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La lucha del amor por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, aquí con una nueve entrega, disculpen la demora digamos que ando con ciertas distracciones que no me permiten tomarle el ritmo al fic que tienen que ver con otros fics que tengo que actualizar  :’( son muchos, pero la verdad gracias a su apoyo Horóscopo está en marcha de nuevo, bueno, sin más demora les dejo el fic, que lo disfruten J

Shun estaba terminado de empacar todas sus pertenencias antes de ir al Inframundo, los dioses gemelos habían ido en su búsqueda y por palabras de ambos Hades no tomaría posesión total de él, sino más bien parcial, teniendo el total control sobre sus acciones la mayoría del tiempo y solo en las horas de trabajo de Hades este estaría presente. Ikki exigió e hizo valer su derecho y deber como hermano mayor, por lo que el santo de Fénix también estaría en el inframundo, para proteger a su hermano por si a Hades se le ocurría alguna treta sucia con el cuerpo de su hermanito. El santo de Andrómeda no podía no sentirse culpable por lo que ocurría, de él haber muerto mucho tiempo atrás quizás nada de eso pasaría, si hubiera muerto por ejemplo con la rosa blanca de Afrodita ningún santo dorado habría muerto frente al muro de los lamentos, sin su Avatar Hades no podría hacer nada o eso suponía y ahora, en ese preciso momento, estaba condenado a su hermano para estar con él, nada podría ser peor en ese mero instante, a pesar de tener a sus amigos a su lado.

 

-Cariño, no llores- exclamo Afrodita abrazándolo- ya verás que todo se solucionara.

 

-Escucha, Shun, vamos a ir todos los días he, ni un día faltaremos- acoto el santo de Cáncer-Con Dita vamos a verte tanto que te aburrirás de vernos, quiera ese animal…no, los animales no tiene porqué ser un calificativo negativo, son mucho mejores que Hades, pero quiera ese  degenerado, mal nacido, hijo del degenerado más grande del universo.

 

-Un degenerado que es padre de tantos degenerados, pero el más grande es Zeus- sonrió Afrodita recordando tantas historias de los dioses.

 

-Gracias Afrodita- sonrió Shun- Death Mask.

 

-Escucha, te contare un secreto- se acercó el italiano y le susurro al oído- pero no debes decirle a nadie ¿lo prometes? Mi nombre es Ángelo.

 

-Qué curioso- sonrió Shun al escuchar eso.

 

-Sí, lo sé, es que…cosa de herencia, familia, religión, y no sé qué otra creencia por ahí, promete que no decirle a nadie ¿He? Y solo tú puedes llamarme por mi nombre.

 

-Si señor Death Mask.

 

-Vamos Shun, y recuerda, si te llegan a tocar donde no deben o los espectros se propasan contigo, vamos a estar allí tan rápido que Hades deseara no haber nacido- acoto el santo de Cáncer- nadie debe hacerte daño, vas a ir porque eres un ser bondadoso y bueno, y si puedes mandarnos un pequeños a Afro y a mí, mira que no nos va a hacer nada mal, el hijo de Camus necesitara un amiguito ¿No crees?

 

-No le hagas caso querido, mira, tú disfruta de tu estancia allá, como si fueran vacaciones, si puedes hacerlo un lugar más bonito, estoy seguro que ocuparas sabiamente tu tiempo libre.

 

-Un consejo, joven Andrómeda- interrumpió Hypnos, dios de los sueño- durante tres meses el señor Hades vive y reina junto a su esposa, Perséfone, si usted se gana la confianza de ella le aseguro podrá poner al Hades de cabeza, también puede volverse amigo y confidente de la señorita Pandora, ella si bien obedece a Hades también todos los espectros la obedecen a ella, si usted quiere algo, por más remoto que sea mientras Perséfone no está, solo dígalo y Pandora cumplirá con ese deseó.

 

-Gracias Hypnos.

 

-Otra cosa, los espectros tienen ciertas tendencias a Orgias, creo que usted puede hacer que se detengan, la verdad el inframundo sin un alma pura es un burdel de mala muerte.

 

-Después dicen que uno es el pecador- interrumpió Afrodita- miren nomas las cosas que hacen.

