Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La lucha del amor por maxi anime

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, depende de donde lo lean XD, según amor yaoi es 25/04, según mi  pc, es 24/04, Asi que actualizo como debe ser, perdonen si me demore, semana complicada y para rematar, parcial el dia 25/04 a las 8 am XD.

Espero que les guste la continuación, lo deje con un poco más de picante para ver si ahora si dejan Rewievs, porque al no tener ni uno del cap pasado, a pesar que el primero fue aceptado me dije, algo hice mal, bueno deje intriga XD, espero les guste.

Trascurrieron dos días, dos tormentosos días en el que el santo dorado de Acuario obedeció cada pedido de aquellos que lo tenían a su juicio secuestrado, aunque solo lo hacía con el simple objeto de poder ayudar a sus amigos, también encerrados en aquella mansión.

Con el pasar del tiempo comenzó a entablar una relación de amistad con su captor, con aquel que se autollamada su salvador,  Céline pasaba horas con él, hablando, atendiéndolo en todo lo que necesitaba, manteniendo una rutina diaria.  Conocer a Céline había sido agradable finalmente para el santo dorado, aunque en un principio le desagradaba la idea, saber de él lo ayudo a poder saber más de donde se encontraba y que clase de orden lo estaba cuidando, y sorprendentemente tenían cosas en común que comenzaban a sonar en su cabeza. No podía negar que ambos tenían el mismo color de cabello, aunque el suyo era mucho más claro que el del otro, el tono de piel también era el mismo, aunque el suyo mucho más claro a simple vista, ambos tenían miradas idénticas pero su color de ojos cambiaba, Céline tenía ojos de un color muy distinto al suyo, como avellana, aunque por la luz que entraba al cuarto no podía distinguirlos bien.

A pesar de todo decidió mantener oculto lo que había pasado aquel día que intento escapar, por el bien de sus amigos sin saber si Céline estaba enterado o no de lo que pasaba, seguramente sabía lo que le hacían a los otros dorados pero no le había dicho nada, quizás para usar la amenaza en un futuro. Camus decidió entonces mantener la calma ante la tormenta, al recuperar su cosmos podría hacer algo, rescatar a sus amigos. Santorini no se había vuelto a aparecer por la habitación y eso solo lo hacía dudar de sus acciones, si realmente estaba haciendo las cosas bien, manteniendo esa rutina que a su “captor” conservaba contento.

Como todas las tardes, antes de la cena, Céline lo baño en aquel cuarto de baño privado, que muchos dirían que era comparable con el baño de un monarca por su espacio.  El Apotropeo lo llevaba en sus brazos a donde requería ir, pero siempre manteniéndose dentro de esas cuatro paredes, nunca salía a ver el sol por la ventana, siempre debía mantenerse en ese lugar. Como todas las tardes el guerrero de Asclepio lo baño, termino de cambiarlo poniéndole un pijama nuevo, pero en comparación con otras veces las sabanas de su cama no habían sido cambiadas.

-Ya es momento- exclamo el Apotropeo comenzando a caminar saliendo de la habitación.

Camus reconoció aquel pasillo al pronto salir, cada cuadro, cada centímetro que le había costado avanzar semanas atrás, pero se mantuvo calmo, pasando de largo por aquella habitación donde había escuchado días atrás los gritos de sus camaradas, por lo cual bajo la mirada. Una puerta a su derecha se abrió, dejándolo pasar a una nueva habitación, esta no era más grande que la anterior donde estaba pero había una gran diferencia, una segunda cama.

-¿Qué?- pregunto el santo dorado mirando la nueva habitación, mientras el guerrero de Asclepio lo depositaba en la cama más cercana a la ventana, donde claramente podía verse un jardín fuera, repleto de flores.

-Te has comportado como es debido, has hecho lo que nunca nadie se atrevió a hacer- exclamo serenamente el pelirrojo mientras lo cobijaba- Felicidades, santo dorado de Acuario, mereces este premio mejor que nadie, pero no voy a bajar la guardia para contigo- cuando termino de pronunciar palabra no tardo en amarrarlo a la cama con unos tirantes de cuero.

