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Yume Nikki por Ameyamidan

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Notas del capitulo:

'Sup.

Alguien máteme. El tiempo se me ha ido taaaaaan rápido que no me di cuenta cuándo fue la última vez que actualicé. No sólo por eso: juro que ya tenía el capítulo listo desde hace raaato, pero... que quedé sin internet y ahora no sé cuándo vuelva a tener.
Como causa de mi aburrimiento ya tengo los próximos seis capítulos listos, sí, SEIS. Sólo los revisaré un poco antes de subirlos.

Y, supuestamente revisé éste también, pero well, carezco aún de vocabulario incluso en mi idioma madre(?) lel.

Al no poder pasar más allá de esas caras inexpresivas y poder ver lo que eran aquellos cubos apilados de color carmín, decidió explorar un poco más por sus sueños, así que una vez se hubo adentrado en su subconsciente salió por la puerta de su habitación y se encontró en un lugar con doce puertas acomodadas como los números de un reloj analógico. En la posición del doce se encontraba la puerta de su habitación y a un lado, a la izquierda, la puerta a la que había entrado con anterioridad. Decidió seguir el orden de las agujas del reloj y pasar a la otra en la posición del uno. Esta puerta tenía una apariencia diferente a la primera, pues parecía estar hecha de un material similar al metal, con una luz roja en la parte central superior. No lo pensó demasiado, la abrió y entró.

El mundo se encontraba lleno de muros con varias imágenes en ellos. Habían bastantes en los que se mostraban cremalleras con un rostro azul marino que parecía animado, en los cuales, a cada extremo, había una pierna y un brazo. Varios más parecían no tener esa imagen y en cambio tenían cuadros con rostro, como si fueran más una cara robotizada. Bajó la mirada y se encontró con números de color rojo sangre, pero no parecían que aquellos estuviesen escritos con ese fluido.
Los muros no le encerraban demasiado como los árboles del bosque al que había entrado antes. Éstos tenían lados más geométricos y negros con orillas de un morado neón.

Como antes había hecho, estuvo dando algunos pasos, dándose cuenta que varias partes de aquel mundo no eran únicamente abiertas, sino que también varios caminos estrechos en los que apenas podía pasar, y algunos otros donde no le era posible caminar más allá.
Se mantuvo un momento así, sin saber adónde dirigirse. Iba a volver a la puerta por donde había entrado, pero antes de llegar a ella se topó con otro camino estrecho, el cual dirigía a una puerta que destellaba con colores brillantes, lo cual no hizo que su atención hacia ella disminuyera. Entró.
Aquel submundo podría haber estado en completa oscuridad si no fuera por aquellas  farolas ubicadas en diferentes partes, a pesar de que algunas no emitían luz. Y una vez más caminaba, exploraba, realmente no había demasiado que ver, ya que sólo había encontrado farolas y más farolas, nada en especial. En una parte había encontrado otro extremo del mundo en el que antes se ubicaba, pero no le llevaba a ninguna parte.
Antes de volver a la puerta que le llevaba nuevamente a la zona a la que había entrado en un principio, se encontró con un ente, si bien no poseía una forma humana poseía un par de pies con los cuales caminaba. Como no iba demasiado rápido se acercó a éste para poder ver con detalle lo que era. Era una lámpara, al estilo de las farolas sólo que éste no poseía un poste para sostenerse. Apenas la tocó y ésta se apagó, repitió la acción un par de veces más, y antes de que se fuera, sintió poder llevar consigo una parte de la lámpara, no en las manos, si no en su cabeza; la sensación le incomodó un poco, pero la ignoró. No halló más función a aquél personaje y salió por la puerta que aún destellaba en diferentes colores.

 

Estaba delante del edificio donde Toshiya vivía. Había detenido sus pasos para revisar algunas cosas en su celular, cosas que no tenían nada que ver con el caso de su amigo, pero que le servían de distracción en varios momentos.
Ya no había tiempo ahora para que pasara más de treinta minutos jugando y leyendo temas constantes en su profesión que sólo a él le interesaban.
Ingresó de inmediato al edificio y se dirigió a uno de los últimos pisos, esperando varios segundos antes de que el elevador llegara.

