SATSUKI
Escucho ruidos muy cerca y sin pensarlo separo rápidamente a Nonon de mi rostro, la mire sin mostrarle expresión alguna. No aprobaba lo que hace apenas segundos acababa de cometer pero tampoco podía reprochárselo. No sé de qué otra manera decirlo pero, se lo merece. De ninguna otra forma creo nunca haberle podido pagar todo lo que ha hecho por mí así que si esto es lo que ella quiere, así será. Ciertamente nunca me imaginé que ella tuviese este tipo de sentimiento hacia mi persona, apenas caigo en cuenta sobre ello. Me encontraba tan sumida en mis asuntos todos estos años que no le prestaba real atención a quienes me rodeaban, todo eso cambio cuando un pequeño individuo que bien creía perdido, hizo que me diese cuenta de lo importante que parecía ser yo para ellos y por más increíble que parezca, también para mí. Siento haberle mentido a Nonon, pero justo en estos momentos lo más importante para mí es Ryuko, no creo que nadie conozca bien a mi hermana pero quiero estar ahí para ella. Revocs ha estado absorbiendo todo mi tiempo y lo único que puedo brindarle a Ryuko son las noches en las que intento calmar sus lágrimas. A pesar de la inmensa fuerza que habita dentro de ese tan pequeño cuerpo, es frágil y la única tarea realmente importante en estos momentos para mí es aliviar su dolor. No sé qué sea lo necesario para llevar a cabo mi misión pero no descansaré hasta lograr mi objetivo.
–Vámonos a la cafetería o el receso terminará– comienzo a caminar cuando siento como la mano de Nonon se toma de la mía, lo más común para mí sería soltarme de su agarre mas no puedo, no puedo hacerle esto a Nonon.
Miro serenamente el paisaje, veo a las personas que cubren con sus pasos el suelo del área donde se encuentra la cafetería. No muy a lo lejos diviso a Ryuko sentada sola, su rostro posado sobre sus manos empuñadas con un semblante bastante confuso para tratarse de ella. Noto que tiene una expresión para nada común de ella en su rostro. Mientras nos aproximamos Ryuko voltea y su mirada se encuentra con la mía al tiempo que nota a quien me acompaña, ve como Nonon viene tomada de mi mano y cambia su gesto, no logro comprenderlo, no es molestia, ni coraje como podría esperarlo de mi hermana, analizándola caigo en cuenta y descifro que me está mirando con dolor.
Justo cuando llegamos a la mesa donde Ryuko se encontraba, al momento en el que decidimos sentarnos ella se levantó sin mirarnos, más bien sin mirarme. Por inercia la tome del brazo al momento en el que ella dijo –Voy con Mako– yo mire por lo bajo y solté su brazo. Su voz se escuchaba diferente, lo único que sé es que algo no andaba bien. La sigo con la mirada, veo como a un par de mesas se sienta junto con Mako y Gamagori reposando su rostro en sus brazos sobre la mesa mientras que tanto Mako como Gamagori seguían platicando tan amenamente como antes. No puedo dejar de preocuparme y decido levantarme de la mesas para hablar con Ryuko, pero antes de ello Nonon se pone de pie preguntándome –¿Qué quieres para el almuerzo?– me quedo pensando unos segundos –Sabes, realmente no tengo apetito– Nonon arquea una ceja y me dice con reproche –Satsuki…–. –Bueno, un té verde con limón y miel no me caería mal–. –Regreso no tardo–. Nonon parte hacía el lote donde se encuentra la cafetería mientras que yo me quedo con las ansias de ir hacia donde se encuentra Ryuko. La angustia que me provoca el no saber qué es lo que sucede con ella me está carcomiendo por dentro. No soportaría verla derrumbarse, necesito hacerme de más tiempo para estar con mi hermana. Se comienza a formar un conflicto en mi mente, nunca en mi vida me había encontrado en esta situación tan estresante, no quiero descuidar a Ryuko, sé que me necesita aunque ella no lo admita pero eso implicaría dejar a Nonon que de igual manera no me parece justo.
