Debo admitir que me sentí muy bien, aunque ara me encuentre muy adolorido. No pensé que Mello fuera tan pervertido, pero creo que es- o era- tan inexperto como yo. Despues de que acabamos caí dormido, no podía evitarlo quede agotado, pero pude escuchar que Mello me decía algo. Sé que no tenía muchas fuerzas en ese momento pero pude escuchar cómo me decía con un tierno beso “Te Amo”, siendo sincero yo aun no sé qué es lo que siento, me confundo con solo esa palabra; ¿Acaso Mello me amaba de verdad? O ¿Solo era algo de una noche?... No aun no quiero decirle como me siento- ni siquiera sé como yo me siento-, y si se diera el caso me da miedo el solo pensar de que se burle de mí y me diga que he malinterpretado sus sentimientos conmigo.
No, no quería eso.
-Buenos días. – sentí que alguien me besaba mientras decía eso, abrí los ojos y era Mello-. Vallamos a comer – me dijo con una sonrisa, de esas en la mostraba los dientes.
-De acuerdo, deja que me cambie primero.- dije, mientras me levantaba me di cuenta que no llevaba nada puesto-. ¡Uwa! – grite, al tiempo que me volvía a tapar, y Mello empezó a reír a carcajadas.
- Jajaja…- seguía riendo, luego se calmo y se seco una que otra lagrimilla que le había salido-. ¿Ahora es que te vienes dando cuenta? – me veía ahora con una alegre sonrisa.
Yo lo fulmine con la mirada, aunque no sabía porque, no había nada de que culparlo.
-Ok, ponte algo rápido; me muero de hambre.- dijo, mientras se sobaba la barriga-. O, ¿quieres que te vista yo? – dijo con una sonrisa pervertida de oreja a oreja, yo le lancé una almohada.
-Yo puedo vestirme solo, gracias.- solté y me dispuse a levantarme, pero luego recordé que debajo de las sabanas no llevaba nada puesto-. Pásame unos calzoncillos. – susurre por lo bajo como si quisiera que no me escuchara, estaba súper rojo.
-¿Qué dijiste? – al parecer si me escucho.
- Ya me escuchaste, pásamelos.- le reclame y el con una leve risita, me los alcanzo.
-Aquí tienes, mi rubí.- me guiño el ojo, yo me sonroje y volteé la cabeza.
Me los puse y luego me levante, aun con un poco de vergüenza, estaba semidesnudo, si no fuera por los calzoncillos estaría completamente desnudo. Además, sentía como un rubio sentado en mi cama, tenía la mirada fija en mí.
Me puse una camisa simple azul y unos vaqueros, me puse mis tenis y le dije a Mello con la mirada que estaba listo.
-Tu primero.- me dijo después de levantarse y abrir la puerta.
Cuando salía no le mire la cara, mi cara estaba más roja que un tomate. No sabía que Mello pudiese actuar así de esa manera a veces.
Despues de cerrar la puerta, Mello cruzo su brazo por mis hombros y me atrajo para sí, me sonroje.
-Aquí no.- dije al momento que le quitaba su brazo.
-¿Por qué no?– me miro con incredibilidad y se puso delante de mí, cesándome el paso-. Somos novios ahora ¿Verdad?
-Eh… Yo... No lo sé.- murmure y baje la mirada, estaba rojo, Mello se cruzo de brazos y frunció el seño.
-¿A qué te refieres con que no lo sabes?- me interrogo y me calvó esos tan azules como el cielo mismo, sonroje aun mas.
-Yo aun no sé bien mis sentimientos.- dije por fin-. Estoy confundido.- termine de decir y créeme cuando te digo que no trate de llorar mientras decía eso.
-Mmm…- fue lo único que salió de Mello ¿No le importaba como me sentía en absoluto? Era eso ¿Verdad? Se iria después de pensarlo, lo sé.
Hubo un largo silencio.
-Eres un tonto.- objetó al fin.
Abrí los ojos por aquel comentario.
-¿Eh?
-¿Qué voy a hacer contigo? – parecía más una pregunta para el que para mí-. Veamos.- me agarro y me zarandeo levemente-. No puedo creer que pienses eso.- me dijo mientras golpeaba mi frente, poco me importo eso-. Debes saber que yo te quiero y nada cambiara eso ¿Ok?- ahora me vio directo a los ojos sin apartarlos- ¿Tu no piensas lo mismo?– me abrazo-. De acuerdo hare que me quieras, tengamos varias citas.- acto seguido me besó, en la mejilla.
Segundos después, llegamos al comedor, divisamos a los muchachos sentados en una de las mesas y nos fuimos a sentar.
-Ah.- gemí e hice una mueca cuando me senté, no pude evitarlo seguía adolorido, los chicos se me quedaron viendo con los ojos abiertos.
-¿Qué te ocurre?- me pregunto Beyond.
-Ah, eso fue porque Matt y yo lo hici…- no termino de hablar porque yo le tape la boca, estaba rojísimo. ¡¿QUE ACASO NO LE INCOMODABA HABLAR DE ESO FRENTE DE LOS DEMAS?!