-¿Qué? ¿Porque haces esto Céline?- pregunto sin entender, aterrado a hacerse a la idea delo que pasaría.

-Es por tu bien, Camus, por tu bien-exclamo mirando sereno.

Camus intento forcejear, quitarse aquellos grilletes que lo aprisionaban, pero era inútil, Céline lo tenía amarrado de manos y pies e incluso había puesto un cinturón que mantenía su pecho contra la cama. Iba a volver a llorar, pensando en que lo siguiente que pasaría seria que aquel chico en que había confiado en días abusara de él, o quizás lo violara, lo tenía a su merced después de todo y por el bien de sus amigos juro no oponerse a sus deseos.

 La puerta de la habitación se abrió, dejando entrar una cama en la que cabellos rubios alborotados podían verse brillar como la luz del sol, Santorini era quien guiaba la camilla en la que claramente había alguien recostado, de cabellos dorados como el sol. Céline fue hasta la otra cama y ayudo a su camarada a mover el cuerpo que en la camilla se trasportaba, grande fue la sorpresa de Camus al ver a quien habían recostado en la otra cama de la habitación. Dormido al parecer, con una expresión de calma en su rostro, estaba su amado Milo de Escorpio, quien al ser trasladado inmediatamente también fue amarrado.

-Milo- dijo Camus sin salir de su asombro- Milo….Milo.

-Tienes un nuevo compañero- exclamo sonriente Céline- No cometas sandeces si quieres que se mantenga contigo.

-Milo…Suéltenlo- pidió partiendo en llanto al ver a su amado santo de escorpio de aquella manera- hagan lo que quieran conmigo…suéltenlo, es a mí a quien quieren.

-Sí, Camus, tienes razón y es por ello que él debe estar aquí- exclamo Santorini- compórtate o se te sacara el privilegio.

-Por favor…por favor… se los suplico, no lastimen a Milo- exclamo llorando amargamente- Céline no lastimes a Milo.

-¿Quién te ha dicho que voy  a lastimarlo?- pregunto secándole las lágrimas y mirándolo dulcemente- eso jamás, has ganado que tu amigo te acompañe, te has ganado ¿Lastimar a quien te acompaña? ¿Con que objeto seria? No, no soy un ser cruel como para que sufras de esa manera santo dorado, ahora, ahora tienes compañía, con quien estar cuando te sientas mal, con quien charlar, con quien ver televisión, con quien discutir de cosas que no te parezcan bien.

-¿Cómo este cautiverio?- pregunto entre sollozos- ¿Qué he hecho para merecerme esto?

-Tú no has hecho nada, valeroso santo de Acuario, tu mereces todas las atenciones que se te puedan dar, esto no es un cautiverio es más un castigo para mí, pero debo hacerlo, por tu bien, por el bien que te recuperes, por mucho que me duela, por mucho que sufra, lo mejor para ti es estar aquí, hasta que todo pueda ser dicho.

-¿Qué es lo que debe ser dicho?- pregunto sin entender- me lo has ocultado por días….Céline, te exijo que me lo digas.

-Aun estas muy débil como para poder comprender como es debido- le beso dulcemente la frente- pero llegara el momento, llegara el día en que recuperes tus fuerzas, tu serenidad y tu cosmos, cuando ese día llegue sabrás la verdad, sabrás la terrible verdad, hasta que  ese día llegue, querido Ganimedes, la verdad es muy dolorosa, tanto para ti como para mí, y es una verdad que lastima…que mata lentamente…mi deber es protegerte, que te recuperes y al saber aquello no pasara, todo lo contrario, te dejaras morir, por ello debo guardar silencio hasta que estés recobrado.

-Céline- interrumpió Santorini- Debemos irnos.

-No lo entiendo, no entiendo- lloro intentando comprender- ¿una verdad tan terrible por la que me dejare morir?

-Así es-respondió- ahora descansa, tu amigo no ha de tardar en despertar, debes tener mucho que querer hablar con él.

