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La lucha del amor por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos

Disculpen la demora, digamos que ha sido un largo tiempo, mas largo de lo que parece.

Sabaku no Judith es un gusto volver a saber de ti gracias por tu apoyo, estoy trabajando de igual modo con el siguiente capitulo de Nos Conocemos de Nuevo, espero pronto tenerlo listo.

Kajika muchas gracias por tu rewieb, ya tengo guardados un par de Horoscopos, espero pronto poder decirte tengo un avance con ese fic, por ahora es una hoja en blanco con los horcopos escritos, a ver que pasa :)

Una gran polvareda se elevó en el templo de Aries, donde el patriarca y su santo mano derecha esperaban pacientes, aunque el segundo no tan tranquilo como el primero, al portador de buenas noticias que llego en un parpadeo.


— Maestro, ya volví —exclamo desapareciendo para aparecer delante de su maestro y abrazarlo.


— Veamos que dice la carta. — exclamo Saga mostrando su sonrisa benevolente, tomando el pequeño sobre.  Tras darle una rápida leída su sonrisa cambio, ahora su rostro miraba seriamente. — Hay problemas.


— ¿Qué clase de problemas?


—  Los de los dioses guerreros que no fueron regresados a la vida tienen una riña contra quienes obtuvieron esa posibilidad, se ha sembrado gran desconfianza entre todos y se señalan entre sí como quienes serán desertores, basándose en la existencia de los zafios de Odín y dos de sus camaradas no regresaron. Celine se encuentra bien de Salud pero ha intentado escapar de manera recurrente.


— Ya veo.


— Para finalizar Surt ya sabe que Camus se encuentra con vida y tiene plena libertad de acción, aunque Hilda le ha prohibido salir del castillo del Valhalla.


— ¿Qué hacemos entonces patriarca? — pregunto Mu llevando a sus brazos a Kiki, quien aún no se sacaba la armadura dorada.


— Si esto es cierto, Surt será un problema, en pos de proteger a Camus y a Milo dos santos dorados guarecerán la casa de Acuario. Mu, mantente alerta, con Shiryu y Celine en Asgard no podemos permitirnos un altercado por un rebelde.


— Voy a preparar té — exclamo sonriendo el guardián de la primera casa. — Kiki ya debes ir a descansar, dos misiones tan seguidas deben tenerte exhausto.


— Yo estoy muy bien maestro — sonrió abrazando a su maestro.


— Temes a que marche mientras duermes y no regrese ¿Verdad? — sonrió abrazándolo. — En parte es mi culpa, te dije que te alejaras del santuario en cuanto sentí peligro, debí prepararte para cuando algo me pasara. — exclamo abrazándolo, y de inmediato se comunicó telepáticamente con el guardián de Tauro, quien se encontraba en su templo tranquilamente. — Aldebarán, voy a recostar un momento a Kiki ¿Podrías encargarte de la guardia?


— Con gusto — respondió casi dando un grito, grito que se escuchó por todo el santuario.


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En el templo de Acuario una gran paz se sentía, y no era para menos, con el cosmos de Milo reinando en cada rincón del aposento del santo dorado de Acuario, el clima que se sentía era realmente agradable para quien entrara. La arena en la parte superior de un pequeño reloj en el buro acababa de terminar su caer, era hora de darlo vuelta y también hora de la visita de los dos apontropeos que se encargaban de las situaciones retínales conformo al estado del santo de Acuario.


La apotropea del tratamiento junto al apotropeo de la prevención entró con algunos objetos en una pequeña bandeja de color blanca. Había gran cantidad de recipientes, algunos con líquidos y otros con lo que parecían polvos.


— ¿Todo está bien? — pregunto Milo mirando aquella acción que se repetía cada seis horas como máximo, los apotropeos eran muy aplicados en su accionar, y mantenían siempre una mirada seria, lo que le preocupo.


— Si, todo está muy bien — respondió la apontropea del tratamiento mientras aplicaba lo que parecía un gel de color azulado sobre el vientre del santo de Acuario, el cual también miraba intrigado todo.


— ¿Ya se sabe que sexo será él bebé? — pregunto intrigado.


— Si el alma de quien proviene es de un varón, será varón, el sexo jamás cambia — recalco con detalle antes de levantar la manos. Micheal inmediatamente se acercó para limpiar la zona.


— ¿Él no puede hacer nada? — pregunto Milo ahora mirando al apotropeo más joven.


