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Del odio al amor. por BigEastWarrior

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Notas del capitulo:

Estoy muerta.......... ojalá el final no esté muy forzado ;; es que me traían a las carreras.

 

Dejen reviews si les gusta <3 y por cierto, gracias a los que ya me dejaron uno. Sos un amor.

El preciado fin de semana había llegado y con él dos preciosos días libres para disfrutarlos en casa… o bueno, eso era lo que YoungJae creía. Tardó casi una hora en despertar por completo y otros treinta minutos más o menos para decidir levantarse.

Ése mismo sábado por la mañana, Jung DaeHyun se despertó con pereza, estirando ambos brazos y rodando un par de veces con dificultad. A pesar de que el propósito inicial era desenredarse de las sábanas, estas se adherían más a su cuerpo, causándole una ligera frustración; joder, no quería levantarse para luchar y poder estar libre de la molesta tela.

-Hora de desayunar. YoungJae, baja rápido, no me obligues a ir por ti.- Se escuchó una femenina voz desde la planta baja, en donde la madre del mencionado se encontraba limpiando sus manos con el delantal. La mujer trabajaba los fines de semana al igual que la mayoría de los días hábiles en un pequeño restaurante de la ciudad. Era una mesera y aunque a muchos pudiera parecerles un trabajo pobre y sin muchos ingresos, ella se las arreglaba para mantener toda una casa.

-No me grites, mujer.- Respondió un somnoliento chico con el cabello algo desordenado y los lentes mal puestos, cosa extraña ya que casi nunca los usaba.

-Te grito cuando quiera. Anda, quiero que desayunen antes de que me vaya a trabajar.- Aquello dicho con una sonrisa hizo que YoungJae mostrara una igual de sincera mientras avanzaba en dirección a la cocina. Así era su madre, y así la amaba.

-¿Y DaeHyun?- Mencionó a la par que se sentaba y dejaba caer ambos brazos a sus costados; aún sentía que moría de sueño.

-No lo sé ¿Aún sigue dormido?-

-No escuché que se levantara.- En cuanto el plato del menor fue puesto sobre la mesa, la madre del mismo se encaminó a la habitación del mencionado chico durmiente. YoungJae por su parte comenzaba ya a comer despreocupadamente, sin prestar especial interés en el paradero de su primo.

Unos minutos después la mujer regresó colocando un listón en su cabello para recogerlo.

-DaeHyun sigue durmiendo, por favor asegúrate de que desayune.- Alegó la señora mientras con prisa terminaba de recoger sus cosas y acto seguido depositaba un beso sobre la frente del menor; ella era la única persona con permiso de hacer algo así.

Por su parte, YoungJae con los ojos entrecerrados por la molestia continuaba comiendo; ¿Qué era él? ¿La niñera o qué?

-Vale, ve con cuidado.-murmuró bufando y dio una mordida más a su tostada.

 

 

-YoungJae… - Decía un adormilado moreno paseándose por toda la planta baja de la casa, ya eran las 10 a.m y no encontraba por ningún lado a su primo. Sabía que su tía iría a trabajar ese día, por lo cual no se preocupaba por escucharle a ella. –YOUNGJAE.- Gritó esta vez esperando que el menor apareciera, pero aparentemente no planeaba hacerlo.  DaeHyun bufó con molestia y comenzó a avanzar hasta la habitación del muchacho, tal vez este aún dormía y él ni enterado estaba.

Durante toda esa semana de clases, DaeHyun había intentado ignorar a su primo por respeto a su decisión de no querer relacionarse con él durante la escuela, pero a la hora de entrada de todas formas llegaban juntos y en la salida regresaban igual. Esto le daba gracia al mayor de los dos, ya que sabía que los chicos de la escuela seguramente ya andaban regando chismes y diciendo que tal vez eran amigos o parientes. De todas formas YoungJae parecía no tomar atención a eso y pensaba que mientras no le molestaran directamente todo estaría bien. . . Jung comenzaba a creer que tal vez  lo que debía hacer era perderle el miedo a su primo, después de todo ya habían sido amigos cuando niños, seguro que ahora no podía ser tan diferente.

En cuanto el moreno tocó la puerta no recibió respuesta y eso le extrañó un poco, volvió a tocar y al escuchar de nuevo el inquebrantable silencio, se decidió a entrar con cuidado.