 

-Comprado con lo que hacen ustedes, el inframundo es un convento- sonrió mirando a los dos santos- uno es un cruel asesino, el otro un asesino pero encubierto y la lista sigue, está el asesino enamorado de su víctima, la victima enamorada de su asesino, el asesino y suplántate del patriarca, hoy patriarca, el gemelo malvado…

 

-Hypnos, por favor, ya podemos irnos- miro Shun desolado, esperando que no comenzara una nueva pelea.

 

-Sí, joven Andrómeda- se inclinó.

 

El peliverde salió calmadamente de la habitación y comenzó el largo descendido por las doce casas, seguido de los dos dioses gemelos que lo habían ido a buscar y quienes lo acompañaban. Llegando a Acuario se despidió abrazando a Milo y Camus, siendo el portador de la armadura de Acuario quien se sintió triste, no sabía porque, lo estrecho entre sus brazos y no pudo evitar llorar. Milo comprendió, quizás había un cambio hormonal o algo por el estilo, producto del embarazo no premeditado, Camus estaba pasando por un fuerte momento, lo habían separarlo de su hermano mayor después de encontrarlo y conocerlo, ahora le habían quitado a uno de sus discípulos, el cual el había dado por muerto, y una nueva despedida para el no podía soportarla.

 

-Nos vemos Mortimer- sonrió Shun despidiéndose del vientre de Camus- Se niño bueno y no hagas llorar a Camus.

 

-Ya no se llama Mortimer- interrumpió Milo.

 

-Si se llama Mortimer.

 

-No, como sigues en las mismas, yo le elegí un nuevo nombre.

 

-¿Qué nombre le escogiste?- pregunto Camus mirándolo con severidad, Milo también era padre del bebé que esperaba, se necesita de dos personas para crear una vida, y si bien el alma era de un niño fallecido mucho tiempo atrás, las células primordiales que lo crearon al feto eran de él y el de escorpio, lo que le daba ciertos atributos a Milo como padre.

 

-Henri- exclamo sin nada- es nombre utilizado en Francia ¿No querías un nombre francés?

 

-¿Y qué significa?- preguntaron los dos santos de bronce presentes, Shun y Hyoga, el segundo esperaba poder abrazar y no soltar a Shun, impidiendo que se lo llevaran.

 

-El rey del hogar, al menos eso leí con el nombre en terminación con la i griega, Camus quería un nombre francés, bueno, ya elegí uno.

 

Camus se sobo sobre su vientre, ya un poco más notorio que antes, lo miro intrigado, parecía sentir algo, por lo que sonrió- creo que a Mortimer le gusta su nuevo nombre.

 

-Entonces Henri será- sonrió el de escorpio- Shun, espero que puedas traer del inframundo a algún amigo para mi hijo, he, no quiero que crezca solo.

 

-No puedo hacer eso ¿O sí?- pregunto mirando a los dioses tras él.

 

-Los dioses tienen poderes extraños, joven Andrómeda- sonrió Hypnos.

 

-Ya basta de despedidas, es hora de irse, despídete- apresuro Thanatos.

 

Shun abrazo a Hyoga para despedirse, aunque en su corazón sentía como se rompía en mil pedazos recordando las palabras de la diosa Afrodita- Adiós Hyoga, no te preocupes por mí, estaré bien.

 

-Shun- exclamo el rubio conmovido- Desearía poder hacer algo para que no te alejen de mí.

 

-Ya sé que lo nuestro fue una mera ilusión para ti, para mí no lo fue,  quiero que seas feliz, Hyoga.-exclamo mientras se alejaba- espero que encuentres eso que buscabas algún día.

 

-Shun- exclamo sorprendido el rubio.

 

El caballero de Andrómeda se encamino templos abajo, abrazando y despidiéndose de cada uno de los santos dorados hasta llegar a Leo, donde su hermano mayor lo esperaba para acompañarlo hasta el inframundo. Pronto los dos santos de bronce se perdieron en el horizonte, siempre seguidos de los dioses gemelos, Hypnos que intentaba animar al santo de largos cabellos verdes y Thanatos que quería llegar cuanto antes al inframundo.