 

Ya había encontrado dos puertas más: una bloqueada por un personaje de forma circular y otra que le había llevado a un lugar lleno de camas y armarios. Había estado explorando éste último ya que creía poder encontrar algo más que no fueran esos dos muebles. Con lo único que se topó fue con un ser que tenía un cuerpo bastante parecido al suyo, sólo que éste vestía de una falda y suéter un tanto ancho y cabello atado en dos coletas, aunque eso no fue realmente lo que le había dejado despavorido. Los rasgos de la criatura no eran humanos, pues en vez de boca poseía un pico, en vez de piel su rostro estaba cubierto de plumas y sus ojos permanecían perdidos. De cierta forma le había asustado, pero esa cosa no parecía hacerle caso en lo más mínimo y seguía paseándose de manera tranquila por aquella habitación llena de camas.
La pasó de largo hasta que llegó al límite de aquel cuarto y encontró una brecha de sangre, con una cara triste, mas estaba seguro que habría algo detrás.
Sí, otro cuarto, aunque éste era más pequeño y contenía algunos armarios más, una guillotina mostrando una sonrisa y varias chicas con cara de pájaro. Pero había algo diferente en ellas: ahora sus ojos estaban desorbitados y poseían un color rojizo, tenían la boca abierta y parecían sedientas de algo. Se quedó un momento quieto antes de percatarse que todas ellas se dirigían a él con rapidez, con las manos en frente mostrando garras, era evidente que querían atraparle.
Corrió a donde pudiera esquivarlas, pero el lugar no era espacioso y no tenía donde ocultarse o donde huir. La brecha por la que había llegado no estaba por ningún lugar y no había otro objeto que pareciera llevarle de vuelta. Abrió un par de armarios y en ambos saltaba una cara riéndose de él. No podía huir a otro lado, no quería ser atrapado por esas criaturas.
“¿Y si me matan? ¿Y si me comen?” Eran los únicos pensamientos que pasaban por su cabeza. Tenía miedo de no poder despertar después, y ahora más que antes esas cosas le atemorizaban demasiado.
Observó un momento la guillotina y corrió hacia ella, pensó poder usar la enorme cuchilla para defenderse, si es que lograba desmontarla.
No lo logró. Sintió un cambio drástico en cuanto su estatura, ya que incluso las chicas con cabeza de pájaro se veían mucho más altas.
Dirigió la vista hacia la guillotina y se encontró con su propio cuerpo sobre el suelo, degollado y sangrando en una cantidad menor a la normal. Faltaron algunos segundos para que finalmente se diera cuenta de que ahora no poseía un cuerpo y que sólo era capaz de controlar su cabeza.
Ya no tenía escapatoria. Las chicas con cabeza de pájaro estaban a unos cuantos centímetros de atraparle. Cerró los ojos antes de que una de ellas le tomara.

—¡Toshiya!

 

Abrió tanto los ojos que sintió que éstos podían habérsele salido de las cuencas, seguido dio una bocanada de aire, tan fuerte que su pecho dolió por un segundo.
Comenzó a jadear mientras de fondo escuchaba cierta voz conocida llamarle por su nombre de pila detrás de la puerta de su habitación. Antes de levantarse se aseguró de que su cabeza estuviera en su cuerpo y luego de que realmente pudiera controlar todos sus miembros. Esta vez su sueño había sido interrumpido con la voz del mayor y de alguna forma se sentía agradecido.
Se levantó con lentitud de la cama ignorando la recalcitrante voz de su compañero y finalmente abrió la puerta, dejándole pasar al hacerse a un lado.

