Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

1004. por angykimchi

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es un one-shot original mío. 

Espero sea de su agrado. 

El suave y delicado olor a hojas de sauce embriagaban la nariz de Daehyun junto con el delicado olor a margaritas recién frescas.

Dio una vuelta a su alrededor, y de nuevo miró a lo lejos, separando el sauce de su vista como si buscase algo o a alguien.

Miró con detenimiento las hojas secas de varios árboles, mezcladas con un sinfín de colores. Caminó por encima de éstas, quebrándolas y arrastrándolas en su camino.

Quitó la delgada cinta roja que amarraba cuidadosamente a aquel papel verjurado. Lo abrió y leyó nuevamente lo que contenía.

“El que algo sea cierto no significa que sea convincente, ni en la vida ni en el arte.

Quiero que me esperes cerca del palacio Changdeok. Yo te buscaré. Quédate cerca donde pueda verte. ¿Quieres otro pedazo de tu postre favorito? Entonces espera.

Youngjae”

Youngjae siempre consideraba bueno y elegante el poner una frase célebre y que causara reflexión a los demás al momento de leer sus cartas. Era ya una costumbre que él guardaba desde hacía años atrás.

Daehyun sonrió tentativamente al papel y volvió a enrollarlo con la delgada cinta roja haciéndole un pequeño nudo. Se sentó bajo el árbol y trató de visualizar cómo es que vendría vestido esa tarde Youngjae. Se recargó sobre el rígido tronco marrón. Se propuso descansar hasta que llegara Youngjae, pero después de un par de segundos, una figura masculina se posó en frente de su vista.

—Hola —El menor sonrió y su sonrisa bailó al son de una música floral en el ambiente —. Perdón por la tardanza. Me topé con un embotellamiento terrible.

El mayor se levantó del césped, tiró del brazo de Youngjae y lo acercó bruscamente hacia él. Youngjae estaba a punto de caer, así que se tuvo que agarrar del tronco que yacía detrás de Daehyun, acercándose más al mayor.

—¿Qué me querías decir? —La suave y a la vez grave voz de Daehyun resonó en su oído como una dulce sinfonía infantil —. ¿Por qué tanto misterio?

Youngjae se separó del mayor, alisó su ropa y lo miró  francamente a los ojos.

—Realizaremos un viaje de caridad —Pronunció y Daehyun comenzó a reír. Él frunció el ceño, con un visible enojo en sus ojos.

—¿Qué darán? ¿A quiénes? —Daehyun posó sus delgados brazos en los hombros del menor, haciéndolo ruborizar.

—A personas necesitadas. Es un proyecto que Himchan, Junhong y yo hemos venido pensando desde años atrás.

Explicó Youngjae con la mirada puesta en el polo blanco de Daehyun y sobre ésta un pequeño suéter gris que Himchan había regalado en su cumpleaños número 20 cuyas mangas largas llegaban hasta las pálidas manos del mayor, juntándolas en un gracioso ademán que Daehyun hacía cuando Youngjae estaba cerca de él. Youngjae amaba ese suéter, pero sobre todo amaba cómo le sentaba a Daehyun aquel suave y delicado color sobre su torso delgado.

—¿Yo no estoy invitado? —La mirada de Daehyun estaba tentadora a los suaves y cálidos rayos solares de aquel 4 de Julio.

—No. Sólo iremos nosotros hacia Suwon.  

—No entiendo, ¿qué harán para la caridad? —Preguntó Daehyun levantando las cejas.

—Ayudaremos en instituciones. Demasiada charla, tengo que irme ahora —En un solo movimiento, Youngjae volteó y Daehyun lo agarró por la muñeca, haciéndolo girar sobre su pecho.

El dulce aroma varonil que Daehyun emitía hacía delirar claramente al menor aunque el mayor no lo supiera. El estar tan cerca de él lo hacía delirar claramente.

Cuando Daehyun lo tuvo sobre su pecho, no desaprovechó la oportunidad para levantarle su delicada y frágil barbilla para posarle un obelisco sobre sus carnosos labios.

—Te amo —Daehyun tomó sobre sus grandes manos la pequeña cara del menor y juntaron sus frentes.

Youngjae sonrió, se soltó del agarre de Daehyun y se marchó.