— En realidad no tengo tanta capacidad como mis superiores — respondió sonrojado.


— ¿No fuiste tú quien sano y recoloco el brazo de Shura? — alzo Milo una ceja incrédulo. — Y tengo entendido también reviviste a dos.


— Si, pero aún me falta mucho más entrenamiento — interrumpió avergonzado.


El joven Apotropeo sonrió antes de continuar como ayuda de su camarada, una revisión era bastante rápida,  la Apotropea del tratamiento era muy minuciosa con todo lo que tenía que hacer, no solo debía asegurarse que la gestación de aquella ama siguiera según los pronósticos, también debía revisar el estado de salud del joven gestante. Termino tan pronto pudo hacerlo, las miradas de interés se centraron en ella casi de inmediato, queriendo saber todos los por menores de como avanzaba todo.


— Nacerá dentro del signo de Escorpio, es lo único cambiante — exclamo mirando el calendario.


— ¿Y su signo ascendente? — pregunto Milo con interés.


— Eso no puede predecible santo de escorpio — exclamo el joven Apotropeo esbozando una gran sonrisa. — El signo ascendente depende de factores vinculados a su nacimiento.


— Milo, déjate de tonterías. — exclamo el de acuario.


—De todas maneras, aún deberá permanecer en reposo durante los meses venideros, el niño es bastante fuerte.


En cuanto la apotropea  termino con todos los procedimientos se fue de la habitación junto al Apotropeo de la prevención, dejando solos a ambos santos dorados. Camus se mantuvo pensativo, algo que Milo no tardo en notar, el de escorpio estaba dipuesto a sacarlo de sus pensamientos y pensó que quizas debería intentar adivinar de que se trataba aquello que estaba ocupando la mente del galo.


— Camus.


— Milo — exclamo sin dejar de su mirada frívola,mirando sus manos. Se detuvo un momento a pensar en lo que diría y cuando al fin las palabras exactas estuvieron fijadas continuo — Sobre lo de ir a Siberia.


— ¿Qué pasa sobre Siberia?


— Quiero vivir en Siberia — respondió mirándolo con severidad. — Quiero vivir allí en cuanto abandone mi puesto como Santo dorado.


— Camus no vas a irte y criar a nuestro hijo solo — exclamo mirando indignado.


— Siberia es el único lugar al que puedo llamar hogar — acoto sin perder su frívola mirada, sentimientos dentro de él querían aflorar, quería dejar salir una angustia que lo invadía en ese momento al Milo no comprenderlo. — ¿Por qué no lo entiendes?


— Y Quieres alejarme.


— Te dejare en libertad.


— No — negó con firmeza, con su mano tomo el mentón del santo de Acuario y lo giro la cabeza del otro para obligarlo a mirarle, siendo delicado con su actuar pero serio.


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Definitivamente su plan se veía sencillo, a pesar de formarse a las prisas, era infalible para su objetivo, llegar a la casa de Acuario sin ser notado y Surt daba por hecho lo lograría sin ninguna clase de problemas. Sonrió mientras se adentraba al templo del carnero blanco, aprovechando que guardián y discípulo estaban caminando hasta la habitación abriéndole paso, una vez que pasara debía ser rápido y llegar a Tauro escondiéndose entre pilares, manteniendo su cosmos minimizado al punto de no ser detectado, aunque en casas superiores tendría problemas, a simple vista los templos de cáncer, virgo y capricornio eran solo ruinas, sin lugar para esconderse.


La siguiente fase de su plan pensó era más sencilla, recorrería el camino de las doce casas hasta llegar a Acuario, ocultándose entre pilares y sombras dentro de cada recinto, manteniendo siempre su cosmos lo más bajo posible, a fin de no ser notado, aunque no pensó en ver aquellos templos destruidos. Y definitivamente su plan estaba dando resultado en los templos donde aún estaban las estructuras en pie, pasar desapercibido hasta Géminis no fue un problema, si lo fue llegar a Cáncer donde a plena luz estaba un joven sentado en las escalinatas, dando bostezos cada tanto y al parecer se encontraba solo.


El muchacho de tez clara y cabellos del color de quien fuera el santo dorado de cáncer, aunque las raíces se veían de un color mucho más oscura. Era poseedor de un imponente cosmos aunque su apariencia demostraba lo contrario.


— Espero que el maestro y el señor Aphrodite no tarden mucho — exclamo el muchacho antes de dar un bostezo.


