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Del odio al amor. por BigEastWarrior

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Notas del capitulo:

Lamento la demora, he tenido mucho que hacer con la escuela y eso :c apenas me da tiempo de escribir una línea por día (?)

 

Por mi retraso quise hacer este capitulo, para las que querían beso y así xDD sin más por el momento, me despido y a leer.

-¿Vas a salir?- Aquella voz idéntica a la suya hizo que Bang YongGuk se detuviera y girara el rostro hacia las escaleras.

-Si ¿Recuerdas a esa chica de la tienda de ropa?- Respondió haciendo un par de señas con las manos para ayudar a su gemelo a recordar.

-Ah… la linda de voz chillona- Agregó el mayor de los dos, lo que hizo a ambos reír.

-Justo esa, creo-

-Pues ve con cuidado. Cuando regreses quiero que escuches una nueva canción que escribí-

-Yo escribí algo también, cuando vuelva nos criticamos mutuamente- Dicho aquello y dedicándose un par de sonrisas más, el menor de los dos salió del lugar, dejando a un tranquilo YongNam parado en el segundo escalón.

-Es demasiado fea para ti…- Murmuró cuando ya no pudo más; a pesar de querer llevar una vida normal e ignorar eso que sentía por su hermano… no podía. A paso lento avanzó hasta el sofá de la sala y como todos los días se sentó ahí para ver televisión; esperaba relajarse y no pensar en que tanto andaría haciendo su gemelo con la chica esa.

Afuera, un emocionado YongGuk avanzaba por la acera, con ambas manos en los bolsillos de su pantalón y la mirada fija en el piso; hace tanto que no se daba tiempo de salir que el simple hecho de sentir el fino viento golpear su rostro y ver a unas cuantas personas caminar por ahí le animaba.

-¡Zelo!-  Aquella voz la conocía, estaba seguro, pero cuando se percató de lo que ocurría ya era demasiado tarde.

-Rayos…- Susurró el Bang menor, con el trasero pegado a la banqueta de concreto y una de sus manos acariciando su espalda baja. El otro chico, rubio y un tanto más alto se encontraba tendido del mismo lado de la calle, con su patineta volcada y rostro sonrojado.

-Bang hyung…- Murmuró el chiquillo con el rostro cubierto de vergüenza; por ir en patineta y hablando con JongUp ni cuenta se había dado de que el mayor venía de frente. Pocos segundos pasaron antes de que el más bajito se acercara a ambos y se colocara de rodillas entre ambos.

-Zelo, ¿Estás bien?... ah Bang hyung ¿Usted también?- Cuestionó el chico mirando a ambos lados para poder ver el rostro de los dos.

JunHong estaba seguro de que el gemelo menor pegaría un grito en el cielo a causa de tal descuido de su parte, pero no fue así.

-JunHong ¿Cierto? No respondiste ¿Estás bien?- Cuestionó el mayor de los tres luego de asentir a la pregunta de JongUp. El atento chico se levantó para poder dar su mano al rubio y este se sonrojó como nunca antes en su vida lo había hecho; YongGuk, el chico que admiraba le estaba ofreciendo su ayuda.

 

-Lo estoy- Murmuró muy suavemente mientras tomaba una de las manos del mayor para colocarse de pie. Moon mantenía sus pequeños ojos pendientes de todo lo que ocurría, aún sin poder creerse que su mejor amigo tuviese tan poca suerte como para tirar al tipo que le gustaba…

Bueno, podía ser pésima suerte o todo lo contrario.

-Me lastimé el tobillo- dijo el menor con una mueca de dolor mientras intentaba levantarse. Bang le sostuvo para que pudiese mantenerse en pie y echó un bufido al viento; a veces odiaba ser un buen samaritano.

-Vamos, los llevo al hospital-

Ambos chicos restantes alzaron la mirada hacia el mayor sin creer realmente lo que acababan de escuchar.

 

 

-DaeHyun, hay pastel en el refrigerador- El pequeño del hogar se encontraba agachado, husmeando dentro del frigorífico e intentando encontrar algo para calmar el hambre de su… ¿Novio? El sólo pensarlo le sonrojaba hasta el alma.

