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La lucha del amor por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos, el fic se ha alargado... disculpen la demora y erreores en la trama, que borraba cosas, ponia otras y despues de leeer mil veces creo que quedo, pero sin ven palabritas de mas me avisan.

 

 

Milo despertó tras sentir un frio al punto de congelarlo en la habitación, no era un frio muy común, era uno que nunca antes había sentido y ser el novio de Camus de Acuario tenía su precio, ser expuesto a temperaturas frías por el temperamento del santo francés. Se levantó de la cama al percatarse solo y comenzó a buscar el débil cosmos de su compañero, esperando que no le hubiera pasado nada en su ausencia, mientras el dormía.

-Camus…- exclamo pensante mirando en cada habitación se cruzó, no le importaba si veía sombras o su mente le jugaba alguna broma, solo quería encontrar a su amado y nada lo iba a detener.

Si Milo tenía una cosa muy en claro era que amaba a Camus y no se detendría por nada si la seguridad del francés peligraba, por ello al despertar y saber de la presencia de Camus en aquel lugar donde se encontraban no dejo de luchar para liberarse, para volver a tener a Camus entre sus brazos y alejarlo de donde lo lastimaban. Un fuerte odio y resentimiento de sembró contra aquel que se hacía llamar Céline, si ese era su nombre, por hacer llorar a Camus, por insinuársele ante sus ojos, por tocarlo,  de haber estado en un mejor estado no hubiera dudado en acabar con aquel individuo que osaba lograr que su amado francés derramara lágrimas de sufrimiento.

Continúo su camino, sin detenerse, sin mirar a donde iba o que lo rodeaba hasta que llego a un balcón donde la luz de la luna alumbraba. Miro con ternura, Camus estaba caído en el suelo, mirando con tranquilidad aunque sus ojos mostraban estar perturbados, sin demora salió de la oscuridad y se sentó, no al lado del de acuario, sino detrás de él, abriendo sus piernas de par en par para recostar sobre su pecho al santo de hermosos zafiros a su mirada.

-¿Estas bien?- pregunto Camus recostándose sobre el pecho del Heleno, examinando todo aquello que poseía a plena vista.

-¿Por qué te fuiste? Me preocupaste- exclamo tranquilo- claro que estoy bien… ¿quieres dormir a la luz de la luna?

-Milo Hay algo en este lugar, que me llama, que me busca y yo quería…saber- respondió algo nervioso, no podía decirle que estuvo hablando con un niño fantasma, en primera Milo le creería pero también sacaría sus conclusiones de que quizás era un enemigo o algo parecido y conociendo los celos del escorpión, hasta se pondría celoso del espíritu.

-¿Algo en este lugar?- pregunto mirándolo- Has estado algo distante, desde que Céline dijo que tenía que decirte algo que solamente cuando estuvieras totalmente recuperado te diría…pero…

-Según sus propias palabras, por esa verdad me dejare morir…pero no entiendo ¿de qué se tratara?- se preguntó mirando al cielo- No es de nuestros amigos, el me lo negó, tampoco es algo de nuestra diosa, de mis alumnos...Al mismo tiempo…el me parece familiar.

-¿Familiar? Quizás entreno contigo y abandono el entrenamiento para ser santo de Acuario- intento responder la duda.

-Milo, entrene solo- dijo con seguridad- Yo tuve muchos alumnos que no resistieron el entrenamiento y estos abdicaron, siendo solo Isaac y Hyoga quienes avanzaron en su paso a la armadura, en cambio, yo, no tuve competencia, solo era yo…Céline sabe cosas de mi que no creía que alguien más supiera, sabe que yo he alcanzado el cero absoluto, que congele la rodilla de Shaka, que pude enfrentarme igual a igual contra Océano…no me explico como sabe tanto y a la vez…su forma de tratarme.

-Intenta seducirte- le interrumpió el griego- ese hipócrita intenta que lo ames, es lo más lógico, pero estamos lejos de él y no volverá a lastimarte.

-Es que…él no me lastimaba- exclamo el francés de forma segura- Las inyecciones me fueron sanando y, aunque me causaban gran dolor poco a poco este fue desapareciendo con cada inyección…Céline nunca hizo algo que yo no quiera que hiciera, si le pedía que dejara de tocarme lo hacía…es todo esto tan extraño…y los sueños…

-¿Qué sueños?

