Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fotografía por Neko_Elle

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! ^^
Aquí traigo otro cap para este fic, espero les guste. Francamente, disfruto escribiéndolo...demasiado debo decir LOL

Foto 5

Eran las 6 de la tarde de un sábado, y el moreno se encontraba sentado en una cafetería. Había llegado hacia ya veinte minutos y no había señal de la persona por la que aguardaba. Lo peor es que no podía hacer mucho en vista de que estaba lloviendo terriblemente afuera, así que era probable que: o le hiciera esperar aun más o le dejara plantado… Sin embargo, no pudo evitar que su mente fuese asaltada por el recuerdo de la tarde anterior, en la que había estado jugando bajo la lluvia con aquel muchacho. Sonrió inevitablemente.

La foto que había tomado de ambos le había gustado mucho, era evidente que estando con el albino el tomar buenas fotos, era una realidad para él y que además le gustaran y pudiese hacer el escrito sobre ellas. Suspiró con fastidio ante la idea de esperarle más, así que terminó de beber el jugo que había ordenado por la molestia que sentía. Apenas lo terminó escuchó su voz:

- Lamento la tardanza – dijo con una sonrisa, acomodándose en la silla frente al moreno.

- Te tomaste tu tiempo ¿no?- comentó un tanto molesto.

- Sí –respondió cínico, para luego continuar de manera más amistosa- Me gusta caminar bajo la lluvia incluso si no me mojo.

- Mmmh… [¿Y por eso me hiciste mojarme el otro día?] ¿Tan placentero es?- dijo agitando el vaso para juguetear con el hielo.

- ¿No deberías saberlo ya? ¿Después de lo que hicimos el otro día?- dijo con ese tono cínico y haciendo a propósito esa selección de palabras, sabiendo perfectamente que el cuervo haría esa mueca que tanto le gustaba.

- ¿Y qué ibas a mostrarme hoy?- preguntó tratando de ignorar los comentarios del muchacho, sin lograr borrar aquel gesto en sus labios, señal de la molestia que sentía ante lo que parecía ser una especie de coqueteo. Cuando estaba con él, por alguna razón siempre se sentía así de extraño.

- ¿Puedo tomar su orden?- llegó una camarera.

- ¿Podría traerme un café?- pidió con suma cortesía.

- Claro- contestó tomando nota.

- ¿Bebes café?- inquirió el moreno. Hasta el momento nunca había bebido café, no le había llamado la atención hacerlo y le era un tanto sorpresivo que el muchacho frente a él lo hiciera. De algún modo no creía que fuese "su estilo".

- Sí, algunas veces. ¿Tú no?

- Nunca lo he probado…-respondió pensativo

- ¿Algo para acompañarlo?- preguntó la camarera, recordándoles que aun tomaba su orden.

- Quiero un short-cake- pidió con una sonrisa zorruna.

- ¿Y usted desea ordenar algo más?- dijo la joven dirigiéndose ahora al moreno. El cuervo lo meditó un poco y luego volteó a ver a su compañero.

- Deberías probarlo, al menos así decidirás si te gusta o no- le tentó.

- También quiero un café- terminó por ordenar no muy contento.

- ¿Algo más?- volvió a preguntar la chica.

- Es una bebida amarga ¿lo sabes?- le comentó el de ojos ámbar.

- No…gracias…no me gustan mucho los dulces- no mentía, así que el muchacho frente a él sonrió complacido, mientras la camarera se retiraba.

El joven de nieve continuó observando a su acompañante y ensanchó inevitablemente la sonrisa que adornaba su rostro. El moreno le miraba de vuelta, como esperando a que hablara y le dijera lo que sea que tuviese en mente, pero eso no sucedió pronto.

- Me alegra que te animaras a probar esa bebida, habla bien de ti- dijo de pronto.

- ¿De qué forma?- no entendió ese razonamiento. Es decir, solo era una bebida ¿no?

- Olvídalo- contesto con esa sonrisa burlona que le caracterizaba. Otro poco y Shinya comenzaría a compararlo con el gato de Cheshire.