—¿Cuánto tiempo estuviste esperando afuera?
—Cerca de cinco minutos. ¿Te he despertado?
—Sí, gracias—dijo dando a entender que no usaba el sarcasmo y se dirigió de vuelta a su cama, recostándose en ella.
Kaoru dejó su maletín al lado del escritorio, tomó la silla de éste y directamente asió el diario donde Toshiya escribía sus sueños. Notó que no había continuación al último sueño que tuvo.
—¿Dónde está el resto del sueño, el que te dije que anotaras? —El otro le sonrió y se encogió de hombros, arrebatándole el diario, cerrándolo y dejándolo a su lado.
—No tengo tiempo para escribir. ¿Quieres que escriba y sueñe demasiado a la vez? No puedo hacer eso. Aunque pueda pasarme los días durmiendo no significa que descanse. Estoy cansado y no físicamente.
—Te entiendo, pero que escribas ahí no es una gran tarea. —Señaló el diario. Toshiya en respuesta lo ocultó tras de sí.
—Después de que hayas encontrado alguna pista, esto no te servirá más—dijo tomando la libreta, jugueteando con ella, abriéndola y cerrándola—. Yo despierto, te cuento lo que soñé, lo apuntas y de nada sirve que tenga esto completo.
—Olvidaste que también tienes que dibujar algo parecido a lo que sueñas. —Toshiya se quedó callado, apretando los labios con molestia y negando repetidas veces con la cabeza.
—De nada sirve, he dicho.
—Como digas. Ahora dime, ¿qué has visto esta vez?
Toshiya resopló con el mismo ánimo en que había dicho sus anteriores palabras, frunció el ceño unos segundos ya que aún su mente se ocupaba en la respuesta del porqué seguir escribiendo sus sueños cuando podía decírselos todos de una a Kaoru. Su amigo le hizo la misma pregunta que le sirvió para salir de sus pensamientos y prestar atención a ésta. Se dispuso a pensar un par de segundos, posterior a finalmente decir algo.
—He visto que hay más puertas; son doce, juntas hacen un círculo—dijo haciendo ahora una pausa para acomodar sus ideas—. Entré a una donde había muros con dibujos de cremalleras con caras, pies y brazos; caras de “no-sé-qué” y algunas puertas. Hm, encontré una lámpara con pies y varias chicas... Creo que eran eso, porque algunas traían faldas y otras pantalones, sus cortes de cabello eran como los de una mujer, pero sus caras...Tenían cara de pájaro. Una de ellas la encontré en un espacio algo ancho lleno de camas y armarios...Pero ella no me hizo nada. En cambio encontré otras que parecían lunáticas y querían atacarme.
—¿Te atacaron?
—No lo sé, supongo que sí. Desperté en el momento en que una de ellas me atrapó, gracias a ti—recalcó con neutralidad, ya que no quería mostrarle que se encontraba agradecido de ello, pero tampoco molesto—. En fin, creo que eso es todo.
Observó a Kaoru moviendo con algo de rapidez el lápiz que llevaba para escribir, sin subir ni un segundo la vista hacia la de él. Por un momento Toshiya quiso saber qué era exactamente lo que escribía; si estaba cambiando algo de lo que le había dicho o si había al menos subrayado algo de lo que escribió. No tuvo el impulso suficiente para levantarse y darle un vistazo al cuaderno, pues le veía bastante concentrado en lo que escribía y temía interrumpirle.
Cuando finalmente paró, se le acercó un poco para que se percatara de que le clavaba la mirada.
—Kaoru—dijo su nombre con un tono claro y el semblante serio—. ¿Cómo es una vida social?
El mencionado se quedó extrañado, cerrando un momento el cuaderno donde escribía y dejándolo sobre su regazo, aquello sin romper con el contacto visual que Toshiya estaba formando.
—¿A qué te refieres?
—¿No tienes miedo a salir a la calle? ¿No temes que todos te miren de una manera extraña? ¿No sientes que te siguen para hacerte algo malo?
—¿Por qué debería de sentir todo eso? No tendría por qué tener miedo, no tendría que sentir miedo de algo si estoy seguro que no me ocurrirá nada.—Se recargó en el respaldo acolchonado del asiento—. ¿Tú tienes miedo a eso?
—No exactamente—susurró volviendo a su cama, donde se sentó con las piernas en forma de loto—. No sé si alguna vez tuve una vida social, o algo que  se acercara a serlo.
—Yo creo que sí. —Sonrió de lado. Toshiya arqueó una ceja, resoplando y recostándose en la cama con los brazos extendidos.
—En realidad no sé si me gustaría volver a salir por ahí. —Giró un poco el rostro y señaló la puerta de entrada—. Tengo miedo de que algo ocurra, algo como lo que te acabo de mencionar.
—Toshiya, ¿cómo estás tan seguro que algo  como eso podría pasar?
—Porque las personas de allá fuera son malas, todos y sin ninguna excepción lo son; incluso tú, debes de tener algo de maldad en ti, pero por alguna razón no lo muestras conmigo. Me alegro de eso, porque si fuera el caso, no te dejaría entrar aquí jamás.
Kaoru, con ese último comentario notó que el caso de Toshiya en realidad no tenía demasiada diferencia comparándolos a los que había tratado antes, aunque sonara estúpido ya que llevaba años trabajando en su caso. Sin embargo no podía decir que por ello era menos grave, no, claro que era grave, peor porque ahora veía que en realidad su “paciente” estaba perdiendo cada día más esperanzas, si no era que aún podía seguir perdiéndola.
—¿Tú crees que yo estoy siendo malvado contigo?
—Sólo estás invadiendo mi espacio personal—respondió con indiferencia, pues no creía que la pregunta tuviera algo de sentido en la charla que estaban teniendo—. Pero Kaoru, tú sólo vienes a preguntar por mis sueños, no a tratar de ser algo más que mi “doctor”.
—Podría intentarlo y quizás sería benéfico.
—Ni lo sueñes. —Con un el tono más duro de lo normal, tratando de no levantar la voz, expresó—: Tú no puedes adentrarte por completo en mi vida ni en mi cabeza. Si no te rindes ahora, lamentarás en el futuro haber perdido tanto tiempo conmigo.
—El tiempo ahora es lo de menos; yo sé que tú puedes volver a salir y vivir como una persona normal. Aún eres bastante joven, no puedes vivir lo que resta de tu vida de esta forma. Y no lo digo sólo por la condición psicológica en la que estás, ¿qué harás si enfermas?
El mayor, en cuanto a estatura, no respondió, puesto que quizás su respuesta iba a ser demasiado prematura para el momento y no dudaba en que ello alarmaría a Kaoru. Tan sólo giró su cuerpo en dirección contraria a donde se encontraba él y suspiró, cerrando los ojos. Sintió la mano del mayor sobre uno de sus brazos, por lo que levantó el propio para alejarle con cierta brusquedad, pero no le reclamó por eso, así que tampoco le dio importancia.
—Antes de que sigas soñando me gustaría que rellenaras algunas páginas del diario.
—¿Pero por qué? ¡No te es necesario en ningún sentido! Para eso los escribes tú, en versiones hechas por ti o qué sé yo.
—Sólo escribe, o dibuja, eso también me sirve. —Se levantó de la silla, tomó su maletín y se dirigió a la puerta de salida, dándole un último vistazo al cuerpo de Toshiya envuelto en cobijas. Resopló y abrió la puerta de salida—. Cuídate. —Y finalmente salió, tomando como destino su hogar; planeaba descansar lo que restaba del día.

