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La lucha del amor por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, disculpen la demora con este fic como habrán notado subí la continuación de Aprendiendo a Sentir y un Oneshot que al parecer no les gusto :’( como les gusta hacerme sufrir he, ni un Review, yo que le puse muchas ganas, pero bueno, al parecer no les gustan las parejas de Asgard, ¿Qué se puede hacer no? Les gustan las parejas traiciónales, como a mi XD, eso me gusta!!!! así que me enfocare en eso, las parejas comunes (MiloxCamus, SagaxMu, DeathMaskxAfro, Aioria x Shaka, Aioros x Shura y todas las demás, no garantizo parejas de bronce)

La suave brisa movió con lentitud las cortinas blancas de la habitación, Milo se levantó a cerrar la ventana, sintiendo el frio del ambiente, mientras maldecía a Céline por no cerrar la ventana durante la noche, ya que según él, Camus prefería un ambiente más fresco y no cálido, como el santuario en los veranos griegos. Miro la mesa de luz, donde descansaba una carpeta marrón amarillenta, los papeles sobresalían, revueltos tras ser leídos la noche anterior. El santo de escorpio tomo la carpeta, volviendo a abrirla para releer aquellos informes.

-Igualito a Hyoga- exclamo en cierto modo sonriendo en burla, aunque internamente se sentía acongojado al saber la verdad.

La información en las carpetas, a pesar de los años, de la humedad que a aquella había manchado, se leía con tanta claridad que el propio santo dorado pensaba que era como un hecho divino muy marcado que los papeles aún se pudieran leer. El pequeño Mortimer era un niño que había salido de un orfanato de Paris, antes de ir al hospital donde falleció, un hospicio católico que el santo dorado recordaba haber escuchado que había sido hogar de innumerables abusos y violaciones de menores, no le sorprendió también leer  como había llegado, Mortimer no había contraído Tuberculosis estando en Francia, fue ingresado por una gripe, aislado de la sociedad por que posiblemente tenía tuberculosis, enfermedad que terminó contrayendo al estar en el sanatorio.

Milo miro a la cama y miro sorprendido, por lo que recordaba en aquella cama solo dormían Camus junto a él, y en la del frente estaban Hyoga e Isaac, ahora en el lecho que compartía con Camus estaba un niño de cabellos negros durmiendo, abrazando a Camus.

-¿De dónde salió este?- pregunto acercándose para verlo más de cerca e intento tocarlo, pero apenas acerco su mano, esta se hundió en la cabeza del pequeño- Lo atravesé… ¿Mortimer?

El niño despertó lentamente, como si hubiera estado durmiendo apaciblemente y al ver a Milo que había hundido en su rostro su mano tuvo gran temor, por lo que retrocedió, al ver a Camus no tardo en ocultarse en sus brazos.

-He, no temas, me llamo Milo, Soy amigo de Camus…jeje…perdona si te asuste, Mortimer.

-¿Cómo sabes mi nombre?- pregunto en susurro.

-¿conoces a Céline?- pregunto, el pequeño le asintió con la cabeza- él te presento, aunque no pensé conocerte tan pronto.

-Camus- exclamo con temor, abrazándose más al francés.

-¿Puedes ver al señor negro?- pregunto Milo buscando con la mirada y luego saco la uña de su mano derecha a relucir- yo me encargare de él, soy el santo dorado de Escorpio, nadie puede contra mi gran poder.

-Allá- señalo hacia la puerta, aunque su expresión de temor cambio repentinamente al ver la mano de Milo.

-¿Te crees demasiado listo para asustar al pequeño Mortimer he? SCARLET NEEDLE- Exclamo atacando a la puerta, la cual ante el gran cosmos de Milo estallo.

Hyoga, Isaac y Camus despertaron al sentir el gran cosmos de Milo elevarse y el grito que dio cuando este ataco, sorprendidos por el accionar del escorpión los tres se miraron, sin percatarse del nuevo compañero de cuarto, hasta que este comenzó a aplaudir contento.

