- Soy un peligro… es lo único que necesitan saber – les digo zanjando el tema
- no nos dirás más cierto – dice Karla triste
- no, lo siento – dije mirando en otra dirección
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Capitulo 5
- An… que va a pasar ahora?- pregunta Sofía
- yo… dejare este lugar – dije con un nudo en la garganta
- t-te irás? – dice Meli con miedo, cambiando su actitud anterior, de verdad que no la entiendo
- no puedo quedarme aquí… él sabe donde estoy y eso es un peligro – dije sin mirar a nadie
- no… no puedes irte – dice Meli con la voz quebrada
- así que nos dejaras- dice ahora Karla también triste
- lo sie… - alguien me interrumpe
- no creo que sea buena idea irte ahora An- me dice Mei detrás mío
- Mei… por que dice eso? – le digo desconcertada
- John traía una cámara entre sus ropas, transmitió todo lo que paso, ahora el rey sabe dónde estabas y con quien te estabas quedando, si te vas toda la escuela sufrirá y también lo hará la Srta. Esther- dice Mei mientras me extiende su mano – toma ya lo encontré
- gracias Mei- digo agarrando el collar y colocándomelo – entonces dices que lo mejor es quedarse aquí?
- eso es lo que pienso, al menos por el momento – me responde seria
- pero así las estaría exponiendo mas – le digo enojada
- si estamos aquí podemos hacer algo al respecto con lo que sea que venga, sin embrago si nos vamos ellas y tu tía estarán desprotegidas – Mei suena insegura, sin embargo creo que lo que dice tiene sentido, se de lo que es capaz “mi padre” y lo mejor será que no me valla de aquí hasta que las cosas se calmen un poco
- tienes razón, me quedare aquí hasta que el semestre termine, para entonces las cosas ya deberían de estar más tranquila – o al menos eso era lo que yo pensaba
- entonces no te irás An?- me dice alguien detrás mío
- por el momento no, pero tendré que hacerlo eventualmente – dije con tristeza
Después de eso nadie dijo nada, el ambiente se volvió tenso, mire a Mei quien se veía pensativa, luego mire a mis compañeras, todas tenían la mirada en el suelo, Karla se veía triste, Sofía, Rocío, y Sara se veían preocupadas, y Meli… se veía molesta, aunque sus ojos se veían tristes.
- bien, lo mejor será que nos vallamos – dijo Mei para romper el silencio
- donde te quedaras Mei?- le pregunte
- mmmm… ahora que lo dices no tengo donde quedarme – me dice como si nada
- vendrás conmigo, espero no se enoje tía Esther- digo con algo de angustia, nunca he visto a mi tía enojada de verdad y no quiero hacerlo
- Como se pueden ir así nada mas – grito Meli enojada haciendo que volteara en su dirección – acabamos de pasar todo esto y ustedes dos dicen que nos vallamos como si nada!!!
- Meli… es lo mejor por ahora – dije con algo de tristeza, no me gusta que la gente se enoje conmigo
Justo cuando ella me iba a responder un ruido bastante fuerte se escucho de afuera del almacén, Mei y yo salimos rápidamente, seguidas de Karla, Sofía, Sara, Rocío y Meli, todas las demás se quedaron dentro. Al llegar no se podía ver nada, una nueva nube de polvo no dejaba distinguir los alrededores, Mei estaba en posición defensiva al igual que yo, las demás se encontraban atrás de nosotras mirando a todos lados.
-sabias que no es bueno mentir, Ángel- una voz escalofriante hablo de algún lugar del gimnasio
- quien está ahí?- grite al ver que era a mí a quien le hablaba - además yo no he mentido
- eso no te lo diré… pero déjame decirte otra cosa- su voz me sonaba familiar sin embrago no la reconocía
- y por qué habría de hacerte caso? – dije enojada
- porque si no lo haces, pasara lo mismo que paso con Dulce – dice con seriedad la voz, me tenso al escuchar ese nombre
- tú que sabes de eso?- dije con algo de desesperación
- Todo a su tiempo – me responde tranquilo
- por favor, si sabes algo de ella dímelo… - dije con angustia y todavía más desesperada
- An…- escuche la voz de Meli detrás mío, sin embargo no hice caso
- ya te lo dije… todo a su tiempo, y para que sepas la verdad todavía falta – dice la voz – por ahora les recomiendo que no se separen, todas las que vinieron al escuchar el ruido deben estar contigo, las chicas que se quedaron en el almacén pueden irse
- porque es así?- pregunta Mei seria
- pueden o no hacerme caso – la voz se escucha más lejos – por ahora es todo lo que puedo decirles, nos volveremos a encontrar
- no, espera – grite – dime lo que sepas de ella, dímelo – mi voz disminuía y las ganas de llorar se acumulaban, apretaba mis ojos con fuerza, no quería llorar, ya no…
- An… - siento como Mei me toma del hombro – todo saldrá bien, ya lo veras
- gracias Mei- le sonrió con tristeza y volteo a ver a las demás
- chicas, no sé si confiar o no en la voz, pero por si acaso hoy ustedes se quedaran conmigo- les dije con la mayor naturalidad posible, de verdad que no quería llorar
- An… estas bien?- me pregunta Karla
- si… - le dije secamente- vamos a ver a las demás – y sin esperar la respuesta de alguien más me dirigí dentro del almacén, necesitaba calmarme.
Antes de entrar al almacén vi a Meli, ella se veía triste, ya no se veía enojada aunque ahora también se veia confundida, y eso por alguna razón no me gustaba. Después de hablar con las demás, y convencerlas de que nada iba a pasar las mande a sus respectivas casas, me costo un poco calmarlas y convencerlas de que nada pasaría pero al final todas accedieron a irse, me dijeron que no dirían nada sobre lo ocurrido el día de hoy, aunque se formaría de igual manera un buen rollo al día siguiente o hasta que vieran la destruccion.