-¿De qué?- Cuestionó el rubio asomando la cabeza por el umbral de la puerta. Se acercó luego, disimulando las ganas de apretar el trasero de su acompañante; DaeHyun era apenas un año mayor pero sus hormonas difícilmente le dejaban en paz, a diferencia de YoungJae que ni se enteraba de todo lo que las ganas de tocar, besar y morder podían provocar.

-Manzana- Respondió felizmente el más pequeño con una radiante sonrisa en los labios. Se levantó luego de poco con el postre en las manos.

-¿Te gusta mucho la manzana? Recuerdo haberte visto comer varias en todo el tiempo que he estado aquí.- El curioso rubio tomó el plato que su contrario sostenía y comenzó a avanzar hasta la mesa; al mismo tiempo YoungJae cerraba el refrigerador y se acercaba a él a paso lento.

-¿Lo dices por el jugo de manzana, el pastel de manzana y las manzanas que siempre hay por la casa?- Cuestionó con una ligera risa llenando la cocina; era tan extraño ver a YoungJae tan contento y a la vez…  ¿Nervioso?

-Por eso y porque estas rojo como una manzana.- Aclaró el mayor dejando el postre sobre la mesa y extendiendo su mano derecha hacia el contrario. –Ven…- Ante la petición ajena, el menor en edad tragó saliva y se acercó apenas un par de pasos. –Bobo, más- Agregó después riendo divertido y yendo él mismo a rodear la cintura contraria con uno de sus brazos.

-¿Qué haces?- Murmuró el de cabello oscuro colocando ambas manos sobre el pecho de su primo, intentando alejarlo aunque no con mucha fuerza; cada cosa que YoungJae hacía a DaeHyun le llenaba de ternura.

-¿No se suponía que tú ibas a dormir?- Cuestionó intentando encontrar la mirada del pelinegro, el cual evitaba a toda costa mirarlo.

-Dijiste que tenías hambre y vine a buscarte algo. Come- Y sólo cuando Jung DaeHyun vio los bonitos y pequeños labios de su acompañante fue que se dio cuenta de lo que se llamaba obedecer a los instintos ya que sin pedir permiso unió sus gruesos belfos con los pequeños con sabor a cereza de YoungJae. El vello de la espalda de ambos se erizó, el rubio mantenía los ojos cerrados y el brazo derecho alrededor de la cintura adversa mientras que YoungJae tenía uno de los sonrojos más grandes que la humanidad haya visto. Sus temblorosas manos, sus ojos abiertos y su cabeza hecha todo un lío porque reamente, no sabía que carajos hacer. Sentía cosquillas por todo el cuerpo y que DaeHyun no hiciera nada más que mantener sus labios pegados a los propios le ponía la piel de gallina.

-Comeré lo que mi novio buscó para mi entonces- Dijo cuándo aquel roce ya había concluido y ahora se dedicaba a acariciar con su mano libre la mejilla del contrario. –Estás temblando… lo siento- agregó en cuanto notó el nerviosismo que se reflejaba en todo el ser que tenía en frente; se sentía un tonto, tal vez no debió hacerlo pero… carajo, no se arrepentía. YoungJae intentaba mirar el piso a la par que sus labios temblaban y sus manos aún más.

-Lo siento… no sé qué se supone que tenga que hacer- Ante las temblorosas palabras del menor, DaeHyun le tomó del mentón para mirarlo a los ojos.

-¿De qué hablas?-

-Ese… ese fue el primero- murmuró sintiendo que el aire le faltaba, mientras tanto el mayor intentaba acomodar las palabras en su cabeza.

-¿Tu primer beso?- ante el asentimiento contrario, el rubio suspiró sonriendo y le abrazó con fuerza.

-¿Qué ocurre…?- cuestionó sintiendo que se ahogaba por culpa de tan apretado abrazo.

-Es muy lindo…- Susurró a su oído, haciéndole estremecer y casi soltar un jadeo -Prometo enseñarte-  Con las manos aun temblando, YoungJae rodeó el cuello adverso, escondiendo después su rostro sonrojado en el pecho del mayor; le era un poco difícil puesto a que tenían la misma altura, pero no quería que le viera así.

-Me siento como idiota retrasado- Daehyun rió.

-¿Y eso?-

-Nunca nadie me había enseñado nada… y nunca me había sentido inferior a alguien en algo. Además mi corazón va demasiado rápido y me frustra no poder controlarlo- Respondió con voz calma y buscando no escucharse nervioso.

