CAPITULO II
LA LLEGADA DE MI HERMOSO WOLFRAM
El destino los separo pero el amor los volverá unir.
El miedo, la duda la incertidumbre muchas veces se adueña del corazón cuando no sabemos que nos depara el destino en aquellos nuevos caminos que vamos a recorrer en el futuro.
Wolfram Von Bielefeld un joven heredero de una maravillosa belleza y poder, a sus cortos 82 años nunca ha conocido lo que es el verdadero amor, siempre ha vivido bajo la tutela de su Tío y muy rara vez comparte junto a su familia, hace un año su cuerpo controlado por el primer rey Shinou y resulto ser llave de una caja que él desconocía completamente, según lo contado por su madre había muerto por algunas horas pero gracias al nuevo Maou había vivido.
Durante su estancia en Pacto de Sangre no tuvo el honor de conocer al nuevo Maou, ya que este había regresado a su mundo, meses después supo que Yuuri Heika había vuelto, pero por tanto trabajo no ha tenido la oportunidad de ir agradecerle personalmente que le devolviera la vida.
Hoy el destino le daba la oportunidad de cumplir aquel deseo “Conocer al Maou” pero su corazón sentía un pequeño miedo por su vida.
─ ¿Qué piensas hacer Wolfram? —Pregunto su tío al verlo sumido en sus pensamiento.
─ No sé qué hacer tío. —Respondió con un profundo suspiro– ¿Sera buena idea ir?
Woltorana miraba a su sobrino con preocupación, hace un año desapareció de un momento a otro de las tierras Bielefeld, días más tardes le llego la carta anunciando que estaba en Pacto de Sangre, aun recordaba el miedo que sintió al enterarse que el corazón que su amado sobrino fue una de las cuatro llaves, él estaba inmensamente agradecido por el Maou por verle regresado a su sobrino, ahora un viaje a Pacto de Sangre no era tan buena idea, pero eran ordenes de Shinou.
─ Francamente no creo que sea buena idea. —Mira fijamente al rubio– Pero es una petición de Shinou.
El rostro de Wolfram notaba una clara preocupación por aquel viaje, pero sabía que su obligación como soldado era obedecer las órdenes de Shinou.
─ Iré. —Dijo luego de dar un profundo suspiro.
─ Cuando llegues diles a tus hermanos que te acompañen. —Sugiere con una clara preocupación por la seguridad de su sobrino.
─ Claro tío. —Sonríe levemente.
─ Enviare una carta a Pacto de Sangre anunciando tu llegada. —Se acerca al rubio menor– Te voy extrañar mucho Wolf.
─ Yo a ti Tío. —Abraza al mayor con mucho cariño.
Woltorana en la imagen paterna que Wolfram siempre tuvo en su vida, alejarse de él nunca le ha gustado pero en momento como ese su separación era inevitable.
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Mientras tanto al siguiente día en Pacto de Sangre, nuestro Maou amanecía muy feliz al no tener como compañera de cama a su ex prometida, había transcurrido solo un día desde la partida de Elena, Gwlendal no paraba de torturarlo con la idea de que Lord Michaelis actuaría en su contra por la ofensa a su única hija.
En eso momento a Yuuri no le importaba nada, solo deseaba algún poder conocer a su hermoso Wolfram.
─ Majes…Yuuri buenos días. —Saluda Conrad con una sonrisa.
─ Buenos días Conrad, hoy no entrenare, prefiero ir a trabajar Gwlendal anda de un humor. —Dice algo molesto.
─ No lo culpe solo está preocupado por lo que pueda decir Lord Michaelis. —Abre la puerta para que salga.
─ Es raro, la vez pasada que vino Lord Sebastián, parecía una buena persona. —Van caminando por el pasillo.
─ Pero según se dice, cuando se meten con su hija es un verdadero demonio. —Comenta mientras abre la puerta del despacho.
─ Esperemos que no pase a mayores. —Sonríe.
Al entrar en la oficina observo la seria mirada de Gwlendal clavarse sobre él, solo avanzo ignorándolo mientras se dedicaba a trabajar, Gunter por su parte andaba lloriqueando por la vida de su Maou y el destino que le esperaba en manos de Lord Michaelis.
─ ¡Heika! —Lo abraza– ¡Yo lo protegeré con mi vida!
─ Gracias Gunter…podrías soltarme. —Dice ahogado por la falta de respiración.
─ ¡Claro!
Yuuri suspiro aliviado cuando el pelilila se alejó de él devolviéndole el aire a sus pulmones, el mayor de los hijos de Cherry le entrego la correspondencia que iba dirigida a él.