Daehyun se quedó allí, espléndido a que terminara aquel viaje para que, cuando volviera pudiera hacer lo que hacía meses estaba anhelando hacer: Pedirle matrimonio. Contraer casamiento junto a la persona que más amaba en todo el mundo.

Él contaba en que nada, absolutamente nada se impondría en su camino.

Sonrió victorioso y comenzó a caminar, tarareando la bella canción que las abejas cantaban a su alrededor, poniendo la dulce miel, felizmente bellas y satisfactorias.

 

 

Youngjae tenía que reunirse con aquellos chicos a la puesta de sol y de allí se irían a la ciudad mencionada.

El primero en llegar fue Himchan, cuyo grisáceo Volkswagen  Scirocco 2010 esperaba desesperadamente a los demás.

Yoo tocó inaudiblemente el vidrio del copiloto, haciendo a Himchan despertar. Abrió la puerta y se encontró con el despeinado cabello del menor.

—¿Qué te has hecho? —Preguntó acomodando su cabello —. Te dije que no fueras a visitar a Daehyun esta vez. Es demasiado temprano para hacer esas cosas.

El comentario del mayor hizo que el tono natural del rostro de Youngjae sufriera un cambio inverso. Su rostro se convirtió en un color carmesí intenso haciendo a Himchan reír.

—Dime que tan solo es una broma. No te mientas a ti mismo que te he oído gritar el nombre de Yongguk al medio día —Himchan calló.

Un invisible espectro de silencio e incomodidad se hizo presente hasta que llegó Junhong sentándose en los asientos traseros.

—Lo siento, lo siento tanto —Junhong suspiró dejando su pequeña maleta en el respaldo del asiento —. Jongup no dejaba que viniese. Decía que tenía que regresar lo más rápido posible.

—¿Por qué son tan melosos? Lo mismo le pasó a Youngjae y creó que pasó del límite —Himchan giró la llave del auto en  el orificio —. A mí solo me dijo que llegara para hacer la cena —Y arrancó.

 

 

—No tengo nada que hacer —Insistió vía telefónica Daehyun.

Te he dicho que vengas hacia acá. Estamos Yongguk y yo. Anda, ven. Estamos igualmente aburridos.

—¿Qué planean hacer? —Daehyun bostezó y sacó la tostada horneada del tostador cuando éste sonó.

—Un trío —La voz de Yongguk sonó en el teléfono y en el fondo resonó la carcajada de Jongup.

—Oh, vamos. Saben que no soy de esos —Daehyun dejó escapar una risilla —. Soy completamente fiel.

—Deberías de aprender otras formas y tácticas para cuando contraigas matrimonio y para la luna de miel.

—Un trío es de tres. Lo sabes, ¿verdad?

Tan solo ven acá o nosotros vamos para allá y te coge… —Daehyun colgó, agarró las llaves de su Audi y salió de su departamento.

Una noche no tradicional.

Una noche que cambiaría el rumbo de las cosas.

Aparcó junto al edificio marrón donde Jongup vivía y entró al apartamento 1989. Allí estaban ellos, horneando quién sabe qué en un microondas.

—¿Qué hacen? —Preguntó Daehyun.

—Hacemos galletitas —Yongguk sonrió mientras miraba por la ventanilla del horno de microondas.

—Serán idiotas. Esas no se hornean así. Exactamente toda la repostería se hornea en el horno tradicional.

—¡Te lo dije! ¡Sácalas! ¡Sácalas! —Jongup abrió la puertilla del horno de microondas saliendo tras ésta una enorme nube de humo.

—Puaj.

Daehyun viró los ojos y se recostó sobre el sofá, prendiendo la televisión.

—Estoy terriblemente aburrido. Si Youngjae estuviese aquí lo llevaría a cenar y luego lo tendría sobre mis piernas —Suspiró fuertemente.

—Te digo, te digo que hagamos un trío —Yongguk sonrió de nuevo, ganando una paliza del menor.

 

 

En el auto venían cantando a todo pulmón la canción Alive de Empire of the sun.

 —¿Trajiste cerveza? —Preguntó Junhong acercándose a los asientos delanteros, refiriéndose a Himchan.

—Sí, sí. Por allá está —Himchan señaló el guantero —. Sácalas, Youngjae.

Aquella fría noche sucedió el accidente.

 

 

Daehyun había decidido dormir en casa de Jongup. Ya era tarde y la brisa nocturna era cálidamente fría. Quedaron dormidos hasta las tres de la madrugada, contando eventos pasados que todos los presentes recordaban con burla.