YoungJae dormía plácidamente de lado sobre el colchón, cerca de sus manos, las cuales se encontraban casi juntas y pegadas a su pecho había un libro desparramado y esto hizo pensar a DaeHyun que había estado leyendo hasta caer dormido. Se acercó con cautela y agachándose ligeramente observó con detenimiento el rostro tranquilo del menor.

-Deberías ser así de tranquilo siempre, te ves muy bonito, cachetón.-   Dicho aquello cayó en cuenta de algo. Ese día en el karaoke, recordaba haber llamado al menor así también. Sonrió complacido al pensar  que podría ser divertido llamarle así a su primo de ahora en adelante y con diversión se tiró a su lado en la cama,  mirándole de frente. –Cachetón, despierta.-

YoungJae fue abriendo sus rasgados ojos y en cuanto divisó el rostro contrario se quedó pasmado; no sabía porque, pero su corazón comenzó a ir tan rápido que creyó que se le saldría del pecho.

DaeHyun sonreía, aguantando las ganas de reírse por la cara tan graciosa que el menor tenía en ese momento.

-Fuera o te empujo…- Fueron las palabras serias y algo titubeantes que murmuró el joven castaño alejándose apenas un tanto del cuerpo contrario. Le daba miedo, le daba mucho miedo tener a alguien tan cerca.

-¿Empujarme? No creo que quieras, se nota que no tienes ganas ni de acercarte.- Murmuró con una sonrisa burlona, una que logró de nuevo nauseas en el menor.

-Largo.-En un impulso, el castaño se acercó rápidamente y empujó con ambas manos el cuerpo contrario, haciéndole caer mientras ahogaba un ligero grito de sorpresa; bueno, lo había hecho al fin y aunque se arrepentía un poco, no se inmutó ni por un momento.

Por otro lado, DaeHyun se quejaba en el piso, incapaz de ponerse de pie y con un profundo dolor en la parte baja de su espalda; bueno, ahora ya sabía que el contrario si era un poco peligroso. Mientras el mayor intentaba en vano levantarse del alfombrado e incómodo piso, YoungJae se aventuraba con paso firme hasta el baño de la segunda planta dispuesto a lavarse la cara y maldecir por lo bajo.

-La comida está en la estufa.- Murmuró el castaño pasando al lado de su herido primo sin prestarle mayor atención.

Era un buen comienzo para todo un día juntos.

 

Tres meses después.

 

Jung DaeHyun apretó con fuerza el trozo de pan que llevaba en la mano y desvió la mirada. Tomó su mochila y sin mediar ni una palabra, se marchó.

Una vez más, una chica se le confesaba y no de una buena manera.

Ignoró los gritos y las suplicas de la muchacha de menor grado, incluso trató de acallar los murmullos que sus oídos notaban a lo lejos, pero no podía.

-Escucha.- Dijo parando en seco y girándose hacia la joven que lucía inmensamente molesta e indignada. –Eres linda y eso… pero a penas te conozco, además no quiero una novia por ahora.-

-No quiero que me pidas ser tu novia, sólo pido una cita.- Alegó la pelinegra cruzándose de brazos; DaeHyun debía admitir que hasta ahora, ella era quién llegaba más lejos.

-Carajo.- Bufó y se rascó la nuca intentando hacer o decir algo coherente, pero no, las ideas ya se le habían acabado y es que esa chiquilla no dejaba de acosarlo desde ya hace casi un mes. Estaba a punto de abrir la boca una vez más cuando una voz distinta se escuchó a un salón de distancia.

-Jung, ven.- El mencionado y la pretendiente se quedaron algo sorprendidos y luego, el moreno formó una pequeña y disimulada sonrisa.

-Lo siento JinHye, me llama el delegado de la clase.- Y sin más, el chico de Busan se giró para correr hasta donde su primo se encontraba, portando un lindo cabello negro y lentes de armazón del mismo color.

-Mi salvador.- Susurró el joven Jung antes de comenzar a caminar al lado de un fastidiado YoungJae.

-No seas idiota… no te estaba ayudando, de verdad necesito de ti.- Alegó el menor volteando a mirarle con una ceja alzada a la par que DaeHyun terminaba de comer su almuerzo con una mueca de “desilusión”.

-¿Qué se te ofrece?- el rubio ya estaba más que acostumbrado a la forma “fría” de ser del contrario, más sin embargo, estaba seguro de que su relación estaba mucho mejor que antes. Incluso ya la escuela entera sabía de su parentesco y YoungJae parecía tomarse bastante bien los comentarios de los demás al respecto.