─ Heika entre las cartas resalta una con el sello de la casa Bielefeld. —Dijo Gwlendal con su voz seria.
─ ¿Bielefeld? —Busca la carta encontrando tal sello– Es de Woltorana, veamos.
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Estimado Vigésimo Séptimo Maou Yuuri Shibuya.
Reciba un cordial saludo a nombre de casa la Bielefeld, en especial de su servidor Woltorana. Majestad, en unos días mi adorado sobrino Wolfram Von Bielefeld viajará a Shin Mokoku por llamado de Shinou Heika, espero que no sea mucha molestia que acoja a mi amado sobrino los días que dure la reunión en Pacto de Sangre.
Gracias.
Woltorana Von Bielefeld.
PD: Heika no deje ir solo al templo a mi sobrino.
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Al terminar la lectura de aquella carta la mirada del Maou se mezclaba de alegría y sorpresa, la alegría de al fin poder conocer a su hermoso Wolfram y sorpresa que Shinou no hubiera llamado a reunión.
─ ¿Heika que dice la carta? —Pregunta Gwlendal.
─ Woltorana anuncia que su sobrino viene en algunos días a Pacto de Sangre. —Le dice con una sonrisa.
─ ¿Wolfram? Viene Wolfram. —Dicen los dos hermanos.
~~~~~ Yuuri ~~~~
Comprendía claramente la sorpresa de Gwlendal y Conrad, por mi parte no cabía en mi corazón la emoción de saber que solo en unos días mi hermoso Wolfram llegaría a Pacto e sangre.
Observaba como los dos hermanos sonreían emocionados con la noticia, aunque Gwlendal tenía una pequeña sonrisa sus ojos eran el vivo reflejo de su emoción.
Me pregunto ¿Cuándo tiempo paso desde la última vez que Wolfram estuvo con ellos?
─ ¿Viene Wolfram? —Escucho a Gunter no tan feliz– Solo espero que no sea el mismo niño malcriado de siempre. —Comenta con molestia.
¿Niño malcriado? ¿Qué le pasa a Gunter? Para que se exprese de esa forma de mi hermoso Wolfram.
─ Gunter. —Habla de la nada Gwlendal– Mi hermano no es ningún niño malcriado, solo ha sido algo consentido.
─ ¿Consentido? Por favor Gwlendal ustedes solo eran sus títeres, en especial Conrad. —Mira a mi padrino.
─ Es nuestro hermano menor que esperaba. —Le responde seriamente– Además eso fue hace más de cincuenta años.
¿Cincuenta años? ¿Acaso Wolfram no vivía con ellos antes?
─ ¿Por qué tanto tiempo? Perdonen mi curiosidad. —Pregunto mirando a ambos hermanos.
─ El trabajo de madre como Maou consumía mucho tiempo y Wolfram prácticamente se estaba criando con las empleadas. —Me decía Conrad– Siendo tan como dijo Gunter un “niño malcriado”. —Se queda callado.
─ Wolfram siempre solicitaba la atención de todos como un método de no sentirse solo. —Sonríe tristemente Gwlendal– En esa época solo lo tachaba de malcriado y nunca comprendí lo solo que se sentía, hace cincuenta años durante una reunión paso algo que obligo a los Bielefeld pelear por la custodia de Wolfram.
Durante la época donde la Vigésima Sexta Maou reinaba en Shin Makoku, los grandes bailes siempre eran el pan de cada día entre la sociedad Mazoku, este día Cherry-sama celebraba su cumpleaños junto a sus amigos y familiares, ella como buena anfitriona siempre estaba con sus invitados más que con sus hijos, en especial con el menor.
En una esquina del salón se observaba a un pequeño niño de 19 años mazoku (cinco años humanos) que observaba aburrido la presencia de aquellas personas que rodeaban a su madre, hace solo unos minutos había querido divertirse con sus hermanos pero ellos estaba reunidos con los hijos de los nobles y simplemente le dijeron “Tú no juegas por ser muy pequeño”, odiaba ser pequeño y no poder estar con los demás.
─ ¡Oka-san! —Susurró emocionado al observar a la rubia.
En esa mañana Wolfram había preparado un regalo para su madre, durante todo el día no la había visto y ahora no iba desaprovechar la oportunidad.
El pequeño corrió entre la gente para llegar hasta donde su madre, al estar a unos pasos choco contra uno de los nobles.
─ Perdón. —Se disculpó con un joven Gunter Von Christ.
─ Hmp, si es usted joven Wolfram. —Dijo con desprecio.
El menor sin entender siguió su recorrido sin poder encontrar a su madre, al ver chocado con Gunter había perdido de vista a su madre, entre empujones y golpes caminaba entre la multitud llevando es sus manos una arrugada hoja y una rosa marchita.