-Céline- le interrumpió- ¿Por qué me has atado? No voy a escaparme.

-Lo sé, pero tu revoltoso amigo va a hacer que lo hagas- le respondió- prefiero prevenir a lamentar ¿Estas cómodo?

-Lo estaría si me sacaras estos grilletes.

-Muy listo, pero no, es por tu bien, te traeré más almohadas pero solo eso- exclamo alejándose junto a su compañero hasta salir del cuarto.

En un mar de lágrimas se convirtió el rostro del santo dorado más serio y galante, el santo que reprimía sus emociones se mostraba débil y abatido, culpable y acongojado -Milo…perdóname- susurro entre llorosos- todo es mi culpa.

-No llores, no llores Camus- pidió el santo de escorpio abriendo los ojos- nos sacare de aquí, pero no llores…sabes que nunca me gusto verte llorar.

-Milo ¿Estás despierto?

-Fingí dormir, para poder evaluar todo, para poder planear que hacer…Camus me alegra que estés bien- sonrió- Yo nos sacare de aquí, volveremos a Grecia, ante Athena y….

-No digas su nombre- le interrumpió tristemente- No les gusta escucharlo…ellos…ellos la odian…odian a nuestra diosa…es blasfemia decirlo.

- Lo diré mil y un veces, soy fiel a mi diosa, a la gran Athena- exclamo sereno, giro su cabeza para mirarlo- y tú también, has peleado, has muerto y has revivido por ella…

-Milo- interrumpió- Ya basta…no podeos hacer más nada, nos tienen a su merced…hay que obedecer.

-Camus ¿Qué estás diciendo? ¿Por qué hablas así? No eres aquel de que me enamore…aquel galante caballero dorado, serio, estoico y de gran corazón, que lloro cada escalón que subió en aquel terrible recorrido hasta llegar al templo de Athena, que lloro amargamente al escucharla quitarse la vida…

-Soy un traidor…mate a Shaka, utilice dos veces la exclamación de Athena,  me puse contra mi diosa- partió en llanto- soy una basura…no merezco vivir.

-No…no digas eso- lucho con todas sus fuerzas para soltarse- Camus, escúchame, eso no es verdad y lo sabes ¿Acaso no es nada cuando te acompañe hasta el castillo a dejar aquella sabanas manchadas con la sangre? ¿El beso que nos dimos antes de despedirnos no significo nada? ¿olvidas cuando nos dimos la mano frente al muro de los lamentos? ¿Cuándo nos volvimos a ver y estrechaste la mano de Hyoga antes de sacrificarnos? ¿Nuestra última mirada?...Por Athena, sino tuviera mis manos y   pies atados estaría estrechándote en mis brazos.

-Milo, es mi culpa que estés así…atrapado, débil…

-No digas eso- le interrumpió- no estoy débil, solo me faltan fuerzas, unas pocas, pero cuando las recupere me encargare de sacarnos de aquí…no llores, por favor…Camus…recordemos aquello… ¿recuerdas cuando salimos del santuario camino al castillo? Saga, Shura y tu tenían que entregar aquella sabana ¿lo recuerdas?

-Lo recuerdo vagamente.

-Deja refrescarte la memoria- continuo sonriendo, dejando de  forcejear- las horas se acababan, el amanecer estaba a la vuelta de la esquina, caminaba apresurado, llevándote apoyado en mi hombro…hacia frio…

-Mi rodilla me dolía…no tanto como ahora- recapacito.

-Eso es culpa mía…maldita ajuga, maldito sea… ¿Por qué me precipite contigo? Soy un idiota- acoto- ¿recuerdas ahora que paso camino al castillo de Hades?

-Un poco- recapacito entre sollozos.

-¿Un poco? ¿Cómo que un poco?- bufo haciendo berrinche, era su forma de animarlo, de volverlo a ver sonreír- Un poco te voy a dar, antes de llegar al castillo te bese.

-Me manoseaste- le interrumpió- No fue un beso, tu intención era más que eso.

-Tu sapuri estaba desecho, mucho no te cubría.