No pasó mucho tiempo antes de que la camarera volviera con sus órdenes. Les sirvió a ambos lo que habían pedido y se retiró. El de piel de mármol comenzó a degustar su postre casi de inmediato. En tanto, el de ojos plata observó por unos momentos su taza con café como si fuese un objeto extraño, luego la llevó delicadamente a sus labios, aspiró el aroma que llegaba hasta su nariz y bebió de aquel amargo líquido. El muchacho de ojos color oro le observó atento por su reacción, y se deleitó al ver que el moreno gustó de aquella oscura bebida.

- Sabe bien- dijo con algo de sorpresa, dando otro sorbo a su bebida.

- ¿Te gusta leer, Kougami?- preguntó de pronto, con su barbilla descansando entre sus manos. Le observaba con suma atención.

- Sí, me gusta- dijo volviendo su vista a los ojos dorados. Le había parecido raro que le preguntara eso de la nada, pero supuso que sería parte de lo que sea que tratara de probar el albino- Principalmente de Stephen King, era…

- Tiene muchas obras y no las he leído todas- le interrumpió un poco contento- pero ¿Cuáles te gustaron más?

- La larga marcha.

- Ese fue bueno, no es mi autor preferido, pero ese libro me gustó- dijo dando un bocado más a su pastel- ¿Entonces te gustan las distopías?

- Vivimos en una ¿no?- respondió casi instantáneamente, lo cual hizo latir el corazón de Shougo. Le regaló una sonrisa resplandeciente por aquel acertado pensamiento.

- ¿Has leído algunas otras?

- Hay varias que he querido leer, sin embargo, no he podido encontrar todos los clásicos. Aunque he leído algunas como "Un mundo feliz" "V de Vendetta" "Los juegos del hambre" incluso encontré por casualidad un libro que me cuesta creer que no era ficción llamado "El diario de Ana Frank". Hay otros más que me gustaría leer- dio otro trago a su taza con café, en tanto escuchó otra pregunta proveniente del curioso joven frente a él.

- ¿Cómo cuales?- preguntó interesado mientras daba un sorbo a su café y jugueteaba con sus pies debajo de la mesa, levantando los del moreno con los suyos.

- "1984", "Fahrenheit 451" y "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" - dijo sintiéndose cada vez menos incómodo en la compañía del muchacho. Y de hecho, permitiendo el contacto entre sus extremidades inferiores, dejándole jugar.

- Buena selección- le felicitó. Su voz se escuchaba con un volumen de voz normal, pero había cierta emoción en su tono- ¿No te gustaría leer también "La naranja mecánica" o "Rebelión en la granja"?- era raro encontrar personas que como a él, le gustasen ese tipo de libros.

- ¿De qué va la naranja mecánica?- preguntó curioso por el extraño título, metiéndose cada vez más en la conversación y de hecho, ahora siendo él, el que jugueteaba con los pies de su acompañante.

- Más que la trama te diré cómo explicaba el mismo autor el significado de su obra- ensanchó su sonrisa. En tanto, el moreno le observó con aun más atención- "Es mejor ser malvado por decisión propia que bueno por lavado del cerebro"

- ¡Pff!- bufó y seguidamente rompió en una carcajada- ¡Eres increíble!

- Yo no lo escribí- se defendió, contagiado de la risa del azabache.

- Pero sí, me gustaría leerlos, suenan muy interesantes.

- Si quieres puedo prestártelos- le ofreció, ahora acariciándole ligeramente la pierna con la suya, queriendo iniciar de nuevo con el juego, pero sin hacerlo realmente- Tengo los que mencionaste y estos también. El único que aun no tengo es el de "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?"

- ¿En serio? Gracias- dijo animado. No sabiendo si debía o no detener lo que parecía otro de los coqueteo del muchacho. Es decir, seguramente le gustaba jugar de esa manera al albino, solo para molestar al prójimo. Era evidente que fastidiarlo se había vuelto un pasatiempo para él.

De pronto se percato de que por alguna razón, nuevamente se sintió algo observado, al igual que en días pasados. Así que volteó en varias direcciones, buscando la posible fuente de su incomodidad. Pero por más que paseaba sus ojos por todo el lugar no lograba localizar nada anormal.

- ¿Qué pasa?- inquirió curioso ante la conducta paranoica del muchacho y dejando sus pies quietos finalmente.