─ Oka-san. —Susurró al borde del llanto por no encontrarla.
─ Jajajaja. —Wolfram alzo su mirada ante aquella risa– Es muy gracioso Lord William.
─ Al contrario, usted es la agracias Lady Celine. —Dijo el hombre.
Wolf alzo su mirada viendo a los pocos paso a su madre, muy feliz emprendió una carrera para abrazarla, al llegar se chocó con aquel hombre pero no le importo solo quería abrazar a su mamá.
─ ¡Madre! —Abrazo sus piernas, muy feliz.
─ ¡Ah! —Grito levemente Cherry, no precisamente por el abrazo de Wolfram.
─ ¡Oh! ¡Por Shinou! —Exclamo el hombre preocupado– Mil disculpas mi Lady es solo que alguien me empujo. —Intentaba limpiar el vestido de Cherry.
─ No se preocupe. —Respondió seria mirando hacia abajo– Wolfram. —Susurró enojada.
─ Madre ¡Feliz Cumpleaños! —El pequeño estiro sus manitas mostrando su hoja arrugada y su rosa casi sin pétalos.
La mirada de los invitados se posaba en la Maou, no precisamente en el dulce gesto de su hijo, sino en su ropa manchada, para los presentes la imprudencia de Wolfram había sobrepasado los límites y eso mismo pensaba Cherry.
Sin dar mucha reacción a los presentes Cherry tomo la mano de su hijo sin delicadeza dejando caer la rosa y lo llevo fuera del salón.
─ ¡¿Qué crees que estás haciendo Wolfram?! —Grito histérica por la vergüenza que había pasado– ¿Acaso no te das cuenta la vergüenza que me has hecho pasar?
─ Madre yo… —El menor bajo la mirada apretando su hoja.
─ ¡Yo nada! ¡Vete a tu habitación ahora mismo! —Ordeno aun enojado.
─ Si. —Baja más su mirada el menor– Es…para ti. —Pone la hoja en su mano– Feliz cumpleaños Madre.
Sin decir más Wolfram salió corriendo dejando a Cherry shokeada por la última acción de su hijo.
─ Wolfram yo…
─ Eres de lo peor Cherry. —Se escuchó a las espaldas de la Maou– Te importa más un vestido que tú propio hijo.
─ ¿Eh? —Se gira rápidamente– ¿Woltrem Von Bielefeld?
Los ojos de Cherry abrieron sorprendida al tener frente a ella al padre su hijo menor.
─ Toma. —Le entrega una rosa marchita– Se te cayo cuando jaloneaste a mi hijo. —Pasa a su lado– Espero que seas consiente que esta ofensa a mi hijo no quedara impune.
Cherry observo como el rubio se iba alejando entre los pasillos del palacio, ella de dejo caer de rodillas al sentirse la peor madre del mundo.
A los pocos días de la fiesta Woltrem le quito la custodia de Wolfram, llevándolo consigo a las tierras Bielefeld.
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Era increíble lo que habida escuchado un mal acto de Cherry alejo a Wolfram de su hogar, ahora entiendo un poco lo solo que se sentía en este gran palacio sin sus familiares a su lado.
─ Hace veinte años se quedó con nosotros a causa de la guerra, pero por culpa de la misma ni siquiera tuvimos tiempo de sentarnos a comer con él. —Dice Conrad sintiéndose culpable.
─ Hace un año atrás aprovechamos el tiempo que estuvo aquí para llevarnos mejor con él. —Ahora habla Gwlendal– Y demostró que no es el mismo de antes. —Mira de reojo a Gunter.
─ Jeje. —Rio nervioso– Por favor chicos no peleemos, lo importante es recibir adecuadamente a su hermano y hacerlo sentir en casa.
No importaba el pasado solo el presente y el pequeño tiempo que toca esperar para que mi hermoso Wolfram este aquí con nosotros, ahora que no tengo a nadie que me moleste podre conquistarlo.
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Han pasado dos días desde que llego a las manos de Yuuri la carta que anunciaba la llegada de Wolfram a Pacto de Sangre, desde ese momento el Maou no veía el momento de tener frente a sus ojos a tan hermoso ser dueño de su corazón.
Ese día Yuuri se encontraba solo en su despacho supuestamente trabajando, ya que desde la mañana previo a que Gwlendal y Conrad salgan de misión a las fronteras, el mayor le había dejado unos documentos para sean firmados los mismos que aún no había topado solo por estar pensando en todo momento en su hermoso Wolfram.
─ Wolfram. —Volvió a suspirar el Maou por décima vez en la mañana.