—En serio lo digo. Me acuerdo cuando Junhong no podía caminar cuando Jongup se lo cogió por primera vez —Los tres rieron sonoramente, causando molestias a sus vecinos.

A las tres de la madrugada, ya todos se encontraban durmiendo en una posición no muy cómoda. Pero habían logrado dormir al menos.

A la mañana siguiente, el único que primero despertó fue Jungup, quien había tomado una humeante taza de café y había salido a comprar en pijama el periódico de esa mañana. Se sentó en la mesa de mármol y escupió el café cuando leyó el titular del papel periódico. Tiró su taza de café, haciendo que las finas capas de porcelana se esparcieran en el suelo. Jongguk y Daehyun se levantaron por el estrepitoso ruido.  

En el periódico del día siguiente mencionaba la nueva noticia.

“Tres jóvenes de alrededor de veinte años pierden la vida tras accidente automovilístico en la carretera de Seúl – Suwon”.

“Se revela que los nombres de las víctimas son Yoo Youngjae, Choi Junhong y Kim Himchan.”

Los otros dos amigos se acercaron a Jongup, leyeron la noticia y cada quién mostró su frustración, dolor y… pérdida.

 

El suave y delicado olor a hojas de sauce embriagaban la nariz de Daehyun junto con el delicado olor a margaritas recién frescas.

Hacía más de un mes que el entierro de Youngjae había tenido lugar y él se encontraba nuevamente en aquel parque.

Se sentó en el mismo sauce, reclinó su cabeza sobre su rodilla izquierda y quiso llorar, pero no se atrevió. Lloraba todas las noches, pensando en que el amor de su vida se había ido. No se había ido temporalmente, dejándolo. Eso lo hubiera preferido, que se hubiese ido por un enojo. Se había ido para siempre. No lo volvería a ver.

Sus pensamientos chocaban contra su cabeza una y otra vez, recordándose aquellos momentos finos e inolvidables que había tenido junto al otro chico. Movió su cabeza y se encontró con una carta, cerca del tronco del sauce, en el interior de un hueco de éste. Estaba refinadamente en un sobre amarillo y un sello tridimensional rojo pegaba sobre éste, pegándolo para que no se abriera.

Él agarró aquella carta y vio que decía en el frente un nombre. “Daehyun” se podía leer en letras cursivas. Sonrió tiernamente, guardó la carta y se la llevó a casa.

 Nunca se atrevió a abrirla.

 

 

Daehyun se había casado ya y se había divorciado después de dos años. No era lo mismo junto a su reciente pareja. No sentía la mismo que con Youngjae y nunca volvería a sentir lo mismo. Porque el amor solo llegaba una vez.

Suspiró, abrió uno de los joyeros de madera que mantenía sin tocar. Abrió el primer cajón y se encontró con el anillo de compromiso que le daría a Youngjae ese día…

Abrió el segundo cajón y se encontró con una foto de ellos dos, besándose.

Abrió el tercer cajón y se sorprendió por su contenido: La carta de hacía cinco años se conservaba allí.

La tomó en sus dedos frágiles y corpulentos y desprendió el sello. Sacó el papel y leyó, cuidadosamente.

“Daehyun.

 

Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?

Esta vez empecé con tu nombre y no con la frase. Porque lo que más amaba antes eran ese tipo de frases, por lo que siempre las ponía en el inicio. Ahora lo que amo eres solo tú. Eres lo más refinado y elegante para empezar una carta. Lo escribo con tanto amor que se me sale una estúpida sonrisa al pensar en ti.

Acabo de sonreír porque pensé en ti.

Seguramente acabas de encontrar esta carta bajo el sauce porque te cité otra vez. Te dije que la encontraras y terminé ganando yo, ¿verdad? Luego voltearás, me darás un puñetazo y me besarás.

Y, ¡Antes de que lo hagas lee esto! Te amo como nadie antes ha amado. Quiero que tú y yo seamos los ejemplares del amor puro y vivo. Te amo como nadie antes ha amado.

Ahora ve el contenido del sobre nuevamente…

¿Te quieres casar conmigo?

Youngjae”.

Notas finales:

Gracias por leer. Espero les haya gustado.

Dejen reviews si les ha gustado. 

Gracias. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).