Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Skater Boy por CamCamisa

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Escribí esto para un concurso y no pude pensar en un resumen decente (Principalmente por que ayer fue el concierto de SHINee en Chile y aún no logro poner my feels bajo control vjhbfdjvhbfdv) 

Aunque obtuve el segundo lugar en dicho concurso creo que pude haber hecho que esta pequeña historia quedase mucho mejor :'C Tuve poquito tiempo para escribir  pero la hice con amor <3

Me esforcé en escribirla especialmente por una personita que fue la que me incitó a participar. Gracias por ser tan linda conmigo Ale

 

La idea base surgió por que siempre he querido ver a Taemin andar en skate, ¿Podría verse más perfecto? HVBDFHJBFV mi fantasía secreta juju 

 

Decidí continuar la historia so... Ahora es un fic! ^^

Notas del capitulo:

Decidí dividir el oneshot en dos partes ya que no me gustan los capitulos demasiado largos (Para mí más de 3000 palabras es muy denso y aburre :C)

De todos modos subiré la segunda parte lo antes posible C:

Espero no decepcionarle demasiado!

Sentía el viento chocar contra mi cuerpo, oponiendo resistencia a mi avance.  Levanté mi mano derecha, alejándola del manubrio para mirar la hora. Siete cuarenta y cinco, perfecto. Doblé en la esquina siguiente y lo vi, esperándome como cada mañana desde hacía casi cinco meses. Mantenía su skateboard sujeta bajo el brazo, las manos enfundadas en los bolsillos de su pantalón, su mochila en su espalda y su mirada fija en mí.

Avancé hacia él, siendo recibido por una amplia sonrisa y un apretón de manos. Caminó junto a mí y dejó caer su tabla, subiendo a ella enseguida. Comencé a pedalear lentamente y él con un fuerte impulso de su pie contra el suelo se ubicó a mi lado.

 

Sinceramente, jamás imaginé que lograría tener amigos tan rápido. Y mucho menos llegué a imaginar que iba a enamorarme con tanta facilidad.

 

Mi padre fue trasladado a causa de su trabajo y tuvimos que mudarnos, dejando atrás mi hogar de infancia. El día que ingresé a mi nueva escuela estaba más nervioso de lo que debía. Sentía mis manos temblar cuando me presenté frente a los que desde aquel momento serían mis compañeros.

 

Y él llamó mi atención desde el inicio.

 

Mi corazón que latía desbocado se calmó en tanto mis ojos se encontraron con los suyos, y un nuevo tipo de nerviosismo se instaló en mi estómago para no irse nunca más. Ese tipo de nerviosismo que hace que cada bocanada de aire sea insuficiente. Que hace que tus piernas se sientan como un par de fideos recocidos. Que hace parecer que cada instante que viviste hasta el momento es algo insignificante, porque esa persona no estaba ahí, y que acabas de comenzar a vivir.

 

Todo parece nuevo y completamente desconocido.

 

No pasó más de un segundo en que nuestras miradas se habían conectado  para que me sorprendiera con la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida. Una sonrisa que era solo para mí. Deseé ser capaz de guardar su brillo en un frasco y llevarlo conmigo a todos lados.

 

El profesor me dio la posibilidad de escoger el lugar donde deseaba sentarme. Sin vacilar me dirigí hacia el puesto vacío junto a él. Aún con la sonrisa en su rostro, y a parecer consciente del hecho de que había escogido sentarme junto a él (Por lo que yo esperaba fuese mucho tiempo), se sentó de lado preparado para darme la bienvenida.

 

Mis manos tiritaban más que al principio cuando él me tendió una de las suyas como forma de saludo. Me dejé caer sobre la silla y con esfuerzos sobrehumanos logré que la sangre volviese a darle vida a mis ya entumecidas extremidades.

 

-           Hola, bienvenido. Soy Taemin – Apretó mi mano con más fuerza, jalando para atraparme en un abrazo-  ¡Espero que nos llevemos muy bien!-

 

Cuento corto.

 

No nos hemos separado desde aquel día.

 

 

 

Nuestra rutina diaria de ir a la escuela juntos era algo de lo que nunca me quejaría, por mucho que desease que en lugar de deslizarse a mi lado se subiera en la parte trasera de mi bicicleta y se sujetara de mi cuerpo con fuerza.