Aquellos suspiros del Maou eran la causa de la nueva arruga en la frente de Gwlendal, no era el hecho que Yuuri suspirara su enojo, si no el motivo de sus suspiros nada más y nada menos que su adorado e inocente hermano menor.
─ Heika, concéntrese en su trabajo por favor. —Pidió Gunter, él único que lo acompañaba en esos momentos.
─ Ya voy a trabajar. —Dijo con desgano.
El pelilila sonrió satisfecho por ver logrado que su Maou empiece a trabajar.
─ Si su Majestad se va poner a trabajar ahora puedo irme con tranquilidad a mi misión. —Dice Gunter con tranquilidad-
─ ¿Misión? ¿Cuál misión? —Pregunta el Maou algún sorprendido por la repentina noticia.
─ La misma a la que fueron Gwlendal y Conrad, si me disculpa me retiro. —El consejero deja la sala.
─ Me quede solo. —Susurra Yuuri al encontrar solo en el despacho– No importa. —Lleva la base de la pluma cerca de sus labios– Como desearía que Wolfram estuviera aquí.
Desde la distancia del Templo de Shinou, él rubio escuchaba las plegarias de su elegido con una sonrisa en sus labios, mientras observaba en su bola de cristal a un hermoso rubio que cabalgaba en su caballo blanco rumbo a Pacto de Sangre.
─ Perdóname Wolfram. —Susurro mientras su mano brillaba sobre la imagen del joven.
Las horas habían pasado y Yuuri llevaba la mitad del trabajo ya terminado, miraba satisfecho su gran labor, pero a la vez miraba lo terror lo que le faltaba.
─ Falta la mitad. —Comento con pesadez, mientras tomaba la siguiente hoja.
─ ¡Heika! ¡Heika!
─ ¿Eh? —Alza la mirada Yuuri sorprendido por el grito– ¿Dorcas? ¿Qué te ocurre, porque entras de esa forma?
─ Disculpe Yuuri Heika, llego un mensaje desde la entrada de la aldea. —Dice algo preocupado.
─ ¿Qué dice el mensaje? —Pregunta serio Yuuri temiendo lo peor.
─ Soldado Bielefeld han llegado. —Al escuchar aquello se ilumino la mirada de Yuuri.
─ ¡¿Enserio?! Bielefeld…
─ Si Alteza pero… —Aparecen nuevamente los nervios del soldado– La nota dicen que todo vienen heridos.
─ ¡¿Qué?! —El Maou se levanta de su puesta– Dorcas llama a Gisela para que reciba a los heridos. —Pasa junto al soltado– Yo también los recibiré. —Observa como el soldado– ¡Ahora!
─ ¡Si Señor! —Dorcas sale corriendo a cumplir la orden.
Yuuri corría velozmente por los pasillos del palacio, aun no podía que el nuevo encuentro con su amado Wolfram sería nuevamente con él herido, él solo imaginar su hermoso rostro cubierto de sangre o alguna herida en su perfecto cuerpo lo estremecía completamente, al llegar al entrada principal lograba escuchar a los caballos acercándose al Palacio.
─ ¡Escuchen todos! —El Maou se dirigió a los soldados– Los soldados Bielefeld vienen heridos, ayúdenlos a todos a llegar con Gisela, ¡¿Entendido?!
─ ¡Si Heika! —Gritaron todos a la vez.
Una vez terminada la orden se logró observar como una total de diez caballos hacía en ingreso los soldado se acercaron rápidamente a sus colegas, mientras Yuuri buscaba entre los soldado a su amado rubio.
─ Wolfram. —Susurro antes de acercarse corriendo donde un joven rubio que estaba recostado sobre un caballo blanco.
Al momento que el Maou llegó junto aquel bello joven, el cuerpo del chico se dejó vencer hacia un lado cayendo directamente en los brazos de Yuuri.
─ Te tengo. —Susurro nuevamente al Maou una vez que tuvo en sus brazos a Wolfram– Al fin estas a mi lado mi hermoso Wolfram. —Aun teniendo entre sus brazos al joven se dirigió dentro del castillo no sin antes dar su última orden– Lleven a los soldado al consultorio de Gisela.
─ Aquí estoy majestad. —Dice la joven peliverde llegando a su lado.
─ Perfecto, primero revisa a Lord Bielefeld. —La mira seriamente antes de seguir su camino hacia su….
Habitación.
Un nuevo encuentro entre dos personas que no se conocen se han vuelto a dar, pero por el destino sus corazones están unidos.
¿Lograra Yuuri llegar al corazón de Wolfram?
Solo el tiempo, la paciencia y el amor lo sabrán.