-Otra vez, otra vez- pidió el pequeño de cabellos negros emocionado al ver lo que hizo Milo.

-¿Ya se fue el señor Malo?- pregunto Milo sonriéndole.

-Esta allá- señalo ahora la ventana-allá.

-Pero…la acabo de cerrar.

-Camus ¿están bien?- exclamo agitado Céline al sentir el cosmos de Milo elevarse momentos antes.

-Aun lado, hipócrita, voy a destruir al señor negro.

-¿Qué señor negro?- pregunto Mirando a Milo molesto- aquí no hay nadie más que ustedes.

-Mortimer dice que ve al señor negro…

-Milo, en el templo de Asclepio solo entran vivos y quienes son guiados por los Apotropeos en el caso de espíritus, nada más…el niño te engaño.

-Ahí estaba- señalo el pequeño ocultándose en los brazos de Camus, lo que lo hizo sonreír.

Céline se acercó a la cama, al ver a Milo a punto de volver a atacar, esta vez a la ventana, se puso a la altura del pequeño y lo miro sonriendo- Dime la verdad, él no puede entrar aquí, ¿querías ver a Milo haciendo el ridículo verdad?  Lo vas a ver haciendo el ridículo a toda hora, pero no digas mentiras, eso está mal.

-Señor malo- lo señalo.

-Él sabe bien a quien escoger- sonrió Milo- ahora lárgate.

-Está bien, pero deja de destruir la habitación, idiota- exclamo Céline incorporándose- voy por el desayuno hermano, no me tardo.

-Adiós, adiós- se despidió Mortimer sonriendo.

Céline salió de la habitación, no sin antes mirar como el pequeño le sonreía feliz, en su mente comenzó a pensar y una pregunta salto a su mente ¿Qué seria del niño meses después cuando tuviera su cuerpo nuevo?  Sus facciones cambiarían, pasaría de tener cabellos negros a tener los cabellos de su hermano o quizás los de Milo, era lo más seguro, sus ojos serian de un color más claro, no los negros que ahora tenían, la piel de él sería más clara, y probablemente quizás sus nariz sería más redondeada. Llego a la cocina, dispuesto a preparar el desayuno, a pesar de que en ese cuarto había cinco integrantes solo debía ocuparse de los primeros cuatro, ya que Mortimer no poseía un cuerpo material y todo lo que lo tocara lo atravesaría, además que era imposible que tuviera hambre.

-¿Piensas lo que creo que piensas?- le interrumpido su camarada- sabes que eso está mal.

-No debo pedirte permiso a ti, Santorini.

-No es a mí  a quien debes hablarle, es al señor Apolo, a Athena…pero lo que quieres hacer esta fuera de todo contexto…

-Sabes que es la única manera para revivir al niño, sin afectar a otros…aunque ¿Cómo hablarle al tonto de Milo sobre lo que tiene que hacer?

-Sin incluir a otros…estas metiendo a Milo de escorpio en eso.

-Es el novio de mi hermano, imposible que no meta las narices…además, para que un niño llegue a este mundo se necesita de dos personas, no de una…para mi infortunio la segunda es Milo.

-¿Crees que tu hermano pase exitosamente? Estás loco, no pasara ni una semana.

-Yo estaré a su lado- sonrió- El los pasara, es fuerte y tiene un gran corazón.

Una presencia poderosa entro a la cocina, los dos apotropeos se inclinaron en modo de respeto, el dios que acababa de entrar no era otro que el mismísimo Apolo, quien venía acompañado de su sequito de acompañantes, servidores del dios sol. Apolo miro a ambos sanadores de manera seria, sin perder su calma y a la vez reprochándoles con la mirada. Inclinados, cabeza abajo, los dos hombres no dijeron nada, esperaban las palabras del dios para asentir a cada una, como todo guerrero a la orden de un dios, sin saber que tenía este que decirles.

-Apotropeo de la convalecencia, te he estado buscando.