 

Conversamos de cosas banales, al igual que todos los días. Íbamos al mismo ritmo, tanto él como yo nos preocupábamos de no acelerar ni frenar demasiado. La conversación se desvió a temas escolares. Le recordé sobre la tarea evaluada que el profesor de química había dejado la semana anterior y que debíamos entregar aquel día. Le escuché decir ‘Mierda’ en voz baja. Frenó en seco y trastabilló un poco. Me detuve unos metros más allá, junto una banca del parque que cruzábamos en esos momentos. Me senté, saqué la hoja con las respuestas de química y la dejé a mi lado.


Corrió y lanzó su mochila sobre la banca. Comenzando a copiar rápidamente.

 

-           No te preocupes, agregaré faltas de ortografía y uno que otro número equivocado, y el profesor no lo notará.

 

Ahogué una risilla. Realmente nunca cambiaría.

 

Una vez que hubo terminado me tendió la hoja. –Gracias Minho – Sonrió mientras yo me levantaba. - Juro que sí haré mi tarea la próxima vez. Ya sabes que hay un torneo pasado mañana y he estado practicando todas las tardes.


La única razón por la que siempre hago mi tarea es porque sé que él la olvidará, y que recurrirá a alguien en busca de ayuda.

 

Yo quiero ser ese alguien que logre sacarlo del problema.

 

-           ¿Vendrás  verme el sábado? El evento es con entrada liberada. Ya sabes que eres mi amuleto de buena suerte, si faltas volveré a ser pésimo.

-           No digas tonterías. Jamás has sido pésimo.

-           Dices eso porque no nos conocíamos antes. ¡Y no te desvíes del tema! ¿Irás?

-           Iré.

Ni siquiera había considerado la opción de no asistir.

Siento que tengo una extraña obsesión por observarlo mientras practica (Y eso es mucho decir, ya que amo observarlo cada vez que puedo).

Su cuerpo con agilidad logra realizar las maniobras más difíciles. Parece volar por los aires cada vez salta para realizar una pirueta, cayendo con gracia. Me encanta la manera en que su cabello oscuro parece seguir sus movimientos. Su ropa apegándose a su anatomía. Su mirada concentrada y decidida.

 

Rozó mi pierna con su rodilla.

-           Minho. –Susurró cuidando que el profesor no fuera capaz de escucharlo.

-           ¿Mhp?

-           ¿Estás ocupado esta tarde?

-           Tengo que hacer la tarea que de seguro tú olvidarás.

-           ¿Ven conmigo a practicar? Podemos hacer la tarea juntos después.

-           ¿Y Kai y los demás?

-           Me acaban de enviar un mensaje. Están castigados, demasiadas tareas sin entregar. ¿Entonces qué dices?

-           De acuerdo.

-           Podría enseñarte a andar en skate, como me pediste el otro día.- Dijo emocionado.- Serás la definición gráfica de cool montado en esa tabla. ¡Todas las chicas caerán a tus pies!

-           ¿Tu crees?

-           Por supuesto. Porque sinceramente esa bicicleta no es muy rompe corazones que digamos.

-           ¿Qué tiene de malo mi bicicleta?

-           ¿Tu bicicleta? Nada. Tan solo…-Hizo una pausa, reflexionando lo que diría.-…es aburrida.

Y por consecuencia yo también.

-           No lo tomes a mal. No tiene nada de malo. Pero según mi punto de vista no es muy útil atrayendo a las chicas…

-           ¿Que no? Dime a cuantas chicas abrazándote por la espalda puedes llevar en tu tabla y vuelve a repetir lo mismo.

-           Sigue sin ser cool Minho…

-           Lo que digas.

-           No te enojes. – Puso su mano suavemente sobre mi hombro.

Me acomodé en la silla alejándome casualmente de su toque.

-           No estoy enojado.

-           Si lo estás, se te nota.

-           Shhh. El profesor nos escuchará. No quiero terminar castigado como tus amigos.

Bufó.

Unos minutos después se dejó caer levemente hacia el lado. Dejándonos hombro contra hombro.

Él era una persona de piel. Lo descubrí poco tiempo después de conocerlo.

Si estás hablando con Taemin y están cerca, no dudes  que te tocará. Estirará su mano hasta tocar tu brazo, tu hombro, tu espalda, lo que esté más cerca de su alcance. Cada saludo viene acompañado de un abrazo o un fuerte y prolongado apretón de manos.

Pero por sobre todo, lo que más le gusta es jugar con mis manos. Cada vez que tiene la oportunidad sujeta mi muñeca y dejando la palma hacia arriba comienza a jugar con mis dedos, como si fueran las teclas de un piano. A veces sigue la línea de mis venas a través de mis brazos con la punta de su índice. Provocándome unas muy placenteras cosquillas.

A veces, muy pocas, me dan ganas de sujetar sus manos entre las mías para que se quede tranquilo. Pero el hecho de que no querré soltarlo después puede terminar siéndole incómodo.