-Céline dice que una acción de la sangre sanadora es la mente,  usar fragmentos de recuerdos transformarlos en sueños, dependiendo de cómo una persona se sienta, los sueños se convertirán en pesadillas o sueños placenteros…Milo he soñado con mi infancia, antes de ser caballero…hay una mujer, un niño…estoy en Francia…un reloj…un monasterio…- exclamo con duda- todo es tan confuso para mí.

Milo comenzó a acariciar la caballera del galo, besando cada tantos momentos aquellas mejillas que pronto se tornaron de un suave color carmín- Camus, ¿Qué es lo que te tiene confundido?- pregunto sin aparte su mirada de el- ¿tus sentimientos hacia ese nuevo hombre que apareció en tu vida y no quieres lastimarme?

-Milo, no digas eso, te amo- lo callo poniendo dos dedos en sus labios- Céline lo sabe, ya se lo dicho, que nadie ocupara mi corazón más que tú, él me quiere, pero no como tú crees y el solo quiere que no me lastimes…al menos eso me ha dicho.

-Típico de los ladrones de novios- exclamo sereno- Se ganan tu amistad para después ganarse tu corazón.

-Milo- bufo molesto y luego ideo una manera de hacerle entender lo que sentía hacia el escorpión, a pesar del pasado que ambos llevaban en sus hombros- Sabes, el santo de Acuario, al igual que Ganimedes, es el hombre más hermoso.

-Lo sé- acoto besándolo.

-Y debe mantenerse casto, pase lo que pase.

-Aja.

-Pero, solo puede entregar su corazón a aquel que sea como su Zeus…Milo, tú eres mi Zeus.

-¿Yo soy tu Zeus?- exclamo mirándolo con lasciva mientras su mano lentamente se dirigía a aquel punto que volvía a Camus a su merced, metió su mano en el pantalón y llego hasta aquel órgano palpitante y al solo rosarlo con las manos sonrió complacido al sentir un gemido, casi ahogado.

-Milo- exclamo avergonzado recordando al pequeño fantasma con el que estuvo hablando, sonrojado, aunque segundos después sus labios se encontraban atrapados en los del santo de escorpio, entre besos y mordidas.

-Eso entonces, en un si- susurro mientras le quitaba la ropa que podía en la posición que se encontraba.

Entre besos y caricias ambos demostraban el cariño que se tenían, entre besos y caricias, tal como se encontraban solo necesitaban de ambos para sentirse a gusto, que nada de les faltana.  Ambos se recostaron sobre el suelo, para mirar el cielo, contemplar aquella belleza ante sus ojos, Milo era quien le daba comodidad a su franco, mientras el santo de acuario se abrazaba a él, mirando el cielo estrellado.  Pero de pronto Camus comenzó a toser fuertemente y a escupir sangre, por lo que Milo opto por levantarse y ayudar a Camus a volver a respirar tranquilo, Camus se colocó bajo abajo, apoyándose en sus manos y rodillas, comenzando a expulsar sangre de su boca, mientras lágrimas de terror caían por sus ojos,  su pecho le dolía, como si le hubieran clavado de repente miles de ajugas.

Céline estaba desesperado buscando por el bosque en ese momento a los santos de escorpio, solo, abrumado por saber del escape y quien había sido el causante de aquello, su propio mejor amigo. El Apotropeo seguía los pasos marcados de los santos de Atenea,  tocando cada árbol para sentir la presencia de ambos, aunque cada tantos momentos se desaparecía.

-Santorini… ¡¿Cómo Pudiste?!- Exclamo desesperado, derramando gruesas lagrimas- Mi mejor amigo me ha apuñado por la espalda- CAMUS- grito con todas sus fuerzas-CAMUS.

Flash Back.

Cuando Céline entro en el cuarto donde estaban los dos santos y vio las camas vacías, comenzó a caminar desesperado buscando a los dos fugitivos, cuando llego a la Abadía y vio a los dos guardias de la puerta Norte y estos le dijeron que quien los había mandado a allí fue Santorini. Alterado lo busco por todos lados hasta encontrarlo en la biblioteca donde este veía unos mapas con una sonrisa.