-¿Qué se le ofrece señor Apolo?

-Se me ha informado que recurrentemente asistes al Sanatorio que se encuentra en la isla, lugar destinado como castigo para las almas impuras.

-Solo he tenido que asistir al Sanitario un par de veces, la primera fue cuando Milo y Camus escaparon por mi propio descuido y la segunda vez fue para poder cumplir con un pequeño pedido de mi hermano.

-Tu hermano no es nadie ni tiene razón para que vayas a ese lugar, no debes obedecerle.

-Lo sé, señor Asclepio, pero mi hermano aún no se encuentra bien,  aún no termina de estabilizarse, su cosmos siquiera ha comenzado a brillar, como debería hacerlo, me temo que la situación de mi hermano es complicada, pero, en su escape, al parecer, el alma de un niño, inocente, un alma pura…señor Apolo el merece una segunda oportunidad de vivir, permítame por favor dársela.

-Una vida puede ser justificada, pero dos vidas ya es un exceso,  atentando contra el designo de los dioses Asclepio revivió uno tras otro,  su castigo fue morir y ser elevado a los cielos,  yo no te defenderé ante los demás dioses, si estos deciden castigarte por tu osadía de creerte superior a nosotros, tu castigo será justo.

-Pero señor Apolo- interrumpió sorprendido.

-Piensa lo que vas a hacer, pero esta vez no volveré a ser castigado por un arrebato, como ocurrió cuando mi hijo Asclepio murió, la decisión de los dioses es definitiva, en tus manos está tu destino muchacho, piensa con cuidado que vas a hacer.

-Si señor- asintió mirando al suelo abatido.

Apolo se alejó lentamente sin mover aquella mirada de seriedad en su rostro y camino buscando a los demás santos de Atenea y se sorprendió al ver que faltaba una puerta, donde un niño de cabellos negros estaba señalando cada parte del cuarto, Hyoga y Milo atacaban usando un mínimo de su cosmos al parecer atacando al aire. Sonrió de ver aquello y camino a donde estaba Atenea y el resto de los santos, quienes estaban despiertos, Shiryu, Shaka y Mu estaban meditando tranquilamente, Kiki  buscaba la atención de su maestro, el cual sonreía de sentirlo gritarle contento. Aioria estaba calentando músculos, ayudado por Seiya, quien insistió en ayudarle, Shun estaba arreglando la habitación mientras Ikki parecía más interesado en ver qué pasaba por la ventana.

-Apolo- interrumpió Atenea.

-Athena, hermana- sonrió acercándose a ella y le tomo la mano-¿Cómo han amanecido tú y tus santos hoy?

-Muy bien- sonrió- todos están perfectamente.

-Athena creo que con tus santos ya recuperados podrás regresar al santuario.

-Quiero darte las gracias por todas las atenciones que tus Apotropeos han tenido con mis santos dorados- exclamo sonriendo- Apolo has demostrado tener una gran delicadeza y comparecencia ante este asunto tan delicado con los Apotropeos, con mis santos.

-Hermana, me gustaría decir que el crédito es todo mío, pero no es así, el apotropeo de la convalecencia paso más de quince años pidiendo a los dioses que se compadecieran de él, paso quince largos años pidiendo por su hermano  ¿Qué hicimos nosotros los dioses? Lo ignoramos, trece años atrás el pidió nuevamente, pero el santo dorado ya se había formado, ya no era decisión mía o de otros dioses, era tuya, siendo tu una bebe que acababa de reencarnar, la respuesta fue un rotundo no, cuando finalmente Camus de Acuario falleció en la denominada rebelión del santuario, la respuesta fue clara, otro no, Hades lo reviviría después, el apotropeo nos acusó de ser los causantes del sufrimiento de su hermano, de que este se revelara contra los dioses, solo porque nosotros no lo escuchamos… a quien deberías agradecerle hermana, es al apotropeo de la convalecencia, en su gran afán de recuperar a su hermano he ahí a tus santos dorados como el resultado.