A los pocos minutos regresa Nonon con su almuerzo y mi té, se dispone a almorzar mientras yo a pequeños sorbos comienzo a beberme el té, no era ni la mitad de bueno como el que prepara Soroi. Nos encontrábamos en total silencio cuando de la nada recibo una llamada, miro la pantalla de mi móvil y el nombre de Iori aparece en esta, sin más contesto. –¿Bueno? –, –Buenos días Satsuki-sama, disculpe que la moleste pero temo que se requerirá de su presencia lo más pronto posible en la presidencia. Los accionistas exigen una junta con usted para tocar algunos temas con respecto a las compañías de telas con las que negociamos hace días–. –Bien, voy para allá–. –Se lo agradezco Satsuki-sama, la esperamos gustosos acompañados con un té listo para su llegada–. –Muy bien– digo al momento en el que termino la llamada guardando nuevamente el móvil en mi bolso. Nonon quien estuvo escuchando en su totalidad la conversación me pregunta –¿Iras a Revocs? – a lo que sin animo alguno respondo –Lamentablemente requieren de mi presencia allá justo en estos momentos–. –No tengo que reprocharte nada, solo recuerda que estoy aquí para ti Satsuki-chan–. –Gracias– expreso regalándole una leve sonrisa, hasta ahora no se me da muy bien eso de sonreír aunque cuando estoy con Ryuko, es una historia muy distinta. Me levanto de la mesa sin más al mismo tiempo que lo hace Nonon, se acerca peligrosamente a mí cuando para mi suerte noto rápidamente su intención quien intenta nuevamente besarme pero esta vez logro evadirlo terminando el beso en mi mejilla. Volteo a ver hacia donde se encuentra Ryuko pidiendo que no hubiese presenciado la escena y en efecto, ella seguía sumida en sus brazos. –Nos vemos luego Nonon– ella hace un puchero ante la aclaración y me deja ir. Camino en dirección a Ryuko quien seguía teniendo su rostro sumido entre sus brazos y la mesa. Me posiciono justo a un lado de ella y me aproximo lo más cerca posible a su oído para susurrar –Nos vemos en la noche, Ryuko– depositando un beso en su mejilla. Ella levanta su rostro el cual esta levemente rojo y sus ojos un poco hinchados, parece que estuvo llorando. Teme mirarme a la cara, lo único que acierto en hacer es moverla forzosamente de la posición en la que se encontraba sentada para así poder abrazarla. No responde a mi abrazo lo que me fuerza a ceñirla más a mí. Por fin consigo que se aferre a mi cuerpo, aunque lo hace muy débilmente, pero me alegra. La suelto lentamente y me incorporo. Acomodo un mechón de su cabello para verla a los ojos, le sonrío. Entonces inconscientemente noto que mi vista cae sobre sus labios, solo una idea se me vino a la mente. Me sonrojo al darme cuenta de lo que estaba pensando. Vuelvo a mirarla directo a los ojos y ella solo mira hacia otra dirección. Me molesta que lo haga. Me dispongo a retirarme esperando que en cualquier momento ella acuda a abrazarme, pasan algunos segundos mientras yo espero a que eso pase pero nada. Solo escucho el sonido del viento junto con las personas que conversaban en el lugar. A los pocos minutos ya me encontraba dentro del auto en dirección al helipuerto donde subiría a uno de los helicópteros que me llevaría directo al edificio principal de Revocs.
Una hora después ya me encontraba en el consorcio. Los empleados que al pasar me veían con un cordial saludo me recibieron. Llego a mi oficina y me dirijo directo a mi escritorio dejando mi bolso sobre tal y tomando los respectivos documentos que conciernen a la junta al momento en que noto la presencia de Soroi dentro de la oficina –Buenas tardes Soroi–. –Muy buenas tardes Satsuki ojou-sama ¿quiere que le prepare un té? –. –Eso sería esplendido–. –Se lo llevo a su lugar en el salón donde es la junta, por cierto, la esperan dentro de tal–. –Muy bien– respiro hondo –Espero con ansias tu té Soroi– sentencio al momento en el que giro la manija abriendo la gran puerta que da al salón principal donde se lleva a cabo la junta. Dentro del salón se encuentran cuatro hombres, los cuatro accionistas de Revocs.