-SANTORINI- grito entrando- ¿Dónde están?

-Los santos Dorados- exclamo sonriendo- en este momento camino al norte.

-¿Al norte?- pregunto y lo tomo del cuello- ¿Cómo se te ocurrió tal barbaridad? Camus aún no ha sanado, si no le inyecto la sangre sanadora comenzara un camino de retroceso hasta su muerte…

-No llegaran lejos- exclamo seguro- no te preocupes, volverán.

-Idiota- grito enfurecido- Milo de escorpio no dará un paso atrás…mataras a Camus.

-Céline era necesario, Milo de escorpio seguiría peleando…

-Peleando hasta cansarse- dijo soltándolo- cuando regrese arreglaremos esto…si algo le pasa a Camus, tu ceras el culpable y no me detendré ante nada.

Dejo al Apotropeo mirando anonadado y sin perder tiempo salió a toda prisa por la puerta norte, buscando a los dos santos dorados, sin rastros de ellos. El escaso cosmos en el camino se había desaparecido, no por algo ambos estaban debilitados.

-Resiste Camus, resiste- exclamo alterado- Ya voy…ya voy.

Fin Flash Back.

Casi no podía respirar, apenas podía mantenerse en pie pero aun buscaba a los dos santos dorados. Miro al cielo, la luna estaba por desaparecer en el horizonte, continuo corriendo sin detenerse hasta que vio un edificio que conocía muy bien. Apenas llego a él escucho la toz de varios pisos arriba.

-Vine por él, ya me lo llevo- exclamo alterado al entrar-Camus, Camus…por favor…por favor- subió varios dos pisos hasta encontrar el balcón, donde Milo estaba alterado, ayudando a Camus a respirar mientras este vomitaba sangre por la boca- Camus- grito al encontrarlos, tomando al santo de Acuario entre sus brazos.

-Céline- dijo con temor Milo al verlo.

-Después arreglo esto contigo Milo ¡Como se te ocurre alejarlo así! No está bien- exclamo poniendo su mano en el pecho del de Acuario- intenta respirar…Camus.

-No…no…puedo- gimió escupiendo sangre-no…no…quiero…no.

-Tranquilo, tranquilo- Se quitó su capa y con ella acobijo al santo dorado, aunque este continuaba expulsando sangre de su boca, al punto de ahogarse, lo subió a sus brazos y comenzó a caminar por aquel edificio abandonado, mientras Camus dejaba un rastro de sangre y Milo los seguía, bajo a la planta más baja y entro a una habitación donde debería haber dos puertas metálicas y recostó a Camus en la camilla de costado.

-Es mucha sangre- exclamo Milo al ver a Camus- Se desangra…Camus…

-De eso me encargo yo- dijo Céline con seguridad tomando objetos del suelo, donde saco un tubo, coloco a Camus boca arriba y comenzó a introducir el tubo por su garganta y luego otro en su pecho, del cual comenzó a sangrar para dejar respirar al santo de Acuario- Eso es.

-Sigue sangrando.

-Es para que respire, lo que importa es eso, la sangre ya me encargo en un momento.

-Está perdiendo sangre hipócrita.

-¡Hipócrita!- grito con enfado al mirarlo- Me llamas hipócrita cuando tu pones en riesgo su vida, cuando eres tu quien lo ha puesto así, Hipócrita…Milo has sido tu quien ha ocasionado esto y no voy a dejar las cosas se queden así como así.

-No estaría así si tú no nos hubieras traído de vuelta, estábamos bien.

-¿Estar bien? ¿Estar bien?- pregunto con enfado- estaban en medio de la oscuridad, castigado por los dioses y ahora dices que estaban bien, los dioses los castigaron, ustedes lloraron a pesar de estar sus almas apresadas en piedra ¿Crees que no lo sé? Deja de decir tonterías, tú y todos los santos dorados fueron acusados de conspirar contra los dioses, su castigo el sufrimiento eterno en la oscuridad.