-Que vayas a casa y le digas a mi madre que volveré hasta tarde.- Respondió quitándose la mochila de la espalda y entregándosela al mayor. –Y por favor, lleva esto, no quiero cargarlo de regreso a la salida.- DaeHyun tomó el objeto con el rostro algo confundido y luego asintió despacio; cualquier cosa que YoungJae fuese a hacer para quedarse, debía ser fastidiosa a juzgar por su cara. El mayor observó con tranquilidad como su primo se alejaba rumbo al pasillo y con un largo suspiro se dio la vuelta para volver a retomar las clases del día.

 

 

-Quisiera estar en clases… - Murmuró YoungJae mientras se dejaba caer un poco más en el respaldo de la silla; eso de ser el delegado de la clase le estaba comenzando a fastidiar, pero aun así debía admitir que tenía algunos privilegios.

-Pero que aburrido eres, tan sólo llevamos aquí dos horas.- Bromeó YongNam, el gemelo del delegado de tercero, el cual reía ligeramente por la cara que ahora el menor le ponía. –Si no te gusta déjale el lugar a alguien más.-

-No puedo, me vería como un cobarde… además, ya estoy aquí y me gusta que me respeten, el único problema es que debo volver más tarde a casa algunos días.- Respondió sin mucho interés y sin ganas siguió revisando las propuestas para el festival de ese año. Faltaban ya unos cuantos minutos para que acabara la clase y como de costumbre tal vez DaeHyun iría a ”visitarle” antes de marcharse a casa.

YongNam comenzaba a cuestionarse que más decir cuando el rostro sonriente del joven Jung entrando por la puerta le sacó de sus pensamientos.

-Ah, buenas tardes YongGuk hyung.- Dijo el muchacho rubio haciendo una ligera inclinación, al escuchar esa voz, tanto el  gemelo como Jae pusieron la mirada sobre él.

-Es YongNam.- Agregó de forma automática el chico de lentes para después concentrarse en sus apuntes una vez más

-YongGuk se sintió mal del estómago.- Respondió con esas palabras el gemelo mayor a la cara de confusión de DaeHyun, el cual cuando tuvo sus dudas aclaradas tan sólo asintió. –Cómo no podemos dejar solo a Jae, vine a ayudarle.- Ambos mayores soltaron una baja risa acompañada de un bufido del menor.

-Ya tienes que irte ¿No?-

-No me eches cachetón.- Respondió un “indignado” DaeHyun el cual ahora cargaba con ambas mochilas; la propia y la de YoungJae. El mencionado rodó los ojos y ni se percató como YongNam ahora analizaba la escena.

-No te estoy  echando, pero tienes que llegar temprano a casa.-

-Vine para preguntarte cuanto tardaras esta vez.-

-Mucho, DaeHyun, mucho.- Alegó el menor soltando un suspiro de fastidio y luego de un par de segundos escuchó los pasos de Jung alejarse hasta salir de la habitación.

-Eres malo con tu primo, “cachetón”.- Dijo el mayor presente con una mueca divertida en el rostro; la verdad era normal ver a YoungJae tratar así a la gente, pero por alguna razón, con DaeHyun parecía llevarse mucho mejor que con los demás. –Aunque ese “debes llegar temprano a casa” sonó como un “no quiero que tardes mucho porque luego  se oscurece afuera y puede pasarte algo malo.”- En cuanto escuchó esas palabras, YoungJae levantó la mirada y bufó ligeramente; si, esa era la verdad.

-Es mi primo, si algo malo le pasa mi madre se pondrá triste. Por cierto, no me digas así, odio ese apodo que me puso Dae.- La voz de YoungJae sonaba monótona y carente de sentimientos, de hecho, YongNam no se explicaba como ese chico decía querer a su madre cuando ni siquiera parecía hablar enserio.

-Jae.- El aludido ladeó ligeramente la cabeza y alzó una ceja, expectante.

-¿Alguna vez te has enamorado?- Aquella pregunta descolocó un poco al menor, pero aun así mantuvo la compostura y sonrió de lado.

-No, nunca. La verdad me parece una pérdida de tiempo.- En cuanto escuchó esas palabras, el contrario suspiró y volvió la vista hacia los papeles sobre la mesa. En todo el tiempo que llevaba de conocer a YoungJae, sabía muy poco de su vida privada y eso era normal, después de todo el menor era tan arisco que difícilmente se le podía catalogar como amigo. –Nam.- Llamó de pronto un Yoo que fingía estar concentrado en sus apuntes.