Por mucho que pensó tenía que encontrar una manera de pasar sin que lo viera y evitando usar su cosmos para no despertar sospecha. Tiro una roca al aire para ver la reacción del muchacho, pero a su vista este ni se inmuto.


En el inframundo todo se movía como el mecanismo de un reloj, todo funcionaba tal cual debía hacerlo, no había nada fuera de lo ordinario o al menos eso se veía. Lo único que podría decirse estaba fuera de lugar era sin menos duda la casi habitual presencia de tres santos dorados, un santo de bronce y la diosa Perséfone, todos caminando por el Hades durante un par de horas.


DeathMask de Cáncer y Aphrodite de Piscis cumplían su promesa de visitar al santo de Andrómeda en el inframundo y diariamente, ayudados por las ondas infernales del santo de cáncer visitaban un par de horas al avatar de Hades. Shaka de Virgo también realizaba el recorrido en cuanto supo sobre las llamadas visitas, solo para entrenar a Shun y prepararlo para el momento de darle su armadura. Ikki como siempre era el guarda espaldas personal de su hermano y desde que había llegado al inframundo había declarado un no rotundo a irse sin Shun. La diosa Perséfone era la otra compañía, aceptada por Ikki ya que no tenía opción, y siempre estaba donde Shun, no solo por ser la esposa del dios del inframundo, la diosa se había convertido además en una amiga y confidente del avatar del dios del mundo delos muertos.


Lo curioso de esas visitas era que el único espectro feliz era Caronte, el barquero, ya que diariamente para trasportar a los santos de Athena a cruzar el rio se les pagaba, y no con un óbolo por los tres para llevarlos y regresarlos, pagaban un dracma por cada uno. Con ese trato el espectro estaba feliz, cada dracma valía por 6 óbolos, era un trato muy benéfico para el espectro, aunque nadie sabía qué hacía con ellos.


Las vistas eran cortas, no duraban más que un par de horas, las suficientes para que Shaka meditara junto a Shaka en Giudeca, el único lugar donde no se escuchaban gritos agónicos. Los tres jueves ya se habían acostumbrado a ver esa escena, ya que como los máximos espectros del inframundo debían estar presentes en esas reuniones, aunque no era de su agrado por una simple razón, DeathMask.


A DeathMask le encantaba ver a todos los espectros se inclinaban ante Shun por respeto, y al estar ellos con él se inclinaban también ante los santos de Athena, era un espectáculo y deseos de burlarse de los espectros no le faltaban. Aphrodite debía llamarle la atención constantemente, para evitar que se burlara o comenzara a reír a carcajadas.


Los tres lacayos no soportaban ese hecho, veían la cara del santo de Cáncer aquella sonrisa jocosa, que estaba reprimiendo los deseos de decir alguna frase que los hiciera quedar en ridículo. Deseos de mandarlo a alguna prisión a aquel santo no les faltaban, contaban cada día los castigos de DeathMask esperando la hora en que este llegara al inframundo al morir para borrarle la sonrisa de la cara, pero Minos no era precisamente alguien que perdiera su calma habitual, él ya tenía pensado darle un escarmiento después de un mes de soportar esa sonrisita que detestaba.


— Disculpen por molestarlos, Minos, Aiacos y Radamanthys — exclamo cuando el entrenamiento en meditación termino, como cada día, agradeciendo la amabilidad de los espectros en no atacar a sus camaradas.


— No hay problema — respondió Minos mirando su libro. Tras hacer un cambio de página observo fijamente a los visitantes que parecía se marcharían, por lo que los interrumpió. — Mi señor Hades.


— Si — exclamo dándose vuelta.


— El otro día en la cena, perdone mi indiscreción escuche una de sus preguntas ya habituales, sobre el destino de ciertas almas. — acoto juntando sus manos ante cerrar sus libro. Aiacos y Radamanthys lo miraron expectantes.


— Oh si, perdóname por mi…


— No mi señor, no voy a reprocharle sus preguntas, mi debes para con usted es saciar su curiosidad y cumplirle como juez — su mirada apacible cambio súbitamente y se centró en los santos dorados, los cuales miraron sin comprender. — Su pregunta, si me permite repetirla, fue ¿Dónde van las almas de los recién nacidos o los infantes que han fallecido sin cometer su primer pecado? Almas puras si no.