-Para nosotros eso no fue un castigo, nosotros aceptamos nuestro destino, todos lo aceptamos, como santos de Atenea, en nuestra lucha por ella, si había un precio que pagar nosotros gustosos lo íbamos a hacer- ratifico mirando seriamente, con orgullo, como el santo dorado que era.

-No voy a permitir que lo lastimen de nuevo- grito a todo pulmón bajando la mirada partiendo en llanto y susurro- no lo perderé de nuevo

-Perderlo…

Céline durmió a Camus al colocarle sobre su pecho su mano, mientras Milo lo observaba, atónito, lo miro como si su alma se desgarrara -Es mi hermano- exclamo al fin- y no voy a volver a separarme de él.

-¿Tu hermano?- pregunto sorprendido.

-Fuimos separados por capricho de los dioses…he buscado la manera de volver a estar con él y al fin que la he encontrado, no voy a separarme de él…ni siquiera por ti Milo.

-Entonces…es eso… ¿Por qué no puedes decírselo? Él quiere…

-Porque nuestro pasado es un puñal…no puedo decirle estando en el estado que esta que soy su hermano…que lo rechazaron…de las muertes que ambos llevamos en nuestras manos…

-¿Muertes?

-Mi madre…Mi abuelo…y este lugar…

-¿Este lugar?- pregunto- ¿tienen algo que ver con este lugar?

-Mucho…por qué aquel…aquel monstruo que lidero este lugar…lleva nuestra sangre…

-¿Qué?- exclamo anonadado-Camus.

La sangre del pecho del santo de acuario dejo de brotar, sin perder tiempo Céline tomo en sus brazos al santo dorado y volvió camino al templo, seguido por Milo, quien no se separaba de ambos. De regreso en el refugio, Milo se colocó un pijama blanco y se tapó la cara, sentándose en la cama, mientras veía como Céline, el hermano de su amado, se ocupaba de atender al debilitado santo de Acuario.

-Camus…perdóname.

-Camus no tiene nada que perdonarte- exclamo Céline poniendo en su mano izquierda un suero quirúrgico en su brazo y luego conecto una de sus venas a el brazo izquierdo de Camus.

-¿Eso es la sangre sanadora?- pregunto Milo anonadado.

-Mi sangre solo puede mezclarse con la de Camus, somos hermanos después de todo- explico- Mi sangre sana a Camus desde que ha estado aquí, con un poco de mi sangre cualquier herida, cualquier daño en su cuerpo sanara, pero no sirve de nada prevalecer la vida de alguien que no quiere vivir, solo le amargas su existir, es por eso que no le he querido decir nada aun…es pronto.

-¿Por qué le mentiste? Le dijiste que aquella sangre era de otra persona…

-¿Viste cómo se puso cuando le dije que era sangre? ¿Cómo crees que reaccionaria si le dijera que era la mía? Me preguntaría porque ¿Qué debería responderle? No quiero que se deje morir.

-¿Por qué nos ataban?- continúo viendo como Camus poco a poco tomaba más color.

-Porque lo que paso- respondió- Sino fuera porque tu presencia le hace bien a Camus, te sacaría de aquí, pero no puedo, no debo…por él.

-Céline…no nos volveremos a escapar, te doy mi palabra como caballero, pero por favor no lo vuelvas a amarrar a la cama- le pidió mirando desolado- Camus odia eso, le tiene pavor, sonríe como si fuera algo normal, como que no le gusta pero…Camus no…no merece que lo amarres de nuevo a la cama.

-Por su maestro ¿no?-pregunto mirando desolado- lo sé, lo sé, el maldito lo maltrataba, esas palabras de levántate mocoso no son ni la mitad de las cosas que le decía…

-¿Cómo lo sabes?- pregunto anonadado, le parecía irreal todo lo que estaba descubriendo.

-Cuando fuimos separados, por inclemencia del destino ambos fuimos a ser entrenados en Siberia, yo como Sanador, Camus como guerrero, nuestros maestros vivía distantes, pero los entrenamientos del maestro de Camus se realizaban siempre en el mismo lugar…donde yo podía ver pero nada hacer- apretó sus manos- ese canalla lo degradaba, lo lastimaba, Camus debía ser un santo dorado pero no merecía que lo maltrataran de ese modo como lo llamaban…era un niño.

