Mi vida es perfecta, no me puedo quejar de ella, pudiese decir que soy la persona más feliz de la aldea, lo dicen otras personas, pero yo nunca lo negare, en mi conciencia me encuentro con la verdadera razón de todo y aun así sigo sin responsabilizarme de mis actos.
Mi esposa es perfecta, la mejor mujer con la que me hubiera podido encontrar, abarcando todo lo que una esposa puede ser y un poco más. Tan bella, y perfeccionista, el cuidar de nuestra hija es su vida, el estar a mi lado su obligación y aunque nuestro matrimonio fue planeado, desde que estamos juntos el peso de la soledad es mucho más llevadero, aunque no del todo. Me encanta acariciar su negro cabello mientras observamos el alba desde nuestro comedor, ese negro y largo cabello que me cautiva profundamente al deslizar suavemente mis dedos entre él , el cual trata de cuidar fervientemente para que le de de las pocas muestras de cariño que tengo para ella, pero somos felices, o tratamos serlo, después de todo, somos la “Familia Perfecta”.
Mi hija es la luz de mi corazón, nunca he pensado en separarme de ella, y pensándolo bien, es de las pocas cosas, que me atan verdaderamente a esta aldea, ya ni siquiera que soy el alto líder tiene peso para mí. Si soy el hokage, uno de los más queridos, según he escuchado, la gente por fin ha podido aceptarme, más de lo que podría esperar, soy el mejor en lo que hago, no tengo con quien competir, no estás para que pudiese esforzarme en ser mas, pero todo esto es lo que he querido desde que soy chico, todo lo que he querido, lo he logrado…todo…
Aun así sigo corriendo entre la espesura del bosque alejándome de todo lo que soy y todo lo que represento……de mi mando, de mi esposa, de mis amigos y compañeros, solo por ti, solo por estar otro día contigo.
No sé a qué velocidad voy, puede que ya perdiese a las personas que me seguía, y suspiro confortado de que ya estoy cerca, casi puedo escucha el gorgoteo del agua.
Salgo de entre la maleza y tu ya te encuentra parado ahí, más seguro llegaste algunas horas antes que yo. Los dos aquí parados como antes de que te fueras, parados a cada lado de nuestros antepasados, tu sobre el fundador y acecino de tu clan, y yo sobre el primer gobernante de la aldea, no es gracioso que abandonemos todo exactamente este día.
Brincas desde donde estas situado para adentrarte en la cueva que esta por detrás de la cascada, un bello lugar que pocas personas están enteradas que existe, el lugar perfecto.
--No te olvidaste_ pronunciaste al verme pasar la cortina de agua.
--Nunca lo olvidaría, ten lo por seguro_ adoro cuando sonríes de esa forma, lo que antes pensaba que era burla ahora me doy cuenta que hay algún sentimiento otras de esa fachada.
No puedo esperar más, la distancia ha hecho mi mente un poco más pecaminosa, y me lanza a degustar con alevosía tus labios, casi tumbándote con el arrebato que mis hormonas han dado, y es que en verdad creo que ya no puedo estar tanto tiempo lejos de ti, de este aroma que desprende tu pecho desnudo, y hormigueo que provocas en la llevas de mis dedos al deslizarlas por tu blanca piel, en segundos tus ropas y las mía termina desparramados por todo el suelo de la cueva, formando un pequeño nicho, donde nuestros cuerpos reposan, apenas sintiendo ese frio de la piedra, nuestras pieles arden con el simple contacto entre ellas, siento el corazón estallar con cada exhalación que fluye por tu boca, y mis manos se crispan al sentir tus caricias en cierta zona que sabes que me hace delirar, mi cuerpo se ajusta al tuyo tan misteriosamente, que me hace confirmar la teoría de que estamos hechos el uno para el otro.
Danzamos con frenesí hasta que nuestras fuerzas son totalmente escasas, y nos acomodándonos sobre nuestra maltrecha ropa, uno al lado del otro, tus caricias que das en mi costado, me hacen saber que todavía no estás dormido, solo por un instante deleitándonos con la presencia del otro.
--Naruto, necesito hablar contigo de algo importante_ tus dedos hacen círculos en mi espalda y apenas puedo poner atención a lo que dice tu voz, abro los ojos, y puedo ver los tuyos, tan pacifico y calmos, que me dan esa tranquilidad de antaño, me giro y quedo encima de él, casi quedando cara a cara, yo reposo mi oreja en su pecho, oyendo el palpitar de este, el cual latía más rápido de lo que normalmente seria, pero que simplemente me hipnotiza para perder conciencia de todo a mi alrededor.
--Dime_ le dije sonriente mientras cerraba los ojos y trataba de acompasar mi respiración con la suya, nunca hubiera estado preparado para lo que iba a decir.
--No sé como decírtelo, durante mi estancia en la aldea de la lluvia, me he encontrado con alguien, y ese alguien se ha empezado a volver importante para mí, se llama Yuki, es muy bella y siento que sería la mujer perfecta para poder renacer mi clan, de algún modo siento…._ya no quise escuchar más, me pare como pude de entre sus brazos, y camine de un lado a otro colocándome sin pudor la ropa, ya casi listo me dispuse a salir de la cueva, que quería que le dijera que era perfecto, que me daba gusto por el, que sintió al revelarme algo tan doloroso para mi, sentía caerme en pedazos.
--Espera_ apenas me pudo detener, me libre de su agarre y trate de controlarme, maldición soy el hokage debo de tener auto control_ qué opinas_ que quiere llegar con esa pregunta.
--Esta bien, es lo que siempre has querido no, renacer tu clan, tener familia, “algo que yo nunca te daré”_ dije apenas audible, pero que tonto_ pero olvídate de mí.
--Tú tienes esposa, no tienes nada que reprocharme, tienes una hermosa hija.
--Yo no pedí casarme con ella, en cambio tu estas decidiendo.
--Y que también te obligaron a acostarte con ella. Si ya me imagino.
--Solo olvídalo_ dolido por sus palabras, mi fortaleza se derrumbaba y no quería demostrarla, no frente a al.
--Olvidar el que, explícate_ gruño molesto, parece que a él le duele igual que a mí.
--Todo, entendido, todo_ y por ende salí de la cueva y me dirigí así la aldea, no tenía ni la más mínima intención de llegar, casi caminaba en dirección a ella.
Sentía que todo ya estaba perdido, no veía sentido al continuar, hablare con la junta de ancianos y su aprobación me le darán sin dudar, se que Hinata cuidara de nuestra hija y entenderá el por qué de mi actuar. Aunque ni yo mismo se el por qué de mi tajante decisión.
--Hokage-sama lo buscan, un ninja extranjero que pide verlo.
-- Hágalo pasar_ se giro en su silla y observo la aldea, con esa tranquilidad que tanto lo caracterizaba.
--Lo siento, lo siento en verdad pensé que era lo mejor para los dos, no quise provocarte este dolor, por favor perdóname…
--Que quieres que te perdone_ se giro en la silla y le dio la cara al moreno, el cual lo miraba con incredulidad.
--¿Shikamaru?
--Y quien esperabas
--Bueno yo….
--Naruto no… el ya no está, dijo que necesitaba un respiro y pues bueno... creo que tu entiendes mejor que yo.