-Dime.-

-A HimChan le gusta Dae ¿Cierto?- Un silencio bastante incómodo se coló en la habitación, YongNam suspiró y se encogió de hombros. -¿Por qué la pregunta?-

-Yo no soy bueno dándome cuenta de esas cosas, porque nunca me ha gustado nadie pero… HimChan me preguntó si DaeHyun tenía novia y cuando le dije que no, se emocionó.-

-Pues… si, a mí y a Guk nos dijo hace ya tiempo que Dae le gustaba.- Los ojos de YoungJae se cerraron y este suspiró hondo; la verdad no le interesaba para nada lo que ocurriera, pero de lo que si estaba seguro era de que DaeHyun no era gay.

-Pues le deseo suerte a Chan.- Fue lo último que el menor dijo antes de dar la vuelta a la hoja de su cuaderno.

 

 

 

 Ya eran las 8 p.m y las calles se encontraban algo vacías. Luego de que YoungJae se despidiera de YongNam avanzó a paso lento a donde tomaría el bus. Esperó más o menos 5 minutos y abordó, colocando los audífonos sobre sus oídos, dando play al reproductor de su celular y fijando la vista en la ventana.

“El día que me enamore, será de alguien que valga mucho la pena.” Pensó al recordar eso que su mayor le había preguntado antes en el salón de clases que usaban como oficina. Suspiró y sus ojos instintivamente se fijaron en una pareja que ahora abordaba. Entrecerró los ojos y bufó ¿Por qué parecía que ahora Dios se ensañaba con el tema ese del amor? Donde quiera que volteara veía referencias a él, o parejas o incluso le preguntaban si se había enamorado…

-Todos se pueden ir al carajo.- Susurró para sí mismo y luego de unos minutos más llegó a su destino.

Cuando se hallaba caminando por la vacía calle, comenzó a sentir algo de frío, tal vez se resfriaría y eso no podía significar nada bueno.

-Hey.- Escuchó una voz detrás suyo, pero no le hizo caso. Debía admitir que se había asustado un poco pero en lugar de correr sólo dio pasos más rápidos.

 

Mala idea…

 

 

DaeHyun se encontraba cortando un par de verduras para la cena, su tía había salido a comprar algunos biberes y seguro no tardaría en volver. Con una sonrisa se dedicaba a hacer su encargo lo mejor que podía, más sin embargo hubo algo que le desconcertó.

 

-¡DaeHyun! ¡DaeHyun, hijo abre la puerta!- La voz de la desesperada mujer hizo que el mencionado saltara del susto y corriera hasta la puerta de entrada, una vez que la abrió sus ojos casi se desubican por la sorpresa.

YoungJae estaba sosteniéndose a duras penas del brazo de su asustada madre. Tenía moretones en los brazos y una que otra herida aún sangrante en el rostro… ¿Qué diablos había pasado?

-Jae…- Gimió el mayor apresurándose a ayudar a la mujer con su hijo, cargándolo en sus brazos como si de una princesa se tratase; Yoo estaba tan débil y al borde de desmayo que ni siquiera podía sostenerse. –Jae, no te desmayes.-

-No me… no lo haré.- dijo antes de recargar su frente en el hombro ajeno y exhalar un alarido por los golpes. –Me asaltaron.- Fue todo lo que pudo decir ya que todo le daba vueltas; le acababan de propinar un fuerte golpe en la cabeza y aquello le había dejado más que mareado.

-Iré por el botiquín.- Dijo la madre con preocupación y luego de cerrar la puerta, salió disparada hacía el baño. En cuanto su tía pasó a su lado, DaeHyun afianzó mejor su agarre en el menor y le guió hasta el sofá, en dónde le acostó.

-¿Dónde fue?... ¿Lo conoces?-

-Fue en… cerca de aquí, llevaba un pantalón negro y camiseta verde.- Le era demasiado difícil recordar, por lo cual apretó los parpados y suspiró hondo. –Estaba tan… asustado.- Dijo justo antes de que un par de amargas lágrimas salieran de sus ojos.

Jung sintió su corazón arder en rabia. Todo su ser pedía a gritos matar a ese infeliz.

-¿Te quitó algo?...-

-Mi celular, y dinero.-

YoungJae temblaba mientras ahora lágrimas más gruesas mojaban sus lastimadas mejillas. El mayor se agachó apenas un poco y con cuidado dejó pequeñas caricias a en el cabello ajeno. No podía, simplemente no  podía evitar querer protegerlo.