-¿Por qué tanto verso Apolo? No estamos en el olimpo- sonrió al escucharlo.

-No estaremos en el olimpo pero como Dios debo comportarme según lo que yo soy, pero, quiero pedirte una atención, Athena.

-Dime.

-Quiero evitar una posible catástrofe que sacudirá tanto a sus santos como a los demás Apotropeos, de ser posible, por favor, tú y tus santos deben marcharse lo antes posible de aquí.

-Apolo.

-El apotropeo de la convalecencia se ha segado ante la sangre, me temo que está comenzando a dejarse llevar por lo que su corazón dicta y no su deber, olvidándose de quien es el, a quien sirve y la distancia real que existe entre su hermano y el, como sabes, cuando un mortal se cree dios o comete errores tan graves, solo hay un castigo y es la muerte.

-Apolo- exclamo sorprendida.

-Ya paso con mi hijo, Asclepio, un ser humano con tal habilidad para sanar que incluso revivía a los muertos, tomándose atributos de un dios, su castigo fue la muerte y me temo que, si el apotropeo de la convalecencia continua fraternizando con su hermano menor, no habrá vuelta atrás con él…

-Te entiendo, Apolo,  hoy mismo nos marcharemos para evitar esa calamidad.

-¿Puede ser después de desayunar?- interrumpió Seiya sonriendo mientras se tomaba el estómago- tengo hambre.

-Por supuesto Pegaso, cuando gusten.

En la habitación, todos, menos Ikki, comenzaron a reír al sentir el rugir del estómago de Seiya, el cual fue comprado con el rugido de un león, lo cual no le hizo mucha gracia a Aioria aunque continúo riendo. La diosa de la sabiduría luego se levantó y se encamino, sin escolta, hasta la habitación donde aún los caballeros de Cisne y Escorpio lanzaban pequeños haces de hielo y luz contra la nada, al ver a su diosa ambos santos se pararon en seco y le miraron con una sonrisa divertida.

-Milo, Hyoga, me alegra que se diviertan juntos, pero creo que no deberán jugar con su cosmos, podrían lastimar a alguien- exclamo sonriendo y se acercó a las camas, notando al pequeño niño ahora presente- ¿Cómo han amanecido hoy? ¿Se sienten mucho mejor?

-Buenos días, Athena- exclamo Camus-Mortimer, saluda con respeto a la diosa por favor.

-Hola- exclamo en susurro el pequeño de cabellos negros- ¿Cómo te llamas?

-Vamos, no seas tímido, ella no va a lastimarte- acoto Camus mirando al menor.

-Maestro, así no fue con nosotros- Bufo Isaac molesto.

-Ustedes no eran tímidos, Isaac cuando te presente a Hyoga lo primero que dijiste fue, te vas a ir pronto, porque la armadura iba  a ser tuya.

-Y yo termine siendo el santo de cisne- sonrió en burla Hyoga.

-Por tramposo, apuesto que el maestro no sabe lo que hiciste.

-Si lo sabe…

-¿lo de la casa de libra?- pregunto mirando seriamente- claro que lo sé, los chismes vuelan cuando uno va al mundo de los muertos… ¿Milo tú me pusiste la moneda con la que desperté en la boca?

-Es la tradición, debías darle esa moneda al barquero ¿se la diste?

-No- susurro sonrojándose.

-¿Como que no?- pregunto atónito acercarse.

-Era un recuerdo tuyo…- explico- tenía tu cosmos y no quería…separarme de él.

-¿Por qué?- pregunto Mortimer- ¿Quién es el barquero? ¿Para qué hay que darle una moneda? ¿Qué es el mundo de los muertos? ¿Por qué estuviste allí? ¿Cómo llegaste?

-Eres muy curioso- sonrió Camus- bueno, ¿Cómo te explico todo eso?

-Tú me dijiste que ya te habías dormido antes ¿Cómo es arriba? ¿Hay ángeles? ¿Viste a dios?