Puede observar como Near volteaba la cabeza y se reía, mientras que los otros dos miraban confundidos y curiosos por saber qué pasaba.
-Así, que.- dijo Near después de voltearse-. ¿Ya se lo dijiste?- fue una pregunta dirigida a mí, yo por mi parte mire hacia otro lado avergonzado. Los otros dos nos miraban de la misma manera que antes, pero creo que l, ya se hacía idea de lo que pasaba.
-¿A-A que te refieres con eso?- me hice el que no sabía, aunque por dentro estaba que gritaba a los cuatro vientos.
-Ya no tiene caso que sigas ocultándolo.- me dijo Mello para mi sorpresa-. Además, si sigues comportándote así jamás me vas a amar como se debe ¿Verdad?- dijo al tiempo que me atraía para sí, en ese momento pensé que explotaría de lo rojo que estaba.
-Ya va, ¿Qué está pasando aquí?- pregunto Beyond todavía confundido, no lo culpo; el amor no es lo suyo.
-Te lo diré breve.- hablo por fin l después de estar un buen rato callado-. Matt y Mello lo hicieron anoche y ahora están saliendo.
Abrí los ojos mas graden que los platos en los que estábamos comiendo, Mello y Near empezaron a reír. ¿Qué más se podría esperar de aquel azabache que era más frio y calculador que una maquina?
Tenía unas ganas inmensas de ahorcar a ese ojeroso justo en ese momento.
-Ok.- fue lo único que salió del ojì-carmesí.
-Voy al baño.- dije, lo más que quería era salir de ahí lo más rápido que fuera.
-Voy contigo.- sonó mas como una afirmación que como una pregunta, aunque sabía que tenía el objetivo de ser como la primera.
-No es necesario.- le respondí como si pregunta hubiera sido.
Sentí los pasos de Mello siguiéndome mientras yo me dirigía al baño.
Al llegar me encerré en una cabina.
-Vamos sal de ahí, estúpido.- Mello golpeo la puerta-. ¿Qué te pasa? ¿Acaso, odias estar a mi lado?- esa última pregunta me dolió y tuve tantas ganas de abrir la puerta, saltar a sus brazos y decirle que eso no era cierto, pero el orgullo me lo impedía.
Soy un estúpido.
Me encerré fue por lo muy avergonzaba que estaba y por el comentario que hizo L. ¿Si estamos saliendo en realidad? ¿Somos novios?
-No me gusto que los chicos se hayan enterado de lo nuestro de esa forma.- mentí, para no decirle la verdadera razón.
-¿Lo nuestro?
Ups.
-Mail Jeevas.- escuchar mi nombre completo del era lo mejor, no podía negarlo-. ¿Acaso ya has aceptado lo nuestro?- pude notar que dijo eso con voz picara.
-N-No- tartamudee-. Pervertido no puedo creer que pienses en eso.
Maldito orgullo.
-Ah, ya veo.- dijo con voz dolida esta vez-.Si es así entonces me voy.- se aparto de la puerta y se fue.
-No, espera, no quise decir eso- abrí la puerta, pero fue demasiado tarde ya se había ido o eso fue lo que creí.
-¡Te tengo!- se abalanzo sobre mí y yo grite-. ¡Ahora no te me escaparas!- me abrazo con más fuerza.
-Suéltame.- no me enoje, pero sentí miedo de que volviera claustrofóbico.
-No quiero.- me volteo haciendo que lo viera a los ojos-. ¿Por qué te comportas de esa manera?- zarandeo un poco-. ¿No ves que yo te amo? ¿Por qué tu no?
-Mello.
-No.– me estrujo con más fuerza-. Quiero que me ames y no me importa si lo tengo que hacer a la fuerza. No te alarmes.- dijo después de ver mi cara de miedo-. Se acerca navidad y quiero que salgamos juntos.- me soltó y me agarro de las manos-. Tu y yo en una cita, ¿Qué dices?- veía determinación en su rostro.
-Está bien.- le dije y se puso feliz.
-Gracias.- me volvió a abrazar-. Te prometo que pronto te enamoraras de mí.
Y así fue, cuando llego la navidad, Mello y yo tuvimos una cita, los chicos querían ir, pero Mello se negó, fuimos a comer a un restaurante, luego fuimos a dar un pequeño paseo a la plaza, Mello me tomo de la mano mientras los hacíamos, todo fue muy romántico y tal como lo dijo termine enamorándome aun mas de él, pero mi estúpido orgullo no me dejaba decirle, muchas veces me preguntaba si mi familia era así de testarudos como yo.
Esa noche lo hicimos.
Mello en pervertido en la cama. Me pregunto de donde sacara semejantes ideas.
En año nuevo fue igual, tuvimos una velada romántica en casa, Mello puede llegar a ser tan tierno a veces y yo con mi estúpido orgullo sin poderle decirle Te Amo.
Y esa es la pequeña historia de cómo Mello y yo pasamos la navidad y el año nuevo juntos, y de cómo nuestra relación se avivo mas, pero lo que no sabíamos era que los problemas se avecinaban y era uno muy grande.
Perdóname Mello no quise hacerte esto.