 

Llegaron al inframundo sin antes darse cuenta, y a su paso cada espectro se inclinaba ante Shun como si se tratara del propio Hades quien caminaba, Hypnos le aconsejo que si quería cambiar algo en el inframundo que primero lo anotara y luego frente a los jueces hiciera saber que dichas cosas no le gustaban, pero siempre y cuando no fuera contra las leyes impuestas para los castigos de los muertos, Shun puso gran atención mientras caminaban y le pedía a Hypnos que le marcara donde iban cada fallecido y porque causas, para estar al tanto. Shun llego a la que era morada de Hades y los dioses gemelos comenzaron a organizar todo para un almuerzo junto a los tres jueces y Pandora,  le pidió a su hermano que se quedara afuera un momento, necesitaba tiempo a solas antes que el dios de averno tomara posesión sobre su cuerpo e Ikki respeto aquello, quedándose fuera del cuarto esperando a su hermano. Shun se sentó sobre la cama, la cual para a su descontento tenía mucho de terrorífico, detalles espeluznantes en la madera con formas de cráneos o rostros sufriendo, una delgada tela que se abría en la mitad, que más parecía una telaraña y para rematar las sabanas, todos negras o de un rojo oscuro, que le recordaba a la sangre cuando brotaba.

 

-Bienvenido, señor Hades- le interrumpió en sus pensamientos una voz de mujer, al levantar la vista se encontró con una joven de largos cabellos, vestía una túnica dorada y su piel era blanquecina, llevaba en sus manos un oso de peluche con una forma muy llamativa, un oso de color blanco con un corazón en el centro que decía claramente en letras doradas te amo- es para ti.

 

-Gracias- exclamo tomándolo-¿Eres Perséfone?

 

-Así es, esposa de Hades, un pajarito me dijo que te gustan los osos cariñosos.

 

-Si- sonrió sonrojándose y abrazo al oso con ternura, el cual saco una voz robótica diciendo te amo- gracias señorita.

 

-Creo que hay que redecorar este cuarto, estos gustos de mi marido no son nada sutiles-acoto mirando las telas que cubrían la cama- creo que no le molestara ponerle al cuarto tonos más claros, también es tu cuarto ¿verdad Shun?

 

-Si- sonrió, se sentía alentado al escuchar la diosa hablándole de esa manera y luego recordó algo que vio en el rio estigia- señorita Perséfone, puedo hablarle de algo.

 

-Eres el avatar de mi marido, por mi eres mi mejor amigo, puedes decirme lo que quieras.

 

Una hora después los dioses gemelos fueron por Shun a la habitación de su señor Hades, Ikki estaba en la puerta y les clavo la mirada para darles a entender que no debían entrar, cuando Shun y Perséfone salieron del cuarto riendo alegremente. Los cinco se dirigieron a donde estaba la mesa predispuesta para la cena, Shun se sentó  en el trono marcado con huesos y calaveras, donde inmediatamente sus cabellos lentamente comenzaron a cambiar de color, aunque no se volvieron totalmente pelirrojos, tenían un toque de verde también, lo que alentó al santo de Fénix, no había total control del dios del averno en Shun.  Ikki se sentó a izquierda, mientras Perséfone a su derecha y esperaron  un momento para comenzar a comer.

 

-Shun ¿Por qué no les dices a los espectros de lo que hemos hablado?

 

-SI- Sonrió mirando a todos- tengo un importante anuncio que hacer.

 

Pandora y los tres jueces tragaron saliva, sabiendo perfectamente las intenciones de la diosa Perséfone, ella no era la típica diosa que quería ver el sufrimiento humano, claro que no, era la diosa que prefería ver las flores abriéndose en primavera, ver los pastos cambiar de un café oscuro a un verde muy claro en el cambio de estación, ver la nieve derretirse, los pájaros cantando alegremente a la llegada de la primavera, fuera lo que fuera aquello de lo que hablo con el avatar del dios Hades no podría ser positivo, al menos no para ellos, teniendo en cuenta que a Hades le gustaba todo lo contrario a su mujer. Hypnos sonrió, tenía razón, Perséfone sería una gran amiga para Shun en el inframundo en tanto el cuerpo de Hades se regenerara y que tan buena amiga seria si además de escucharlo también accedería a aquello que pidiera siempre y cuando no fuera contra las leyes del inframundo. Thanatos miro a su hermano con molestias, tenía que ser el quien le metiera cosas a la cabeza a Shun, cuando claramente el avatar de Hades lo único que tenía que hacer era quedarse callado y que el dios reinara en el inframundo, era un cuerpo nada más, un recipiente, los recipientes no hacen nada más que quedarse callados y obedecer.