-Mírame- Pidió el rubio y luego de suspirar el sonrojado pelinegro obedeció. El mayor colocó su mano derecha sobre la mejilla contraria y pegó ambas frentes. La textura de la piel contraria, sus ojos de gatito y esos labios que aunque eran pequeños le hacían fantasear con un sin fin de cosas le llamaban a perderse en ellos, en esas finas facciones que hacían lucir a YoungJae tan perfecto como un ángel, uno de los más hermosos.

-No me mires tanto- pidió el tímido Jae mientras agachaba de vuelta la mirada.

-¿Por qué?-

-Porque me dan ganas de…- murmuró para luego morderse el labio inferior; carajo, ese chico parecía sacado de una escena de algún manga.

-¿De…?- el contrario negó y DaeHyun le alzó el rostro tomándole del mentón. –Tú no muerdas así tus labios, me dan ganas de devorarte- La cara de Jae en ese momento era todo un poema, uno confuso pero hermoso que le hacía ver a Dae lo inocente del menor.

-Con eso a… ¿A qué te refieres?- Hasta esa pregunta fue que comprendió; su primo era demasiado inexperto como para entender sus indirectas, aunque por su sonrojo y el latido acelerado de su corazón, era obvio que más o menos entendía el significado de aquellas palabras.

-¿Qué hora es?- Cuestionó el mayor acariciando la mejilla de YoungJae, el cual bufó al no obtener respuesta a lo anterior y alzó más el rostro para ver el reloj frente a él.

-Las 5-

-¿Quieres ir al cine? Aún podemos… o tal vez prefieres dormir-

 -Pues… - Las palabras del menor se quedaron atoradas en su garganta ya que el sonido de un celular le detuvo- Atiende- dijo después, separándose para darle espacio al mayor, éste asintió y sacó su móvil con una mueca de frustración; le habían arruinado el momento.

-HimChan, hola- Dijo recargándose en la mesada; YoungJae bufó molesto casi al instante… ¿Quién se creía ese llamando a Dae cuando le daba la gana? Con pisadas fuertes y ruidosas se encaminó a la sala, bajo la mirada del rubio que intentaba zafarse de su conversación con el comandante. –Eh no… lo siento tengo planes… si, con Jae, verás le prometí quedarme a cuidarlo, está algo enfermo… eh no, no, no tienes que venir, estamos bien, gracias… nos vemos el lunes en la escuela, vale, hasta luego- Apenas colgó, fue hasta la sala en dónde YoungJae se encontraba sentado y supuestamente mirando el televisor. -¿Pasó algo?-

-No- Respondió con la mirada al frente.

-¿Qué decidiste?- Cuestionó sentándose a su lado.

-Quedarme aquí, así tú puedes salir con HimChan- Respondió como si no le importara; no quería parecer un psicópata celoso, pero le era difícil controlarse.

-Mmm… - Con diversión, DaeHyun tomó el control remoto y apagó el televisor, haciendo que su primo girara el rostro hacia él con molestia- Bueno, si vas a quedarte entonces nos quedamos ambos, no quiero malgastar mi sábado con Chan cuando puedo quedarme aquí, a darte un par de lecciones- El rostro de Jae se sonrojó de nuevo y bajó la mirada. DaeHyun rió por lo bajo y en cuanto su pequeño primo estiró sus brazos hacia él, no dudó en acercarse para abrazarlo.

-Te quiero… idiota- Susurró el pelinegro con una hermosa sonrisa adornando sus labios a la par que disfrutaba del delicioso aroma contrario. DaeHyun suspiró y se separó apenas un poco para poder mirarlo.

-Y yo a ti… cachetón- respondió en voz baja antes de cerrar sus ojos y plantar un nuevo beso, uno que a ambos hizo estremecer ya que está vez, ambos pares de labios estaban entre abiertos.

Los belfos de DaeHyun se sentían húmedos y YoungJae no pudo evitar mover los propios, iniciando una danza algo torpe pero hermosa que al mayor le provocó varios suspiros.

 

Jadeos, amor y pequeñas caricias en los rostros y nuca de ambos.. esa sería una tarde dónde Yoo YoungJae aprendería a besar.

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer y si no dejan review un chino sensoal muere, gracias xD <3


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