los labios brillantes y las mejillas enrojecidas, más que avergonzado. Choi le dedicó una sonrisa lasciva y se sentó en el sofá, con las piernas separadas y la mano sobre su miembro, tocándose ante la atenta mirada de Lee, tan indefenso, tan dulce y provocativo ante los ojos del moreno que se podía sentir el deseo del uno por el otro en el aire.

 

—Ven aquí.. –Gruñó Minho entre dientes mientras se tocaba, observando como Taemin gateaba sobre la alfombra hasta él, con los labios separados.

 

—Hyung… —Jadeó con la mirada prendida en el sexo del mayor, con las manos en las rodillas de este. Aún no se podía tocar-. Me duele… -Taemin se mordió el labio y alzó la mirada a su mayor, suplicante.

—¿Quieres permiso para tocarte?

Taemin negó con cierta duda en sus palabras, aún jadeando ante la penetrante mirada de su mayor.

—Quiero… quiero –Suspiró Lee luego, tomando las manos del mayor para que dejara de tocarse, cosa que a Minho no le agradó—. Hyung… —repitió.

 

Minho ladeó una sonrisa con levedada, tomando el cabello del menor con algo de fuerza.

—¿Qué quieres Taemin, hm?

 

El aludido abrió la boca casi por inercia ante al jalón de cabello, cerrando un poco los ojos aunque mantenía estos fijos a la mirada del alto.

Le deseaba tanto que le miraba de esa manera, expectante y deseoso de él.

 

—Métemela… —Gimió sin pavor—. Házmelo hyung —Agregó con el mismo tono logrando que Minho soltara su cabello y se levantara del sofá, con cierto desinteres finjido.

 

Taemin siguió allí, esta vez mirando el sofá, sin embargo no pasaron suficientes segundos para que sintiera a Minho tras de él, a penas inclinado y solo tras sentir su presencia en esa posición, su cuerpo se estremeció, al mismo tiempo que se levantaba un poco y apoyaba las rodillas sobre el sofá, casi de la misma forma como antes había hecho cuando recibió los azotes, solo que ahora era distinto.

Sus manos se ubicaron en el respaldo del sofá, al tiempo que encorvaba la espalda y alzaba el trasero, con la intención de dejar este a la vista del mayor.

 

…Y Minho lo tocó. Le acarició el trasero antes de posicionarse tras de él, rozando a penas su miembro contra las nalgas del castaño, sintiendo los jadeos bajos de Lee escapar de su boca de manera suplicante.

Tenía tantas ganas de hacerle gemir y de hundirse en su cuerpo, que creía que lo haría en ese preciso instante, pero Minho se contenía. Le acariciaba entre las piernas y la cavidad con pasimornía, jugando con su cuerpo mientras Taemin temblaba de puro placer.

 

—Tócate, hazlo —Ordenó Minho, y automáticamente una mano del castaño se posicionó en esa erección olvidada, tocándose mientras gemía el nombre de su mayor una y otra vez, sintiendo como uno de los dígitos del alto le invadía de esa manera tan lenta y placentera que creía que lloraría por la excitación.

 

Deseaba sentirlo, gritar, ser marcado por Minho… Lo anhelaba, pero como siempre Minho lo hacía sufrir, le hacía experimentar esas sensaciones que rayaban el orgasmo de una manera casi desquiciada. Solo él lo tocaba de esa manera, solo él le causaba eso, y claramente solo le gustaba que él lo hiciera.

 

Minho era el único con derecho de tocar a Lee Taemin.

 

El alto parecía disfrutar del sufrimiento que Taemin ante cada jadeo que este soltaba junto a esos gemidos agudos y fuertes con su nombre lo que lograba que Minho empujara un poco  más sus dedos en su interior, a penas dos de ellos para separarlos, pero eso no fue suficiente. A penas Minho retiró los dedos del interior de Taemin, agachó un poco su rostro, acariciando su trasero y el interior de sus muslos. Acercó el rostro y besó su piel de manera suave, mientras Taemin se seguía tocando con mayor insistencia, deseandolo.

 

—Minho…. —Gruñó el castaño, alargando la palabra—, te necesito… Nngh.

—Ya, bebé, tránquilo —Susurró Choi contra su trasero, asomoando su lengua para dar una lamida bastante lenta a la cavidad anal del menor, y solo eso causó que un fuerte estremecimiento recorriera el cuerpo del menor, colapsandolo.

—No, no… ¡Minho! Ah.. Joder.

