Capitulo 20
La habitación quedo en silencio, ninguna de las dos decía nada, ella me observaba y en su mirar podía ver confusión, tristeza… no quería estar más en ese molesto silencio pero por alguna razón las palabras no salían de mi boca, es como si tuviera un nudo en la garganta que me impedía decir algo, antes de que pudiera malinterpretar mi involuntaria mudes me recorrí un poco, y palmee a un lado mío en la cama para que entendiera que se viniera a sentar conmigo aceptando hablar con ella, sin hacer ruido alguno avanzo hasta estar a mi lado, yo no parte la mirada de ella, las palabras atoradas en mi garganta seguían sin poder salir; una vez quedamos frente a frente la mire directo a los ojos, ella se sonrojo de inmediato y aparto la mirada avergonzada, yo en un acto inconsciente la tome del mentón e hice que me volviera a mirar.
-dime, de que quieres hablar – por fin las palabras aparecían, sin embargo no era exactamente lo que quería decir
- Ángel… – había dicho mi nombre completo, nunca me había llamado así a no ser que estuviera enojada
- te escucho – la miraba directo a los ojos, seguía tomándola por la barbilla
- ¿por qué? – su pregunta me causo confusión, note como en sus lindos ojos las lagrimas querían hacer acto de presencia
- ¿qué quieres decir? – conteste con otra pregunta, no podía entender a lo que se refería
- lo que estuvo por pasar en el parque… ¿no tuvo ningún significado para ti? – una lágrima cayo por su mejilla, mire como bajo hasta llegar a mi mano que seguía sosteniendo el mentón de Melisa
- por supuesto que tuvo significado – le dije mientras limpiaba sus lagrimas con mi mano libre
- ¿entonces porque actúas como si nada hubiera pasado? – su voz sonaba dolida, sin poder evitarlo la abrace, no podía seguir escuchándola de esa manera
- soy mala expresándome, con todo lo que está pasando debes entender que lo único que puedo hacer ahora e incluso desde antes es esconder todo lo que siento, siempre ha sido así y por más que quiera no puedo cambiarlo, aunque estos sentimientos sean demasiado grandes – lo dije sin pensar, una vez entendí lo que yo misma había dicho me sonroje o al menos así lo sentí ya que no podía verme, tampoco Melisa podía verme ya que la seguía abrazado
-¿eso quiere decir que sientes algo por mi? – ella misma deshizo el abrazo en el que estábamos y mirándome de frente me dijo aquello
- yo… - una vez las palabras no se dignaban a salir de mi garganta
- An… - en sus ojos podía ver esperanza, la tristeza se había marchado pero la confusión seguía ahí, ella me tomo de las manos
- Melisa… - fue lo único que pude decir, mi capacidad del habla se había esfumado y yo no estaba segura de lo que debería hacer ahora
- yo, estoy enamorada de ti… - la presión con la que sostenía mis manos aumento – y quiero hacer esto aunque luego me rechaces – sin esperar más y sin que yo tuviera tiempo alguno de reaccionar anulo la distancia en que se encontraban nuestros rostros y me beso.
El tiempo, del cual siempre estaba pendiente, se esfumo de manera repentina, y todo lo que podía sentir a mi alrededor dejo de existir para enfocarme en una única cosa o más bien en una persona; en cuanto me beso no pude reaccionar, había sido tan repentino que me quede en shock por un momento, cuando ella intento cortarlo yo desperté y entonces le correspondí haciendo el intimo contacto más duradero, ella paso sus brazos alrededor de mi cuello y yo la sostuve de la cintura, no sé cuanto duramos de esa manera pero no nos separamos hasta que el aire nos hizo falta.