-Metiste tu mano atreves de la armadura y me manoseaste Milo…

-No me digas que no te gusto.

-Fuiste brusco…estábamos en plena guerra.

-Era quizás la última vez que nos viéramos.

-Poco más me hubieras violado- acoto.

-No hubiera sido violación, porque tú me estabas dando acceso- continuo- Estabas dando tu consentimiento.

-Aun así…a pesar de lo que hice…

-Cierra los ojos y recuerda- le pidió sonriendo- recuerda ¿Por qué nos besamos? Yo no te robe el beso…esa vez…nos besamos por el tanto amor que teníamos…luego nos separamos…pero ¿recuerdas?

-Íbamos tomándonos de la mano- sonrió- Yo me reprochaba lo que había hecho.

-¿Y qué te repetía? Que dejaras de hacerlo, por Athena, con lo que hiciste la guerra ya estaba Ganada…no del todo, pero ya estaba a nuestro favor…

-No del todo.

La puerta se abrió bruscamente interrumpiéndolos, ambos santos dorados miraron a quien acababa de entrar, no era otro más que Céline, que traía una inyección en sus manos, miro a Milo, clavándole la mirada  y luego se acercó a donde Camus para inyectarle aquel liquido carmesí nuevamente-Hora de la medicina.

-No…por favor…no de nuevo…

-Si te atreves a lastimarlo juro que me las pagaras- grito Milo desesperado.

-Quiero que sane, él sabe de qué se trata, me gustaría que fuera como el agua milagrosa, que el bebiera y que así se recuperara, sin dolor, pero no…la sangre debe de mezclarse con la sangre para que puedas sanar, para que pueda mejorar, es lo mejor…

-¿Por qué no buscas agua milagrosa?- pregunto aterrado viendo la ajuga acercarse- Si tanto quieres no causarme dolor, busca el agua.

-No puedo salir de aquí- dijo mirando desanimado- no puedo dejarte solo, te he traído aquí, pero mi señor Asclepio me prohíbe alejarme de ti, eres mi responsabilidad, estas a mi cuidado, como guardián de la convalecencia.

-¿Por qué?- grito Milo desde su cama- sino puedes moverte de aquí ¿Por qué has cargado entonces con la responsabilidad?

-Porque es una responsabilidad que desde hace mucho tiempo debí cargar, que hace años delegue…contra mi voluntad, contra mi propio deber, es por ello que mi señor Asclepio me permitió que te trajera, ahora cierra los ojos.

-No…por favor- pidió aterrado- por favor…no.

-Lo siento, mi querido Ganimedes, pero debo hacerlo, no llores, no temas, sabes que yo haría lo que fuera para ahorrarte el dolor.

-¿Querido?- pregunto Milo enardecidos de Celos- ¿Cómo que querido? No eres nadie para tratarlo de esa manera, hipócrita, nos tienes secuestrados, contra nuestra voluntad y te atreves a llamar así a Camus…

-Tengo tanto derecho como tú de tratarle con el merecido cariño- exclamo volteando a ver al santo de escorpio- ni tu ni nadie está en posición de reprocharme.

-Espera…por favor- interrumpió el pelirrojo partiendo en llanto- inyéctame si quieres, pero no…no me quites a Milo, no le hagas daño… te lo suplico…por favor… no lo alejes...

-No, eso no- volteo Céline a verlo- no llores, ¿Quién dijo que lo sacare de este cuarto si apenas te lo he traído a tu lado?- pregunto mirándolo dulcemente secando sus lágrimas- no llores, no derrames lágrimas, Mi amado Ganimedes.

-Deja de llamarlo así.

-Milo…por favor…basta.

-No, ya deja de llorar- le interrumpió- calma, no derrames una sola lágrima más, es suficiente, no voy a alejarte de tu amigo, por más que este me lleve la contraria ¿Has entendido? Lo que él me diga no me interesa, no me molesta,  es como si escuchara el zumbido de una mosca, algo sin importancia- le peino los cabellos suavemente- tú te has ganado que el este a tu lado y nadie, escúchame bien, nadie va a quitarte ese premio, no derrames lagrimas innecesarias, ahórralas para cuando camines y llores de felicidad o para cuando sientas el tibio sol sobre tu rostro o veas la aurora boreal, pero deja de llorar.

