Capitulo 15
El viento se sentía fresco, el clima era prefecto, la mano que sostenía en ese momento se sentía tan cálida que me llenaba y todo lo que sentía me hacia olvidar de cualquier cosa que estuviera pasando; un bello parque a mi alrededor, enormes arboles que me dejaban maravillada no importa las veces que los hubiera visto antes, las flores, como siempre, hermosas pero no tanto como la persona que iba a mi lado, que con tan solo su presencia me hacía sentirme en paz y tranquilidad, su mano era sostenida por la mía, la miraba cada tres pasos como no creyendo que estuviera a mi lado, me sentía con tanta felicidad en ese momento que todo lo demás quedo en el olvido, seguimos caminando por no sé cuanto tiempo que de pronto se me hizo demasiado corto, ella me sonreía, como lo recordaba, su sonrisa era la más hermosa que había visto, yo también sonreía como no había hecho en demasiado tiempo, solo con ella podía hacerlo, solo con ella me sentía así de bien, solo con ella podía ser yo y solo yo…
El clima cambio de manera radical, las nubes antes dispersas y blancas se transformaron el grises llenando por completo el antes azulado cielo, el viento comenzó a correr demasiado fuerte, un sentimiento de miedo se comenzó a apoderar de mi ser, el sentimiento cálido que sentía al sostener aquella mano se esfumo y solo sentía el frio recorrer entre mis dedos, mire a mi lado pero la persona que iba conmigo ya no estaba, desesperada comencé a correr y a correr pero no encontraba nada, los arboles antes majestuosos ahora me causaban temor y las flores antes hermosas se habían convertido en una horrible vista, seguía corriendo pero no podía ver a nadie entonces un grito hizo que se me erizara por completo la piel, me detuve abruptamente y gire sobre mis talones para correr en dirección al grito, ya no podía mas conmigo misma pero algo me decía que tenía que llegar al lugar del grito, necesitaba llegar… incluso corriendo el trayecto se me hizo eterno pero olvide por completo el cansancio al ver la imagen frente a mí, ella me daba la espalda y de frente podía ver al tipo con la gabardina, el mismo de aquel día, mis manos comenzaron a temblar, grite que corriera pero pareciera que no me escuchara, intente moverme pero algo me lo impedía, no podía hacer nada más que observar, una vez más, como me la arrebataban sin que yo pudiera hacer algo, comencé a llorar, lagrimas de impotencia al no poder hacer nada, de tristeza al ver una vez más aquella imagen pasar frente a mí, grite lo más fuerte que pude pero aun así no se movía, entonces sucedió, aquel sujeto saco una pistola, apunto y entonces… disparo, grite una vez más viendo como caía al suelo, en ese momento pude moverme, me acerque con paso inseguro los pocos metros que nos separaban, una vez más la imagen se repetía, ya a su lado caí de rodillas, su cuerpo estaba tendido en el piso, su cara daba contra el suelo y alrededor suyo se iba extendiendo una gran mancha roja, mis lagrimas no paraban y mis manos no dejan de temblar, acerque mis temblorosas manos para poder moverla y verla por última vez, con los ojos cerrados sin la valentía de poder verla todavía la sostuve en un cálido abrazo que ya no podía calentar su cuerpo, después de lo que me pareció una eternidad me llene del valor suficiente para abrir los ojos, pero no fue su imagen la que encontré, la persona que estaba en mis brazos no era otra persona que…
-MELISA!! – grite levantándome abruptamente del sitio en el que me encontraba, estaba temblando y no podía dejar de llorar, me sentía desubicada, asustada por la imagen que vi al final, mi respiración era entrecortada estaba a punto de gritar otra vez pero…
- tranquila – unos reconfortantes brazos me rodearon- todo está bien, solo era una pesadilla – logre reconocer la voz que intentaba calmarme, me separe rápidamente para poder mirarla y saber que de verdad era ella
- M-Melisa – dije casi en un susurro, ella se me quedo viendo con cara interrogante pero también muy preocupada, estire mi mano intentando tocarla
- An… - ella tomo mi mano entes de que tocara su mejilla, entonces supe que de verdad era ella, no la había perdido, me lance a ella abrazándola ella correspondió de inmediato
- estas bien – dije sin soltarla, tenía miedo, miedo a que ella se fuera, miedo a que me dejara sola, miedo a no poder tenerla conmigo
- ya acabo todo, solo fue un sueño – me acariciaba la cabeza intentando calmarme
- gracias Meli – le dije una vez me calme por completo, aun así seguía sin soltarla