Toshiya trató de mantenerse en silencio absoluto. Los únicos ruidos que escuchaba la gran parte del tiempo eran los de su corazón y sus respiraciones; el primero le era imposible de acallar y el segundo, mantenía la respiración por varios segundos para al menos deleitarse con la carencia de sonidos por ese corto tiempo. Hubo un momento en que pensó aguantar la respiración y ver lo que ocurría, hasta que Kaoru le dijo que de esa manera sólo conseguiría dañarse por dentro, cosa que no creyó pero que aún así había hecho que parara de hacerlo.
Y ahora que el mayor volvía a sus pensamientos, bufó y se levantó hacia el escritorio, tomó el diario y lo abrió, comenzando a dibujar una figura extraña, tanto que más parecía que estaba soltando sus trazos y dejando que el propio lápiz dibujara por él. Por su mente cruzó la idea de querer complicarle las cosas a Kaoru y ver qué tan capaz era de al menos descubrir uno de sus tantos pensamientos a la perfección.
“Quizás este es mi punto de maldad” cruzó ese pensamiento por su mente y se detuvo, ahora contemplando lo que había dibujado. Sonrió para sí mismo. Sí, ese garabato representaba una parte de sus sueños, no sabía con exactitud qué, pero estaba seguro que eso se acercaba demasiado a lo que pasaba por su mente.
Satisfecho con ello, dejó el lápiz a un lado de la libreta, cerró ésta y volvió a su cama. Lo único que podía hacer era dormir y quizás esperaría a que el mayor viese el dibujo antes de explorar la siguiente puerta.

Notas finales:

Hello again.

Las chicas pájaro que menciona Toshi se les llama también Toriningen, que traducido al español es casi lo mismo.
Las presentaré. Esta es una toriningen normal:

http://img4.wikia.nocookie.net/__cb20131123155943/yumenikki/images/3/3f/A_regular_toriningen.jpg

Y esta es una toriningen lunática:

http://img3.wikia.nocookie.net/__cb20130826153700/yumenikki/images/9/92/EtcJ4fS.jpg

*Las dos imágenes sacadas del manga.

Creo que eso es todo. No he contestado algunos review porque soy demasiado floja, ¡pero ya los contestaré! 


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