-No- exclamo mirando al pequeño curioso- ¿Cómo te explico? Yo soy un santo de Atenea, diosa de la sabiduría.

-¿Quién es Athena?- pregunto- ¿es como una virgen?

-Eres muy curioso pequeño- se acercó Saori- vine a decirles que después del desayuno está previsto el regreso al santuario, Apolo me aseguro que ya todos pueden regresar, pero deberán cuidarse, en especial tu Camus que aún nos ha recuperado tu cosmos, requerirás mucho descanso.

-¿te vas a ir?  No te vayas- exclamo el pelinegro- el señor negro no se acerca a ti.

-¿Él puede ir con nosotros?- pregunto el francés- no puedo dejarlo solo…

-Mortimer es un alma, un fantasmas si así lo quieren definir- interrumpió Celine trayendo el desayuno- no tiene cuerpo material, cualquier cosa podría atravesarlo sin ningún problema.

-¿Y eso qué? Él se va a ir con nosotros.

-Mortimer solo puede mantener esa forma si se mantiene aquí, de lo contrario, si se van, Mortimer regresara al sanatorio.

-No, no quiero, el señor negro es malo, no quiero- exclamo llorando- Camus.

-Por más que me digas que él no es real, yo veo y siento su temor, veo y siento sus lágrimas- acoto Camus abrazándolo- quiero llevármelo…

-Puedes llevártelo, pero no garantizo que se valla contigo, los dioses castigaron a los que Vivian en aquel sanatorio, juzgándolos como almas impuras, por eso están allí…

-Céline- interfirió Saori- no existe alma más pura que la de un niño, sus ojos demuestran su ternura y su bondad, hablare con mi hermano, estoy segura que él puede hacer algo.

-Pero Athena…- interfirió.

-Se lo que quieres hacer, estoy por sobre avisó, Apolo ya me comento todo al respecto, Camus y el pequeño se irán conmigo al Santuario como debe ser.

-Camus no está totalmente recuperado y el santuario no es un ambiente propicio para su recuperación- replico- desolado, destruido…

-Puede solucionarse, las casas de Aries, Tauro, Cáncer, Leo, Libra, Escorpio, Sagitario, Acuario y Piscis están en perfectas condiciones, Camus puede regresar a tu templo y se recuperara perfectamente- exclamo la diosa con seriedad- mi decisión y la de Apolo ya fue tomada, todos regresaran al santuario.

-Saori- interrumpió Hyoga mirando a su compañero de entrenamiento, quien desde un primer momento no había levantado la mirada- ¿vamos a dejar a Isaac aquí?  Es un General de Poseidón, pero no podemos dejarlo solo…

-Te comprendo, Hyoga, tengo entendido que es alumno de Camus también, y por esa razón él debe venir con nosotros, cuando se recupere, si es que así lo quiere, lo llevare donde están Julián y Sorrento.

-¿El general Sorrento de Sirena?- pregunto atónito- ¿el aún vive?

-Shun es muy benevolente y a pesar que lo derroto, no lo mato, claro que aún vive, y viaja junto a Julián Solo ayudando a las víctimas de los maremotos, inundaciones y catástrofes que el propio Poseidón provoco, en el santuario te recuperaras Isaac y si es de tu interés reunirte con tu señor, yo no me opondré.

-Muchas gracias- exclamo sonriéndole a la diosa- no la defraudare, no la traicionare, se lo aseguro.

-Me imagino, eres alumno de Camus, si él nunca me ha traicionado, menos lo vas  a hacer tu- sonrió.

-¿Escuchaste Camus?- interrumpió Milo sonriendo y abrazo a Camus- tú no eres un traidor, nunca lo fuiste, nunca lo vas a hacer.

-Sí, si lo escuche- sonrió- pero  a mí no me importa si me catalogan de traidor, yo cumplí con mi deber y mi diosa llego a portar su armadura sagrada, que fue mi misión.

-Aun así, te aclaro Camus, no eres un traidor, así como Saga y Shura,  los otros santos que fingieron lealtad a Hades, a todos los valoro como santos nobles.