 

En el norte de Europa una fuerte tormenta azoto la región del castillo del Valhalla, donde los dioses guerreros estaban refugiándose de la tempestad, salvo Bud de Alcor que  había salido en la mañana repentinamente y aún no había regresado. En la gran sala estaban la mayoría esperando que la tormenta amainara, Sigfried y Alberich eran quienes leían, aunque el segundo estaba más interesado en las caricias entre el ahora santo de libra y el dios guerrero de Épsilon, quien estaba sentado sobre los pies del pelinegro y permitirá cada rose, cada toque, cada beso, aunque era un distracción mayor debido a que  Phenril estaba más interesado en salir del palacio para ver a los lobos.  Syd miraba por la ventana,  esperando pronto ver a su hermano, se  echaba la culpa de dejarlo irse solo. En tanto Thor estaba lanzando leña a la chimenea, Mime tocaba la lira para dar un ambiente agradable al lugar. Sentando en un gran sofá Céline miraba seriamente por la ventana, aquella ventisca le recordaba a su hermano menor al cual extrañaba.

 

-¿Dónde está Hagen?- pregunto Sigfried intentando distraer a Alberich de seguir viendo aquello.

 

-Con la señorita Fleur, fueron a buscar algo en la biblioteca.

 

-Dragón ¿Qué es esto?- pregunto Phenril sacándole un pequeño empaque del bolsillo de la camisa, después de ponerse a revisar, por mera curiosidad, sacando un paquete de color plateado, a los ojos del de Asgard brillaba, pronto la pareja se vio rodeada para saber de ese dichoso objeto.

 

-Nada Phenril, nada- exclamo avergonzado sacándoselo de las manos.

 

-Se mueve mucho al apretarlo ¿Qué es?- pregunto volviéndolo a tomar- Parece tener agua adentro.

 

-Te dije que nada.

 

-¿Qué es esto?- pregunto Alberich tomándolo en sus manos- pareciera ser un empaque para proteger algo que tiene adentro, algo liquido.

 

-A ver- acoto Mime mirando.

 

-Es un preservativo- exclamo finalmente-  Y solo tengo uno, así que dénmelo.

 

-¿Qué es un preservativo?- preguntaron los Asgardianos, no conocían la palabra y mucho menos la habían escuchado, debido a su forma de vida, tan alejados de las grandes ciudades, viviendo como en siglos pasados, muchas cosas del presente o de cosas que el mundo fuera de Asgard eran desconocidas y aquellas que conocían por mera casualidad eran nuevas, por lo que muchas veces mal interpretaban su uso

 

-Miren ¿Cómo les explico?- se preguntó mirando a Phenril-  Primero ¿Quiénes ya ha tenido relaciones sexuales?

 

Todos miraron con una incógnita a la cabeza y fue cuando la charla se vio interrumpida, Bud de Alcor Z entro con dos bultos en sus brazos y miro a todos con intriga, dejo los dos bultos que traía en un sillón amplio, todos se acercaron notando que aquellos bultos no eran víveres o algo parecido, sino dos bebés que quizás no llevaban más que algún par de meses de nacidos.  Bud se aseguró de mantenerlos bien arropados y que no pudieran moverse del sillón, les beso la frente y luego se dio vuelta, para mirar a todos.

 

-¿Qué tengo algo en la cara?

 

-No…pero… ¿de dónde salieron?-Señalo Syd a los bebés, dos gemelos idénticos que dormían apaciblemente.

 

-Después les explico ¿De que hablaban?

 

-El caballero de Libra nos iba a explicar para que es un preservativo, nos preguntó si ya tuvimos relaciones sexuales- explico Alberich- a mí no me miren, yo soy virgen, se de la mecánica pero aun no me he acostado con nadie.

 

-Yo ya he tenido- aseguro la sombra de z mirando sin comprender.

 

-Yo también- acoto Thor.