 

Choi sonrió antes de penetrar en su cavidad con su lengua, sintiendo su propio sexo doler por la necesidad de poseer el cuerpo de más bajo, pero seguía saboreando su cavidad, embistiendo rápido para poder lubricar al menor de esa manera.

Sus manos presionaban los gluteos del menor en cada momento hasta que se separó, soltando un suspiro y relamiéndose los labios, sin una pizca de asco o arripientimiento. Con Taemin todo era delicioso; raramente delicioso.

 

No fueron necesarias las palabras en ese momento, tan solo una mirada bastante lasciva y suplicante del menor que había ladeado el rostro, dejando de tocarse porque ya no quería explotar, tan solo quería sentir a su mayor, pero cuando sus miradas se encontraron, Taemin sufrió un nuevo estremecimeinto cuando Minho se masturbó frente a sus ojos, con esa sonrisa diabolica en los labios. Tan él, tan….

Era Minho, solo él lograba descolocarlo.

 

—Por favor… —Suplicó el menor, alzando el trasero de manera inconsciente mientras hacia presión de sus manos contra el sofá.

 

Y Minho no pudo… No pudo aguantarse las ganas, más solo se mordió los labios y llevó sus manos a presionar el trasero del más bajo, hundiendo sus dedos con fuerza antes de separar las nalgas del menor, restregando luego su pene contra la cavidad del más bajo, la que parecía punzar deseosa de él.

Taemin añoraba sentirlo y sentirse uno con su mayor, ser pentrado, llorar y suplicar por el placer y la excitación que corroía su cuerpo y no esperó demasiado para que Minho se lo consediera, penetrando en su interior en una estocada bastante audible, que le hizo gemir y cerrar los ojos con fuerza. No estaba preparando para acto tan bestial como ese, sin embargo, sentir su propia carne abrirse paso al sexo del moreno le calentaba incluso lugares que no sabía que tenía en su propio cuerpo, de pies a cabeza, haciendo vibrar su bajo vientre y su erección al instante.

 

Era dolorosamente placentero.

 

El alto inclinó su cuerpo contra la espalda del más bajo y llevó la diestra a tomar lugar sobre el abdomen de este, serpenteando hasta acariciar con sus dedos uno de los pezones del menor, mientras su mano restante, se mantenía sobre la ajena, entrelazando sus dedos sobre el cuerpo del sofá, donde el menor se mantenía recargado con las manos.

Primero se movió en círculos para introducirse por completo, gruñiendo con los dientes apretados por la insistente presión que la cavidad anal del menor producía sobre su pene con la intención de expulsarlo.

 

—Joder, Taemin.. relájate —Demandó con voz ronca y excitada, recargando su frente sobre uno de los hombros del menor, jadeando sobre el cuerpo tembloros de Lee.

—Duele… ¡Ah, Minho! —Chilló Taemin, mordisqueandose los labios en un intento de relajar su adolorido cuerpo, consiguiendolo muy levemente, pero debía mantenerse allí, estático, a menos de momento—. Mué-Muévete.. Hmmm.. Hazlo, hazlo ya.. —Pidió con cierta desesperación y duda, suspirando seguidamente antes de que Minho comenzara a penetrarlo, deslizandose fuera y dentro de su interior repetidas veces, gimiendo ronco mientras él, gemía agudo y fuerte.

 

Minho embestía y él sentía que desvanecía cada vez que el moreno llegaba hasta el fondo, se sentía tan lleno y excitado que su erección volvía a doler, pero Minho no lo tocaba y el no tenía permitido hacerlo.

 

El alto sentía la calidez del menor ceder cada vez que mecía sus caderas en contra del trasero del más bajo, produciendo un azote de estos y un sonido bastante ritmico conjunto a sus respiraciones agitadas. Todo era calor y placer en ese momento. Mucho placer. Sin embargo, la posición estaba resultando cada vez más incomoda, por la forma en que las rodillas del menor se pegaban al cuerpo del sofá por la transpiración, a veces deslizandose y sintiendo un calor sofocante debido a ello. Necesitaba un cambio y terminaría tumbado sobre el sofá, exahusto.

 

—Minho.. Minho.. —Le llamó, mirándo por sobre su hombro el rostro acalorado y sudoroso del alto—. Para.. para… Hm, por favor…

—Pero… —Jadeó, disminuyendo levemente sus embates, relajándose un poco—, ¿Quieres cambiar? —Cuestionó Choi, retirando su miembro húmedo y erecto del cuerpo de castaño, no sin antes golpear con el glande de su pene la cavidad antes invadida, logrando que el menor gimiera, con una sonrisa coqueta en los labios.