- ¿por qué no intentas descansar un poco más? – me separe un poco de ella y la mire directo a los ojos, su mirada transmitía preocupación
- está bien – hice una pausa mientras me separaba mas de ella – pero ¿podrías… podrías acostarte conmigo? – no podía verme pero sabía que en mi cara un pequeño sonrojo se había hecho presente, aunque quien estaba al frente mío se puso como un tomate
- este… n-no te dejaría descansar, t-tal vez es mejor que llame a Mei - hizo el intento de levantarse pero yo la tome de la muñeca, ella volteo a verme
- por favor, no me dejes – no sé como lo dije pero su mirada cambio de una de nerviosismo a una tierna y comprensiva, se acerco mas a mí y me abrazo
- está bien, no te dejare – nos acomodamos ambas en la cama, que por cierto era la mía, no había reparado en que me encontraba en mi habitación
- g-gracias – dije abrazándola con un poco mas de fuerza, permanecimos así un buen rato, el sueño comenzaba a apoderarse de mi
- siempre estaré contigo An, porque yo te… - no pude oír mas, el sueño me venció, lo último que sentí es como besaban mi frente
No sé cuánto es el tiempo que estuve en el mundo de los sueños, pero me sentía mejor, mucho mejor; el cálido sentimiento con el que me dormí después de ese horrible sueño lo seguía sintiendo pero el calor que me brindaba el abrazo había desaparecido, con pereza abrí los ojos y me levante buscando a la persona que había estado conmigo antes de que me volvería a dormir.
-ya se fue – me dijo una voz
- ehhh? – era Mei quien se encontraba en la puerta de mi cuarto
-dije que ya se fue – volvió a repetir mientras se iba acercando a mi
- ¿ya se fue Meli? – dije desubicada
- sí, es a quien buscas, ¿no? – me miro con una sonrisa burlona
-b-bueno si, pero… - me sonroje no pudiendo continuar, ella se comenzó a reír
- vamos no tiene nada de malo que la busques – me dice mientras revuelve mis cabellos
- no hagas eso que ya no soy una niña – la miro enojada, ella se vuelve a reír
- yo lo hare cuando quiera – lo vuelve a hacer para luego alejarse unos pasos
- contigo no se puede – la miro enojada pero con una sonrisa en mi cara – ¿y las demás?
- pensé que solo buscabas a Melisa – me sonríe burlona, yo me vuelvo a sonrojar
-c-callate – miro a otro lado logrando que ella vuelva a reír – ya dime donde están las demás
- uyyy pero que carácter, las demás ya se fueron también – me responde y yo volteo a verla
- ¿Qué fue lo que paso? – le pregunto, su mirada se vuelve seria
- ayer al terminar el relato te desmayaste, por lo que dijo esa niña Melisa despertaste a eso de las 7, me conto que tuviste una pesadilla y luego de que te calmaras te volviste a dormir ya más tranquila, ella se fue de aquí cerca de las 9 junto con las demás, durante la noche entre tu tía y yo te hemos estado vigilando pero al parecer ya no soñaste nada… ahora mismo son las 12 del día – me termino de decir sin dejar de verme, como esperando alguna reacción negativa de mi parte
- ya veo… yo, recuerdo parte del sueño, no todo pero… - no encuentro las palabras para continuar
- ¿me vas a decir al menos lo que recuerdas? – asiento con la cabeza y ella se sienta al borde de mi cama
- estaba en un parque, iba paseando con alguien… todo estaba bien pero de pronto las cosas cambiaron… luego… luego paso, de nuevo lo vi… apunto su pistola y le disparo… yo… no pude hacer nada, otra vez no pude hacer nada… pero cuando me acerque, no era… no era ella – dije con dificultad, sentía un nudo en la garganta
- ¿quién era? – me pregunto Mei con voz suave, yo la mire con ojos llorosos
- e-era M-Melisa – dije entrecortadamente, Mei me abrazo viendo que estaba por llorar
- tranquila An, era solo un sueño, Melisa está bien – la voz de Mei tenía un toque maternal que me hacia calmarme
- lo sé… es solo que, se sentía tan real – quería tranquilizarme así que correspondí al abrazo de Mei con un poco mas de fuerza
Nos quedamos de esa manera por un rato, yo ahogando pequeños sollozos en su pecho mientras ella me acariciaba la cabeza en un gesto maternal, después de mucho tiempo sentía que no tenía el control de las cosas, que algo podía salir mal y quedarme una vez más sola, no quería volver a sentir esa soledad, no quería llorar mas por la pérdida de alguien, tenía que luchar, así es luchar por no perder a nadie más, por no quedarme una vez más sola, tenía que ser yo quien tomara el control de las cosas, esta vez no me arrebatarían lo que yo mas quería, espera… ¿dije lo que yo mas quería?
