Es lo más deslumbrante que mis ojos han visto.
Es un ángel con cara de bebé… encantador
Si suponemos que si existe el destino, él es mi alma gemela.
Lo sentí, mi vista se enfocó en él de entre todas las personas que conforman esta multitud.
En la noche coincidimos en el bar, pero a la distancia, yo estaba en la barra mientras el platicaba bastante animado.
Su nombre es Xiao Luhan, de 24 años. Criminólogo aunque no lo parezca. Al parecer es muy ruidoso, a diferencia de mí. De seguro ama las fiestas y el alcohol.
—Llévele un margarita de mi parte—. Le digo a un mesero mientras apunto en su dirección. El mesero me obedece y se dirige a su mesa. Cuando se lo entrega, señala el lugar donde estoy sentado, pero no voltea, y aun así, tiene el descaro de aceptar el trago.
Mi cabeza duele mucho, no debí tomar tanto en la fiesta de despedida del diplomado. No quiero abrir los ojos pero necesito tomar un poco de agua, levanto mi mano en dirección a buro del cuarto, pero no lo siento. Creo que volví a despertar en el cuarto de SeHun en lugar del mío. Ese mocoso lo pagara…
No tengo otra opción
Intento levantarme, ahí es cuando me doy cuenta de que estoy atado a la cama; al menos mis extremidades inferiores lo están. Muevo mis brazos para desatarme y ahí es cuando termino de darme cuenta de la situación: un depravado sexual me ha secuestrado. O un ex, aunque son casi los mismo.
Examino el cuarto e intento recordar de quien. No es de YiFan, es muy normal, ni siquiera tiene el toque de ZiTao. ¿De Chen? Nop.
Necesito luz para averiguarlo.
Alguien abre la puerta y me observa fijamente. Camina a un extremo de la habitación donde supongo que se encuentra el interruptor o un aparato de tortura. Enciende la luz y me muestra el cuarto mas cursi que he visto. Si, definitivamente es un secuestrador que aun ave con su madre. El típico loco solitario y urgido sexual.
El engendro del demonio se parece a un Chucky gordito, con mejillas demasiado redondas, ojos grandes, cabello pelirrojo con corte de espantapájaros y, algo bajito.
Jala una silla y se sienta frente a mí. — ¿Cómo estás? — ¿Está loco como para preguntar eso? Oh, sí. Estoy tratando con un loco. La pregunta ofende.
—Supongo que estas bien. Aun no nos hemos presentado. Soy Kim Minseok—. Sonríe ampliamente y acerca su mano con ademán de saludo.
—LuHan. ¿Qué más puedo decir? ¿Y si no respondo y me mata?
—Lo sé. Somos de la misma edad así que no hay necesidad de que me llames gege—. Y me secuestró un coreano traga años.
Después de eso no hay más que decir, me quedo callado, observándolo e intentado predecir su próximo movimiento.
Tal vez tiene un arma oculta y esta listo para disparar. En mis anos de experiencia he descubierto que eso pasa muy seguido.
Se acerca a la cama y toma una de mis muñecas, cierro los ojos y siento como… me desata.
Mierda.