Revividos para intentar asesinar a su diosa nuevamente, ¿Era eso una especie de broma? Y no solo eso fue lo que todos en un principio pensaron, sino que entre ellos estaba el más fiel a la diosa quien murió por ella. ¿Cómo era posible que un dios, el mismo Apolo, sabiendo lo que ocurrió la vez pasada tuviera los mismos planes que Hades? Y más aún ¿Cómo era posible que usara a los mismos santos para hacer de traidores cuando estos habían demostrado que eran fieles a su diosa a pesar de todo? O quizás la peor pregunta de todas ¿Cómo era posible que Apolo hiciera reviviera a ni más ni menos que a Aioros para quitarle la vida a la diosa? Nada tenía sentido. El primero en arrodillarse ante aquel que les estaba dando la mismísima orden, la menos pensada, fue el propio Saga de Géminis, uno de los que demostró su mayor lealtad a la diosa, detrás de él estaban sus fieles seguidores, Afrodita de Piscis y Death Mask de cáncer, mientras se mantenían estupefactos los otros tres santos, sin llegar a comprender que era lo que pasaba.
-Espero comprendan cual ser su deber- exclamo el pelirrojo.
-Por supuesto- exclamo el santo de Géminis sereno- nadie lo detendrá, señor Céline, se lo aseguro.
-Saga- exclamo sorprendido el gemelo.
-Prepárense- exclamo retirándose de la habitación, aunque al salir comenzó a reir disimuladamente.
-Céline, eres terrible- le miro la Apotropeo en desaprobación.
Dentro de la habitación, todos miraron a Saga con gran desaprobación por lo que acababa de hacer, Afrodita y Death Mask se habían arrodillado por simple inercia, creyendo que todos lo harían, aunque claramente Shura, Aioros y el mismo Kanon permanecieron parados después de oír la orden. Saga no se inmuto ante las miradas desaprobatorias, no pudo evitar no fijarse en un cabestrillo que Shura tenía puesto, aunque claramente en el apenas llegaba a ver un codo, siendo el cabestrillo claramente una manera de ocultar la falta del brazo derecho, Shura miro con sorpresa y se tomó el brazo intentando ocultarlo, aunque era imposible desde cualquier punto de vista.
-Saga- miro Aioros reprobándolo con la mirada e interponiéndose ante la mirada acusadora de Géminis- nunca lo creí eso de ti.
-El plan es sencillo Aioros, acaso no te diste cuenta- exclamo serio- te lo explicare tal como Shion nos lo explico al inicio de la guerra de Hades, fingimos lealtad, ayudamos a Athena en lo que se requiera, jamás levantado la mano contra ella, hacemos a un lado a quien se interponga en nuestro camino, cuando llegue el tal Céline a donde la diosa, nos ocupamos de él.
-Sabía que Saga tenía un plan- sonrió Death Mask- aunque creo que es muy previsible.
-No del todo, cáncer- acoto el mayor de los gemelos- las doce casas no son lo de antes, por lo que el mismo Céline dijo, hay quienes guarecen los doce templos posiblemente sean Seiya y los demás, probablemente Kiki este en Aries, no debemos confiarnos, los hacemos a un lado, teletrasportandolos a cualquier lugar cercano al santuario y quedamos tranquilos subiendo, los demás santos, bronce o plata no serán problema, además no vamos a atacar directamente, solo vamos a hacer a un lado a quienes se crucen en nuestro camino.
-Aun asi Saga, no confió en ese plan, ya lo hemos llevado a cabo y los resultados no fueron los esperados- exclamo Shura serio- Athena se suicidó por nosotros, Death Mask y Afrodita murieron a manos de Mu, nosotros asesinamos a Shaka…y los santos de bronce…somos los traidores del santuario.
-No volveras a hacer considerado traidor Shura- le interrumpió Aioros tomándolo del brazo, ocultando la falta del brazo derecho-eso yo te lo aseguro.
-Hermano, yo no traicionare a la diosa, luche demasiado por mis errores y lo seguiré haciendo, volverme un traidor no es algo que yo voy a hacer- acoto Kanon sorprendido de la decisión de su hermano mayor.
-El plan no puede fallar- sonrió Afrodita- esta vez, quien va a ir adelante es este tipo…que por cierto tiene un aire conocido.
-Yo también me di cuenta- acoto Shura- tiene un aire a Camus, menos mal que aun continua muerto, quizás no soportaría vernos de nuevo como traidores y volverse a levantar contra la diosa, la última vez quedo muy destruido.
