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Fotografía por Neko_Elle

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Notas del capitulo:

Holaaa! 

Aquí traigo un cap más para la historia, cap que está dedicado a Mei por su cumpleaños ^3^

Espero guste el cap!

Foto 4

 

El nuevo trato había sido reunirse de vez en cuando para que Kougami lograra terminar con su trabajo y pudiese conocerse mejor a sí mismo, por lo tanto, el albino vería todas y cada una de las fotos que tomara, no solo las que fuese a entregar. El carbón se preguntó por qué el joven de nieve habría propuesto ayudarlo ¿qué ganaría al hacerlo?

Saliendo de la escuela quedó de verse con él, no estaba seguro de a dónde irían, pero en la posición que se encontraba, no podía negarse, de momento cualquier idea era bienvenida si eso le ayudaba a terminar su trabajo; y de algún modo le entusiasmaba que llegara pronto el final del día escolar.

No quería aceptarlo, pero le atraía la idea de salir con ese muchacho, le parecía que su manera de expresarse era intrigante; pero al mismo tiempo había algo en él que le hacía repudiar el pensamiento de pasar demasiado tiempo a su lado.

Se acercaba poco a poco la hora de la salida, el día se tornó sumamente aburrido, así que esperaba que mejorara cuando se reuniera con “él”. Cuando echó una mirada por la ventana se percató que había empezado a llover. Suspiró con hastío, posiblemente suspenderían su salida, después de todo, estarían en exteriores y eso podría no favorecer el tomar fotografías. Dificultaría el transportarse y el poder desenvolverse adecuadamente, simplemente no era muy viable… ¿Sería una señal para no envolverse demasiado con ese sujeto?

Le envió un mensaje para posponer su encuentro debido a la lluvia, sin embargo, no recibió respuesta alguna. Le preocupó un poco debido a que le llegó el pensamiento “¿Qué tal si se queda esperando por mi?” pero luego puso los pies en la tierra “sí, claro” pensó como respuesta para sí mismo, era imposible que algo así sucediera. Pero aun así, no paró de ver su teléfono por lo que restaba de su clase. Cada vez que consultaba el aparato se sentía observado, pero ignoró esa sensación.

Cuando dio la hora de salida, se dirigió sin mucho ánimo a la puerta principal para volver a su casa. Cerca de los casilleros se dio cuenta de que no llevaba paraguas, suspiró nuevamente y simplemente se dirigió a la salida. Pretendía esperar a que la lluvia parara o al menos disminuyera su intensidad pero tan pronto dio un paso fuera, encontró a Makishima recargado en la entrada.

-       ¿Qué haces aquí?- preguntó enarcando una sus cejas por la sorpresa, de verdad no lo esperaba ahí- ¿No recibiste mi mensaje?- continuó preguntando mientras se acercaba al muchacho.

-       Sí, lo recibí- contestó sin mucho interés en ello- ¿Nos vamos?

-       Está lloviendo- le recordó.

-       ¿Y?- presionó con una expresión que claramente decía “¿a quién le importa?”. El moreno suspiró cansinamente.

-       No traigo paraguas.

-       Compartiremos el mío- dijo con una sonrisa que incomodó al cuervo.

-       Bien, ¿Y dónde iremos?- trató de desviar su propia mente.

-       En este momento no importa mucho, está lloviendo- le recordó como si fuese lo más obvio del mundo, puesto lo era, solo lo decía con el fin de molestarle.

-       ¿Entonces para qué vamos a salir?

-       Se trataba de hacer cosas diferentes de las usuales ¿no?- le recordó.

 

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Incómodo, terminó por compartir el paraguas con el albino, caminando hombro con hombro. La lluvia no paraba, al contrario, parecía intensificarse más y más, como si nunca fuese a detenerse. Pasaron por enfrente de una cafetería y vieron una plaza, así que se dirigieron ahí para caminar.

-       ¿Contento?- molestó el carbón. El lugar estaba algo…bueno, bastante inundado, el agua les llegaba por encima de los tobillos. El joven de plata sonrió con sumo gozo, y con una mirada jugetona le quitó la cámara de las manos y se movió rápido, privando al moreno del refugio que pudiese brindarle estar bajo el paraguas.

-       Sí- le respondió tan pronto vio como el agua empapaba rápidamente al muchacho, la torrencial lluvia era tan fuerte que provocaba que la ropa se pegara al cuerpo del moreno.

