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Diario de una dramática adolescente por hyesun

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Notas del fanfic:

Es el primer fic que escribo, hasta ahora solo he publicado one-shot´s.

Espero que les guste y que me apoyen :D

Tengo Cólera, ira, impotencia y ganas de asesinar a los idiotas que realizaron el estúpido examen de admisión ¿acaso no son conscientes de lo que uno se esfuerza para ingresar a la universidad? ¿A quién demonios se le ocurre ofrecer 1200 vacantes para más de 6000 postulantes? Deseo con enormes ganas romperles el rostro a los “dirigentes” de la UNI.

Lo siento, pero es horrible, sobre todo cuando la diferencia de puntaje entre el último ingresante y una es de solo ocho puntos, ¡ocho estúpidos puntos que definieron entre ser universitaria o no! A que universidad se le ocurre otorgar únicamente siete vacantes para la carrera de Lenguaje y literatura ¡Mi carrera soñada!

Ahora mirarme al espejo e imaginar mis repugnantes ojeras producto de la falta de sueño por estudiar me causan ganas de arrancarme las órbitas oculares, ¡por Dios! Mi cabeza va a explotar. En serio he tratado de calmarme, me refiero a mi modo interno, pues de manera externa siempre luzco un semblante serio con una mirada perdida, aunque eso también me lo imagino.

Después de todo…. Soy ciega.

Perdóname por escribirte de manera tan deprimente la primera vez, espero me comprendas.

Tu dueña.

 

 

Claire era una chica de menudo aspecto, ni llamativa, ni fea, simplemente normal con una excepción, sus ojos, eran de un color pardo, muy claros y grandes, solamente pardos, sin asomo alguno de un iris, lo cual es lo común; por ese detalle los demás no soportaban estar ante ella, pues mirarla, era mirar un pozo sin fondo, totalmente vacío, ella lo sabía, por ello tampoco se esforzaba en hacer amistades.

 

Claire era de las chicas que se refugiaban en sus audífonos, aunque el motivo de ella era escuchar sus tan amadas obras narradas, las cuales solo oía en el cuarto del viejo conserje de su colegio, el único al que consideraba su amigo, el viejecillo era muy agradable, siempre le ofrecía una taza de café y cuando sus obras se terminaban le contaba antiguas anécdotas de sus años de escolar. Ese señor era como el abuelo que nunca pudo conocer.

 

Ese día su amigo le hizo el mejor regalo que le habían dado en su vida, Elías al conocer su afición a la lectura y escritura le había regalado una máquina de escribir especial  para la discapacidad de ella. Claire al tomar la máquina entre sus manos sonrió como nunca, haciendo brillar sus ojos y dándole un efusivo abrazo a su amigo.

 

-Muchísimas gracias Elías, te juro que lo atesoraré de la mejor manera posible!

 

-Descuida pequeña, sé que lo harás.

 

 

Hola

Soy consciente de que mi saludo es frío pero fue Elías quien me dijo que te pusiese un nombre, al intentar pensar en uno mi cabeza se hizo un lío, pues o eran muy estúpidos o trillados, así que por el momento estarás sin nombre.

Lo reitero de nuevo, siento mucho la página anterior, pero soy muy cascarrabias y ya que eres la única cosa en la que puedo descargar mi mal humor, lo haré.

Te informo que hoy, justo antes de ir, durante el receso a visitar a Elías, escuché la voz de una chica preguntar por él, además añadió que era su abuelo. Es algo que me extraña pues nunca mencionó algo sobre una hija, mucho menos de tener una nieta.

No es por nada pero la voz de aquella tipa me sonó desagrable, aunque con un leve, levísimo toque de tristeza. En todo el día no pude hablar con Elías, no me queda de otra, me esperaré hasta mañana para conversar con él.

Tu dueña

 

 

Por los pasillos del colegio andaba “la cieguita” como la llamaban los alumnos, siempre con su bastoncillo de color plateado con motas negras salpicadas por doquier, su camino, casi todos lo sabían: del aula a la oficina del conserje, algunos pervertidos pensaban cochinada y media, otros que de seguro era un familiar y a los demás no les importaba.

 

Mientras tanto Claire se detenía unos pasos antes de empujar la puerta del conserje, ya que unas voces provenientes del cuarto se escucharon, despertando sus instintos de curiosa que procuraba reprimir.

 

-Es solo durante una corta temporada, nada más.

 

-He dicho que no, soy una persona ocupada, no podría estar al pendiente de la pequeña.

 

-Por Dios! Hazme un favor en tu vida, nunca te he pedido nada papá!-la mujer que hablaba sonaba al borde de las lágrimas. Se escuchó un largo silencio hasta que otra voz habló.

 

-Ya larguémonos madre, ya me las apañaré yo sola para cuidarla.

 

-Cállate Thyra, por favor papá, no te causaran problemas, por favor!- la mujer había roto en llanto, su tono reflejaba su desesperación y angustia.

 

-Bien, bien, pero conste que si les pasa algo no es culpa mía.

 

-Descuida y…..gracias.

 

Claire se apartó presurosa de la puerta al escuchar pasos acercándose, haciéndose la desentendida volvió a su aula.

 

Estaba hecha un lío, pero dispuesta a resolverlo.

 

 

Notas finales:

Dejen rew si desean que la historia continúe. 


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