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Jongin, no me olvides ¿Vale? por mumu16

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Notas del capitulo:

Dejen Reviews~ así sean buenas o malas!~~~ espero que lo disfrunten.

—Kim Jongin —susurró el mismo Jongin observando su reflejo en el espejo. —Soy yo. —Observó su cabello, desordenado pero brillante y sedoso, sus ojos, notó las bolsas que cargaba esa parte de su rostro, las ojeras que escondían cada noche de insomnio y de tortura, cada noche de tristeza y desesperación, así era cada una de sus noches. Su piel de veía algo seca pero sabía que era producto del cigarro, igual no le importaba, eso era lo menos.

  Sin siquiera desayunar, se sentó sobre uno de los escalones de la entrada de su casa, sacó uno de esos delgados y pálidos cigarrillos y lo prendió. Cada inhalación era más profunda que la anterior y las exhalaciones se tornaban más ahogadas cada vez.  Sacó el cigarrillo de los labios  y lo observó, sacó una risa tan sarcástica que hasta él se sorprendió.  

—Soy tan patético —Inhaló un poco más antes de pronunciar palabra, —que dependo de ti.   

—Jongin. —La voz de Kyungsoo hizo presencia a las espaldas del chico mencionado y este presenció una especie de sensación de rayo escalofriante corriendo por toda la médula espinal.  

—¿Uh? —Se giró. —¿Cuándo llegaste aquí, Kyungsoo?  

—Quería verte temprano, y no sé... te extrañaba. Es bonito ver el color bronceado de tu piel y la sonrisa blanca y pronunciada que tienes. Además de tu nariz perruna. Eres muy atractivo. —Respondió sentándose a su lado. Tomó el cigarrillo que colgaba en los labios de Jongin con sus propios labios y luego lo tomó entre dedos. 

  —¿Qué harás con él? —Preguntó sonrojado. —¿Vas a probarlo? 

  Kyungsoo negó con la cabeza, miró a Jongin, levantó un poco su mano calculando que el cigarrillo que sostenía formase un ángulo de noventa grados con relación al rostro moreno y lo tiró lejos de ahí. —Te dije que lo dejaras.  

—Pero es difícil —Jongin se encogió de hombros al sentir el enojo y la mirada fuerte del más bajo. 

  —No te lo dije. —Espetó —Te lo pedí —Su voz no expresaba rabia, expresaba frustración, tristeza y preocupación. Mas que su voz hablaban sus ojos, la preocupación en ellos era poco entendible pero muy notable. Realmente deseaba que Jongin dejase de fumar pero nunca hacia caso.  

—El cigarrillo no me ha hecho nada. Mi salud no está mal. —Luego de decir eso empezó a toser. Era una tos seca y algo dolorosa.   

Kyungsoo lo miró con una expresión que hablaba por sí misma y decía un "Tu salud está pésima" pero realmente nunca llegó a decirlo.  

—¿Por qué?  

—¿Por qué qué?  

—¿Por qué te gusta tanto fumar?  

—Verás, es por la soledad y la ansiedad. Si me siento de alguna de estas dos formas, cojo uno y lo enciendo. El humo produce el mismo efecto que produce un calmante. Es un objeto que me ayuda a sobrevivir.  

—¿Sobrevivir? —Preguntó sarcásticamente. —Sobrevivir mientras que acaba contigo, eso hace. Las adicciones son como las amistades, te hacen reír y pasarla bien pero cuando estas totalmente jodido y tu vida empieza a flaquear, se van, te dejan y te patean y se burlan y no hacen nada. Ya déjalo.

  Jongin miró a Kyungsoo y le acarició el rostro. —Pareces una madre enojada.

  —Si me toca ser así, lo seré. —Lo miró y luego se recostó sobre uno de sus hombros. Jongin olió el cabello brillante de Kyungsoo y depositó un beso sobre su cabeza. 

  El cariño que ambos se tenían era incomparable, no existía una definición exacta de sus sentimientos, era algo que sólo ellos comprendían y no debían explicarle a nadie. 

      —¿Qué se siente tener una enfermedad mental?  

—Blanco. —Contestó sin pensarlo —tal vez negro o gris. Se siente incoloro, amargo, frío. Es como si oyeras mil gritos pero realmente no los estuvieses oyendo porque nadie mas los puede oír y si tu eres el único que los oye, ya te consideran mentalmente inestable. Es estúpido.  

—Recuerdo cuando bailabas, y yo cantaba y hacíamos el mejor dueto de la historia. En ese entonces estábamos en la escuela y luego del entrenamiento de fútbol siempre nos quedábamos en la sala de deportes y empezabas a bailar al ritmo de mi voz y también recuerdo que te hice la misma pregunta y me respondiste exactamente lo mismo, realmente no cambias Kim Jongin.

  —Yo recuerdo que sigues dando los mismos golpes fuertes. Todos te teníamos miedo a pesar de ser tan bajo.   

Sus miradas se mezclaron y hubo silencio absoluto, un silencio tan cómodo que parecía ser irreal. Pero no era necesario hablar ni decir nada, porque ninguna palabra sería adecuada en esos instantes.  

—Realmente no olvidas nada. Incluso ni el más mínimo detalle.