-¿Cómo lo sabes?- preguntaron todos mirándolo.
-Lo mire, sentí su cosmos acongojado, el no quería subir las doce casas por la cabeza de Athena, el mismo me dijo que preferiría estar muerto, no confiaba en Hades, solo lo hacía porque se vio en minoría, todos estaban de acuerdo con la orden del patriarca Shion, menos él.
-Yo tampoco estaba de acuerdo querido, pero tuvimos que hacerlo, por Athena- continúo Afrodita.
-Shion lo ordeno, el culpable fue el… ¿Por qué no lo revivieron a él?- pregunto el santo de cáncer con enfado.
-Porque se negó- respondió Saga- él y Dohko dijeron que no directamente, como sus almas tienen muchos años, pudieron negarse, al ser jóvenes nosotros nuestras almas no pueden negarse a una nueva oportunidad de vivir, al menos eso me dijeron
-Los que quieran seguir a Saga, están en su derecho, no me opondré, pero cuando tenga oportunidad de acabar con el tal Céline, no duden que lo voy a hacer, no arriesgare la vida de la diosa por un plan que ya se usó y que fue un fracaso en partes ¿Quién está conmigo?
-Estoy contigo Aioros, aun sin mi brazo derecho, con mi brazo izquierdo mi espada de justicia es igual de fuerte- respondió Shura asegurando con una sonrisa.
-Estoy contigo, santo de sagitario- acoto Kanon.
-Nosotros creemos en Saga- siguieron Death Mask y Afrodita.
-Gracias, no los voy a defraudar, se los aseguro, verán que Athena no va a correr ningún peligro- aseguro mirando seriamente.
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El desolado santuario se alzaba como si fuera el mismo Panteón griego, ubicado en la misma Atenas, sus cimientos antiguos como el tiempo mismo y el cosmos de la diosa de la sabiduría lo mantenían en pie a pesar de las guerras pasadas, algunas que aún no habían cicatrizado, un cementerio totalmente destruido por la irrupción de los Apotropeos anteriormente, con lapidas hechas pedazos, era el primer lugar a pasar antes de llegar a la entrada del santuario.
-Las lapidas, han sido destruidas, ¿Quién se atrevería?- exclamo alarmado el santo de piscis- no queda nada más que escombros.
-Aquarius- tomo Death Mask un pedazo de mármol en sus manos- es de la lápida de Camus…debieron ser saqueadores o quizás adeptos a los ritos satánicos…hay polvo de hueso aun en la tierra.
-No hay que perder tiempo- interrumpió Céline al ver a todos los santos Atenienses mirando desolados el cementerio- la noche está al caer.
Volvieron al camino hasta las doce casas y tan pronto se encontraron cerca del templo de Aries comenzaron a avanzar todos a paso lento, ocultándose entre pilares, mientras Céline seguía caminando de frente. Las escaleras estaban destruidas por el paso del tiempo, por batallas que ocurrieron, y seguirían pasando. En templo del carnero blanco estaba a pocos pasos, y tan pronto llegaron se percataron que parado en frente del templo estaba el pequeño de cabellos naranjas mirando con una sonrisa, estaban por actuar para evitar que Céline se les adelantara, pero la sonrisa de Kiki y que este se acercara a examinar al Apotropeo los tomo desprevenidos.
-Hola- saludo sonriendo.
Céline sonrió, lo recordaba, unas semanas atrás lo vio pegado cuan garrapata a su maestro y también cuando fue por la autorización de llevarse a Camus lo vio llorando en las escalinatas, se agacho a su altura y le sonrió- Hola ¿estás solo?
-Si- respondió- ¿Qué se le ofrece?
-He venido a visitar a la diosa ¿podrías ir a avisarle por favor?- exclamo sonriéndole amablemente- voy a ir subiendo así que dile a quienes estén en las doce casas que he llegado de visita.
-Si señor- sonrió Kiki dándose media vuelta y entre saltos, tele trasportación y juegos comenzó a correr subiendo las doce casas.
-Pobre Kiki, debe pensar que lo que hace está bien, es muy inocente y crédulo- susurro Afrodita.
-Kiki- susurro Saga mirando acongojado- no van a lastimarte, te lo prometo.
-Andando, no hay más obstáculos adelante- ordeno Céline siguiendo la marcha.