 

-¿Alguien más?- pregunto el santo de Athena- muy bien, veo que el resto son vírgenes, esto dioses incultos, se llama preservativo- abrió el empaque dejando ver lo que parecía una bolsa de plástico, todos se acercaron a tocarlo y saber acerca de su uso, notando que se resbalaba de sus manos y estaba cubierto por lo que parcia agua, aunque su consistencia era menos fluida.

 

-Es como una funda.

 

-Sirve para eso, durante la relación sexual, antes del coito, esto debe colocarse en el pene- aclaro-

 

-Así que se lo pone antes de la penetración ¿Cuál es su objeto de uso? Dudo que sea solo para maximizar la experiencia, cubre el órgano sexual- interrumpió Alberich- además parece ser una funda cerrada por lo que la esperma no sale del mismo, es inútil.

 

-No,  fuera de Asgard se conocen que existen enfermedades que se contagian por mantener relaciones sexuales, algunas personas no saben que las poseen o son portadores, para ello el preservativo evita que se trasmitan pero permitiendo tener relaciones, otro de las razones para su uso está en los embarazos no deseos, muchas  mujeres quedan embarazadas por tener relaciones, no tenían planificado tener hijos y por esos motivos…

 

-Eso es inmoral, no se debe tener relaciones hasta después del casamiento- exclamo Sigfried.

 

-¿Ellos que son?-señalo Bud a los dos bebés- son un embarazo no premeditado, según las creencias en Asgard se puede tener relaciones todo el año y solo una de cada cien logra el embarazo, Sigfredo.

 

-Las creencias no son ciertas, Bud, claro está las mueres tienen sus periodos pero no todas al mismo tiempo, con lo que se sabe de anatomía actualmente esa creencia queda descartada en su totalidad, y eso que ocurrió con los bebés es lo que pasa, para prevenir muertes por abortos, de mujeres que no quieren tener a sus hijos, o el abandono de bebés y otras cosas, está el preservativo,  permitiendo tener relaciones y que no se encargue un bebé a parís, como decimos.

 

 -Son más grandes que tú, Shiryu- sonrió Céline acercándose- se los diré de una manera que comprendan,  el preservativo es para evitar el embarazo, si lo usan no terminaran como su compañero- señalo a Bud.

 

-¿Cómo sabes que son mis hijos?- exclamo sorprendido, hasta el mismo dudaba de la paternidad de los niños que acababa de traer.

 

-Sencillo, toda alma tiene una esencia, toda esencia tiene un origen- exclamo- para mí, que soy un sanador puede ver cada esencia, como una luz alrededor de cada persona, cada alma tiene su esencia propia, pero cada esencia tiene su origen y proviene de los propios padres, la luz que irradia alrededor de esos niños tiene su origen en la tuya-señalo a Bud- al mismo tiempo cada esencia es única, no tienen el mismo color…y cada esencia suele unirse a la del progenitor, por lo que veo ellos tienen una sola que los une a ti, ¿su madre murió?

 

-Si- exclamo bajando la mirada-supuestamente.

 

-La de él es más fuerte- señalo a uno de los bebés- la de su hermano es un poco más tenue.

 

-¿Eso qué quiere decir? ¿Uno es más fuerte que el otro?

 

-No precisamente, es solo una forma de verse- sonrió Céline- la esencia de mi hermano es mucho más fuerte que la mía pero no por eso soy más débil, yo puedo revivir a cualquier persona con un cuerpo material, mi hermano detiene el movimiento de los átomos ¿Qué es más poderoso? Ambos somos iguales, solo nuestras esencias tienen su toque que las difiere una de otras, se suele decir que mientras más brillante es una esencia es porque su existencia fue muy deseada, en el caso de mi hermano y yo eso no se cumple, si bien nuestra madre quería tenerlos nuestro padre así no lo quiso, otras veces se dice que también depende de la bondad en el corazón de una persona, cuanto más bondadosa es su esencia es muy brillante.

 

-En ese caso Phenril es muy brillante.

 

Céline lo miro y sonrió, en efecto sus ojos veían más allá del propio cuerpo de Phenril y pudo notar aquella esencia que solo él podía ver- tiene un brillo particular, pero no sé qué tiene el de bondadoso, pero sus ojos irradian una gran inocencia.