Y lo que menos quiero es que se sienta incómodo a mi alrededor. Por lo que no hago nada y dejo que las cosas sigan como están. 

El único punto negativo de esto es que toca a todos. Todos.  Y no puedo evitar retorcerme de celos.

Me arrebató el lápiz de las manos y escribió en la esquina de la hoja.

“Aún vendrás conmigo hoy ¿Cierto?”

Recuperé mi lápiz y agregué. “Sí”

Volvió a acomodarse en su lugar con una sonrisa y me dejó poner atención al resto de la clase.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

 

-           Minho, párate derecho. Primero debes aprender a mantener el equilibrio.

-           No puedo, la patineta quiere escaparse.

-           No se escapará si no la dejas.

-           Es más fuerte que yo.

-           No seas exagerado.- Suspiró- Ven, afírmate de mis hombros.

Lo obedecí. En tanto estuvo cerca rápidamente puse mis manos sobre sus hombros. Hizo una mueca por la fuerza que ejercí al sujetarme de él. Y por fin fui capaz de relajar levemente mis ya rígidas piernas.

Gran error. Gigante y monstruoso error.

Lo siguiente de lo que fui consciente fue de que estaba de cara al suelo.

Con Taemin debajo de mí.

Desgraciadamente.

Para él.

-           Mierda. Lo siento Taem.

Me levanté un poco, afirmándome en mis codos para observarlo. Tenía los ojos cerrados y el ceño levemente fruncido en una mueca de dolor.

-           Hey ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño?-  Sus párpados se levantaron lentamente.

No sé qué expresión era la que adornaba mi rostro en esos momentos. Me imagino que era una de extrema preocupación, como debía ser a causa de la situación. Por lo que no me esperaba que Taemin repentinamente estallase en carcajadas.

-           ¿Taem?- Él continuó riendo.

-           ¡Ohhhh Minho!  ¡Jamás imaginé que podías ser tan torpe!

Y continuó riéndose.

Aguantar las ganas que tenía de besarlo en esos instantes fue una tarea casi dolorosa.

Su cuerpo se estremecía y parecía convulsionar a causa de la risa. Prácticamente retorciéndose  bajo mi peso.

No quería levantarme. Deseaba permanecer así, cerca de él, viéndolo reír.

Ojalá para siempre.

-           Yah, Taem…

-           ¡Jamás había visto a alguien con tan mal equilibrio! Diablos ¿Cómo logras siquiera controlar tu bicicleta?- Su risa se había calmado parcialmente, ahora solo respiraba de forma ahogada. – Tendrás que comprarte una de esas patinetas con manubrio incluido…- Pareció meditar sus palabras por unos segundos. Su rostro ahora reflejaba terror.-  Oh dios no Minho, ¡Quédate con tu bicicleta, por favor!

Al parecer las patinetas con manubrio eran aún menos cool que las bicicletas. Sinceramente, con mi altura hasta yo consideraba que me vería estúpido.

Su cara de espanto me superó. Escondí mi cara en el hueco de su cuello y me largué a reír con fuerzas. Una milésima de segundo después Taemin se unió a mis carcajadas.

Me sentía tan feliz.

Jamás estaré lo suficientemente agradecido de la vida por haberme llevado hacia él.

Me hice a un lado una vez que logré recuperar la compostura. Me quedé sentado a su lado mientras él continuaba de espaldas sobre el suelo. Sacudí mi cabello en un intento de ordenarlo y de sacudir el polvo.

-           Espero no tener una contusión o algo así.- Dijo de pronto.

-           ¿Te duele la cabeza?

-           Un poco, donde me golpeé. El suelo duro no ayuda.

-           Ven, afirma tu cabeza sobre mis piernas.

Levantó un poco la parte superior de su cuerpo y yo me arrastré para quedar en el lugar correcto. Una vez acomodado cerró los ojos y soltó un suspiro. Lamió sus labios y se quedó en silencio.

Incapaz de resistir por más tiempo, acerqué mi mano hacia su frente. Con suavidad comencé a acariciar su cabello. Se sentía tan suave contra mis dedos. Como delgadas hebras de la más fina seda.

-           Me dan escalofríos. –Susurró.

-           ¿Qué?

-           Tus manos. Tu toque me da escalofríos.

¿Eso era bueno o malo?

-           Lo siento.- Alejé mis manos como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

-           No, no Minho. –Aún con los ojos cerrados buscó a tientas mis manos para regresarlas a donde estaban segundos antes.- Sigue, se siente bien. Es relajante.