Enseguida que Célien dio la orden todos comenzaron a correr atravesando el impecable templo de Tauro, el destruido templo de géminis y seguido de los escombros del templo de cáncer, pero este no estaba deshabitado, allí frente a ellos se paró el santo de Lobo, quien miraba con seriedad.
-Tu- exclamo señalando a Céline Nachi- no vas a avanzar.
-¿Tú quién eres?- pregunto Céline alzando una ceja.
-¿No me recuerdas?- pregunto con enfado- me atacaste por la espalda en el cementerio meses atrás, ahora mismo me encargare de ti.
-Si te recuerdo, eres el que se dio vuelta dándome la espalda, tu amigo venia hacia mí…
-No te saldrás con la tuya- exclamo encendiendo su cosmos y luego se abalanzó contra Céline, sin darle tiempo a los santos dorados de actuar, pero sin problemas Céline agarro su mano y lo hizo a un lado, logrando que se golpeara contra una pared, y de inmediato quedo desmallado.
-Dormirá un buen rato, sigamos- exclamo serio mientras seguían el paso.
-Muchacho- susurro Death Mask acercándose a auxiliarlo antes de continuar- he, despierta…anda.
-Death déjalo- lo interrumpió Piscis tomándolo del brazo.
-Está protegiendo mi templo, debo reconocer su valor.
-Hazlo después, seguramente más arriba encontremos a los demás santos… no ha de ser el único.
-Lo se Afrodita, lo se…pero…ese maldito no puede salirse con la suya, cuando termine todo esto me encargare de este chico.
-Estoy seguro que lo vas a hacer- le sonrió y ambos continuaron el camino.
En el quinto templo no vieron a nadie, pensaron entonces que nadie estuviera allí, y siguieron avanzando al templo de Virgo donde vieron recibidos por dos cosmos de enormes dimensiones, al adentrarse lograron ver a los dos portadores de tan terribles cosmos poderosos, Shun de Andrómeda e Ikki de Fénix, el primero estaba meditando sobre la enorme flor de Loto dorada, vestido con una túnica tan larga que alcanzaba a cubrirle los pies de color blanca, mientras el segundo, portando su armadura, se paró delante de su hermano para atacar al intruso, a pesar de reconocerlo, Kiki ya le había advertido de quien se trataba y no pensaba que se apareciera por alguno bueno.
-Hasta aquí llegaste- exclamo serio el de cabellos azulados- lograste que Kiki se viniera corriendo en buscar de protección, ¿adivina qué? La encontró pero no la va a necesitar.
-Ikki- le interrumpió Shun, sin abrir sus ojos, manteniéndose en posición de meditación- Ikki.
-Shun- miro extrañado el caballero del fénix.
-Su cosmos no irradia ninguna muestra de maldad- continuo Andrómeda- es un cosmos no puro, pero noble ¿ha que has venido?
-He venido por la cabeza de Athena- exclamo seguro Céline.
-No puedes mentirle a un caballero nacido bajo el signo de virgo, nosotros vemos más allá de las intenciones demostradas, vemos intenciones ocultas, vemos los corazones- exclamo sereno, aunque mentía en gran parte, Shaka aún le enseñaba a leer el cosmos para juzgar a las personas y no tenía la más remota idea de que estaba hablando- dime ¿a qué has venido?
-He venido por la cabeza de Athena.
-Shun no creo que…- le interrumpió su hermano.
-Yo cuido de la casa de virgo, yo decido quien pasa y quien no, hermano- exclamo sin perder su calma- pasen con libertad, no les aseguro que templos arriba los dejen pasar.
-Gracias, Andrómeda- exclamo serio Céline y continuo su paso, mientras entre las sombras los demás santos continuaban siguiéndolos.
-Shun, eres más que un ser puro, nombre y bondadoso, pero estas cometiendo un gran error querido- susurro Afrodita- debiste detenerle.
Subieron entonces al templo de Libra, donde el santo quien custodiaba era ni más ni menos que Shiryu, portando la armadura de libra, sin demora y temiendo que algo pudiera salirse de control Shura rápidamente actuó acompañado de Death Mask, conociendo al caballero de dragón este no los dejaría pasar y alertaría a cualquier que se encontrara casas arriba. Shura le tapó la boca al japonés mientras Death Mask lo agarro de los brazos evitando así que forcejeara.
-Shura- logro articular y al ver a los otros santos salir de los pilares.
-No interfieras lagartija- exclamo Death Mask mientras lo sostenía, haciéndolo a un lado- no forsejes, escucha bien, no va a pasar nada que no deba pasar.