-¿Me lo prometes?- pregunto- prométeme que no me alejaran de Milo.

-Eso nunca, te lo juro por mi señor Asclepio, por mi vida y por lo más sangrado para mí- exclamo mientras introducía en el brazo derecho del santo dorado la ajuga- Escucha, ahora dejaras de sentir dolor en la rodilla, se acabó, tu rodilla ya no te dolerá ¿está bien?

-Si…si- derramo lágrimas al sentir aquella inyección.

Céline vacío la inyección y suavemente saco la ajuga, presiono sobre la nueva herida del brazo para limitar la salid de sangre y luego le coloco una bandita- eso es, ya está- dijo triunfante- ya no llores, hoy mismo esa rodilla dejara de ser una molestia para ti, dejara de dolerte y si mañana estás listo, comenzaras a rehabilitarte para caminar.

-Si…sí.

-Así que…- Miro a Milo- ¿por poco lo dejas sin aire en plena guerra?

-No te interesa.

-Claro que me interesa, ahora él es mi responsabilidad, siempre debió  serlo.

-Céline, yo ya estoy bien, dime por favor, ¿Qué es eso que no puedes decirme?

-No puedo Camus- volteo a mirarlo- tu corazón está débil, ahora descansa, debes reponer fuerzas-

-¿Por qué tanto misterio? No lo entiendo- exclamo mirándolo a los ojos- no entiendo.

-No debes esforzarte por entender, todavía es pronto- aclaro sonriendo- por favor, deja de buscar la respuesta a una pregunta que no te puedo dar, tu corazón no la resistita.

-¿Hyoga ha traicionado a Athena?- pregunto indignado.

-No.

-¿Ha vuelto a buscar a su madre?

-No.

-¿Milo me ha metido los cuernos?

-No…espera… ¿Cómo?

-¿Shaka, Mu o Aioria han muerto?- pregunto mirando seriamente- ¿Saga, Shura, Afrodita, Death Mask o Aldebarán han sido revividos para ir contra Athena?

-No…repite tu pregunta anterior- pidió mirando al santo de escorpio.

-Isaac…Isaac traiciono aquello que le enseñe.

-No…para ¿Por qué tanta pregunta?

-Si no es nada de eso lo que me causara dolor, entonces aquello que me ocultas no es tan importante, no tiene por qué  debes ocultarme algo que no podría lastimarme.

-Porque si lo va a hacer- respondió- deja de insistir.

-No puedo dejar de insistir….

-Dime ¿recuerdas algo de tu pasado antes de que fueras a entrenar para convertirte en un santo de Athena?- pregunto cambiando la mirada más seriamente.

-¿Mi vida antes de comenzar a entrenar?

-Sin importar los años de entrenamiento, un futuro santo de la orden de Athena debe comenzar su entrenamiento lo más pronto posible cuando llega a manos de su maestro, sin importar su edad,  si el aspirante es un infante no importa, comenzara su entrenamiento- explico- dime ¿Cuántos años tenías cuando comenzaste a entrenar?

-Desde que mi memoria comienza tengo recuerdos de mi entrenamiento, yo no…

-Si naciste en Francia ¿Cómo llegaste a entrenar en Siberia?

-Siempre viví en Siberia- respondió seguro- Sé que nací en Francia, mi maestro me lo dijo…pero nunca estuve en mi país natal…

-No es así- le interrumpió sonriendo.

-Estas diciendo que Camus estuvo en Francia antes de comenzar su entrenamiento- les interrumpió Milo- Gran cosa, yo estuve en Atenas, allí nací antes de comenzar mi entrenamiento en la isla de Milos.

-¿Recuerdas a tus padres Milo? ¿A algún familiar?- pregunto sereno, a lo que el santo de escorpio negó con la mirada- no recuerdas si tuviste padres o hermanos al menos, eras muy pequeño ¿si te dijera que es posible que seas hermano de Hyoga por ambos se rubios podrías asegurarme que no es verdad?