Un tanto molesto, el carbón pateó la superficie, arrojándole así el agua del suelo al albino; el de hebras plateadas hizo lo mismo, devolviéndole el rocío al cuervo. Entonces, el moreno se movió con rapidez, robándole el paraguas de sus manos, haciendo con esto que el joven de nieve quedara expuesto a la poderosa lluvia que azotaba la ciudad, logrando así que se empapara también y terminara en las mismas condiciones que él.

Se vieron el uno al otro por unos segundos, así, en ese estado. Por alguna razón, a ambos les embargó una indescriptible sensación de libertad y felicidad. ¿Desde cuándo había sido que no se sentían de esa manera? Inevitablemente se sonrieron el uno al otro y continuaron arrojándose agua, no sin antes poner en un lugar seguro la cámara y sus mochilas.

Mientras seguían con su lucha, comenzaron a sujetarse manos y piernas para evitar los ataques del otro. Terminaron “peleando” en el suelo, mojándose y riendo. Parecía ser que respiraron la libertad por primera vez en sus vidas, era un aroma que inundaba sus pulmones y les hacía exhalar vida.

-       ¿Cómo terminamos así?- dijo el moreno sentado en el suelo, entre toda el agua, aun con la respiración agitada.

-       No lo sé- dijo con una sonrisa llena de satisfacción, estaba sentado al lado del cuervo, sus hombros y brazos se tocaban, realmente estaban sentados muy juntos. Incluso podría decirse que estaban recargados el uno en el otro.

Shinya volteó a ver al albino por unos momentos y vio que su cabello se apegaba por su rostro y cuello, al igual que la ropa a su cuerpo. Supuso que el cabello debía molestarle, ya que un travieso mechón se encontraba muy cerca la comisura de sus labios y otros más entre los ojos ámbar, así que antes de pensárselo acercó su mano y con el pulgar le removió aquellas hebras platinadas. El albino no se molestó ni inhibió, simplemente le sonrió y con una mirada que reflejaba un brillo extraño y satisfecho, le dijo con voz aterciopelada:

-       Gracias, Kougami- por su parte, Shinya desvió la mirada y se sonrojó ligeramente mientras hacía una mueca con sus labios. Se puso de pie y le ayudó a su vez a levantarse.

-       Será mejor que nos vayamos- terminó por anunciar sin soltarle el antebrazo y con la vista en sus pies.

-       Supongo que sí- concedió esta vez el platinado. Así como estaban de pie uno al lado del otro, el moreno le dijo:

-       No te muevas de aquí- pidió mientras se dirigía hasta donde estaba su mochila y la cámara. Todo ante la atenta mirada del joven de plata quien se había quedado inmóvil, cediendo a la petición del ónix..

 

Tomó el artefacto y se dirigió de vuelta a donde el muchacho, se colocó justo a su lado, como estaba cuando recién se pusieron ambos de pie. Le dio a sostener el paraguas al joven de nieve y dirigió la cámara hacia sus pies.

-       ¿Kougami?- lo llamó, mientras se volteaba ligeramente, moviendo un poco sus pies- ¿Para qué me lo das? Ya estamos mojados.

-       Quédate quieto- dijo posando su mano en uno de los muslos del joven de plata- Ponte como estabas- dijo ahora volviendo su mano al aparato para poder enfocar mejor. Así, el cuervo fotografió ambos pares de pies que se encontraban con el agua hasta los tobillos.

-       Esa es una buena foto- dijo el albino observando atento la pantalla de la cámara. Lo cierto era que realmente había sido una foto muy bonita, pero más allá de lo que era, era quizá el recuerdo que conllevaba el admirar dicha imagen.

 

No muy lejos de ahí, en la cafetería que estaba frente al parque, había alguien que había captado todos y cada uno de los movimientos de ese par: a ellos compartiendo el paraguas, la pelea de agua, a ambos de pie tomándose fotos.

Incluso había tomado un par de fotos más que le gustaron mucho: una de Shinya en el salón de clases viendo constantemente su teléfono, con una expresión que evidentemente mostraba cuanto esperaba que llegara un mensaje o una llamada; y otra más de aquel joven de nieve que esperaba fuera de la escuela, recargado en una pared y con una expresión un tanto insegura, una que no parecía mostrar cuando estaba cerca del moreno.

-       Me alegra haber decidido tomar un café antes de volver a casa- dijo con satisfacción aquella persona, observando las fotografías que había tomado ese día.

Notas finales:

Gustó? Revs? 

8) Descuiden, pronto habrá más de este par y sus fotos. Ojalá y logre dibujar las fotos :'D

cuidense!


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