-¿Quién es Hades?- pregunto Mortimer- no seas malo, cuéntame, quiero saber, ¿es como el señor malo?

-No- fue Céline quien respondió- mira, Hades es un dios, muy antiguo y el reina sobre el mundo de los muertos, el mundo de los muertos es a donde todas las almas van para ser juzgadas al morir por lo que han hecho toda su vida, si fueron buenas van a ir al cielo y si fueron malas se quedan alla abajo.

-¿Por qué el señor negro no está ahí?- pregunto incrédulo- debería estarlo, él es muy malo.

-Porque los dioses lo castigaron por todas las cosas malas que hizo en vida, su castigo fue permanecer atado a aquel lugar, donde el tanto sufrimiento ocasiono, lastimo a muchas personas…aunque al respecto diosa Athena, yo lo he visto y en todas las veces se me ha reído en cara, como que le gusta ese lugar.

-En ese caso que se sienta cómodo en ese lugar, porque de ahí no va a salir- exclamo seria- Céline, dime ¿se puede llevar al niño sin que este desaparezca?

-Me temo que no, Athena, las inmediaciones de este templo, regido por el cosmos de Apolo y mi señor Asclepio permiten verlo, pero en el santuario, aun con tu cosmos, eres la diosa de la salud de los ojos ¿me explico?

-Si te entiendo, hablare con el Apolo para solucionarlo, por lo visto Camus se ha encariñado con el pequeño ¿Cómo te llamas?

-Mortimer ¿Cómo se llama usted?- pregunto sonriendo.

-Me llamo Saori Kido, soy la reencarnación de la diosa Athena- exclamo sonriente la pelimorada- dime ¿Cómo conociste a Camus? ¿Podemos saberlo?

-Estaba caminando solo por el hospital cuando lo vi, el señor negro estaba en el pasillo y lo lleve a mi cuarto para hablar con él, no quería que el señor negro le lastimara, yo lo vi apareciéndose tras el- señalo a Céline- es muy malo, hace cosas malas.

-¿Cómo qué?- pregunto Isaac intrigado, no suponía que un fantasmas lastimara a alguien, mucho menos que pudiera tocar.

-A unos señores que fueron, les tiro piedras…

-¿de ahí sacaste la grabadora?- le pregunto Camus recordando con lo que se comunicó con él.

-Sí, ellos la dejaron olvidada después que el señor negro les ataco…a uno de los señores que fue le tiro algo muy pesado…todos le temen, es muy malo.

-¿todos?- exclamaron al mismo tiempo los presentes, incluso Shun, quien estaba en la entrada de la habitación escuchando.

-Sí, no soy el único, hay otros niños y una señora…

-¿una señora? ¿Cómo es? ¿Se me parece?

-No…tiene cabello negro y siempre me repite que me quede en mi cuarto- exclamo sin entender porque Camus de pronto comenzó a preguntar de esa manera, como si le interesara más que el- el señor negro no entra a los cuartos, camina por los pasillos.

-Con razón esta tan enfurruñado- rio en burla Céline- ya se aburrió de los pasillos.

Las miradas se centraron en Céline, no solo porque no entendieron la razón por la que se reía sino porque, a todos les pareció de mal gusto aquella burla, que solo el apotropeo entendía.  A Céline no le molesto ver aquellas miradas de recelo hacia él, estaba acostumbrado, vivía al lado de un receloso, según él, de nombre Santorini, un ser vengativo, frio y calculador, si había logrado hacerse de su amistad no existía nada a que temer, para él. Mortimer comenzó a hacer memoria de pronto, mirando siempre a Camus y a Céline, sonrió entonces al recodar algo de su pasado, cuando aún estuvo viví.

-Te pareces a ella- sonrió abrazando a Camus.

-¿He? ¿A quién?- pregunto Camus sorprendido.