-Camus nunca…

-Nunca te lo comento, por vergüenza Milo.

-¿Y porque no detuviste eso?- pregunto levantándose.

-Porque estaba impedido…estaba siendo entrenado para ser sanador, Camus era un futuro santo dorado, él se convertiría en un guerrero de Atenea y yo…yo de Asclepio, los dioses nos habían separado en el mismo momento que comenzamos  a entrenar…según supe después solo podía regresar con Camus solo si este fallecía y yo reclamaba su alma, yo solo podía mirar, aprender a sanar para luego volverlo morir, era a lo que estaba confinado….finalmente, cuando tuve el permiso de traerlo a mi lado…Athena me lo negó.

-¿Cómo que te lo negó?

-Hable con Apolo, ¿Quién mejor que el para comprender un dilema de hermanos? Él me dijo que sin dudar fuera por Camus, pero Atenea debía dar su permiso para retirar el cuerpo, por ser este su santo…ella me dijo que no- golpeo la pared más cercana con sus brazo- me sentí impotente…busque consejo, Apolo me dijo, es tu hermano, te pertenece y por eso robe su cuerpo.

-Camus es un ser humano, no tiene dueño-reclamo.

-Soy su hermano, su única familia, eso me hace en cierta parte su dueño- exclamo más tranquilo- yo me iba a hacer cargo de él.

-¿Por qué no le dijiste que eras su hermano? Ella mejor que nadie sabe lo que es verse separada de sus hermanos, Artemisa, Apolo, Ares…todos ellos son hermanos, distanciados por conflictos que se desencadenaron por la humanidad…hay santos, hermanos, separados y ella ha buscado unirlos nuevamente…Aioria y Aioros…Saga y Kanon…Ikki  y Shun…debiste decirle la verdad, los santos de bronce te han de estar viendo como una amenaza nueva a la humanidad, al santuario.

-No es fácil Milo, de la noche a la mañana no vas por ahí y le dices a alguien, soy tu hermano, y con esto tienes un pasado tormentoso que llevas sobre tus hombros y no quieres que tu hermano también lo cargo, pero el, como santo dorado lo va a hacer, cargara con ese dolor y al ser demasiado…al ser mucho sufrimiento que lleva en su sangre no dudara en dejarse morir, con el estado en el que se encuentre su muerte es inevitable- exclamo sin fijar la mirada- Prefiero que recupere sus fuerzas, que se pueda sentir fuerte…poder hablar con el de manera pacífica, sin temor a que quiera quitarse la vida…

-Quiero aclararte una cosa…he sido su novio en los últimos seis años y no permitiré que lo lastimes, yo también lo amo y el me pertenece.

-La única persona que puede reclamar por el soy yo, y no permitiré que tú ni nadie vuelva a separarme de el-

Mientras tanto, en aquel inhóspito lugar de la luna, donde Artemisa y sus ángeles descansaban, la diosa no estaba sola, Atenea había llegado junto a Shun y Marín para poder hablar sobre lo que había ocurrido, de la cuestión de los cuerpos robados y que quizás Apolo tenía algo que ver con ello, pero la diosa en ese momento no se encontraba sola, tomando una taza de té se encontraba el dios Apolo, quien no daba crédito a lo que escuchaba.

-¿Dicen que un apotropeo de Asclepio robo cinco cuerpos del santuario?- pregunto el dios casi mirando en burla- Eso no autorice, yo solo autorice uno.

-¿Usted autorizo?- pregunto Shun mirando al dios.

-Fue un pedido del apotropeo, que se le fue negando desde hace años, el queria permiso para encargarse del santo dorado,  pero no era intención comenzar una nueva guerra, Céline solo tenía autorización por uno de los santos muertos, no por los demás- aclaro.

-Apolo eso fue una falta total de consideración, ¿Cómo pudiste dar autorización para que se profanara un cuerpo?- pregunto indignada la diosa de la sabiduría al ver el rostro de burla de su hermano.