  —Kyungsoo, nunca olvidaría nada de eso. Soy un esquizofrénico depresivo, no un amnésico. —Y ambos se echaron a reír. 

  —Jongin —Kyungsoo susurró mirando a Jongin y sus ojos ya parecían estar en llanto —no me olvides ¿Vale? —Murmuró con un meñique al aire. Jongin vaciló antes de entrelazar su meñique con el del pequeño y pronunciar un suave "Vale", uno que sólo ellos dos pudieron escuchar.    

 

 

      —Ok, Jongin —Sehun puso una hoja amarillenta sobre la mesa, Jongin la miró con indiferencia y luego puso su mirada hacia la ventana una vez más —, va a dibujar uno de los sentimientos más comunes en usted. El que sea.

  Jongin lo ignoró y siguió pensando en lo que le había dicho Kyungsoo la última vez, y otra vez volvió a sentir la misma tristeza de aquel entonces. Una tristeza más triste que el propio Jongin.   

—Jongin.  

—Vale —Susurró.  

—¿Vale? ¿Me va a poner cuidado?  

—Claro, claro. —Respondió incorporándose. Sehun le pasó un lápiz y empezó a dibujar. Realmente eran garabatos vagos y poco pensados, simples y algo muertos por el color grafito que contenían. Los definió como 'Vacío' y Sehun lo recibió y lo guardó en su libreta. Jongin se paró de la silla y empezó a caminar lentamente por toda la habitación.  Sehun anotaba y anotaba cosas sobre el paciente, cada paso que daba podía contarse como una nueva pista para definir y verificar su enfermedad.

  —¿Cree que alguna vez me internen?   

—¿Por qué pregunta eso?  

—Pues, una vez lo hicieron y no quiero que me vuelvan a poner ese chaleco apretado, no podía respirar ni moverme. No quiero volver a sentir como me inyectaron un calmante y luego desperté en un cuarto sin ventanas y sin color y sin vida. Encerrado en una camisa de fuerza.  

—No volverá a ese lugar. Por eso está aquí conmigo.  

—¿Cómo? —espetó en voz baja antes de gritar con rabia —¿Cómo espera ayudarme? Estos últimos tres meses han sido lo mismo ¡Sólo anota y anota en esa puta libreta todo el día! Usted... Sólo viene, me atiende, escribe, me observa y juega con su bolígrafo golpeándole contra la mesa y haciendo que suene y suene, y luego se va, se va tranquilo, tal vez a cenar con alguna chica o a una fiesta o incluso a su casa, pero se va y deja los problemas en su libreta, manchados en su bata. Ojalá fuera como usted, Oh Sehun. He oído que las enfermeras y doctoras de este lugar parlotean como cotorras sobre lo guapo que es usted, quieren comérselo y follarlo hasta no dar más pero lo más triste es que usted es indiferente. Quisiera ser como usted y tener una vida perfecta, no tener que vivir con una mente tan oscura, no oír los gritos provenientes de mis problemas, ver mi celular lleno de notificaciones como el suyo, pero —Soltó una risa ahogada antes de continuar —, ni siquiera tengo celular... o amigos... o amores; nadie habla de mi. Yo sólo soy un esquizofrénico, soló soy un... Kim Jongin.

    —Usted es diferente. Es un caso muy interesante.

  —¿Eso soy?  

—Por supuesto.  

—¿Un caso? ¿Soy un caso? —Las lágrimas en sus ojos estaban al tope que ya le era imposible ver con claridad —soy algo como un experimento para todos.  

—No. —se acercó al paciente, justo en frente. Rozó sus dedos contra las lágrimas fugitivas de los ojos perrunos y sonrió.  

Jongin continuó llorando como un niño pequeño y abrazó a su psiquiatra, tan fuerte que podía sentir el intranquilo corazón de este.  

—Hace mucho no me abrazaban —Sollozó  —Mis padres nunca lo hicieron, no los conocí. 

—¿Cómo es eso?  

—No me querían —Jongin lo abrazó con más fuerza —, viví con mi abuela hasta que cumplí 18 y empecé a vivir sólo. Me hizo creer que mis padres habían muerto y lo creí, hasta que un día mi propia madre llamó a casa, la abuela contestó por el teléfono de la cocina y yo oí la llamada desde el teléfono de mi habitación. Mi madre le pedía que me dejara conocerla pero mi abuela se opuso fuertemente, no podía permitir que un chico que había estado creyendo por 15 años que sus padres estaban muertos, se diera cuenta de que en realidad estaban vivos.

   —Ya pasó. Es fuerte pero olvídelo.

  —¿Olvidarlo?— preguntó irónicamente soltándolo —Gran Psiquiatra Oh Sehun, ¿Cómo se puede olvidar lo inolvidable?

  —Reemplazándolo con mejores cosas inolvidables.  

—¡¿Cómo cuales?! —Chilló.  

—Como —Se inclinó para quedar rostro a rostro con Jongin. —esta.—Posó sus labios deseosos de los de Jongin.   

Y el silencio se apoderó del lugar, ninguno decía nada, ninguno se movía, era como el momento estuviese siendo comandado por un control remoto en completa pausa.  

 


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