— Oh, si — se sonrojo Shun, realmente esa pregunta le llego a la mente en una cena no hacía mucho tiempo, eran habituales esas preguntas y siempre los tres jueces contestaban con cierto desdén, ya que para ellos eran preguntas que no debían hacerse. — Perdona por eso.


— No, mi señor, si me permite le responderé, vera si el alma es pura en su totalidad será llevada a los campos Elíseos, donde permanecerán al cuidado de las ninfas, solo si, ha sido bautizado y tiene las virtudes para ello.


— Muchas gracias por responder Minos.


— Un momento, las almas de los no bautizados son llevados al limbo — continuo sonriendo con malicia. —  Ahora que recuerdo, en otra cena usted pregunto sobre regresar a la vida a las almas ¿No es así? Al respecto de ellos, Eso es algo que usted, y solo usted puede dar el permiso junto a la señora.


— Oh sí, es verdad.


— Salude a Caronte por mí en cuanto pasen por el Limbo — sonrió con malicia.


— Así lo hare, gracias de nuevo por tu amabilidad Minos — exclamo sonriente.


— Minos, algo habrá hecho — susurro Perséfone mirando con desconfianza al juez, y al desviar la mirada noto a Lune, con la misma mirada.


Y así sin más demora los santos dorados junto al avatar de Hades, la diosa Perséfone e Ikki caminaron hasta las orillas del rio Aqueronte, donde el barquero esperaba. Shun en ese momento noto que los santos de Piscis y Virgo tenían puesto sus cascos, aunque no recordaba en que momentos se los pusieron. Death Mask miro con molestia al barquero, acto seguido todos subieron a la góndola, y el espectro comenzó a cantar a viva voz.


— ¿No hay forma de hacerlo callar? — pregunto Death Mask molesto. En ese instante Caronte sonrió con malicia mirando al único quejumbroso del barco, Shun sonrió, Ikki bufo de lado y Perséfone también esbozo una sonrisa. — ¿Va a cobrarme más no?


Una luz brillante ilumino dentro de la casa de Cáncer, lo que distrajo por momentos al joven en las escalinatas, quien se adentró al templo a toda prisa. Sin demora el dios guerrero se adentró a la casa para pasar de largo sin ser visto, debía apresurarse para no ser notado si los santos de Piscis y Cáncer acababan de llegar.


La siguiente casa no presento problemas, parecían estar vacías, lo que le sorprendido, incluso llegar a escorpio donde esperaba encontrarse al guardián de esta pero siquiera su cosmos sintió.  Así sin demora pasó de largo cuatro casas consecutivas, en sagitario se ocultó del guardián siguiendo su plan y paso de largo por capricornio donde solo vio ruinas, hasta llegar a la casa de acuario.


La casa de Acuario parecía no estar habitada, lo que le sorprendió, el ambiente era realmente cálido en comparación con la temperatura a la que Camus estaba acostumbrado. Se guio usando el cosmos presente, escorpio estaba ahí y una mala sensación lo invadió, quizás le había hecho daño.


El cosmos del santo dorado de la octava casa se sentía tras una puerta bellamente tallada, la que sería de la habitación principal. Entre abrió la puerta con lentitud, un mal presentimiento lo invadía y no era para menos y tras echar un vistazo por la pequeña abertura vio algo que no le agrado.


En medio de la habitación estaba la cama, siendo iluminada por un gran ventanal que permitía ver todo el cielo estrellado. En la cama estaba Milo, recostado de lado con el pecho al descubierto, mientras en medio de la cama estaba Camus al parecer profundamente dormido, Milo estaba por sobre las sabanas blanquecinas, dormido de igual modo.


— Aléjate de la puerta — escucho una voz detrás de él, la cual claramente lo amenazaba. — Camina lentamente hacia atrás.


— Shura de Capricornio — exclamo obedeciendo la orden.


— ¿Qué haces aquí dios guerrero?


— Vine a ver a mi amigo.


El Santo de capricornio lo tomo violentamente del brazo una vez lo tuvo cerca de si, miro fijando la mirada en aquel. — La casa de Acuario está cerrada — desvío la mirada y comenzó a llevarlo hasta el templo del patriarca, pasando piscis donde su guardián no se encontraba.


— Deben mejorar la seguridad, no había nadie en los templos de géminis hasta aquí — dijo en burla.