No opuse resistencia.  – De acuerdo.

-           Te aseguro que si fuera un gato estaría ronroneando como loco. Deberías hacerme esto antes de cada competencia, quizás me mantenga calmado.

-           Cuando quieras.

Luego de eso guardo silencio.

Perdí la cuenta del tiempo que pasamos en el suelo. Mi trasero comenzaba a doler, pero no me importaba. No mientras pudiera tenerlo así de cerca.

Sin darme cuenta comencé a acariciar su rostro, apenas tocándolo con mis dedos. Con mi mano izquierda acaricié su sien, descendiendo por su mejilla, sin jamás detener los movimientos pausados de mi derecha sobre su cabello.

Acaricié sus pómulos y el puente de su nariz,  bajé a su mentón y antes de poder detenerme mi pulgar rozó su boca. . No podía despegar mis ojos de sus abultados labios, imaginando cómo se sentirían contra los míos.  Repasé su labio inferior, tirándolo levemente hacia abajo sintiendo la tibieza de su piel.

Levanté la vista encontrándome con sus ojos.

Pensé que estaría enojado o algo por el estilo, pero no fui capaz de descifrar su mirada.

Sus ojos parecían más profundos que de costumbre. La oscuridad de sus pupilas parecía envolverme y querer tragarme.

Y yo deseaba con todas mis fuerzas zambullirme en ellos para no salir nunca más.

Repentinamente me atacó el miedo a hacer algo estúpido. Algo de lo que más tarde me arrepentiría.

Hice acopio de la poca fuerza de voluntad que me quedaba y aclaré mi garanta sonoramente, desviando mi mirada hacia un costado y alejando mis manos de su cuerpo. Divisé el skate unos metros más allá.  Se había alejado cuando me caí.

-           Creo que tu skate me odia.

-           Minho…

-           Mira lo lejos que escapó.

-           Es suficiente. No puedo. – Se levantó rápidamente y lo único que pude pensar es que intentaba escaparse de mí.

Demasiado tarde para evitar hacer algo estúpido. 

Una vez erguido levantó su mano para frotar la parte posterior de su cabeza, cerró los ojos con fuerza y suspiró con fuerza.

-           ¿Estás bien?

-           Sí…Tengo que irme, se hace tarde.

Me levanté y cogí mi mochila, dispuesto a acompañarlo. Taemin caminó hacia su tabla recogiéndola del suelo, sin mirarme en ningún momento.

-           ¿Quieres que te lleve en mi bicicleta? Es mejor que esperes un rato antes de volver a subir a tu skate.

-           No gracias. Debo ir a otro lugar antes de ir a casa.

-           Voy contigo.

-           No.

-           Taem…

-           Minho, voy a encontrarme con alguien aquí cerca, solo. Caminaré. Nos vemos.

Diablos. ¿En serio lo que hice fue tan malo como para que él reaccionara de esa forma?

Digo… Apenas toqué su boca. No puedo y no quiero imaginar el cómo habría reaccionado si hubiese seguido mis instintos y me hubiera lanzado sobre él.

Va a encontrarse con alguien… ¿Una chica?

Sentí una presión abrumadora sobre mi pecho. Mi corazón duele al darme cuenta de que no existe ninguna posibilidad de que Taemin me considere como algo más que un amigo.

Siento ganas de llorar.

En mis diecisiete años de vida nunca me había sentido de esta manera por alguien. Hasta que apareció Taemin.

Taemin llenó todas mis expectativas en cuanto a encontrar a una persona perfecta se refería.  Las superó. Y sinceramente no creo que pueda encontrar a alguien que logre igualar ese nivel. Porque no existe alguien así.

Alguien que a pesar de llevar poco tiempo conociéndome parece comprenderme a la perfección. Alguien que con una sonrisa y un apretón de manos por la mañana alegra toda mi jornada. Alguien tan hermoso, tierno y sensible, que a la vez es fuerte y masculino.

Podría continuar enlistando características que adoro sobre él. La lista no tendría fin.

Por eso duele tanto.

Duele pensar que quizás él decida alejarme, que nuestra amistad que para mí se ha vuelto más esencial que el aire se desvanezca a causa de mis sentimientos.

Y lo peor de todo es que por mucho que tema perderlo no me creo capaz de mantenerme a raya. En cualquier momento me abstraeré tanto en él que antes de darme cuenta será demasiado tarde para lamentar mis acciones.

 

 

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Notas finales:

No me gusta mendigar reviews :C pero si les ha gustado hasta el momento estaría muy muy feliz con un pequeño comentario <3 

Gracias por leer <3

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).