-No puede ser- interrumpió Camus mirando intrigado- La madre de Hyoga…

-Lo sé, no es posible que Hyoga y Milo sean hermanos, pero ten en cuenta que tienen cosas idénticas, como el color de cabello- aclaro- pero solo para que no te preocupes, no son hermanos, yo te lo aseguro, pero ahora responde ¿Si no tienen recuerdos de antes de comenzar a entrenar que te asegura que tengan o no familia? A lo que va mi pregunta, si ninguno recuerda el antes de comenzar a entrenar ¿Por qué?

-Mis recuerdos comienzan cuando entrenaba con mi maestro- aclaro Camus mirando sus manos- Mi maestro me dijo que…

-Ningún santo tiene familia, así deber ser- explico Milo- no tiene por qué haber lazos.

-Pero algunos los han forjado- explico- Por ejemplo, el santo de libra se trasformó como en un padre para su alumno, el caballero de dragón y tú, santo dorado de acuario, no estás tan lejos con tu orgullo, otros son hermanos, como los santos de bronce…tengo un secreto que cortarte.

-¿Un secreto?- pregunto desconfiado.

-El dios de la muerte, Thanatos, destruyo tu armadura- dijo en susurro.

-Maldito- exclamo entre dientes Milo, mirando la sorpresa en  la mirada de Camus y la sonrisa del otro, pero completamente cegado por los celos que lo invadían.

-¿Tienes hambre?- pregunto el guerrero de Asclepio poniendo su mano en estomago del santo dorado de acuario.

-No… ¿podrías por favor no hacer eso?- pidió sonrojado al ver la mirada de Milo clavada en él.

-No tengo razón para no hacerlo- respondió sonriendo- dime ¿te molesta?

-A mí no…pero…

-Si no te molesta, no tengo razón que me impida hacerlo- exclamo sonriendo- además, ¿sabes qué? Tienes el estómago vacío, puedo sentirlo…también ciento algo que hiciste antes que todo pasara, te alimentabas mal…

-¿He?-

-Puedo sentir dolor…estrés…no cualquier dolor… ¿Alguien te lastimo?

-No- respondió sin dejar de mirar a Milo- Por favor…te lo suplico…no me toques.

-Desgraciadamente no puedo cumplir con lo que me pides- excuso sonriendo- voy por la cena para los dos, no me tardare- acoto y luego salió de la habitación.

Milo no dejo de mirar al pelirrojo, el cual no había pronunciado palabra alguna y se mostraba distante, como si ocultara algo. Las palabras del guerrero se clavaron en su mente y comenzó a recordar- Camus… ¿Fui yo?- pregunto sin dejar de mirarlo- yo te lastime ¿no es así?

Continuara 

Notas finales:

Adelantos próximo cap

Nombre: Recuerdos del Pasado.

Milo y Camus al fin están solos en el cuarto, una pregunta prevalece en el santo dorado de escorpio y quiere respuestas, Camus sin más remedio le dira a Milo lo que lleva dentro que le causó gran dolor. Céline ha encontrado la manera de “Divertirse” y no malgastara recursos en hacer enfadar al santo dorado de escorpio mientras continua cuidado al santo dorado de acuario, sin responder nunca por qué hace eso. Santorini no duda en demostrar su odio hacia los dos santos de Atenea, en especial ante Camus, al cual su odio es más que evidente ¿Por qué es? Aioria y Shaka despiertan en una habitación, uno de los compañeros de los Antropeos le explica la situación y les piden sean pacientes. Todo eso y más en el siguiente cap.

Si les gusto, ya saben comenten, con el cap Pasado me dije que algo seguramente hice mal y espero remediarlo con este y el siguiente cap. Se recibe toda crítica, todo es constructivo, todo me anima a escribir.

Si les gusta Abuso Policial, el fic que tengo en mi cuanto Maxianime, les adelanto que el próximo cap es relatado por Camus.

Nos leemos pronto


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).