-A mi hermanita…ella me dejaba decirle así, era muy buena, siempre me llevaba a escondidas una segunda ración de postre y me dejaba jugar en el techo… cuando el señor malo que tenía una bata blanca siempre caminaba por los pasillos ella me decía que me quede en mi cuarto y de noche me contaba cuentos- recordó con una sonrisa- ella me decía que tenía que ponerme bien para salir a jugar.

- Mi madre- exclamo en susurro, pero fue escuchado por Hyoga, quien alzo una ceja.

-Dime ¿Cómo era ella?- pregunto Hyoga- ¿trataba bien a sus hijos?

-No tenía hijos- dijo mirando a Camus- hace mucho ella me fue a buscar…pero el señor negro no le dejo que me dará la mano…no la volví a ver.

-Nuestra madre, cisne, falleció hace muchos años de tuberculosis, cuando Camus aún era un bebé muy pequeño, es imposible que la recordara, yo conozco la historia como la palma de mi mano, de derecho a revés, pero no tengo recuerdos de mi madre- interfirió Céline, reconociendo a donde iban las preguntas del cisne- así como tu madre, nuestra madre también quería que viviéramos, por ello, antes que pudiéramos tener recuerdos de ella como para llorarla nos dejó en una iglesia, donde seriamos bien cuidados, claro, no pensó que nosotros éramos la reencarnación de un sanador de Asclepio y un santo de Athena, que seriamos separados por esa razón.

-Hermano- susurro Camus conmovido.

-Nuestra madre, así como la tuya cisne, fue poseedora de un gran corazón, una enorme nobleza y gran humildad, lo que ella menos quería era que sus  hijos, con una vida larga y prospera por delante, la  lloraran y no lograran progresar por ello, ella tomo esa decisión, era lo mejor que podía hacer.

-Mi hermanita era muy buena- sonrio el de cabellos negros.

En la vieja biblioteca, tapada por el polvo y los viejos recuerdos de un pasado que debia ser olvidado, el Apotropeo, Santorini, buscaba entre viejos libros, prohibidos por la orden del mismo Apolo, aquello que sería su piquete final, sus planes para acabar con Camus, tal como quiso hacerlo desde un primer momento, dieron un brusco giro. En su primer momento seria Milo quien se ocuparía de cada golpe, de lastimar más profundamente al santo de acuario, pero las cosas cambiaron, los santos dorados se irían el mismo día, aunque Camus no estuviera totalmente recuperado. Busco en cada libro, cada pergamino, hasta que vio lo que tanto anhelaba, la forma más fácil de que su piquete final fuera realmente el último y con ello Camus desaparecería finalmente.

-Lo siento por el pequeño Mortimer, pero así debe ser- exclamo  mirando con severidad aquella página amarilla- el piquete final seguirá siendo de Milo y así debe ser… ¡Que paradoja del destino! Al parecer está destinado a morir en el santuario, tal como murió la primera vez-arranco la página de libro con gran rapidez y luego se dirigió a los aposentos, donde pronto estarían los santos dorados.

Un joven de cabellos castaños entro al cuarto cuando Santorini se alejó, miro el libro, el cual le faltaba una hoja y no tardo en ir al índice para ver de qué se trataba. Leyó con gran apuro, sorpresa y preocupación, solo había una razón a aquello, saber de qué se trababa la pagina de la que aquel Apotropeo había arrancado, y aunque no conocía sus verdaderas intenciones conocía perfectamente el corazón de Céline, por qué este sobreprotegía al santo de Acuario y la razón por la que cumplía todo su capricho. Camino de regreso por donde vino, no para prevenir al Apotropeo de la Convalecencia de los planes de Santorini, sino para dar sobre aviso a Apolo, el dios sol, esperando llegar a tiempo.

-Señor Apolo, señor Apolo- exclamo mirando con seriedad buscando al dios.

-¿Qué ocurre apontropeo de la prevención? – su compañera, la Apontropea del tratamiento.

-Debo hablar con el dios Apolo, Santorini, el apontropeo de la sanación,  está por actuar contra el santo dorado…el hermano del apontropeo de la convalecencia.