Shura opto por no escucharlo, sabía perfectamente donde estaba cada guardián, el mismo sentía con su cosmos su presencia o ausencia y no lo era necesario palabrería de un extraño. Tan pronto llego al templo del patriarca abrió las puertas con solo un movimiento de su mano que logro que una ráfaga de aire le abriera paso, y sin siquiera pasar de un solo empujón llevo adentro de los aposentos al dios guerrero.


— Patriarca, Athena, les traigo un intruso — exclamo sin mirarlo, dando un paso adelante antes de inclinarse.


—  Gracias Shura, regresa a tu puesto.


—  Si Patriarca.


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En silencio en la casa de Acuario unos quejidos de cansancio rompieron en silencio. Caminando a paso lento, sintiendo dolor en cada paso juntado a un gran cansancio el santo de Acuario caminaba directo a la salida, aprovechando que Milo se había dormido, que parecía no haber nadie más en todo el templo.


Cada paso era más difícil que el anterior, internamente deseaba terminar con su vida en ese instante ante aquello que lo agobiaba pero su sentimiento de deber era mayor. Dentro de sí un sentimiento de proteger a aquella vida que llevaba gestándose dentro de él era superior, proteger a aquel pequeño a quien el había deseado regresar a la vida por considerar injusto un castigo que se le impuso sin razón y en pos de protegerla estaba dispuesto a todo con tal de lograrlo.


Se sentía una carga para todo el santuario, todos estaban al pendiente de el y esa sensación no le agradaba, sentirse un ser insignificante al punto de tener que ser cuidado, aquello no lo desea, y de ser por si habría escapado mucho tiempo atrás, cuando contaba con mayores fuerzas, pero nunca lo dejaban solo hasta ese momento.


Llego hasta la entrada de Acuario antes de desplomarse bajo un pilar, su cuerpo estaba destrozado, sintió gran importancia en ese momento. Era seguro que en unos minutos Milo despertaría de su siesta y aun agotado por el extremo uso que tenia de su cosmos correría  a buscarlo para regresarlo a la cama.


— Maldición — exclamo antes de llorar ante tanta impotencia y cerrar sus ojos, apenas había logrado llegar a salir del onceavo templo. Cerró sus ojos con gran frustración.


Camus cerró los ojos ante la impotencia que lo agobiaba, no podía hacer más nada, y pronto el cansancio culmino por hacerlo dormir.


Ante aquella visión que tuvo en frente de la onceava casa corrió a socorrerlo, no dudo en llevarlo a sus brazos y cobijarlo. Miro con severidad a su alrededor, no había rastros de otros santos cercanos, el cosmos de todos se encontraba disperso en ese instante. Una sonrisa maliciosa se apodero del el mientras levantaba al santo dorado de Acuario en brazos, miro al horizonte antes de asentir por cuál sería su siguiente paso.

Notas finales:

Si llegaron aqui muchas gracias por leer, espero les gustara.

Ahora la votacion sigue en pie, este fanfiction ya esta pisando sus ultimos capitulos, no quiero adelantar nada pero si, estamos en el tramo final finalmente.

Estos son los fanfiction en lista, voten por el que les gustaria ver actualizado proximamente en cuanto este tenga la linda palabra FIN.

NOS CONOCEMOS DE NUEVO: Algunos dioses y Semidioses no están de acuerdo con el castigo de los dorados En completo silencio y siendo guiados por Quiron y la diosa Afrodita, deciden revivir a los dorados y demostrar a los dioses su juicio fue equivocado y para ello hicieron dos sellos, un sello de las memorias y un sello del cosmos con un límite de tiempo impuesto, de llegarse acabar el tiempo nunca podrán recobrarlo.

APRENDIENDO A SENTIR: Después de su lucha, Shiryu no mata a Phenril y le promete no abandonarlo y tras volver de una última guerra lo acoge para enseñarle que no solo  hay seres humanos malvados, también hay buenos. Phenril recordara emociones que olvido, Shiryu será su mentor en el proceso y se terminaron enamorando.

HOROSCOPO: Algunos dorados creen ciegamente en el horóscopo y los que no creen  terminaran dudando. (Es eso gente muchos sucesos donde el horóscopo tiene mucho que ver)

LOCURAS EN LA MANSION KIDO: En un tiempo de paz, todos descansan en la residencia Kido. Sí, todo muy bonito hasta que llegan a la mansión Kido los dioses guerreros de la osa mayor trasformados en bebés y deben cuidarlos hasta que regresen a la normalidad y ahora los dorados acompañan a los de bronce en esta difícil batalla.

 


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