- Me dio la impresión de que alguien estaba viendo hacia acá- respondió aun buscando a alguien. El de ojos ámbar ni siquiera se inmutó, solo dio un trago al café que aun estaba considerablemente caliente.

- Descuida- dijo de pronto- Las personas albinas no somos tan comunes. Principalmente en este país. Tal vez me estaban viendo y como estás conmigo, es evidente que van a verte a ti también- le explicó.

- Aunque con la cantidad de hologramas que hay, me sorprende que alguien te vaya a poner tanta atención- le contestó un tanto molesto por la actitud del joven de nieve- Después de todo, por eso las fotografías.

- Bueno, tú me pusiste atención ¿o no?- contestó, dando otro bocado a su rebanada de pastel.

- Repito- dijo con evidente molestia, producto de la vergüenza que le había causado el comentario con el que le contestó el diamante- Por eso las fotos…- y antes de que pudiese hacer su excusa más grande, el albino le metió un pedazo de pastel en la boca.

- Basta, Kougami. No te enlodes más y come pastel- dijo con una sonrisa burlona. El moreno masticó y tragó el bocado a fuerza. Sacó la lengua en señal de repulsión, acompañando el gesto con una expresión de disgusto.

- ¡Te dije que no me gustaba lo dulce!- se quejó apurándose a darle un trago al café para poder quitarse el sabor dulzón de la boca.

Luego de dejar de discutir y de media hora de intercambiar ideas y críticas sobre algunos libros, fueron a casa de Shougo. Shinya estaba sentado en la habitación del muchacho, esperándole. En tanto, el albino llevaba una bandeja con dos tazas: una con café y una con té.

Tan pronto arribó, notó que el moreno observaba atentamente su librero y más específicamente una pequeña cajita que estaba mezclada entre los libros. Shougo sonrió.

- Sabes que puedes acercarte y ver ¿o no?- dijo acercándose para dejar las bebidas.

- ¿No habría sido más barato venir a tu casa desde el principio?- comentó el azabache al verle llegar.

- De haber sido así, no habrías tomado café aquí ¿cierto?- contestó sirviéndole y siguiendo con la mirada aquello que su visitante observaba tan fijamente- ¿Quieres probar?- preguntó de pronto, sorprendiendo al moreno.

- ¿El qué?- dijo tomando la taza con humeante café que le acababa de servir su anfitrión. El joven de nieve se acercó a su librero y tomó la cajetilla de cigarros que tanto observaba el carbón. Tomó eso y un libro. Enseguida fue a sentarse con él.

- Si quieres toma uno- le ofreció un cigarrillo mientras le deslizaba el libro por sobre la mesa.

Shinya vio el libro y seguido vio el cigarrillo que le tendía el muchacho. Tomó el libro y lo "ojeó", rechazando el cigarrillo con un ademán de mano. Shougo tomó el cigarrillo, lo colocó con cuidado en sus labios y se dispuso a encenderlo. En tanto, Shinya no podía despegar su vista de él, si bien estaba hojeando el libro, no lo ojeaba, puesto parecía más absorto en la imagen de su anfitrión con aquel cilindro en sus labios.

El albino percibió la penetrante mirada sobre él, volvió su vista y le sonrió. Shinya se sintió un tanto cohibido y se apuró a darle un trago a su café. Abrió un poco sus ojos con algo de asombro. La bebida sabía increíblemente bien y muy distinta de la que bebió en aquella cafetería esa misma tarde.

- ¿Qué le pusiste? Sabe muy diferente- le interrogó con su voz grave.

- ¿Te gustó?- ensanchó su sonrisa, exhalando el humo de su recién encendido cigarrillo- A diferencia del de la cafetería, este lo hice con granos de café reales, no son una imitación. Además le agregué algo de canela.

- Pues sabe muy bien- dijo aun sorprendido y sin dejar de observar el cilindro relleno de tabaco en la mano del muchacho.

Shougo notó esto y se llevó el cilindro a la boca nuevamente. Aspiró un poco y de un movimiento rápido le colocó el cigarro en los labios al moreno. Shinya se quedó estupefacto por un par de segundos, no sabiendo bien qué hacer ¿se suponía que debía sorber de él?