-Sencillo y Bonito, Camus le pertenece- explico- Es una teoría algo descabellada pero con sentido, Céline pidió mucho antes que se le permitiera que Camus estuviera a su lado, hace trece años, cómo Camus ya era santo dorado Céline no tenía derecho para con él y solo lo tendría para cuando este muriera, Camus murió en la revuelta del santuario, pero hasta la guerra de Hades se le dijo que no, después de la guerra de Hades pidió permiso nuevamente  y como Camus ya no era santo dorado, tenía derecho para reclamarlo.

-Dios Apolo, perdone si sueno subversivo, pero…Camus de Acuario es un ser humano, no puede dar permiso para que su alma valla a estar en manos…

-De su hermano mayor- le interrumpió- Céline es hermano mayor de Camus, Si algo te pasara Shun  Ikki se enfrentaría  a los dioses por ti, Touma ha de hacer lo mismo por Marin, pónganse en lugar de Céline ¿no creen que harían lo mismo?

-Si- exclamaron los dos santos, la amazona de plata miro a su hermano, el cual le sonrió tras la máscara que llevaba, asintiendo en las palabras del dios.

-No sabía que Camus tenía un hermano.

-Lo tiene y le quiere mucho, ha estado tras él desde hace años, pero al ser este apotropeo de Asclepio, estaban distanciados, como Marin y Touma para entender- aclaro el dios- Yo solo autorice por Camus de Acuario ¿Qué otras tumbas fueron saqueadas?

-Mu de Aries, Aioria de leo, Shaka de Virgo y Milo de Escorpio- conto Shun.

-Milo era entendible, es el amado de Camus, supongamos que lo llevaron por si Camus se rehúsa al tratamiento, con Milo lo obligan…pero ¿y los otros?...tendré que arreglar esto- exclamo molesto el joven dios- Atenea, mis disculpas, cuanto antes tendrás a tus santos de nuevo en las doce casas, yo hablare con los Apotropeos, pero no te garantizo que Camus de Acuario regrese contigo, ahora está en manos de Céline, todo dependerá de él, Si Céline accede, Camus volverá contigo, pero de lo contrario, no puedo hacer más nada, estoy impedido de manos.

-Dios Apolo…no lo entiendo- exclamo Shun- Camus es santo de Atenea.

-Pero al morir deja de serlo, más lo que hizo…digamos que su alma es libre cuan paloma en vuelo- respondió a la duda, pero al ver el rostro confuso de Andrómeda sonrió- Hagamos un ejemplo práctico, Ikki, tu hermano, es guerrero del Sol, el dios egipcio Atun y tu Shun eres un guerrero de la oscuridad, de Sokar.

-Que mal ejemplo- dijeron las damas, al saber de la naturaleza de los dos santos.

-Silencio, es un ejemplo práctico.

-¿Pero Céline cura con frio?- interrumpió Touma- No sería que uno sea de Atun y el otro del dios Ra.

-Es lo mismo.

-No lo es- exclamaron todos a la vez.

-Bueno, ya, la cosa es asi, por designio de los dioses ambos son guerreros de legiones distintas, pero no pueden volver a verse, porque ambos defienden una cara de una misma moneda, Ikki la cara y tú la cruz.

-Yo soy Céline y Marin es Camus- interrumpió Touma-Como Apotropeo de Asclepio lo hace inferior, pero también sirve al dios Apolo, por lo que su rango es superior a un dorado, si Marin muere yo puedo pedir por ella para que este a mi lado, debido a que soy un ángel y ella una amazona de plata,  y no pueden decirme que no,  soy superior en rango, al unirlos la sangre he ahí el motivo, pasa lo mismo con Camus y el Apotropeo, a pesar de ambos servir a dioses diferentes, Céline lleva la misma sangre que el santo de acuario ya tiene el motivo, tiene derecho por el al ser su hermano y como Camus ya no es santo de Atenea , Céline tiene un rango mayor…

-Es muy tierno eso Touma- sonrió Shun- Yo creo que haría lo mismo por mi hermano.

-Atenea, prepara a tus guerreros, los más confiables, yo con gusto los llevare a donde están los Apotropeos y les daré su escarmiento por semejante falta de respeto contra los dioses- acoto Apolo.

-Gracias Apolo…- se inclinó Atenea.

-No es algo que debas agradecer, son tus santos después de todo., pero no tengas esperanzas en recuperar a Camus, él ya está con su hermano y todo depende de Céline, una vez revivido Camus paso a estar a manos de su hermano- aclaro mirando de manera seria.