-Melisa, yo siento muchas cosas por ti, sin embargo aun no se darles nombre – le dije sin despegar mi vista de esos hermosos ojos que tenia
- con lo que acaba de pasar me lo dijiste todo – respondió ella mientras posaba su mano en mi mejilla y una dulce sonrisa aparecía en su rostro
- yo, estoy segura de una cosa… - mis palabras llamaron su atención – no quiero tenerte lejos de mi – me sonroje, y ella también lo hizo, una pequeña sonrisa pareció en mi rostro al verla
- ¿aunque no sepas ponerle nombre a lo que sientes? – me pregunto mirando ligeramente en otra dirección, intentando evadir mi mirada
- estoy confusa, eso es verdad, aun así mis actos no me llevan a otro lado que no sea contigo – tome su mentón e hice que me mirara, una pequeña sonrisa apareció en su rostro
- quisiera saber qué es lo que pasa por tu mente en estos momentos – me abrazo repentinamente, yo correspondí de inmediato
- puede que suene algo atrevido, pero mi mente no ha dejado de pensar en que quiere volver a probar tus labios – ella se separo un poco y me miro un poco sorprendida, yo me había sonrojado más de lo que ya estaba y al parecer ella también, pose mi mano en su mejilla y fui acercándome despacio, vi como ella cerró los ojos y yo la imite, el contacto entre nuestro labios fue suave, delicado, tierno, el aire fue una vez mas lo que nos separo, aunque no nos alejamos demasiado
- ¿sabes que esto no se repetirá hasta que te aclares? – me dijo unos momentos después sin apartar la vista
- lo sé, y de verdad espero que no sea mucho tiempo – le sonreí, ella también lo hizo aunque volvió a sonrojarse
- creo que es hora de que me vaya, las demás deben de estar esperándome – dijo un después de un tiempo de vernos a los ojos en silencio, aparto la vista en dirección a la puerta, yo hice lo mismo
- te veré mañana en clases entonces – dije, vi como ella se levanto e involuntariamente la tome de la muñeca
- nos vemos mañana en clases – volteo a verme sonriente, se acerco rápido y me dio un beso en la mejilla que me dejo paralizada, sin hacer nada vi como ella se marchaba mientras una sonrisa aparecía en mi rostro, una muy grande y boba sonrisa.
No estoy segura de cuánto tiempo me quede viendo a la puerta con la esperanza de que ella volviera a entrar por ahí, lo que acababa de pasar me daba mucho y tan poco en que pensar, no había dudas de lo que sentía pero aun así era como si algo me impidiera dejarlo salir todo, como le dije a Melisa no tenia nombre para lo que me hacía sentir, aun así yo sentía demasiadas cosas a su lado y puede que eso sea lo que más me asusta, temo a no poder protegerla y entonces que se vaya de mi lado tal y como fue con Dulce, no quería que eso se volviera a repetir, de ninguna manera perdería a alguien más.
-no sé qué hacer – dije mirando todavía a la puerta – pero sé que no puedo ni quiero estar lejos de ella – pose mi mano en la mejilla que había recibido el beso, otra vez la boba sonrisa apareció en mi rostro, me recosté otra vez en la cama y me acomode, me vino el sueño demasiado rápido y sin darme cuenta me encontraba ya en el mundo de los sueños con una gran sonrisa en los labios
Esta vez no soñé nada, mi mente se quedo en blanco y al fin después de varios días pude dormir tranquilamente; como es costumbre me fui a la escuela y el día paso rápido, durante las primeras clases mi mente estaba en otro lado, más específicamente en una persona, Meli tenía monopolizada mi mente y la verdad es que no me molestaba, sabía que tenía que decirle algo lo más rápido que pudiera, no quería hacerla esperar demasiado por una respuesta a lo que me dijo el día anterior, aunque primero les daría las lecciones y luego ya vería como le digo claramente las cosas.
-¿An, puedo hablar contigo? – la voz de Sara me saco de mi ensoñación, volteé a verla
- claro, dime… - antes de que dijera algo mas ella me interrumpió
- me gustaría que fuera a solas – me miro seria, yo cambie mi expresión también a una seria
-está bien – me levante de donde estaba y me dirigí a la puerta, antes de salir mire disimuladamente al asiento de Melisa y me di cuenta de que ella no estaba ¿Dónde se había metido?