—Quiero... quiero montarte

 

Y esas simples palabras lograron que Minho se sentara sobre el sofá, con las piernas separadas mientras Taemin se acomodaba sobre él, sentándose orcajadas sobre su cuerpo.

Esta era su parte favorita, cuando el sexo y los fetiches se transformaban en algo un poco más dulce… “Sexo Vainilla”. El favorito de Lee.

 

—Hyung… —Gimoteó el menor, rozando su trasero una y otra vez sobre el miembro del alto—. Hm….

—Háblame sucio, Taemin. Sabes que me gusta que lo hagas —Jadeó el alto, llevando sus manos a acariciar las nalgas del contrario, en una caricia bastante suave, dando de vez en cuando un par de nalgadas, justo cuando Taemin alzaba el trasero.

—Ah… —Gimió, bastante avergonzado. Cuando Minho le pedía algo así, tardaba en acceder por el pudor que aún sentía al verse tan desesperado—. Mgh… Métemela, quiero sentirte… —Susurró, contorneando su cuerpo mientras Minho tomaba su propia erección y la acomodaba justo bajo la cavidad del castaño, quien no dudó en sentarse sobre esta, abrazándose al cuerpo del alto con algo de fuerza.

Una vez más esa sensación de calidez y placer lo llenó por completo, gimiendo ronco y a labios juntos antes de comenzar a moverse sobre las caderas del mayor. Primero quería sentir la longitud de Minho todo lo posible en su cuerpo, aunque costara. El largo y grosor del sexo del moreno le hacía algo dificil la tarea, pero era eso lo que le calentaba y encantaba, más ahora que sentía sus paredes acoplarse fácilmente al pene del mayor.

 

Los segundos transcurrieron en ese momento, Taemin los invirtió en mecer suave sus caderas, afirmándose de los hombros del mayor mientras  este le sujetaba del trasero, incitándole a moverse para poder iniciar los embates y penetraciones.

Y Taemin se movió, de arriba hacia abajo, logrando que sus musculos se contrajeran al igual que los del alto cada vez que este llenaba su interior. Una vez más la habitación se llenó de sonidos húmedos y eróticos que retumbaban en ambos pares de oídos en una sinfonía exqusita y delirante.

Sus cuerpos sudorosos se mantenían en constante movimiento y roce, a pesar de que hacían lo imposible por intentar de besarse ante cada galope del más bajo, pero era una tarea bastante díficil.

Minho le lamía los labios y apretaba los gluteos en todo momento mientras su estómago se contraía y gruñía sobre los labios de Lee, esos que estaban hinchados y rojos y de los cuales se oían altos y agudos gemidos cortos y otros largos.

Placer y más placer, conjunto al azote de las caderas del menor contra las caderas del alto, tanto así que su miembro erecto, húmedo y abandonado acariciaba los abdominales del moreno, logrando así, y gracias al insistente toque del miembro ajeno sobre su próstata, un orgasmo perfecto y sublime que le hizo soltar un gutural y casi femenino jadeo.

Las paredes anales del más bajo se contrayeron al instante y antes de que pudiera decir o generar un nuevo movimiento con su cuerpo cansado, el moreno lo sujetó con fuerza y en un hábil y rápido movimiento se tiró con él a la alfombra, dejando el cuerpo del castaño sobre esta mientras Minho le tomaba de las muñecas y lo acorralaba sobre el suelo para seguir embistiendo… Ya casi era su turno.

 

—Minho…

—Aguanta, bebé…

—Mgh…

 

Unos embates más y Minho acabó con brutalidad en el cuerpo del más bajo, llenándolo por completo, marcandolo como su propiedad sin piedad alguna, removiéndose incluso cuando salió de él para que el cuerpo sensible del menor le echara de menos una vez fuera de él, logrando que el sentimiento de vacio volviera a estar en el interior del menor.

 

—Eres… —Musitó el menor, en un susurro casi inaudible.

—Soy qué.. —Lo retó Choi.

 

Taemin le miró con una sonrisa en los labios antes de morderse estos con desespero sin poder encontrar las palabras adecuadas para hablar, alcanzando con sus brazos el cuello del moreno para poder acercarlo a su cuerpo, queriendo besarlo.

 

—Sólo bésame —Pidió separando los labios, dejando pasar escasos segundos antes de que Minho se inclinara un poco más hacia él para besarle en los labios, haciendolos calzar al primer contacto.

 

 

Taemin siempre pertenecería a Minho…. En esta y todas las vidas. Ellos estaban seguros de ello.

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Gustó o no? 

Bueno... espero que si porque me costó mucho escribir este lemon <3 

 

Nos leemos pronto <3


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