-mmm-miro extrañado a Shura.
-Shiryu, por favor, hazte a un lado- exclamo bajando la mirada y fue cuando el caballero de dragon, sin entender lo que pasaba dejo de forcejear, Shura sonrio mirándolo y junto a Death Mask lo alejaron del camino- te explicaremos todo pronto.
-Shura, eres el más fiel a Athena, no necesitas explicarme nada, te entiendo- le interrumpió cuando al fin fue soltado- solo veo tus ojos lo que ocurre.
-Gracias Shiryu.
-Escucha lagartija, hay un muchacho en cáncer desmallado, ve a atenderle.
-De inmediato…soy Libra, mira mi armadura- le reclamo señalándose.
-Eres el sucesor de Dohko después de todo, creo que es mejor que él no regresara- sonrió el de capricornio- volveremos pronto.
-¿No quieren que los acompañe?- pregunto mirando de reojo a ambos santos dorados- por si alguno de mis amigos vuelve a interferir, hay dos, dos casas arriba.
-Nos encargaremos de Pegaso y Cisne, no te preocupes, encargarte de quien esta abajo.
-Sí, así lo hare Shura- sonrió y luego a toda prisa salió del séptimo templo, rumbo al cuarto.
Shura y Death Mask se arrodillaron ante Céline después que vieron irse al santo que ahora portaba la armadura de libra, orgullosos de el a mas no poder, volviendo entonces al recorrido por los doce templos junto al resto de sus camaradas. Las siguientes casas hasta Acuario estuvieron vacias para su fortunio, desgraciadamente para Aioros no pudo en sagitario ocuparse de provocar una trampa para que Céline callera y despues lo eliminara, hubiera prefereido que Seiya Estuviera allí para unir fuerzas y derrotarle, pero el japonés no se encontraba, posiblemente estaba en el templo de Athena.
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En ese mismo momento en el templo de la diosa una reunión entre los caballeros dorados, sin armadura, se llevaba a cabo, Mu, Aioria, Shaka y Milo se encontraban ante su diosa hablando sobre un tema que los tenía preocupados, la falta de recuperación en el santo de Acuario, quien en las semanas posteriores a abandonar el templo de Asclepio su salud se había deteriorado de manera progresiva y alarmante, al punto que apenas comía y bebía agua, más levantarse de la cama le era imposible. Se intentó recuperarlo en la famosa fuente de Athena, pero no hubo resultados, su salud no mejoro en lo absoluto y con el tiempo se llegó a pensar que quizás era el propio santuario quien alteraban la salud del de acuario.
-Deberíamos de regresarlo con su hermano- exclamo Aioria preocupado- Camus no ha mejorado, es más ahora está peor que antes, no se puede levantar de la cama.
-Debo admitir que posiblemente sea lo mejor- exclamo Milo desolado- El hipócrita supuso que con la última inyección de sangre sanadora, Camus se curaría pero parece ser que aun la necesita, mas yo…me siento impotente, intente darle de comer arroz hace apenas un par de horas y ni siquiera llego a digerirlos, su cuerpo está rechazando los alimentos…en su último vomito había sangre, Athena me siento impotente, no sé qué más hacer, no se puede mantener bebiendo solo agua, y poca además de todo, no se deshidrata pero...
-Tenemos visita- advirtió Shaka, después de recibir un mensaje de Shun por su cosmos, había estado algo aburrido y decidió preguntarle a Andrómeda como estaban las cosas por su templo y recibió la contestación de la visita del propio Céline.
-Athena, Athena- interrumpió Kiki sonriendo- el hermano del santo de Acuario vino de visita.
-Kiki ¿Por qué tardaste tanto? Debiste venir de volada, para que Shaka supiera antes que tú es que ya llego a pasar por virgo-
-El hipócrita ¿de visita? ¿A qué ha venido? Por suerte ha llegado cuando menos se lo esperaba pero… ¿Qué rayos vino a hacer? Él dijo que no soportaría ver a Camus de nuevo como santo dorado, ahora irrumpe en el santuario.
-Es su hermano, ha de estar preocupado por el- exclamo pensando Mu al ver el disgusto en Milo, aunque más que disgustado podía verse que Milo estaba celoso con la aparición de Céline en las doce casas.
-No pensé que fuera tan urgente, él no es un enemigo…mil disculpas- exclamo apenado el pequeño pelirrojo, hasta que Mu lo fue a consolar abrazandolo y sonriéndole- Maestro.