- tengo que comentarte algo An… - dijo una vez nos encontrábamos en la azotea, a esta hora nunca hay nadie por eso la traje aquí
- soy toda oídos – le dije mientras me recargaba en la pared que tenía cerca
- yo… creo que me estoy enamorando – dijo confundida, vi que se sonrojo levemente
- no veo nada de malo con eso – le dije cruzándome de brazos
- es que… creo que me gusta Melisa – eso ultimo lo dijo mirándome a los ojos, no había ningún atisbo de mentira en ellos, lo que decía era verdad
- yo… - no sabía que decir, eso no me lo había esperado, sabía que Melisa era bastante popular en la escuela pero que le gustara a Sara, nunca lo espere
- si te lo digo es porque puedo ver lo que sientes por ella, aunque todavía no le digas nada – suspiro pesadamente – también porque he visto como ella te ve a ti… puede que yo no tenga oportunidad pero…
- yo quiero mucho a Melisa – dije con seguridad
- y puedo verlo, no quiero que nada entre nosotras cambie – miro en dirección al enrejado de la azote y dio unos pasos hacia este
- yo tampoco quiero que nada cambie… quiero intentarlo con Meli – yo no deje de verla mientras le hablaba, ella me daba la espalda
- no hare nada, al menos no ahora, no me preguntes cómo pero puedo sentir que algo paso entre ustedes y no creo tener oportunidad alguna – después de decir aquello volteo a verme – pero ten por seguro que si las cosas no funcionan hare todo lo posible para que se fije en mi – me miraba seria, sus ojos me mostraban que aquello era una promesa silenciosa
-bien, yo te pido que si la llego a dañar la alejes de mi lado aunque a mí me duela – me puse derecha mientras decía aquello
- es lo que hare, no dejare que la dañes – eso fue lo último que ambas dijimos, sin decir nada mas bajamos de la azotea, llegamos al salón como si nada hubiera sido discutido y actuamos normal el resto de las clases
El sonido de la campana de salida se escucho por todos lados, el salón se vació rápidamente y las únicas que quedábamos dentro eran las chicas y yo, les pregunte si se iban conmigo de una vez o si llegarían después, Rocío y Sofía me dijeron que se irían conmigo y las demás pasarían primero a sus casas.
- ¿chicas podemos pasar al parque? – les pregunte después de unos 10 minutos de andar caminando
- claro An – me respondió Sofía sonriendo, ella iba de la mano de Rocío
- bien- seguimos caminando otros 10 minutos hasta llegar a otro parque que iba de camino a la casa, les dije que nos sentáramos debajo de un árbol, amabas accedieron.
- Rocío, Sofía… necesito un consejo – les dije después de un momento de silencio
- te ayudaremos en lo que podamos An – hablo Rocio
- gracias, la verdad es que me siento confundida – dije mirando al pasto
- ¿por qué? – pregunto Sofía
- por Melisa, no estoy segura de intentar algo con ella, tengo miedo de que las cosas se repitan – no las miraba, mis manos arrancaban de a poco el pasto que tenían a su alcance
- así es esto An, el miedo está presente en toda relación, el caso es saber controlarlo – la voz de Rocío se oía seria
- pienso que estaría mejor con alguien más, aun así no quiero que se aleje de mi lado, se que estaría a salvo con cualquier otra persona pero no quiero verla con alguien más – mordí mi labio inferior mientras seguía arrancando el pasto
- ¿alguien te ha dicho algo? – pregunto Sofía, creo que vio algo en mis gestos
- si… - fue lo único que pude decir
- si tanto miedo tienes es mejor que no intentes nada, antes de comenzar con las cosas toma el valor necesario para no arrepentirte a medio camino – la voz de Sofía también sonaba seria, demasiado
- quiero tomar valor, pero no sé dónde sacarlo cuando la gente más importante para mí se va de mi lado por mi culpa – dijo casi gritando
- tranquila An… piensa muy bien las cosas – una de las dos suspiro – ¿quieres que este contigo o estas dispuesta a verla con alguien más?
- quiero que este conmigo… quiero que este a salvo…– ahora suspiro yo – pero no soportaría que alguien más la alejara de mi
- entonces ya tienes la respuesta – me dijo Sofía
- solo no dejes que el miedo te venza, supéralo y ve con ella – hablo ahora Rocío, yo levante la vista y le sonreí a amabas
-gracias, ya sé que hacer ahora – me levante decidida pero antes de hacer cualquier cosa debía de preparar las cosas
- ¿nos vamos ya? – pregunte, ellas me miraron interrogantes – no lo hare ahorita, primero tengo que preparar algunas cosas, además tenemos que ir a la casa de mi tía
- tienes razón, vayamos entonces – ambas me sonrieron y entonces partimos una vez más en dirección a la casa de mi tía, seguramente las demás ya estaría ahí.