- Inspira lentamente- le indicó, sin soltar el cigarrillo. Kougami sujetó la mano del albino, como para darse y darle soporte, para así poder ejecutar la tarea más cómodamente. Inspiró, tal cual le pidió el joven de nieve- Bien, ahora saborea un poco el humo y ve exhalándolo lentamente.

El moreno trató de hacerlo tal cual, sintió el vaporoso y etéreo humo en su boca y poco a poco intentó liberarlo, sin embargo, un poco de humo subió más allá, hacia su nariz, por lo cual no pudo evitar toser un poco, ahogándose en el proceso, nunca antes había fumado.

- Parece ser que no es lo tuyo- le molestó sin retirar su mano, manteniéndola cautiva en la de su invitado.

- Calla- le dirigió una mirada que evidenciaba su fastidio ante el comentario. Shougo rió ligeramente y se volvió a llevar el cigarrillo a sus labios para darle otra calada al cigarro y de paso, mostrarle al moreno cómo debía hacerlo. Shinya le observó detenidamente y antes de que el albino retirará el cilindro de su boca, se lo arrebató y lo llevó a la propia. Sorbió de él lentamente una cantidad más pequeña de humo y esta vez, logró saborearlo y exhalar el humo apropiadamente.

- Felicidades, ahora sabes fumar- le dijo con una sonrisa pícara, como si acabara de hacer una travesura. En breve se puso de pie para tomar un cenicero que estaba en el librero.

Colocó el cenicero en la mesa y escuchó que alguien tocaba el timbre, por lo que dejó al moreno por unos momentos para ir a abrir la puerta. Shinya puso a descansar el cigarrillo en el cenicero que estaba en el centro de la mesa, cerca de su taza con café y por un momento vino una idea a su mente. Colocó el libro que le había prestado recién el albino en el centro de la mesa y fue por su cámara.

Tan pronto la tuvo en sus manos, tomó una fotografía desde un ángulo superior, donde se reflejaba aquella mesa con ambas tazas en ella, el cigarrillo sobre el cenicero y el libro que pronto leería; el humo era un adorno que estaba presente como componente principal de la fotografía, además, el lente alcanzaba a abarcar dos cojines que funcionaban como asientos. Sintió que le gustó mucho la foto, pero por alguna razón le daba algo de pena mostrársela al albino, así que guardó la cámara rápidamente.

- Lo siento, era un paquete y no encontraba el sello- se disculpó.

- Descuida- dijo tranquilo bebiendo de aquel delicioso café.

Para Shinya era extraño convivir con Shougo. Su personalidad sencillamente le fastidiaba y estresaba, aunque en ciertas ocasiones le daba la impresión de sentir algo de confort a su lado. Y no solo eso, si quería tomar buenas fotografías, era evidente que tendría que tolerarlo. Sus excentricidades le resultaban benéficas en ese aspecto. Pero también intrigantes a su modo…y era algo que no terminaba de convencerle, pero no porque fuese desagradable…quizá era justamente por lo contrario.

Pasaron el resto de la tarde cómodamente, charlando de todo y nada a la vez. El moreno había fumado otros dos cigarros más y terminado su taza con café, pero no se sentía del todo satisfecho.

- Creo que es hora de irme- ciertamente ya estaba haciéndose tarde y no quería molestar.

- Si quieres puedes llevarte el libro a casa- le permitió el muchacho.

- ¿Puedo?- quiso asegurarse.

- Igual nos veremos próximamente- respondió despreocupado- A menos que quieras quedarte a vivir aquí- le molestó. Shinya no hizo comentarios al respecto, y a Shougo le pareció por un momento que el ónix estaba realmente considerando esa opción. No muy seguro de cómo actuar ante su reacción tan extraña, agregó- No es divertido si no te molestas.

- No soy tu juguete- aseveró disgustado.

- Mucho mejor- dijo con una sonrisa bastante encantadora- Ahora que te has hecho adicto al café y al tabaco, creo que lo que sigue es alcohol.

- ¿Aun planeas corromperme más?- dijo sarcástico.

- Es mi especialidad- dijo con su usual sonrisa pícara.

- Anda, estaré esperando- dijo a modo de juego mientras se dirigía a la puerta.

Notas finales:

De momento es todo, espero les haya gustado el cap y comenten qué les pareció.

Ah, antes de olvidarlo: felices fiestas! ^^

Cuídense!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).