 

-Lowell, te llamaras Lowell-exclamo Bud tomando a uno de los pequeños- ya que brillas tanto como Phenril.

 

-¿Puedo ponerle nombre al otro hermano?- pregunto Syd sonriendo.

 

-Sí, pero recuerda, ambos son míos, están conectados a mi…o eso entendí- respondió sonriendo.

 

-Hermano ¿Qué estarás haciendo?- pregunto Céline mirando por aquella ventana, mientras la ventisca parecía no querer calmarse.

 

En el santuario a Milo no se le ocurrió mejor idea que llevar a Camus para distraerlo lejos de los doce templos, ¿Qué mejor lugar que el propio centro de  la ciudad Atenas? Era una buena idea en un principio, pasear sin molestar a nadie, Camus distrayéndose de tantas despedidas y también para adaptarse a llamar al bebé tal como el nombre que había  ya decidido, ya que, contrariamente a lo pactado Camus aún seguía llamándolo Mortimer. Paseando por la ciudad los dos no pudieron evitar pasar por cada tienda nueva, a la que nunca habían entrado o se hubieran imaginado entrar.

 

En la mente de un santo dorado solo hay una lista muy limitada de lugares recurrentes o lugares que se visitaban una que otra vez, tiendas de comestibles, ropa de hombre o calzado, librerías,  ferreterías para trabajos en los templos, tiendas de comida rápida e incluso pulquerías, Afrodita una que otra vez solía ir salones de belleza, Death Mask a donde vendían objetos relacionados con la muerte, Shura sin ir más lejos era el que siempre se podía ver en una tienda de antigüedades comprando espadas, pero ni en sus más remotos sueños pensaron en entrar a una juguetería o una tienda de ropa para bebés. Milo había ido a bares,  a veterinarias, zoológicos, e incluso a lugares con terrarios, y lo peor, que esperaba Camus no se enterara, sus visitas a burdeles y sex-shops, y ahora estaba del otro lado, del que nunca pensó estar, aunque no podía evitar sonreír de imaginarse aquellos juguetes que tomaba en las manos tirados por la casa de escorpio.

 

-¿No tienen escorpiones?- pregunto Milo mirando un juguete que tenía forma de león, en el que un niño podía montarse y luego vio uno pareció pero con forma de elefante.

 

-Milo.

 

-No, mira, ese león es para aprender a caminar, ¿no? ¿Podrían venir otros modelos? No sé, ovejitas por ejemplo,  veo orugas, perros, elefantes, pero ¿Por qué precisamente esos modelos? Podría haber más diversidad.

 

-¿Qué Aioria no es tu mejor amigo?

 

-Sí, pero, no quiero que un león influya en el desarrollo de mi hijo, a mi hijo lo tienen que guiar los instintos del escorpión.

 

-¿así?- pregunto arqueando una ceja- ¿Qué hay con acuario?

 

-Su inteligencia por supuesto.

 

-Menos mal- respondió y miro más juguetes, tomando una caja en sus manos- me gusta este, mira, apretar un botón sale un animalito, y puede volver a meterlo…su precio es muy caro.

 

-Para eso lo paga Athena ¿no? Ella que es millonaria.

 

-Milo, no debes aprovecharnos de la bondad de nuestra diosa.

 

-Por eso digo que lo paga el santuario.

 

-Milo.

 

-Mira, me gusta este trajecito, le quedara bien, ya que será medio francés- intento Milo disuadirlo yendo a donde estaba la ropa y tomando un traje que bien podía asemejarse a los que usaban reyes y príncipes en la Francia de los mil ochocientos- oh mira, un trajecito de pingüino…uno de oso polar…

 

-Mi hijo no va a usar disfraces- exclamo indignado.

 

-Mira, hay uno de patito- señalo varios trajes- espera, no hay escorpiones, escorpio es uno de los mejores signos.

 

-No vas  a ver a un bebé vestido así

 

-A mi hijo si, y le sacare fotos con cada disfraz en cada signo, desde Aries a Piscis- sonrió en burla- estas tiendas capitalistas no me van a decir que ropa ponerle a mi hijo.