El menor abrió los ojos y sus orbes hicieron contacto con las del rubio, quién al instante sonrió con dulzura. A Jae de nuevo le entraron nauseas… nauseas extrañas.

-Lo encontré.- La voz de su madre rompió por completo el momento, haciendo que ambos voltearan a mirarla con un notorio sonrojo en las mejillas. La mujer sonrió y se sentó al lado del sofá para poder verlos.

-Me alegra que se lleven bien ahora.- al  escuchar eso, DaeHyun alejó la mano de los cabellos de su primo y rió con nerviosismo. Mientras tanto la señora buscaba entre el botiquín agua oxigenada o alcohol para curar las heridas del pequeño de la casa. -¿Qué fue lo que ocurrió?-

-Lo asaltaron.- Interrumpió el rubio para evitarle al menor la fatiga de hablar. La madre del afectado abrió los ojos con sorpresa y miró a su retoño, el cual sólo asintió y cerró de nueva cuenta los ojos.

-Te cuento  mañana, por ahora sólo quiero descansar.-

-Está bien…-

 

 

Luego de que las heridas del menor fueron curadas, fue la tarea de DaeHyun llevarlo a la habitación para que descansara, ya que a pesar de que YoungJae asegurara que ya estaba bien, su madre no le dejaba levantar ni un dedo. Dae cargó a su primo en brazos y se encargó de guiarle con una mueca ligera de enojo y frustración; deseaba tanto poder encontrar al idiota responsable… mientras tanto, YoungJae se aferraba al cuello del mayor, sintiéndose realmente como una princesa, lo cual le hacía fruncir el ceño y estar realmente molesto y sonrojado.

-Si necesitas algo llámame.- Alegó el mayor  de los dos una vez que depositó al menor en la cama.

-Ya estoy bien, sólo fueron unos cuantos golpes.- Respondió encogiendose de hombros y restándole importancia al asunto. El otro, inconforme con esa respuesta se sentó a su lado en la cama.

-Estabas llorando.. ¿Por qué?-

-por la impotencia, el coraje- alzó la mirada y se encontró con la tranquila del contrario, la cual por alguna razón le inspiraba confianza -… el miedo.- susurró eso último sin poder creerse aún que había confesado algo así. Nunca se permitía verse tan débil. Sus ojos seguían clavados en los del mayor, más en un momento de nuevo volvieron a llenarse de lágrimas. Ese era el verdadero Yoo YoungJae, un niño asustado y lleno de inseguridades, uno que se sentía tan frágil que cualquier cosa le lastimaba y eso… eso para él mismo era insoportable.

-Cachetón, no voy a dejar que nada te pase.- Dijo con desesperación el mayor y en un impulso tomó de la espalda al menor y le obligó a incorporarse un poco para poder abrazarlo. Le guardó en sus brazos y pegó su frente en el costado de la cabeza adversa. YoungJae por su parte se quedó estático, sin saber que decir o que hacer. El olor del rubio se coló por todos sus sentidos, haciéndole sentir un tanto mareado; nunca había estado tan cerca de Dae, por lo cual era la primera vez que percibía con tanto detalle su aroma y… joder, le gustaba, le gustaba tanto.

-Suéltame.-  Alegó un sonrojado chico mientras fingía querer apartar el cuerpo adverso del propio; el aliento de su primo le daba cerca del cuello y eso le estaba matando lentamente.

-No, me gusta como hueles.- Susurró un embelesado DaeHyun el cual mantenía una sonrisa boba; YoungJae era tan cálido, nada que ver con esa imagen que todos tenían de él. –Cachetón, es muy lindo poder abrazarte.- El corazón del mencionado comenzó a ir más rápido de lo normal y asustado, YoungJae empujó definitivamente el cuerpo de su primo, haciéndolo reír al notar la cara roja del menor.

-Bastardo, eres el chocolate más empalagoso del mundo.- Escupió el de lentes con sorna a lo que el mayor ladeó la cabeza confundido.

-¿Chocolate?-

-Mamá dice que eres dulce como uno, pero ¿Sabes?  Es más bien por negro.- Se notaba que Jae estaba molesto y mucho, más  sin embargo DaeHyun soltó una carcajada ante la forma en la que el menor le veía; joder, era tan adorable su primo. -¿De qué mierda te ríes?-

-De ti, y de tu precioso apodo. Con gusto seré  tu chocolate, cachetón.-

 

YoungJae gritó tan fuerte y lanzó tantas cosas al contrario, que este tuvo que salir corriendo.

Notas finales:

<3 Review please


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