-no puede ser – dije en un susurro, pero con Mei tan cerca ella también lo escucho
- ¿qué paso? – me pregunto mirándome con preocupación
- Mei… no quiero – le dije sujetándola con más fuerza
- ¿qué es lo que pasa An, que no quieres? – me pregunta con voz suave, como si supiera ya que es lo que no quiero
- no quiero Mei, no quiero… - mis manos empiezan a temblar
- primero dime que es lo que no quieres – me separa un poco de ella para poder verme
- no la quiero olvidar – le digo con nuevas lagrimas que amenazan con salir de mis ojos
- no lo harás – me dice sonriendo con ternura
- p-pero… – no me continuar
- tranquila An, tu no la podrás olvidar, siempre estará aquí – señala mi corazón – y aquí – ahora apunta a mi cabeza – viviste muchas cosas con ella pero ahora tienes que avanzar, a ella… a Dulce no le gustaría que te quedaras estancada en el pasado
- yo… no se qué hacer – agacho la mirada, me siento tan confusa en estos momentos
- no tienes que decidir nada ahorita mismo – me toma del mentón para que la mire – solo piensa que es lo que sientes y ya todo irá saliendo naturalmente
- está bien – me limpio las lágrimas – gracias Mei
- veo que ya estas mejor Ángel – una tercera voz se hace presente, Mei quien me tenia medio abrazada intenta separarse de mí pero yo no la dejo
- si tía, ya estoy mejor – ahora mismo no me importa si está molesta o celosa, solo no quiero que Mei me suelte, no ahora, necesito a alguien cerca
- ¿cuánto tiempo lleva despierta? – pregunta después de un momento, yo tenía los ojos cerrados, seguía aferrándome a Mei
- despertó a las 12 – le responde Mei, ella ya no intentaba alejarse de mi
- ya veo, las espero abajo para comer algo – dicho eso escuche como salió del cuarto
- lo siento Mei – le digo unos minutos después de que mi tía se fue
- tranquila An, no tienes que disculparte, te dije que yo siempre estaría para ti, justo como en este momento – de verdad agradezco que Mei no me deje sola, no podría con todo si ella no estuviera conmigo
- será mejor que bajemos, no quiero tentar mi suerte – le digo separándome lentamente de ella, la verdad es que no tenia ánimos para comer
- bien, bajemos entonces – Mei me toma de la mano y así bajamos a la cocina donde mi tía nos esperaba
- gracias Mei – le digo antes de entrar a la cocina, la abrazo una vez mas y suelto su mano para entrar a la cocina con ella detrás de mío
- ya todo tranquilo – fue lo primero que dijo mi tía al verme entrar
- sí, ya todo tranquilo – le respondí con una sonrisa un tanto forzada, no me sentía del todo bien pero tampoco deseaba preocupar más de la cuenta tanto a mi tía como a Mei.
La comida no fue incomoda como me imagine que seria, tanto Mei como mi tía intentaban distraerme lo mas que podían, agradecía ese gesto por parte de ellas, la verdad es que no quería pensar en nada el día de hoy, ya mañana vería lo que haría con todo, principalmente con lo que acababa de darme cuenta hace unos momentos, aunque tal como me dijo Mei no pensaría tanto en ello, primero que nada me encargaría de la situación en que nos encontrábamos todas, y si algo pasaba en el transcurso que así pasara, yo no detendría nada, dejaría que todo tomara su curso, el que quisiera tomar.