-¿Han? ¿Pasa algo malo?- Respondió, su celular había comenzado a sonar cuando él se estaba cambiando el uniforme verde por algo más cómodo.
-¿Malo? No exactamente ¿sabías que los suéteres con estoperoles no se deben meter a la lavadora? Porque si sí lo sabías entonces eres un mal amigo al no decírmelo. En realidad fue un accidente gracioso- Del otro lado de la línea se escuchó la voz lejana de Yixin diciendo “no es gracioso, Han”
-Espera ¿Qué suéter?- Lay comenzó a buscar en su cabeza un suéter con estoperoles, fueron tres minutos enteros de silencio en la línea mientras trataba de pensar hasta que la voz del otro lado lo interrumpió de su concentración.
-Vaya que eres distraído, hombre. El suéter nuevo de Kitty, el que usará mañana en el festival-
-¿El suéter rojo con estoperoles dorad…Oh ya veo el problema- Los tres habían ido el sábado anterior a comprar dicho suéter, habían tardado horas, literal horas, la pequeña era muy vanidosa, los había hecho darle la vuelta a todo el centro comercial para después tener que regresar a la primera tienda y comprar el primer suéter que se había probado, algo realmente agotador para Lay y Han. Se escuchó un ruido molesto y luego la voz de Han diciendo “No me pellizques”
-Lay…-un pequeño sollozo de su hermanita basto para que Yixing comenzará a sentirse mal.
-Tranquilízate, lo arreglaré-
-Quiero mi suéter- El llanto de su hermanita con tanto sentimiento hizo que a Lay se le partiera el corazón.
-Escucha Kitty, lo resolveré confía en mí ¿de acuerdo?-espero a escuchar un sí del otro lado de la línea para después decir – Dile a Han que llegaré tarde- Tenía que pensar en una solución, no podía dejar que su hermanita estuviera triste, debía hacer todo lo que estaba en sus manos, no se rendiría, no lo haría porque Kitty quería que fuera el súper héroe que salvara aquella tarde de invierno, no se daría por vencido.
Se dirigió hacia el centro comercial mientras pensaba en las posibles soluciones, la opción de comprar otro suéter igual había quedado inmediatamente descartada ya que sí bien recuerda el que tenía en casa era el último de la talla de Yixin que había en la tienda, tampoco podía mandarlo con alguien para que lo arreglara, mínimo tardarían en entregárselo tres días y él lo necesitaba para mañana. Seguía pensando en formas de resolver el problema hasta que un sonidito constante lo distrajo, buscó con la mirada la fuente de origen del sonido y la encontró en su bolsillo.
-Han aun no sé qué hacer con el suéter-
-¿Cuál suéter?- se escucho una linda risita del otro lado de la línea –¿Qué harías si fueras yo? Acabo de ver a un chico con una chamarra azul hablando por teléfono, el cual sé que conozco ¿Irías hasta él y le hablarías ó esperarías a que volteara a la acera de enfrente y te viera?- Yixing soltó una leve risita.
-Me acercaría a él, ya que probablemente está hablando con alguien que puede solucionar su problema- Después de eso ya no escuchó nada, se apartó el auricular del oído para ver si le habían colgado, pero al ver la pantalla la llamada seguía corriendo, fue hasta que levantó la vista que notó al otro a su derecha.
-Hola Yixing, te vi desde el otro lado de la calle y decidí venir a saludar- Le sonrió, no era nada más ni nada menos que la persona con la que Yixing había comenzado a hacer un lazo sentimental muy fuerte.
-Hola Joonmyun- Saludó con una sonrisa, la sonrisa que al otro le encantaba, aquella con un ligero hoyuelo en la mejilla.
-¿Qué problema debo intentar solucionar?- Ambos iban caminando mientras Lay le explicaba lo sucedido al mayor el cual al finalizar la explicación se quedó mirando el suelo tratando de concentrarse –Tengo una idea, no sé si vaya a funcionar, pero no perdemos nada al intentar-
-No quiero hacerte perder tu tiempo-
-No importa, ya salí del trabajo- le dedicó una sonrisa para que le creyera.