-No pasa nada Kiki- sonrió el ariano- te lo aseguro, pero la próximo vienes corriendo como si te persiguiera el lobo para comerte he, como hiciste en la guerra contra Poseidón, no debes distraerte con nada ¿entendido?
-Entendido- respondio sonriente- se lo prometo maestro.
-Kiki tiene razón, no es un enemigo, es un aliado muy bondadoso- exclamo la mandataria bajando de su trono- ha llegado en un buen momento, él puede ver que le ocurre a Camus y si puede solucionarlo lo va a hacer, posiblemente no pase de la onceava casa, podríamos ir a su encuentro ¿no lo creen?- pregunto tomándole la mano al pequeño Kiki- vamos entonces a su encuentro.
-Si- exclamaron todos al mismo tiempo sin entender realmente las intenciones de la diosa.
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La llegada al onceavo templo era inminente, Aioros estaba más que inquieto, quería terminar de una vez por todas con el tal Céline y que mejor momento que hacerlo en la casa de acuario, cuando el propio Hyoga ayudara de manera indirecta sin saberlo impidiéndole el paso. Saga comenzó a ponerse nervioso, estaban por llegar a la meta final, no tuvieron ningún impedimento, pero al ver la duda en los ojos de sus demás compañeros y la impaciencia de sagitario comenzaba a pensar que era momento de detener toda la travesía e impedir que se trasformara en una masacre o quizás peor. Céline piso el templo de Acuario apenas anocheció, después de una larga travesía, sin usar pasadizos secretos o algo parecido, aunque Death Mask y Afrodita se lo sugirieron el quería demostrar su presencia en las doce casas y así lo hizo, al llegar frente al pasillo se encontraron con solamente la armadura de Acuario impiendoles el paso.
-Señor Céline, Señor Céline- aparecieron Isaac y Hyoga de repente.
-Isaac-exclamo alarmado el gemelo menor al verlo.
-Un momento… ¿lo conocen?- señalo Aioros sorprendido al ver como los dos jóvenes tomaban de los brazos a Céline, quien ni siquiera se inmuto, sino que se dejo llevar.
-Señor Céline, venga… nuestro maestro está muy mal…ayúdelo por favor- exclamaron en medio del llanto los dos discípulos de Acuario.
Guiados por los dos aprendices del que alguna vez fue el santo más frio de los doce llegaron a la gran recamara principal, donde el acuariano estaba en cama, se veía sumamente pálido, casi muerto, con los ojos totalmente cerrados e hinchados, al parecer había estado llorando en los últimos días. Peso había perdido de manera considerable, era casi piel y huesos, su respiración era lenta pero le causaba gran dolor, el propio Apotropeo no entendía que había ocurrido.
-Hermanito- exclamo el Apotropeo entrando alterado al verlo- te lo dije, te lo dije…no debías salir del templo del señor Asclepio ¿Qué te ha pasado?
-Hermano- exclamo Camus débilmente- no quiero morir.
-No, no morirás, yo ya estoy aquí, ¿sí? ¿Dónde está ese sucio bicho? Debería estar a tu lado…acompañándote ¿no?- dijo examinándolo con la mano, quitándole delicadamente las sabanas, lloro de verlo tan débil, demacrado y frágil- no te preocupes, tu hermano mayor está aquí y nada malo te pasara.
-He- exclamaron entrando todos cuan estampida al escuchar las palabras hermano.
-Camus…por Athena ¿Qué te ha pasado?- exclamaron Saga y Shura a la vez.
-Ya era hora que te dignaras a llegar Hipócrita-dijo Milo indagando entrando- he ¿Por qué has revivido a los demás?
-Buena pregunta- miro Mu a Saga con sorpresa- ¿no era que con nosotros era suficiente?
-Iba a hacer un trueque- explico molesto- mi hermano por ustedes seis…Bicho del demonio te deje a mi hermano en buenas condiciones ¿Qué ha pasado? Hermanito, tu estomago esta delicado…oh por mi señor Asclepio, también tu esófago ha perdido la mucosa protectoras…tus costillas han perdido hueso… ¿Qué ha ocurrido contigo?
-Eso es lo que todos queremos saber- interfirió la diosa, por lo que todos se inclinaron, menos Céline.
-Diosa, mi hermano se lo entregue en perfecto estado, él estaba bien, usted se fue con él, lo que le allá pasado seguramente fue en el trayecto…hermano te lo dije, te lo dije, te dije que el santuario no era un buen lugar para que siguieras recuperándote.