-¿Qué dices?- exclamo la joven sorprendida y alterada.

-Debemos dar aviso al dios, antes que se cumpla lo que Santorini quiere hacer…arranco un página del libro prohibido del señor Asclepio, el libro del tratamiento sagrado, no va a haber un damnificado, serán tres.

-¿Qué ha hecho? ¿Qué pasa por la cabeza de Santorini ahora?- se preguntó preocupada-vamos, hay que decirle al señor Apolo.

Los dos apontropeos salieron a toda prisa, buscando al dios, sin perder tiempo, un segundo perdido podría significar un grave daño contra el santo dorado de Acuario y quienes lo acompañaban, los otros pronto dos damnificados más.  Santorini se dirigía lento y seguro a una parte del templo, que si bien no estaba prohibida para las practicas normales, de rutina, como la extracción de sangre sanadora y la práctica del brillo sanador, si era prohibida para su propósito, el cual no era sanar sino ocasionar un daño irreversible contra el santo dorado de Acuario. Mientras Céline, ignorando lo que ocurría se encontraba ayudando a su hermano a levantarse, para llevarlo hasta el floreciente Jardín, sus intenciones eran convérselo de que no se fuera con la diosa Athena, no lo iba a obligar a quedarse, pero separarse de el no era una opción a considerar y si lograba que Camus prefiriera quedarse a su lado, no estaría incumpliendo con el mandato que Apolo estaba dando de manera indirecta.

Continuara.

Notas finales:

Gracias por leer, espero les allá gustado, por favor no olviden dejar su Review, cuadrito blanco abajo a su derecha, esa es la paga que recibo de ustedes para poder seguir escribiendo, leer su coment y me da más ganas de escribir, de lo contrario, como paso en la semana, me deprimo y no escribo, me costó mucho hacer este cap, aunque sobre el final me emocione XD.

Adelantos próximo cap: (estoy trabajando en el)

Los dos Apontropeos buscan al dios Apolo para darle aviso de lo que quiere hacer Santorini, ¿lograran encontrarlo a tiempo? La decisión de Athena está tomada, ella regresara al santuario, a pesar que sus santos dorados ya no lo son, seguirán en las doce casas, que son sus hogares, de la mano de sus compañeros, los santos de bronce.  Céline no quiere separarse de su hermano, pero este está decidido a volver al santuario, con sus amigos y su diosa, ahora deberá buscar nueva ayuda para lograr estar con su hermano y que mejor que otros santos dorados que aún tiene cuerpo, contrariando el designio de Apolo ¿hasta dónde planea llegar? Milo y Camus al fin tendrán un tiempo para ellos dos solos.

 

Encuesta para el siguiente cap:

Como bien dice el adelanto, Céline va a revivir a dos santos que tienen cuerpo ¿no lo adivinan? Si ya se imaginan de quienes se tratan claro, los únicos dos que aún tienen cuerpo (pista: ya fueron nombrados en el fic y murieron en la revuelta del santuario)  bien, como saben claro esta estos dos no pueden regresar solos, el primero no querría vivir si no está su par y el otro bueno, no sé, no le veo que haga pareja con otro, la pregunta es ¿Debería revivir a este par Céline con aquellos los otros dos que no tienen cuerpo?

Y ahora mi castigo, como me he tardado bastan en actualizar, casi un mes, voy a escribir un fic, ustedes deciden de que pareja quieren leer, no quiero que me pase lo que me paso con el ultimo que subi que al parecer no les gusto nada :’(

*Aioros x Shura

* Death Mask x Afrodita

*Saga x Mu (primer fic donde son pareja oficial)

*Dohko x Shion

*Kanon x Isaac.

La pareja MiloxCamus la estoy guardando para mi siguiente fic largo, no me conformo con hacerles un oneshot, ellos merecen mas ¿no lo creen?

Nos leemos, hasta la próxima actualización o hasta el próximo fic que suba.


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