Después de encontrarme abatida por las tres horas que duró la junta y las demás labores que me imponen como presidenta del corporativo termino mis labores del día de hoy y me dispongo a regresar a casa, no sin antes cerciorarme de que no quedase ningún cabo suelto o algún pendiente sin resolver. Tomo mi bolso entre otras cosas. Esta es mi parte favorita del día, regresar a casa y saber que dormiré con Ryuko me emociona, aunque también me acongoja por su actitud en la mañana.
El viaje en helicóptero es relajante. Soroi me acogió con su insuperable taza de té mientras yo miraba por la ventana el mar cubierto por el obscuro cielo que trae consigo la noche. Mi paseo termina en el momento que aterrizamos. Uno de los guardias que esperaban nuestra llegada me auxilia a bajar, mera cortesía. Entro a la mansión y una de las mucamas toma mi bolso al momento en el que me informa que el baño ya está preparado. Me dirijo directo al cuarto de baño para disfrutar de una muy gratificante ducha. Una mucama se aproxima a preguntarme si me talla la espalda, yo asiento y le pregunto –¿Has visto a mi hermana? –. –Sí Ojou-sama, no hace mucho cuando también tomo una ducha, desde entonces no la he vuelto a ver– responde la mucama. –Mmmm, está bien, ya te puedes retirar––Como usted ordene Ojou-sama– dice al momento de desaparecer entre el vapor. Me quedo recordando y digiriendo los acontecimientos del día de hoy, entre tantos vagos pensamientos sin razón aparente de la nada aparece muy clara la imagen de Ryuko, específicamente cuando estaba mirando sus labios, agacho mi cabeza de… esperen, ¿vergüenza? ¡¿Yo, Kiryuin Satsuki?!, en mi vida había concebido tal sensación dentro de mi persona mas no comprendía porque precisamente tenía que sentir esto hacía Ryuko, para ser más precisa, hacía mi hermana. Siempre he pensado que no tenemos por qué avergonzarnos de nada en lo absoluto, ni mucho menos ocultarlo. Todo sea con el fin de llevar a cabo nuestros objetivos sea cual sea el precio. Las circunstancias no me dejar actuar de esa manera ahora. Ahora sí que me dolería perder algo o más bien, perder a Ryuko.
Decidí que era hora de salir del cuarto de baño, una mucama me alcanzo para brindarme una toalla y una bata. Me dirijo rumbo a mi alcoba donde espero con ansias se encuentre Ryuko. Al entrar me encuentro con las luces apagadas y logro divisar una silueta frente a la ventana. –¿Ryuko? Pregunto antes de encender la luz y justo cuando lo hago la figura se abalanza sobre mí propinándome un beso en los labios, no entendía que estaba sucediendo.
–¿Enserio es Ryuko quien me está besando? – pienso. Estiro mi brazo intentando alcanzar el interruptor que enciende la luz pero fallo. Me sigue besando desesperadamente y yo comienzo a corresponder el beso. El pensar que es Ryuko quien me está besando hace que en mi aborden miles de sensaciones nuevas, maravillosas e inigualables. Ciño su cuerpo al mío con fuerza y tras una sesión de besos por inercia bajo mi boca a su cuello. Entonces respiro su aroma y es justo en ese momento en el que me doy cuenta de que no es Ryuko. Me separo bruscamente y enciendo la luz. Abro completamente mis ojos al notar de quien se trata, Nonon se encuentra parada frente a mí sonrojada y evitando mirarme a la cara. Nos quedamos en silencio, no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. No sé si esperar una explicación o simplemente dejar que pase. Vuelvo a perderme divagando y buscando una respuesta en mi mente y creo saber que es lo mejor. Hacer estos sentimientos a un lado porque aunque no lo crea y me parezca difícil aceptar, estoy enamorada de mi hermana. Termino acercándome de nuevo a Nonon para seguir lo que ya habíamos comenzado. –Sí, creo que esto es lo mejor–.