-¿Puedes sanarlo?- pregunto Athena acercándose preocupada.
-Primero debo ver el origen, si lo encuentro puedo hacerlo, no te preocupes, soy el mejor sanador de Asclepio, nadie ha muerto en mis manos y ni lo van a hacer- sonrió mientras seguía revisándolo- estas deshidratado ¿Qué ha pasado contigo? ¿No has querido comer ni tomar agua?
-No- susurro mientras su hermano le quitaba la remera.
-Vamos, todos afuera, ahora- ordeno la pelimorada- Milo, puedes quedarte.
-Si señora- sonrió victorioso mientras veía a los dos hermanos franceses.
Todos se fueron lentamente afuera esperando noticias de lo que ocurría con el afligido santo dorado, mientras dentro de la enorme recamara Céline continuaba viendo a su hermano por sobre sus ropas para después quitárselas y asegurarse de que realmente era lo que sentía, poco a poco termino por desvestir a Camus mientras seguía examinándolo. Milo miro molesto, estaba a punto de golpearlo pero ver el cuerpo débil de su amado Camus era razón suficiente para detenerse, al menos hasta que hubiera un diagnóstico.
-Hermanito- exclamo impresionado- ¿Bebiste algo que yo no te di que era del templo de Asclepio?- pregunto sin dejar de tocar el vientre de Camus.
-Yo solo bebía lo que tú me dabas- respondió agitado.
-¿Qué pasa?- pregunto Milo acercándose.
-¿Ustedes no robaron algo y le dieron de beber eso a él?- pregunto sin salir de su asombro.
-Yo no, Camus solo ha comido y bebido cosas del santuario… ¿Qué pasa?- respondió Milo mirando enfadado- ¿Qué la pasa?
-¿Han visto a Mortimer?- pregunto acngojado.
-No, no ha salido del reloj desde que salimos del templo de Asclepio- respondió Camus llorando.
-Está aquí- señalo el vientre de Camus- supongo que mi ausencia El bicho te pico ¿no? Bueno, no sé cómo y no sé cuándo, bebiste un líquido prohibido por nuestro dios Asclepio, normalmente solo se le puede dar a las mujeres con problemas de fertilidad y cuando una población ha sido azotada hasta casi ser desaparecida, pueblos enteros por ejemplos azotados por alguna epidemia, cuando ocurrió los peores tiempos de la peste o de la tuberculosis se les daba a mujeres sanas para que pudieran tener hijos sanos y continuar la población de ciudades.
-¿Qué?- exclamaron los dos santos con temor.
-En los hombres es sumamente peligroso, un hombre no está preparado para un embarazo, tu cuerpo está luchando contra eso, y está perdiendo- explico aturdido- la sangre Sanadora en tu cuerpo permitió que aceptaras esa bebida y que esta hiciera que quedaras en la espera de Mortimer, su alma está aquí dentro…el dios Asclepio prohíbe matar, un aborto es asesinato- miro asustado.
-Yo no bebí nada extraño…hermano, quiero tener - lloro Camus- Mortimer no es culpable.
-¿Qué efectos tiene ese líquido en hombres?- pregunto Milo con temor mientras acobijaba a Camus en la cama, asustado al oír las palabras del Apotropeo.
-Normalmente el cuerpo lo toma como veneno para al poco tiempo morir- respondió mirándose molesto- hubo casos de formaciones de cáncer de hombres que robaron el líquido prohibido por Asclepio y también he oído de casos de usarlo para tortura.
-¿Tortura?- preguntaron los dos santos dorados.
-Sí, es algo que no sé cómo explicarlo, pero hay historias, por eso fue prohibido, por uso indebido, solo los Apotropeos podemos darlos a mujeres exclusivamente y en momentos donde haya una disminución catastrófica de la población mundial.
-Lo sé, lo sé, no entiendo que paso, pero lo solucionare ¿sí? Milo necesito que me traigas algunas cosas, lo más pronto posible- pidió mirando a su hermano- necesito tubos de transfusión de sangre, inyecciones, sueros, todo lo que encuentres para una transfusión de sangre y una valvula que venden en veterinarias.
-¿Qué vas a hacer?- exclamo sorprendido- ¿va a ser peligroso?
-No para Camus- miro a su hermano- escucha hermanito, pase lo que pase no temas, tu hermano mayor va a solucionar todo- sonrió mirándolo amablemente- vas a ponerte muy bien.
Continuara.