 

-Sí, Milo, lo que tú digas- exclamo alejándose hasta donde vio pequeños juguetes para menores de seis meses, tomo un sonajero entre sus manos y lo agito lentamente cerca de su vientre- ¿te gusta Henri? Tiene dibujos muy llamativos.

 

Siguió buscando juguetes, uno tras otro, había tantos que no sabía por dónde elegir, mordillos con forma de animales, de objetos e incluso de dibujos animados, osos de peluche. Nunca en sus veinte años de vida pensó en estar allí, buscando juguetes para un bebé, el mismo jamás se vio como un padre, era un santo de Athena, moriría en batalla, adoctrinaría uno que otro alumno y en ese se resumiría su vida, pero ese resumen primero tuvo un giro inesperado años atrás, cuando Milo le dio su primer beso, luego cuando tuvieron su primera cita, cuando su relación comenzó a florecer, ¿Quién pensaría que él, el frio santo de Acuario tendría la oportunidad de tener un hijo? Eso ni en los más remotos sueños pensó que pasaría, para él sus hijos eran los santos que adoctrino, Hyoga, hoy su futuro sucesor e Isaac, General de Marina, pero nunca soñó con esa posibilidad. Recordó las palabras de su madre sobre ese tema, cada sueño más vivido, donde el la abrazaba y le pedía consejo, ella siempre le respondía con lo mismo,  “si sigues como hasta ahora y sigues a tu corazón serás una buena mamá”, al despertar no podía evitar reír a carcajadas de recordar su sueño y las palabras exactas de su progenitora, que si bien fuera un sueño o fuera su madre intentando conectarse con él, era algo bastante chistoso pensar en ello.

 

-Mi madre está loca- susurro mirando un chupete que casualmente encontró con un dibujo de cisnes-Que bonito.

 

Tomo el chupete con sus manos y comenzó a examinarlo, no tenía nada de especial, era un chupete común y cualquiera, pero había algo en el que le decía que debía tomarlo, busco  a Milo con la mirada, el cual estaba revolviendo donde estaban los osos de peluche buscando un o con forma de escorpión. Se dirigió a la caja registradora y pago por él, no era muy caro ni tampoco de una marca muy conocida, pero había algo en aquel pequeño objeto que le agradaba.

 

-Estos insulsos, ¿Cómo se atreven a decir que venden de todo cuando ni siquiera tienen algo con forma de escorpión? Vamos Camus, yo le armare a mi hijo un muñeco con esa forma- le interrumpió Milo indignado tomándolo del brazo, después que salieron de la tienda logro notar no solo la bolsa que el de acuario llevaba sino también aquel empaque que cuidadosamente veía- Ya lo estas malcriado, ya le compraste su primer capricho.

 

-¿Qué? ¿Por qué compre un chupete?- pregunto sin entender.

 

Una sonrisa se dibujó en el santo de Géminis mirando el horizonte, desde la entrada del templo del templo de Aries, no pudo sentirse más satisfecho, su plan estaba comenzando a marchar, delante de él vio al santo de cisne salir como alma que lleva el diablo, portando su armadura, no tenía por qué suponer a donde iba, era evidente, Hyoga iba al inframundo y no se detendría. Dio media vuelta, topándose con el santo de Aries, el cual lo miro con una mueca de desaprobación, no entendía que pasaba por la cabeza del gemelo mayor, pero definitivamente no era algo bueno. Saga le sonrió amablemente, con esa sonrisa bondadosa que él siempre supo dar a quienes quería, no podía negarlo, no iba a hacerlo, cualquier rastro de maldad en el ya no existía, ahora más que nada ya que era el patriarca.

 

-Conseguiste ser patriarca, algo que tanto ansiabas.

 

-Hay una diferencia entre el antes y el ahora, ahora soy libre de toda maldad y tu o Shaka pueden dar fe de eso, en segunda, antes yo asesine a tu maestro, ahora él dijo que quería quedarse descansando, y en tercera, antes eras un niño, ahora eres un adulto.

 

-¿Eso que tiene que ver?- pregunto alzando una ceja.

 

-Es preferible tener un Aries a tener un Arles-

 

-¿Cuál es tu plan Saga?- pregunto cruzándose de brazos.

 

Continuara 

Notas finales:

 

Gracias por leer, espero les allá gustado.

Un abrazo y nos leemos pronto


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