De regreso en el santuario Atenea dio las noticias a los santos de bronce y las amazonas de que se debería de hacer ahora que Apolo habia tomado cuentas en el asunto. Reunidos en el salón del patriarca estaban todos, excluyendo a Kiki, quien aun permanecia en el templo de Aries a la espera de su maestro.

-Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun, ustedes cinco me acompañaran a la isla donde se encuentra el templo de Asclepio- dijo la mandataria con seguridad- Los demás se quedaran en el santuario hasta nuestro regreso, no tardaremos.

-Saori- interrumpió Seiya- Se sobre entiende que Aioria y los otros han sido revividos ¿cabe la posibilidad que se pueda traer a la vida a quienes fallecieron en la última guerra santa y sus tumbas no han sido profanadas?

-¿Lo dices por Kanon y Dohko?- pregunto mirándolo, a lo que todos asintieron con la mirada- me temo que eso no está en mi poder, fui informada que el único con la capacidad de revivir es el tal Céline, Apotropeo de la convalecencia, pero me temo que los santos dorados ya no ocuparan sus lugares en la orden- aclaro.

-¿Qué?- preguntaron todos menos Shun, quien bajo la mirada y Marin asintió.

-El Apotropeo de la convalecencia había pedido permiso desde hace trece años atrás para hacerse cargo de Camus- aclaro tristemente- afortunadamente todas fueron negadas, bajo lo que se podía llamar excusa, Camus de Acuario era mi santo, santo de la onceava casa y hasta que no muriera no dejaría de serlo, en cuento Camus murió el Apotropeo no perdió tiempo y volvió a pedir, Camus en ese momento ya no era santo, finalmente en la última vez que murió, Apolo entrego el permiso.

-¿Qué?- pregunto Hyoga sin salir de su asombro- Mi maestro.

-Yo le negué la autorización del Apotropeo cuando vino de que quisiera llevarse a Camus, en todo momento, de todas maneras él se lo llevo, al momento de revivirlo Camus dejo de ser un santo dorado, dejo de ser mi santo de Acuario, y creo que no es justo que los demás regresen a ocupar sus puestos y Camus no pueda hacerlo, por eso he decidido que ninguno volverá a ser santo dorado, es injusto para Camus.

-¿Por qué?- pregunto anonadado Hyoga- mi maestro no pidió eso, no pidió ser revivido…el…

-Pero lo fue, Apolo y Asclpeio dieron su permiso por Camus, no así por el resto, los Apotropeos implicados serán castigados, pero Camus ya no es un santo dorado…lo siento Hyoga, yo ya no puedo hacer anda, lo hecho esta hecho, prepárense para el viaje por favor.

- Si- dijeron todos a la vez.

En la lejana isla, los Apotropeos habían dejado salir a tomar aire a Mu, Aioria y Shaka, quienes bajo promesa de comportarse habían decidido mantenerse calmos, al menos hasta que sus fuerzas se recuperaran y pudieran buscar a sus compañeros. Alumbrados bajo la luz de la mañana los tres santos dorados miraban el bello jardín a sus pies, Shaka intentaba meditar y a su lado Mu no le expresaba palabra.

-Díselo- exclamo Mu mirando a Aioria.

-Está ocupado.

-Aioria, no tendrás otra oportunidad.

-No lo voy a molestar…además a Shaka le gusta meditar bajo el sol que nace…déjalo tranquilo.

-Aioria- sonrió el santo de Aries- Anímate

Continuara...

Notas finales:

Aclaraciones:

-El Hospital al que hace referencia, donde se encuentran Camus y Milo es el Santario de Waverli Hills, por las fotos que vi en internet me base en el.

-El fantasmita con quien habla Camus me base en Timmy, solo que este no quiere jugar :) este pequeñito tendra un protagonismo mas adelante, asi que no se olviden de el.

-El fantasma del hombre de negro a videos de Youtube de fantamas o expectros que han atacado a fantamas, mas especificamente los violentos que se pasan mucho en Buscadores de Fantasmas, ademas que se hacen notar.

Nos leemos pronto


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