No podía soportar ni un segundo más encerrado en aquel lugar. Sabía muy bien que si deseaba poder seguir controlando la situación, tendría que saber actuar ante las enfermeras, ante los doctores, y sobre todo ante las cámaras de seguridad que me seguían a cada punto de la habitación. Durante los primeros días tuve la posibilidad de salir de esta cuando se me apeteciese, pero recientemente se me dificultaba, debido a las estúpidas nauseas matutinas, y los dolores de cabeza que me acongojaban.
Ese día no había sido distinto, me había levantado e inmediatamente corrí hacia al baño a expulsar lo poco que había en mi estómago – Jodidas nauseas – susurré como hablando conmigo mismo.
– No es como si ya no supieses que iba a ser así – rio Ryuk aún con su forma “humana”
– En algunos momentos desearía… – debía de tener cuidado con sus palabras, como si hablase consigo mismo, pero en voz un poco más alta de lo normal – saldré a tomar algo de aire en el patio… – dio dos toques directamente a la taza del inodoro, indicándole a Ryuk que fuese con Kyofu.
— De acuerdo, de acuerdo, volveré en un rato con las noticias, espero que para ese entonces puedas hablar – dijo volviendo a convertirse en shinigami.
Light caminó despacio hasta el patio, muchas de las personas, enfermeros y pacientes que estaban allí, se le quedaron observando como si intentasen deducir la razón de su estancia en aquel lugar, puesto que era una clínica para estudios avanzados y un tanto más complejos. Sin embargo, cualquiera de ellos, a excepción de sus médicos tratantes, podía pensar que se trataba de una enfermedad complicada u problema de salud. En ningún momento imaginarían un embarazo.
Salió a los jardines y se sentó en una de las bancas más alejadas del resto de los pacientes, meditando lentamente en sus acciones, después de todo lo más seguro era que en ese preciso instante, Ryuzaki estuviese moviendo cielo y tierra para localizar a su primer sospechoso de ser Kira. Él tenía los medios para localizarle, después de todo era L de quien estaba hablando, y a pesar del contrato en el que claramente decía que no se podía revelar la información del caso, él, era el detective más afamado del mundo, por no decir que era el más importante y casi el único que se atrevía a luchar en contra de Kira; con esas simples palabras, todo contrato sería roto.
“Solo tendría una oportunidad si me marchase de aquí a otro país solo con mi doctor” pensó Light cruzando una pierna sobre la otra “sin requerir de atención médica por parte de otros especialistas ni ningún hospital, quizá pudiésemos pasar desapercibido, huyendo hacia alguna de las casas que Kyofu asegura tener, ya que después de todo, ella es una simple modelo”
La chica no había quitado la foto de su blog de Kira es Dios, más bien actualmente se encontraba publicando más fotos que de costumbre. Esto se debía a una recomendación que le había hecho; si L llegaba a revisar alguno de los blogs, y encontraba una anomalía que le causase ruido con respecto a la primera vez que los había analizado, ubicaría inmediatamente a la chica y los conectaría. Por ahora solo podía hacerse pasar por una modelo aficionada a Kira, como llevaba haciendo desde hacía unos meses.
Dejé de pensar un poco y comencé a cantar una suave melodía que me recordaba a una que en algún momento Misa me había propuesto, para su “solo como cantante” pero había quedado descartada al ser tan explícita en cuanto a Kira se trataba. Aquí podía cantarla como si se tratase de cualquier otra cosa, sin embargo no pude evitar cambiar algunas palabras, solo por precaución.
Estaba tan aburrido que al ver a Ryuk, casi solté un suspiro de la alegría. Amaba estar solo, pero mi diversión desde hacía un tiempo para acá, constaba en anotar tantos nombres como me fuesen posibles en la libreta, después de todo, si, deseaba limpiar al mundo. Allí estaba, nuevamente en su forma de shinigami, por lo que no pude evitar soltar un resoplido; desde que nos había mostrado a todos su forma humanoide, me causaba cierto ruido visual verle de esa forma tan extraña y grotesca.
– ¿En serio Light? – Preguntó irónicamente y volvió a cambiar su forma – a veces creo que realmente te di miedo en esa ocasión cuando me aparecí frente a ti por primera vez.
– No fue miedo Ryuk – dije colocando una mano en mi frente – es solo que prefiero verte así – susurré aprovechando mi soledad – incluso el tono de voz te cambia, es menos ¿desagradable?
– Pues si no te gustaba el shinigami, hubieses decidido no quedarte con la libreta – ironizó.
– No iniciemos otra discusión, cuéntame cómo le va a Kyofu y a Misa…
– L está al tanto de tu desaparición y no ha hecho más que buscarte casi por todo el mundo, morgues, hospitales, y hoteles – Rio sentándose a mi lado – se la pasa hostigando a Misa acerca de tu paradero, Rem está más que harta, además de que a Misa se le dio por querer obligatoriamente que se la pase en su forma humana a cada rato – se detuvo por un momento y volvió a hablar – aún a nadie se le ocurre que estés aquí, el análisis de Ryuzaki ha sido bastante leve, sabe que estás vivo, y luce preocupado.
– Preocupado de que Kira siga suelto por supuesto – sonreí y Ryuk asintió en complicidad.
– Por parte de la otra chica, te complacerá saber que tiene el control completo de la situación, su shinigami me contó el número de personas que había asesinado últimamente y la forma en que este le había ayudado pasándose por todas las cárceles y asesinando criminales cuyo nombre no había sido publicado con anterioridad – Ryuk soltó una risa y me le quedé observando divertido – creo que incluso podrían superarte, pero la chica es muy devota a ti… es impresionante.
No dijimos más nada, solo nos concentramos en seguir observándonos mutuamente y fue allí cuando me di cuenta de que por primera vez en lo que llevaba conociendo a Ryuk, le estaba viendo quedarse clavado en una palabra; era como si desease decir tantas cosas, pero no pudiese hablar. Extrañamente me resultó adorable, una palabra que nada más entraba en mi vocabulario cuando se trataba de ver a mi hermana haciendo algo tonto o con alguna de sus ocurrencias.
Fue allí, cuando me di cuenta de que los extrañaba. ¿Qué estaría haciendo mamá? ¿A Sayu le seguiría yendo tan mal en las materias, o en mi ausencia había optado por superarme? Quise alguna vez poder volverlos a ver a todos, compartir un poco con ellos y volver a ser el hijo prodigio de Soichiro y Sachiko Yagami, tan perfecto a los ojos de los demás.
Y en ese momento de melancolía, un enfermero se me acerco, era momento de que me sacasen nuevamente la sangre para cerciorarse de todo, que iniciasen las tomografías, las ecografías y panorámicas. El suplicio diario de crear la vida de mi sucesor, del nuevo Dios.
El príncipe del nuevo mundo.