-Pero Chanhee…-
-Él está desde ayer con su abuela materna, así que esto me sirve para distraerme de llegar a una casa vacía- Ya estaba acostumbrado a llegar del trabajo y ver al niño sentado en la sala haciendo su tarea o simplemente jugando con sus videojuegos, llegar a una casa vacía lo hacía sentir extraño, triste.
-¿Estás segu…-
-Yixing, si quieres deshacerte de mí no lo lograras- Entonces Yixing dio esa batalla como perdida –Vayamos a alguna tienda a conseguir materiales-
Yixing sólo caminó con el mayor hasta una tienda y fueron directo al departamento de papelería, no sabía qué iba a hacer el otro, simplemente lo siguió en silencio y observó los materiales que el otro había tomado; tiras de silicón, un utensilio para manipular el silicón, una bolsa mediana de brillantina dorada y otra plateada, hilo y agujas. Al terminar las compras, las cuales Joonmyun insistió en pagar, fueron hasta donde estaba el auto del mayor estacionado, no eran más de dos cuadras y fueron hasta el departamento de Yixing. El chico chino estaba nervioso, nadie había estado en su hogar antes, además de LuHan, y aquella persona a su lado no era cualquiera, era Kim Joonmyun, el hombre con el que se sentía inmensamente feliz todo el tiempo.
Al entrar al departamento vieron a Yixin recostada sobre el sofá envuelta en una manta verde, la cual había hecho su mamá cuando era una bebé, mientras veía un programa que nunca se perdía de un refugio para chimpancés, en sus manos tenía un vaso lleno de leche con chocolate y canela, probablemente Han se lo había preparado para hacerla sentir un poco mejor. Yixing le indicó al mayor donde colocar su abrigo y lo tomó de la mano, haciendo al otro tensarse un poco pero el menor no lo noto, llevandolo hasta la cocina. Dentro estaba Han preparando la cena, aunque era muy temprano, seguramente para no aburrirse, sobre una de las sillas del comedor para cuatro descansaba el suéter rojo esperando ser reparado.
-Aquí está el héroe que nos salvara, Han- Al voltearse se encontró con Yixing acompañado del hermano de Sehun.
Joonmyun enseguida comenzó a explicar el plan; harían copos de nieve con el silicón sobre platos de cerámica para después esparcirles la brillantina, los despegarían con cuidado y los cocerían al suéter. Yixing era el encargado de hacer los copos de nieve y de ponerles la brillantina, Joonmyun era el encargado de quitarlos del plato tratando de no romperlos y Han, al ser el más paciente de los tres, era el encargado de cocerlos a la prenda.
El programa ya había terminado al igual que el líquido en el vaso azul de Yixin, así que fue a la cocina para pedir más, pero no esperó encontrarse con tres adultos, y mucho menos al padre, que Yixin consideraba molesto sólo por ser el padre del niño que odiaba, de Chanhee.
-¿Qué hacen?- preguntó la pequeña ladeando un poco la cabeza.
-No preguntes y mejor ayuda a tu hermano a poner la brillantina- Han se rió burlón de su amigo. Yixing era demasiado lento como para poner la brillantina antes de que el silicón se secara, cosa que pasaba muy rápido.
Siguieron trabajando en un ambiente cómodo en el que nadie hablaba, Yixin además de ser la encargada de poner la brillantina también ponía música desde el celular que su hermano le había prestado un buen rato atrás, eran solamente grupos de los idols que le gustaban a la pequeña, en realidad nadie le prestaba mucha atención a la música.
-Ten Joonmyun-ge- Yixing y Han se vieron mutuamente con los ojos abiertos, Yixin no le decía “ge” a nadie, ni siquiera a Yixing mucho menos a Han.
-Eres una estrella hermosa Yixin, pero abstente a brillar hasta mañana- Suho tomó delicadamente del brazo a la pequeña y le dio la vuelta nuevamente para quitarle con el dorso de su mano los restos de brillantina en la mejilla izquierda de Yixin. Lay no había presenciado en su vida una escena tan hermosa como esa. Todo había sido salvado por el carisma de Joonmyun.
Aquella tarde pasaron tres cosas buenas; el suéter había sido arreglado, y además lucia mucho más lindo. Yixin dejó del ver a Kim Joonmyun como “el padre molesto del niño que odiaba” y comenzó a verlo como la agradable persona que era. Y por último día con día los sentimientos dentro de Yixing al mayor crecían más.